«Los 40» de Hernán Cucuza Castiello
“…y el Torcuato Tasso se convirtió en un pelotero de tangueros. Una fiesta, vea. Un cumpleaños inolvidable, lleno de alegría y emoción. La piñata estaba colmada con cuarenta años de tango”.
Por Raúl Delgado
(foto: Griselda Simonelli)
…y el Torcuato Tasso se convirtió en un pelotero de tangueros. Una fiesta, vea. Un cumpleaños inolvidable, lleno de alegría y emoción. La piñata estaba colmada con cuarenta años de tango. Un ameno raconto cantado y contado, que nos llevó al año 1975, al programa El tango del millón conducido por Juan Carlos Mareco, a un concurso por una pileta Pelopincho que el niño Hernán Castiello quiso ganarse cantando, a una orquesta acompañante en la que tocaba la viola nada menos que Roberto Grela, a un pibito de seis años todavía melenudo que ganó el premio y también su identidad cantando Cucuzita. Porque desde ese día Hernán Castiello se convirtió en Cucuza. Un cantor querido por su barrio y por todo aquel que tiene la dicha de acercarse al bar El Faro de Villa Urquiza, también reclamado con fundamentos por Parque Chas.
Cucuzita fue el tango elegido para abrir un concierto disfrutado a más no poder por una sala colmada. Cucuza canta fenómeno, chamuya con el humor que lleva en las venas mezclado con música, amor por el barrio, los amigos y el fútbol, responde cada mirada, cada comentario, se multiplica y no deja pagando a nadie, jamás. No se sabe cómo lo hace, pero está atento a todo. Es cierto que tiene la espalda muy bien cubierta por el trío Inestable, formado por Noelia Sinkunas en piano, Sebastián Sazali en fueye y Mateo Castiello en viola. Tres pibes, si nos guiamos por la edad. Tres enormes músicos, en cuanto se los escucha tocar. El trío suena potente y delicioso, con arreglos muy bien trabajados pero con permiso para jugar, sabiendo que Cucuza es un gran jugador.
Luego vino parte del repertorio habitual: un popurrí de “Tangos Tristes” que Cucuzita solía cantar, Suerte Loca, Fueron tres años, Mensaje (me atrevo a decir que la versión de Castiello es la mejor que he escuchado, para mi gusto), Desencuentro, Lo que vos te merecés… Bandada de tangazos sobrevolando el Tasso. Y Tibieza, ese futuro clásico escrito y compuesto por Castiello, entrañable para la barra a la que alguna vez se le fue el bondi por llegar cinco después.
Cuarenta años después de arrancar, Cucuza está arriba del bondi tanguero de este nuevo tiempo. El canta, pero su labor más importante (tal vez) sea convocar todo lo que convoca. En la noche del Tasso compartieron su escenario el Cantor Escuela Osvaldo Peredo, Lucrecia Merico, los Amores Tango, el notable Raúl Garello, nada menos… Y Roberto, de la Barra Farolera para cantarse un tango y Miguel Peñalba para recitar uno de sus poemas dedicados a El Faro. Quien ha visto otros recitales de HC sabe que hay un universo de artistas que han compartido escenario con él. Con o sin pergaminos. En el barrio decimos que Cucuza es un gigante que sabe hacerse chiquito para que entremos todos. Lo bien que le hace al tango lo que este artista siembra.
La fiesta seguirá, por supuesto. Habrá dos nuevas fechas en el Tasso, los días 9 y 16 de octubre. Y en cualquier escenario dónde suenen buenos tangos. Porque la pelopincho duró armada apenas unos días… pero el berretín de cantor a Hernán Cucuza Castiello se le metió en el cuore, para alegría del pueblo tanguero.