Francisco Candelli, el que iluminaba el “abismo”
Fue el primer Farolero que tuvo Agronomía (hoy una parte de Parque Chas). A la caída del sol, don Francisco le daba luz a un barrio cuya geografía estaba dominada por escasas viviendas, extensos pantanos, potreros, basurales y hornos de ladrillo. Un oficio ya perdido que existió hasta el arribo de la luz eléctrica al alumbrado público.
En 2004, ParqueChasWeb visitó a Francisca Candelli, hija del primer farolero que tuvo el barrio Agronomía. Hoy algunas de esas calles están dentro del perímetro de Parque Chas.
Nacido en 1882, Don Francisco Candelli llegó al país el 28 de octubre de 1908 proveniente de España con veintiséis años. Con su familia se instaló al principio en la provincia de Mendoza y más tarde se trasladará a la Capital Federal donde comenzará a trabajar de «farolero», hasta su jubilación en la década del ’40.
Cuando se casó vivió en la calle Campillo, frente al Hospital Tornú, donde nacieron sus hijos.
Por aquel entonces Agronomía era un «Abismo» ya que su geografía estaba dominada por escasas viviendas pero por extensos pantanos, potreros, basurales, hornos de ladrillo, calles de tierra, muchas de las cuales se convertían en lagunas cuando llovía y sólo se las podía cruzar a través de improvisadas embarcaciones, como por ejemplo la tapa de un baúl, según el relato de Francisca o «La Negra» que es como la conocían en el barrio. La cosa empeoraba cuando por las calles anegadas una tropilla de caballos era dirigida hacia los hornos de ladrillos para ir a pisotear el barro.
En aquel ambiente en donde la gente carecía de las comodidades tal como las conocemos hoy, los siete días de la semana don Francisco Candelli escalera al hombro y un bidón de diez litros de alcohol, era el responsable de darle un poco de luz a tanta oscuridad. Su tarea era la de encender la mecha de un farol por cuadra en el perímetro comprendido por avenida de los Incas, entrando a la Agronomía, avenida San Martín, Avenida Chorroarín, la calle 14 de julio (una parte de la Chacarita) y la avenida Donato Álvarez. Don Candelli, cédula de identidad 134.973, portaba el Carnet Nº 243 de la Dirección General de Instalaciones Eléctricas, Mecánicas y Alumbrado de la entonces Municipalidad de la Capital, que certificaba su empleo de Farolero encargado de atender el servicio de alumbrado público del municipio.
Los primeros faroles que alumbraron las calles de nuestro barrio, fueron alimentados a querosén y alcohol carburado; estaban colgados de postes de madera de tres metros de alto.
Por el tipo de tarea Francisco no tenía horarios fijos ni días de descanso. Trabajaba sábados, domingos y feriados. Salía de su casa a la tarde temprano para volver a eso de las 21, y volvía a salir con las primeras luces del día para apagar todos los faroles. Al finalizar el recorrido debía pasar por el corralón municipal para dejar su parte diario de novedades, como por ejemplo dejar constancia de la rotura de algún farol para que sea reparado.
Su hija Francisca Candelli recordó hace casi 20 años:
– «El de Papá era un oficio muy sacrificado el que nos privaba de su presencia en casa durante la mayor parte del día. Además yo tenía un poco de resentimiento hacia su trabajo ya que los chicos del barrio me llamaban «Farolera» o a mi hermano «Farol», lo que me causaba odio y vergüenza a la vez. Pero mi Mamá nos explicaba que gracias al empleo de mi padre nosotros comíamos y nos vestíamos por lo que teníamos que estar orgullosos de él».
Cuando en el año ’21 llegó la electricidad al barrio el trabajo de Don Francisco consistía en levantar la llave de luz para encender los faroles. Había una llave por cuadra.
Llegó a vender diarios en la puerta del Tornú con el poco tiempo que le quedaba, hasta que en la década del ’40 decide jubilarse.
Orgullosa Francisca nos cuenta que años antes de jubilarse, su padre participó en las obras de iluminación del Teatro Colón, gracias a esto pudo conocer de niña el templo de la lírica nacional.
Don Francisco Candelli fue un hombre que amó a su barrio, participando de actividades fomentistas para lograr mejoras, hasta su muerte en la década del ’60.
Recordarlo, es rendirle homenaje a uno de los personajes que poblaron el barrio a principios del siglo pasado. El Portal de Parque Chas agradece aquel encuentro a su hija Francisca Candelli y a su nieta por la historia relatada y por la documentación aportada para ilustrar esta nota.