Se reanudaron las clases en la Escuela Isauro Arancibia
Durante más de una semana establecimiento educativo estuvo cerrada porque emergían líquidos cloacales que inundaban el edificio.
“La única lucha que se pierde es la que se abandona.
Luchar colectivamente tiene sentido, como nos enseñaron las madres y abuelas.
Luego de nuestra actividad del lunes con la comunidad y en la calle visibilizando la situación, vinieron de AYSA a resolver nuestro reclamo y ya podemos habitar nuestra escuela.
Esto no hubiera sido posible sin la organización colectiva para reclamar ante una gestión indiferente a los derechos de nuestrxs estudiantes, aquello que debiéramos tener garantizado.
Gracias a todes lxs que de muchas maneras tomaron por propia nuestra lucha por la educación inclusiva”, señalaron los trabajadores de la Isauro.
Por su parte, Susana Reyes, su directora expresó:
“Mi sueño es estudiar”
Comenzaron las clases en nuestra querida escuela
El Isauro volvió a latir, otra vez está lleno de risas, de murmullos, de corridas y de amor”.
El lunes 13 de marzo, se realizó un acto en la puerta de la escuela para denunciar la indiferencia de las autoridades de educación de la Ciudad de Buenos Aires.
“Cuando une estudiante del Isauro no está en la escuela está en la calle y todo el esfuerzo que hace para estudiar y progresar se desvanece. Hace más de una semana que la escuela está cerrada porque emergen líquidos cloacales que inundan el edificio. Es una gravedad por tiempo indeterminado porque nadie nos informa cómo y cuándo se resolverá Es urgente que asuma la responsabilidad quien le corresponda”, manifestaron los trabajadores de la escuela durante la protesta.
Y agregaron: “Nuestra comunidad construida con estudiantes, familias, equipos de trabajo, sindicato, legisladorxs, organizaciones civiles y compañerxs del ámbito de la salud pública logró abrazar al Isauro. El abrazo es también una herramienta pedagógica, una estrategia de lucha y resistencia, una red de contención y sobre todo una experiencia de crecimiento y dignidad.
Hoy en conjunto, con el maestro Isauro como ejemplo nos pusimos sus zapatos, símbolo de la dignidad que quisieron arrebatarle y no pudieron, hoy y siempre seguimos sus huellas. Entre todos empezamos a escribir nuestro cuaderno 2023. Un pizarrón en la calle. La voces de todes. Y el sentido de la escuela pública valorizando el encuentro.
Hoy seguimos contando los días sin clase porque no tener agua, o inundarse con líquidos cloacales no son ni las condiciones mínimas necesarias para abrir la escuela”.
