Proyecto de Ley: Creación del Corredor de Integración Barrial de la Comuna 15
La iniciativa busca superar la fragmentación provocada por barreras urbanas, como las vías del tren, centro de transbordo Lacroze, el cementerio de Chacarita, los hospitales, los clubes y las facultades. Entonces para resolver la articulación de los espacios verdes y convertir en un verdadero pulmón verde, que confluye en casa de los animales y las actividades recreativas como las caminatas, el uso de bicis o deportes. Los barrios residenciales con poca conexión de las ciclovías son Chacarita, Paternal, Agronomía, Parque Chas y Villa Ortúzar que pueden conectar con Villa Crespo sumando un circuito deportivo de 10 kilómetro.
No es una novedad que en la Ciudad de Buenos Aires faltan espacios verdes. Desde hace años, los vecinos y vecinas se organizan para reclamar más y mejores espacios verdes públicos, sin embargo, los metros cuadrados vegetados se mantienen por debajo de las exigencias de los porteños y porteñas, así como debajo de los estándares que fijan los organismos internacionales.
En la ciudad de la pospandemia, la participación ciudadana exige que se redoblen los esfuerzos institucionales para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía. “Por eso, escuchamos y nos sumamos al proyecto del Corredor Verde de la Comuna 15”, dicen los responsables que presentaron esta iniciativa.
La excomunera Camila Rodríguez, con el acompañamiento del comunero de la Comuna 15 del Frente de Todos Leonardo Lucchese, presentaron en la Legislatura el proyecto del Corredor de Integración Barrial de la Comuna 15 (CIB-C15). Es un proyecto urbanístico ambiental que impulsa declarar un Área de Protección Ambiental que garantice la continuidad de un corredor biológico entorno a uno de los pulmones verdes más importantes de la Ciudad, conformado por los predios de las facultades de Agronomía y Veterinaria, el Parque de La Isla de La Paternal, el Cementerio de la Chacarita y un entorno de espacios verdes y barrios residenciales de baja altura. La propuesta de protección se acompaña con una serie de intervenciones en el espacio público que se articulan y complementan entre sí, para integrar y revitalizar el corazón de la Comuna 15, con una mirada de planificación urbana sustentable.
Por medio del Corredor, se propone la creación de una red de ciclovías, la adecuación de los espacios públicos verdes, la construcción de circuitos para correr, caminar y otras actividades deportivas, generando un ámbito participativo para trabajar un plan de manejo que favorezca la conservación de la biodiversidad, y la articulación de una red sociocultural y ambiental que revitalice espacios desaprovechados.
La legisladora Berenice Iañez sostiene: “Queremos insistir en que la participación vecinal fue, es y será decisiva en el diseño y la gestión de los proyectos comunales. En especial, valoramos los procesos participativos vinculados a los espacios verdes, como experiencias que empoderan a la ciudadanía y le permiten apropiarse de los espacios de su barrio, su comuna y su ciudad. En definitiva, estos procesos definen nuestra pertenencia a los territorios y, por ende, definen nuestra identidad.”
El proyecto del Corredor de Integración Barrial plantea también una forma distinta de pensar la vida en la Ciudad, a partir de fortalecer marcos locales de participación para definir intervenciones urbanas y políticas públicas, basadas en tres valores centrales:
- Integración Comunal: porque frente a los problemas de integración que caracterizan al territorio de la 15, se proponen generar condiciones de articulación, encuentro, y atracción en base a disfrutar los espacios públicos, fomentando la diversidad cultural y ambiental de la comuna y asegurando la continuidad de corredores biológicos, integrando las áreas verdes y el arbolado de alineación de la vía pública, la ampliación de superficie verde vegetada, e incentivando el acompañamiento de estas acciones en terrazas y jardines particulares, para fomentar la presencia y diversidad de especies nativas.
- Participación: porque reconoce a los vecinos como verdaderos protagonistas y beneficiarios de los cambios que se produzcan en su entorno, haciéndolos parte en las etapas de planificación, diseño, construcción y el cuidado. Además buscamos garantizar la transitabilidad o movilidad segura, a partir de condiciones físicas de las vías, para ser transitado por todas las personas (señalamiento inclusivo para personas ciegas o de baja visual, sistemas de iluminación, rampas adecuadas, etc.) y promover la integración física y social, que supone trabajar el tejido urbano de áreas excluidas, generar vínculos entre los vecinos, visibilizar el trabajo de emprendedores, proyectos basados en la economía social y el comercio justo, así como otras propuestas de organizaciones locales que fomenten temas ambientales, sociales y culturales.
- Sustentabilidad: a partir de la protección de la diversidad biológica, la movilidad sustentable, y la promoción de hábitos saludables y las redes de comercio justo, Buscamos la inclusión de bicicleteros públicos, oferta de bicicletas por el sistema público, sendas peatonales amplias, superficie de pisos seguros y rampas adecuadas.
En suma, este proyecto de Ley es una propuesta frente a la necesidad de garantizar una planificación urbana con perspectiva ambiental, con participación ciudadana y de escala Comunal, en sintonía con lo que propicia el Plan Urbano Ambiental y la Constitución de la Ciudad.
Hace pocas semanas se presentó un libro sobre el activismo barrial en defensa de espacios verdes. El mismo incluye una recopilación de experiencias sobre la construcción colectiva, el ejercicio de ciudadanía y la recuperación de lugares, que fue editado por el Centro de Estudios Sociales para el Desarrollo Territorial.
ParqueChasweb conversó con Fabio Márquez, licenciado en Diseño del Paisaje y actual director de la Comisión de Participación Social de ACUMAR, que participó en uno de los capítulos del libro. El especialista comentó: “Lo que refleja el compendio son la experiencias de proyectos de espacios públicos que se concretaron gracias a la participación de movimientos vecinales que los propusieron en distintas experiencias. A mí me tocó escribir un capítulo más conceptual del libro sobre lo que es la participación social en cierto marco proactivo de que quienes participen tengan incidencia en las decisiones y la manera en que está construido el libro es muy propositivo, porque al mismo tiempo que denuncia que gran parte de estos espacios verdes públicos nuevos fueron más por iniciativa vecinal en contra de la propia intención del Gobierno porteño; también abre un mecanismo de compartir estas experiencias para otros movimientos vecinales que hoy están disputando espacios que podrían ser púbicos, con una intención de transmitir optimismo a través del resultado de esas luchas. En mi texto busqué justificar y explicar lo bueno que es que haya una ciudadanía comprometida con el hábitat y que esa ciudadanía pueda incidir en las tomas de decisiones gubernamentales desde la sociedad civil”.