Parroquia San Alfonso María de Ligorio
En este mes que se celebra el aniversario 96º de Parque Chas, publicamos una crónica con la historia del templo ubicado en Barzana entre Hamburgo y Constantinopla, recopilada por el actual párroco Enrique María Serra.
La Ciudad crecía, la antigua Municipalidad de Buenos Aires presiona para que Vicente Chas acceda a la indispensable apertura de calles y la conformación de manzanas que facilitaran la ya incontenible urbanización y la comunicación entre los barrios de Belgrano y Flores.
Es por ello que Chas dio inicio en 1925, a la subdivisión y loteo de las tierras. A tal fin, contrató a los jóvenes ingenieros Armando Santiago Frehner (1890-1973) y Adolfo Guerrico (1897-1950) para diseñar el respectivo plano, cuya originalidad consistió en concebir el futuro barrio con un formato concéntrico de tipo europeo, permitiendo así aumentar considerablemente la cantidad de lotes disponibles dentro de la misma superficie, aventajando largamente -con el consiguiente beneficio económico- al clásico fraccionamiento porteño de damero cuadriculado.
Aprobado oficialmente el proyecto por el Concejo Deliberante de la Municipalidad (Ordenanza 1129), el 29 de septiembre de aquel año -1925- el primer paso para llevarlo a la práctica fue la construcción en la zona de 20 casas para obreros, costeadas por el propio Dr. Chas con el propósito de que actuaran -cual modernos showrooms– de atractiva muestra para entusiasmar a los futuros compradores. Completaba la seducción el obsequio de 10.000 ladrillos concedido a cada adquirente, con la condición de que la edificación se hiciese dentro del año de la compra.
Encargadas las subastas al conocido martillero público Gerónimo Grosso Giachino (cuyo logotipo era G.G.G.), la primera de ellas se realizó el 27 de noviembre de 1927, dentro de tres carpas tradicionales y en medio de un calor agobiante. El éxito la coronó y se vendieron los 200 lotes ofrecidos con grandes facilidades.
Continuaron así los remates en varias etapas hasta llegar a las últimas parcelas, ubicadas en el triángulo circundado por la Av. Triunvirato y las calles Ginebra y Gándara, subastadas en 1941.
Destaquemos que la mayoría de los compradores dedicaban sus días de descanso -fines de semana- a levantar sus hogares, ya que las jornadas hábiles estaban afectadas a sus respectivos oficios. Muchos de ellos trabajaban en la cercana empresa Química Estrella S.A., a los que se agregaron inmigrantes calabreses que llegaron a adquirir tres manzanas en el barrio.
Finiquitadas las ventas acotemos anecdóticamente que las carpas utilizadas en los remates sirvieron también para posibilitar las misiones religiosas que pasamos a describir.
LAS MISIONES
El 16 de febrero de 1923, en la Sala del Apostolado de la iglesia Regina Martyrum se suscribió un acta que declaró fundado el “Centro San Ignacio de Loyola para Fomento de los Ejercicios Espirituales”, cuyo accionar tendría superlativa importancia en el nacimiento del complejo religioso de Parque Chas que nos ocupa. Alma mater de este movimiento de la Compañía de Jesús (Jesuitas) fue el P. Justo Beguiriztain SJ.
Poco después, en 1927, la parroquia San Roque (creada el 18 de julio de 1908), al detectar que en esta zona de Buenos Aires bajo su jurisdicción -un verdadero descampado propiedad de la familia Chas- existían obreros y vecinos que atendían las huertas junto al arroyo Vega, organizó en ella la primera misión, promovida por los sacerdotes de la congregación Oblatos de María Virgen que tenían a su cargo la citada parroquia.
Se les unieron religiosos jesuitas, quienes tenían a su cargo la Iglesia Regina Martyrum y la formación sacerdotal del Seminario de Villa Devoto, impulsados por el Centro San Ignacio de aquella Iglesia. Para ellos, este rincón porteño llevaba la añoranza de la antigua Chacra de los Colegiales (Chacarita) -quinta de descanso del Colegio Mayor- y su Capilla; ellas habían permanecido en el tiempo caras a su espíritu.
También participaron las Hermanas de San Vicente de Paul que atendían desde 1914 el “Asilo Maternal N° 5”, hoy Instituto Carolina Estrada de Martínez, ubicado en Av Del Campo 1653 de Villa Ortúzar, donde la congregación permaneció hasta 1986.
Todos ellos se conjugaron para el éxito de la misión.
En 1928 la misma se repitió durante quince días, y el P. Amílcar Merlo OMV se refirió a ella en estos términos: “Por deseo del Arzobispo participaron treinta seminaristas, cuarenta señoritas de la aristocracia como catequistas, diez Hermanas, doce profesores, seis predicadores, el Rector del Seminario y tres profesores jesuitas, además del Padre Rohling del Verbo Divino y yo.
En un gran campo vecino al poblado se levantó una gran carpa redonda con capacidad para mil niños; vecina a ésta, dos más pequeñas para los bautismos y las confesiones. Yo permanecía en mi puesto cerca de diez horas al día. La última noche confesé hombres al claro do la luna, junto con el Padre Sauras, jesuita, hasta la medianoche. Durante la misión, el Padre Giuseppe Michele Pastore y el Padre Severino Canoniero se turnaban para atender a las confesiones y bautismos. El éxito fue triunfal. Se bautizaron gratis -se entiende- 127 personas, casi todas adultas; se regularizaron 32 matrimonios; el obispo administró 1084 .confirmaciones; hubo 540 primeras comuniones, 845 comuniones, un promedio de 1200 asistencias al catecismo diario y de 500 adultos a las prédicas de la noche.
La misión comenzó el 13 de octubre y terminó el 28 con la fiesta de Cristo Rey, siendo coronada con una solemne procesión en medio del campo.
Aparte del copioso fruto espiritual, existió el fruto práctico y durable. La familia propietaria de aquellos terrenos (Chas), tras mi invitación, regaló al Arzobispo (Bottaro) terreno para edificar una .iglesia y una escuela católica. También aquel rincón estaba espiritualmente asegurado” (1).
Destaquemos aquí que el testimonio y la gestión del padre Merlo ignora que Vicente Chas propiamente se limitó a reservar, en el trazado del barrio, dos céntricas manzanas destinadas a los futuros predios de una parroquia católica y una escuela de educación primaria municipal. Por lo tanto, la compraventa del terreno destinado a la parroquia fue rubricada por la Sra. María Lanza -viuda de Vicente Chas, desde pocos meses atrás- y el Arzobispo de Buenos Aires, fray José María Bottaro ofm, el 23 de abril de 1929 por la suma de $40.000.
El terreno de marras era la manzana limitada por las actuales calles Barzana, Hamburgo, Constantinopla y el Pasaje Sofía.
ETAPA JESUÍTICA – LA CAPILLA
Como resultado de las misiones bajo carpa relatadas y el empuje del Centro San Ignacio, los jesuitas pidieron permiso al arzobispado para construir una capilla en la parte central del terreno adquirido por la Curia. Autorizados por ella, la erigieron en medio de un verdadero campo raso, tal como era entonces el predio y su entorno. Monseñor Fortunato Devoto fue el encargado de colocar la piedra fundamental el 31 de julio de 1932, siendo Director del Centro San Ignacio el ya citado P. Beguiriztain SJ.
Encargado de construir la capilla fue el Sr. José Mayer, el cual la edificó con un costo de $37.500 de aquella época. Los fondos se reunieron de la siguiente forma: 1) donación de las señoritas Edelmira y Etelvina Tavemier: $ 20.000; 2) colectas hechas por socias del Centro San Ignacio entre los años 1932 y 1936: $14.099; c) el P. Justo Beguiriztain SJ aportó $2.285,85 entre junio de 1932 e igual mes de 1933. Además, se le agregaron varios préstamos efectuados por dicho Centro, miembros del mismo en forma particular y el Banco de la Nación Argentina. A raíz de esta financiación, el Centro quedó con una deuda de $ 2.240 en el momento de hacerse cargo de la capilla los Padres Redentoristas, lo que ocurrió el 31 de enero de 1940. El esfuerzo realizado lo sintetizó uno de sus directores: “esta capilla está hecha con ladrillos de alma…”
El Centro San Ignacio organizó la enseñanza del catecismo, que comenzó primero a la intemperie, y luego dentro de las paredes, mientras la edificación aumentaba en altura…
Por último, la esperada inauguración de la Capilla tuvo lugar el 11 de octubre de 1932, mientras que su consagración aconteció exactamente en igual fecha de diciembre, presidida por el Padre Provincial de la Compañía de Jesús, P. Luis Parola, SJ.
PARROQUIA
El 18 de diciembre de 1936, ya pasados dos años de concluido el XXXII Congreso Eucarístico Internacional, se erigió la parroquia con el nombre inicial de La Purísima y San Ignacio de Loyola. Cuando el cardenal Copello decidió crearla ya había suficientes vecinos en el barrio para justificar la medida. Sin embargo, funcionó únicamente para celebrar los bautismos, mientras que los casamientos se consagraban en San Roque, parroquia-madre de la cual había dependido la capilla hasta entonces. Al parecer, se aplicó de facto una disposición del arzobispado para las parroquias erigidas a mediados de 1934, en cuya virtud, cuando las mismas no pudiesen funcionar de inmediato, sus territorios seguirían bajo la dependencia de las anteriores jurisdicciones de las cuales habían sido separadas.
ETAPA REDENTORISTA – CASA DE EJERCICIOS
Al margen de lo expuesto, a comienzos de 1939 el cardenal Copello decidió destinar el terreno adquirido por la Curia en Parque Chas a la edificación de una Casa de Ejercicios Espirituales, que hizo construir con recursos personales para el Clero de la Arquidiócesis, contigua a la Parroquia por él creada pocos años atrás.
Ofreció su conducción originalmente a los padres jesuitas, quienes rehusaron inicialmente asumir tal responsabilidad, sea por tener su casa de retiros en San Miguel o por interpretar que la obra proyectada no estaba lo suficientemente aislada del ruido ciudadano. Cuando más adelante volvieron sobre sus pasos, realizando gestiones ante el arzobispo, ya era tarde, pues en el interín S.E. había ofrecido la casa a la Congregación del Santísimo Redentor (Padres redentoristas).
Esta congregación, cuyos primeros miembros -de la provincia austríaca del Instituto- llegaron a la Argentina en 1883 como consecuencia de la persecución de Bismarck, se había establecido en la actual parroquia Nuestra Señora de las Victorias y su carisma se centraba en las misiones y ejercicios espirituales.
Aceptada por sus autoridades la fundación -cuyo predio comprendería también la parroquia- con algunos requerimientos que fueron admitidos por el arzobispo, se suscribió un contrato por cincuenta años que permitió al cardenal Copello encarar la edificación del complejo edilicio, iniciándose así la segunda etapa de nuestra historia.
Fue así como a mediados de mayo de 1939 se firmó el contrato por “ajuste alzado” por un total de $352.989,04 m/n con la empresa constructora de León Valli y Cía., y comenzó la obra, quedando ésta bajo la dirección y control del arquitecto Carlos C. Massa. El conjunto abarcaba la Casa de Retiro, la Sede Parroquial y el Convento de los religiosos, así como el nuevo frente de la parroquia -englobando al anterior- y sus dependencias. En diciembre de 1939 se retiraron definitivamente los jesuitas y comenzaron los redentoristas a oficiar misa los domingos y demás festividades del culto.
La edificación del complejo se extendió hasta el 13 de julio de 1940. Y el sábado 21 de septiembre de 1940, el arzobispo bendijo conjuntamente la casa de ejercicios -denominada desde entonces “Casa de Retiros Cardenal Copello”- y la Parroquia San Alfonso María de Ligorio, en una solemne ceremonia que comenzó a las 16 horas y a la que asistió una gran concurrencia, pese a la persistente llovizna que caía en esos momentos. Tal como era costumbre, se repartieron estampas recordatorias a los presentes.
Al día siguiente, el flamante cura párroco -P. Emilio Viscontini- tomó posesión de su cargo, previa lectura del nombramiento oficial. La Municipalidad se adhirió a los festejos y -por pedido de los padres redentoristas- embanderó e iluminó el edificio, colgando también gallardetes por las calles adyacentes.
De pocos días después datan la primera partida de bautismo (26/09/40) y la celebración del primer matrimonio (26/10/40).
El cambio de nombre parroquial representó un reconocimiento al fundador de la congregación encargada de conducirla. Al margen de ello, se daba una feliz coincidencia: el Pasaje Nápoles en Parque Chas concluye su trayecto exactamente frente al templo. Recuerda a la ciudad donde nació San Alfonso María de Ligorio…
En cuanto a la atención doméstica de la Casa de Ejercicios, el cardenal Copello consideró conveniente incorporar una Congregación de Hermanos. Ante la imposibilidad de lograrlo, se decidió traer religiosas, para lo cual se hicieron reformas en el inmueble con el fin de facilitar su instalación. Las Hermanas elegidas -inicialmente Siervas de Jesús Sacramentado- inspeccionaron la casa el 25 de mayo de 1940, aprobando las dependencias que les estaban destinadas.
ETAPA ACTUAL – CLERO SECULAR
Los redentoristas permanecieron en Parque Chas medio siglo. Se retiraron en 1989 porque, integrando una congregación esencialmente misionera, la tarea que se les había encomendado, contemporánea al nacimiento del barrio y de conformidad al compromiso contraído con la curia entendieron había sido cumplida. A ello se unía también la apertura de otras misiones en el país que requerían disponer de sus miembros. Todo se conjugó para el alejamiento de la parroquia, aunque la decisión no fuese unánimemente aprobada en el seno de la congregación.
En consecuencia, el 17 de septiembre de 1989 se produce la devolución del complejo religioso al Arzobispado de Buenos Aires.
Fuentes
Avellaneda, Luis Alberto: “La Casa de San José y el centenario de su Basílica, Edición de autor, Buenos Aires, 2012.
Belvedere, Fernando: “San Alfonso María de Ligorio, la Parroquia de Parque Chas”, https://www.parquechasweb.com.ar/parquechas/notas/Nota_San%20Alfonso.htm).
Berjman, Sonia (Dra.): “Parque Chas – El laberinto de Buenos Aires (www.parquechasweb.com.ar/parquechas/historia/histo.htm)
Bodas de Plata del Centro San Ignacio de Loyola. Buenos Aires, 1948.
Cútolo, Vicente Osvaldo: “Historia de los barrios de Buenos Aires”, Tomo I, Editorial Elche, Buenos Aires, 1998.
Gill, Mario (2009). “Las misiones populares porteñas bajo carpas entre 1920 y 1930”, XII Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia. Departamento de Historia, Facultad de Humanidades y Centro Regional Universitario Bariloche. Universidad Nacional del Comahue, San Carlos de Bariloche.
Guzmán, Fernando: “150 años de misión y servicio vicentino- 1859/2009”, Ediciones Sacerdotes de la Misión e Hijas de la Caridad – Buenos Aires, 2009.
Magaldi, Juan B.: “Historia de la Parroquia de San Roque”, Editorial Guadalupe, Buenos Aires, 1940.
Nogués, Germinal: “Buenos Aires, ciudad secreta”, Editorial Sudamericana, 3° edición, Buenos Aires, 2003.
- Ibáñez Padilla SJ, Alberto: “Una Reina en el barrio Congreso”, Ediciones Convivencias con Dios, 2° edición, Buenos Aires, 2006.
Susco, Víctor A.: “Parroquia San Alfonso María de Ligorio” (1932-2009). Inédito.