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Parque Chas. El laberinto de Buenos Aires


¿Cuál es nuestro barrio? Podemos acordar que un barrio es un agrupamiento social espontáneo, determinado y diferenciado, que produce y mantiene las relaciones personales alrededor de puntos clave como la iglesia, la escuela, el comercio, o la vivienda. Se puede diferenciar del conjunto planificado que, al estar rodeado por arterias troncales, permite el habitar en un sitio residencial, de poco tránsito interior, con espacios verdes abundantes y mínimo equipamiento. Puede hablarse en este caso de la unidad vecinal.

Es cierto también que nuestra habla cotidiana significa con el vocablo barrio hay mucho más abarcante y profundo.
Un barrio puede ser aún – como sostiene Mario Sabugo
«… una pequeña ciudad y una pequeña urbe (…) una institución cuyos integrantes reunidos históricamente por el oficio, la sangre o el lugar mismo, se reconocen en determinadas creencias y cumplen determinados rituales».

En nuestro caso agregaríamos los rituales mitológicos de perderse y encontrarse en su propia casa, que es su barrio.

Así, cuando a la ubicación espacio-temporal agregamos el sentimiento, tenemos lo que diariamente es para un porteño su barrio.
Barrio es – entonces – la calle o la cuadra (vivo en Santa Fe) : la esquina (San Juan y Boedo) ; el café (mil nombres desconocidos para todos menos para el habitué); el espacio verde (Parque Patricios); el club (y …somos la mitad más uno o vivo en River); el negocio (enfrente de Gigante … ¿se acuerda?) ; la iglesia (a la vuelta de San Cayetano); el mercado(soy del Abasto), y tal vez muy pocos del cementerio si es la Chacarita y muchos más si es la Recoleta.

Un barrio no existe solo por si sólo por sí mismo, sino -y particularmente- por comparación , o posición, similitud, con otros y con la ciudad. Con el todo que engloba y masifica en contra de lo particular que individualiza e identifica.
La mayoría de las veces esa identificación evita -como se ha ejemplificado – lo establecido, lo ordenado (por lo de ordenanza).

Tal es el caso de nuestra vecindad. ¿Barrio Parque Chas o barrio Parque-Chas o barrio Parque-Chas? : Dualidades significativas que trataremos de dilucidar.
Es ya conocido que sus residentes muchas veces no se atrevan a declarar su procedencia, si no es planito por medio, a un iniciado, a un porteño de ley, o a un taxista de vieja prosapia.

El asunto es que, guste o no, Parque Chas perdió su efímera categoría municipal de Barrio Porteño – que ostentó durante 6 cortos meses – para seguir siendo una parte del Barrio de Agronomía.(3) Zona ésta que a cualquier habitante del centro le da idea de allá por esos campos atrás de Chacarita, por donde están los tuberculosos, y demás imprecisiones por el estilo. Será por eso que es más fácil para los vecinos decir: soy de Urquiza, de Pampa y Triunvirato, o aún de Chacarita, y listo.
El Barrio de Agronomía.

Aunque es innegable el cordón histórico que une a Parque Chas con Villa Urquiza tanto como con Chacarita, municipalmente hablando pertenece al Barrio de Agronomía. Este está delimitado por las avenidas La Pampa, Salvador María del Carril, San Martín, Chorroarín y Tte. Gral. Donado Álvarez. En la intersección de del Carril y San Martín, el limite pasa por la calle Campana, única arteria no avenida de su contorno.(4)

Su superficie abarca 400 Ha. y tiene delineadas 230 manzanas, siendo el resto áreas verdes donde se asientan varias instituciones oficiales. Por su población estable ocupa el lugar 32 entre los 46 barrios porteños, siendo uno de los menos poblados de la capital. En las últimas décadas, su población y habitación han evolucionado inversamente, de lo que se deduce una mayor superficie cubierta por residente: (5)

1970: habitantes 40.049 / viviendas 11.582
1980: habitantes 36.300 / viviendas 12.497
1991: habitantes 35.582/
2000: habitantes 33.858/

El Barrio de Agronomía se conformó con el aporte de dos áreas históricamente bien diferenciadas : una, la heredera de parte de la Chácara de los Jesuitas; y la otra, de las tierras que correspondieron al original trazado de Villa Devoto, que queda así seccionado arbitrariamente.
En un primer acercamiento totalizador, en el barrio se desarrollan las actividades que pueden apreciarse en el gráfico. (6)

I. Determinantes históricos – geográficos
Villa Devoto, la Chacarita y el Parque de Agronomía.

Villa Devoto es una zona que antiguamente pertenecía al Partido de San Martín, (7) y que, cuando en 1887 la Capital Federal adquirió su conformación actual, paso a formar parte de la misma, comprendida en las mas de 887 Ha. de aquel Partido que pasaron a la Nación, en canje por igual cantidad de los hasta entonces Partidos de Flores y Belgrano. El propósito de esta acción era proporcionar bordes menos irregulares a la Capital Federal. (8)

En la época de la Colonia, esa zona había pertenecido al Partido de Monte Grande o de San Isidro, cuyos indefinidos límites – como sostiene Beccar Varela – comprendían San Fernando, Las Conchas, Vicente Lopez, Belgrano y San Martín. (9)
En las tierras conocidas como los campos de Altube o el Talar de Gainza, que eran las mas altas de toda la ciudad con sus 37 m. Sobre el nivel del mar, el arq. Juan A. Buschiazzo y el Ing. J. Poggi delinearon la nueva Villa, sobre una mensura del ing. C. M. Morales, por pedido de la sociedad comercial «El Banco Inmobiliario», cuyo Presidente era don Antonio Devoto. (10)

Corría el año 1889, y al poco tiempo de iniciado el loteo ya se vislumbraba su destino residencial exclusivo, como zona apreciada por la aristocracia, especialmente la de origen extranjero, como italianos, alemanes e ingleses. El tout Buenos Aires compró allí su trozo de terreno, incluyendo al propio Presidente de la Nación, el Dr., Juárez Celman.
El sitio fue tomando un encanto muy especial con la construcción de palacios y villas con jardines, coexistiendo con enormes quintas hasta la finalización del siglo pasado y aun bastante entrado el presente.

Esa urbanización presentaba dos sectores: el primer loteo que abarcaba 250 manzanas con su moderna traza de diagonales semejante a La Plata; y el que termino de conformarse hacia 1930 en trama rectangular y que hoy forma parte del Barrio de Agronomía.
Villa Devoto se mantuvo hasta hoy en clima propio de tranquilidad y paz, al que sin duda contribuyen sus avenidas y su profusa vegetación en arterias y jardines, confluyendo hacia el verde corazón de su plaza de 4 manzanas.

Distinto ha sido el desarrollo de la zona de la Chacarita. En sus interesantes y documentados estudios, el Ing. Héctor Ottonello (11) ha establecido los reales límites de la dilatada chacra de los jesuitas en relación al Buenos Aires actual, llegando a la conclusión de que ocupaba 2700 Ha. sobre el total de 19.000 Ha. de la ciudad.

En la búsqueda de los orígenes coloniales de la posesión de esas tierras, Ottonello pudo establecer que su formación data del periodo 1614-1746, tomando como base las suertes 12 a 21 y la continuación en las suertes de cabezadas luego del Fondo de la Legua (hoy Constituyentes). Como estas últimas no estaban correctamente amojonadas, luego de la expulsión de los jesuitas en 1767, fueron numerosos los pleitos que se originaron por la propiedad de los terrenos.

Cuando las propiedades de la Corona pasaron a nuestro gobierno patrio, nació la idea de Rivadavia de fundir allí un pueblo al que se llamaría Chorroarín, en homenaje al rector del Colegio de San Carlos. Para ello, en 1829, Felipe Senillosa elevó los correspondientes planos al Gobierno de la Provincia. Como muchos otros proyectos de nuestra Argentina, este también fracaso por falta de continuidad y apoyo oficial.(12)
En 1830, el agrimensor Nicolás Parchappe mensuro las tierras e identifico a sus ocupantes.

En este plano, Parchappe nos brinda una información muy interesante: la suerte 19 estaba ocupada por Antonia Chas, siendo este el origen de las posesiones de la familia en el que luego seria el Partido de Belgrano. Además, la suerte 52, señalada como de Francisco Munita, nos muestra su trazado que conservó casi intacto hasta 1925. año en el que se delineo sobre su superficie el Parque Chas.

Estaba esta suerte ubicada detrás de los montes de la Chacarita, y en el«…deslinde que divide la Chacarita de la suerte 22 que en el día pertenece a Don Pedro Sebastiani, y halle primero una zanja, y en seguida una calle perfectamente rectas, que sirven de división a ambos terrenos, y están trazadas al rumbo verdadero…» (13)

Parchappe se baso para su trabajo en la mensura que ordenara el Gobernador Bucarelli y la Junta de Temporalidades en 1769, la que a su vez arrancaba del antiguo mojón del Callao (Constituyentes y Pampa), el que unido en línea recta con el río (a esa altura las Caleras de Rosas) dividía tajantemente las suertes 21 y 22 : Jesuitas y Sebastiani. La división, esa calle y zanja «Perfectamente rectas», es la actual Av. La Pampa, limite histórico entre Chacarita y Villa Urquiza.

A propósito del tema de las arterias que cruzan las exposiciones de los jesuitas, el Ing. Ottonello ha señalado el porque de sus cambios de rumbo con respecto a la generalidad de la ciudad, a la vez que la ausencia de ejes rectos en las mismas. Observando el plano Parchappe, se descubre que los caminos que están trazados corresponden a las actuales avenidas Álvarez Thomas, Lacroze, Elcano (antes un arroyo), Dorrego, Chorroarín, Warnes y Cabildo. Son las viejas sendas centenarias que vinculaban las distintas propiedades. Luego, las subdivisiones fueron respetando esas antiguas rutas, a la vez que no fueron corregidos sus codos y quiebres.

Poco tiempo después del fallido intento de urbanización, en 1833, se asentaron en las inmediaciones inmigrantes provenientes de las Islas Canarias, pero no lograron establecer colonia.

Siguiendo el desarrollo que el lugar elaboro Diego A. del Pino (14), veremos que se opero un gran cambio durante la época de la administración de Rosas. Se instalaron entonces arsenales, depósitos y habitaciones para soldados e indios en las ruinosas construcciones Jesuitas, alternándose las instalaciones militares con espesos montes de durazno y con las parcelas que Rosas vendió o regalo. Quedo, de ese modo, definitivamente alterada la imagen de la zona, perdiéndose la de grandes campos cultivados, ya que la subdivisión fue grande, con los muchos zanjones y arroyos cruzando aquí y allá.

Son conocidas las anécdotas de «Juvenilia», protagonizadas por los estudiantes del Colegio Nacional en la Chacarita (chacra o quinta de regular tamaño).

La relación entre esos terrenos y la casa de estudios se remonta al siglo XVII, cuando los arriendos de los terrenos que los jesuitas no utilizaban y tenían otorgados en pequeñas quintas, eran cobrados por el colegio Máximo de San Ignacio, y luego sucesivamente por el Real Colegio de San Carlos, el colegio Seminario y el Colegio Nacional.

Miguel Cané describe al lugar en 1860 como «…pocos puntos hay mas agradables en los alrededores de Buenos Aires, situado sobre altura, a igual distancia de Flores, Belgrano y Capital, el viejo edificio de la Chacarita (…) domina un paisaje delicioso, al que las caprichosas ondulaciones del terreno dan un carácter no común en las campiñas próximas a la ciudad». (15)como bien apunta Otonello, el sitio se encontraba mucho más cercano a la plaza de Belgrano que a la de Flores – los dos polos suburbanos de entonces – , acentuándose este acercamiento por la dependencia formal al Partido de Belgrano.

El Pueblo de Belgrano fue fundado 1855 con el delineamiento de unas cuantas manzanas, y en 1865 se establecieron los limites del Partido que comprendían desde el arroyo Maldonado hasta chacra White, incluyendo la casa de Rosas en Palermo, la Chacarita y Colegiales. (16)

Esta dependencia se verifica en el Censo de 1869, cuando se estableció como Cuartel 3° de Campaña del Partido de Belgrano al delimitado por : Pampa, Libertador, Arroyo Maldonado, Colegiales, Chacarita, Villa Ortúzar, Casa de Corvalán (hoy Club Belgrano ), Quinta de Borches, Quinta de los Munita ( la de Belgrano ). (17)

La epidemia de fiebre amarilla de 1871 determino – entre otras importantes consecuencias – un rápido poblamiento del pueblo de Belgrano, así como la apertura del cementerio llamado Chacarita Vieja sobre lo que hoy es el Parque Los Andes. En 1886 se habilito el Cementerio del Oeste, o Chacarita Nueva, sobre 70 Ha. planificadas por el Arq. Juan A. Buschiazzo.

Simultáneamente, una ley nacional autorizo a vender en remate público lotes en la Chacarita de los Colegiales, bajo mensura practicada por el agrimensor José Maria Bustos el 6 de junio de 1890. (18)

El Parque de Agronomia derivo de un antiguo proyecto nunca concretado que apareció ya anunciado en 1893, cuando la Comisión de Parques y Paseos solicito a la Intendencia que obtuviera del Consejo Universitario la cesión de 80 a 100 Ha. para formar el mencionado parque, luego conocido como del Oeste :

«del cual se denominaría de la ciudad, de acuerdo con la idea moderna sobre parques que deben tener panorama a sus pies como los que hizo Haussman en Paris…»(20)

Todavía en el 1900 el Intendente tenía la intención de formar el paseo sobre una superficie de 185 Ha. para lo que se había preparado un plano dejando 30 Ha. para una Quinta Agronómica. En los fundamentos del atraso en concretar la idea, se enfatizaban las dificultades que se tenían para tener posesión efectiva del terreno. (21)

Como vemos, los litigios comenzados en 1770 ante la Junta de Temporalidades seguían trabajando la acción de las autoridades, quienes en 1885 habían podido recuperar las fracciones que habían sido ocupadas por Fortunato Capurro, Ignacio Etcheveste y Carlos Stekerolum. Encerradas entre Chorroarin, Constituyentes, San Martín y Beiró, aparecieron en planos de bien Avanzado el siglo XX todavía destinadas al Soñado Parque Guillermo Rawson, como era intención denominarlo, en realidad, parte de los proyectos fueron cumplidos, ya que actualmente la comunidad utiliza los espacios verdes de las instituciones que allí funcionan como esparcimiento de fin de semana.

Además, el nombre de Rawson quedo como denominación del adyacente barrio que construyo la Comisión Nacional de Casas Baratas hacia fines de la década de 1920, sobre el triangulo formado por Tinogasta, Zamudio y San Martín.

Esas tres quintas usurpadas, ya en poder del Gobierno Nacional, dieron asiento 1904 a la Facultad de Agronomia y Veterinaria, y en 1922 al instituto de Oncologia «Doctor Ángel Roffo», que es uno de los dos hospitales-escuela de la Universidad de Buenos Aires que funcionan en el barrio. El otro, el Instituto de Investigaciones Médicos «Doctor Alfredo Lanari», ocupa – desde 1957 – un sector del Hospital de Neumotisiologia «Doctor Enrique Tornú». Este se edifico a partir de 1904 en la antigua chacra ocupada por las familias Saavedra y luego Porasio, terreno que también fue recuperado en la década de 1880 por los poderes públicos. (22)


Un cinturón de Villas a fines del siglo XIX.

Hacia fines del siglo pasado, el terreno anteriormente «de Munita» y luego «heredera de Chas», era el mas grande de una serie de latifundios desperdigados por la zona. Estaba rodeado por quintas ocupadas en su mayoría por intrusos, en los que había sido los predios del Colegio Nacional, y luego por una cantidad de pequeños núcleos con vida propia denominados Villas. Eran ellas; Villa Devoto, Villa de las Catalinas, Villa Modelo, Villa Mazzini y Villa Ortúzar. (23)

Mas allá, Villa Santa Rita, Villa del Parque y Villa Crespo – aunque relativamente cercanas en distancia – quedaban completamente separadas por la división ocasionada por las dos líneas férreas, parte del Maldonado y el enterratorio General de la Chacarita. (24)

Conocidos someramente los antecedentes de Villa Devoto, diremos brevemente que Villa de las Catalinas y Villa Modelo forman hoy el todo compacto de Villa Urquiza, pero en esos momentos eran dos núcleos separados por el terreno de Roland y la vía del ferrocarril.

La primera nació un dos de octubre de 1887 cuando don Francisco Seeber y el Ingeniero Emilio Agrelo comenzaron la venta de una urbanización que había sido planificada por este profesional. Esos terrenos – de las Lomas Altas – habían sido adquiridos a Francisco Cazón y Francisco Chas para extraer de ellos el relleno necesario para el Muelle de las Catalinas (de ahí el nombre) que los socios explotaban en el Paseo de Julio y Paraguay.

Así, rápidamente desaparecieron las primitivas alturas y las profusas arboledas de las 60 Ha. que se fueron poblando poco a poco con humildes residentes cuya economía no les permitía adquirir terrenos mas centrales o mejor servidos. En 1889 se inauguro un paradero del Ferrocarril al Rosario que la unía a Retiro en casi media hora, hecho que le dio el primer gran impulso al nuevo barrio. El nombre de Villa Urquiza fue impuesto por pedido de los vecinos en 1901. (25)

Villa Modelo, en cambio, era un pequeño asentamiento de 14 manzanas, delimitado por las hoy Pampa, Triunvirato, Olazábal, y Andonaegui. Dependía para todo tipo de actividad de su vecina Las Catalinas. Esos terrenos habían sido parte de la muy extensa propiedad de los Sebastiani, y fueron casi los últimos en ponerse en venta por la familia. Diego A. del Pino sostiene que correspondían a la familia Chas, pero esto no ha sido probado. (26)

La decidida acción de sus pobladores, ejerciendo la inusitada presión sobre los funcionarios municipales y sobre los funcionarios municipales y sobre el Doctor Vicente Chas, fue el motor que produjo, finalmente, la urbanización de nuestro barrio.

De Villa Modelo hasta constituyentes, es decir hasta el limite de Villa Devoto, y entre el terreno de Roland y el de Chas, se extendía el ultimo retazo de la antigua quinta de los Sebastiani, que tardaría todavía muchos años en lotearse.

Villa Mazzini esta hoy englobada en Villa Urquiza, pero a fines del siglo pasado conformaba un vecindario independiente delimitado por las hoy avenidas de los Incas, Olazábal, Álvarez Thomas y Melian.

Según Diego A. del Pino es una población mas antigua que Villa Urquiza (27) y constatamos que ya aparece en el plano de Latzina del año 1889, autor que expresa:

«Dentro del municipio se están formando varios centros de población (…) cerca de Belgrano, Catalinas; luego Villa Mazzini, y mas al sur, Villa Ortúzar. «(28)A fines de 1894 se concreto la plaza central a ese barrio que llevo el nombre del Gral. Zapiola.

Menciona Latzina a la Villa Ortúzar, la que se formo con el asentamiento de los trabajadores ocupados en el cementerio sobre las tierras que don Santiago Ortúzar obtuvo como recompensa de sus servicios militares a Rosas. Abarcaba desde Álvarez Thomas a Triunvirato, y desde El Cano a Tronador. Allí edifico su residencia, de lineó las calles, arbolo y vendió durante toda la década de 1880. (29)

En 1895 – año en que se levanto el importante plano fotográfico de la ciudad a cargo de la Oficina de Obras Publicas de la Municipalidad – se sucedieron dos hechos que contribuyeron en mucho al desarrollo de toda la extensa zona que estamos tratando.
Por una parte comenzó a funcionar el tren a vapor Lacroze, heredero del legendario Tranvía Rural, que se fue extendiendo hacia el interior del país como el Ferrocarril Rural de la Provincia de Buenos Aires, y contribuyo enormemente al poblamiento de las adyacencias de la estación ubicada en Chacarita. (30)

Por otra, se estableció la Parroquia del Carmen con jurisdicción sobre Villa Catalinas, Villa Devoto, Villa Modelo y Villa Mazzini. Esta jurisdicción civil que permitió la elección de concejales, se complemento al año siguiente con la correspondiente eclesiástica, separándose así de la Parroquia de Belgrano y comenzando el crecimiento independiente, religioso e institucional. Unos años mas tarde, en 1908, se eligió la Parroquia de San Roque para atender una zona que englobaría al futuro Parque Chas, el que se separa así en cuestiones religiosas de Villa Urquiza; no tuvo esto ninguna importancia ulterior, ya que por ese entonces permanecían esos terrenos casi inhabitados. (31)

Las familias propietarias del terreno que nos ocupa, Munita y Chas, fueron prominentes vecinos de Belgrano, partido al que las tierras pertenecieron hasta la conformación definitiva de la Capital Federal.

Ya en 1882, cuando Rafael Hernández redacto un informe sobre las potencialidades del pueblo de Belgrano para solicitar su declaratoria de ciudad, especifico que dentro de su territorio existían otros centros urbanos «creados por la fuerza expansiva de su vitalidad». (32)

Nombra entonces al Pueblo Saavedra, Villa Mazzini, Villa Ortúzar. Si este informe hubiera incluido a Villa las Catalinas y a Villa Modelo, a cuyo lado – y por esfuerzo y tesón de sus sociedades de fomento – se creo el hoy Parque Chas.
Ultimas décadas del siglo XIX… época de las Villas rodeando al futuro Barrio Parque Chas, que tomo ese nombre, indudablemente, por la incidencia del urbanismo post 1900. Si hubiera nacido en los tiempos finiseculares, con toda seguridad se hubiera denominado Villa Chas.
La familia Chas y el predio «de Munita»

Un sobrino del General Manuel Belgrano, Francisco Chas, (33) fue cabeza de una caracterizada familia de Buenos Aires durante casi todo el siglo XIX. Fue hacendado y conocido filántropo, Constituyente en 1854, Senador Provincial e integrante de la primera Comisión Municipal de la Ciudad de Buenos Aires. Caso con Catalina Salas, con quien tuvo varios hijos.

Los varones fueron cuatro: Francisco – quien falleció adolescente – Tomas, Joaquín y Vicente, con quienes fundo la sociedad Francisco Chas e hijos (34). Sus hijas mujeres casaron con prominentes hombres del momento: Rosario con Van Praet, el terrateniente de Belgrano; Mercedes con el Coronel Arias; Juana y Catalina con los hermanos Emilio y Ernesto Bunge; y Rosa con el Doctor Enrique Martínez (35).

Residían en una casa en corrientes y Florida que era tenida como ejemplo de residencia porteña por las revista de arquitectura francesas de la época. (36) Tanto esta, como la morada veraniega en Belgrano, fueron obra de uno de los yernos de don Francisco Chas, el Arq. Ernesto Bunge, poseedor el primer titulo de arquitecto expedido en nuestro país.
Si la primera vivienda trascendió nuestras fronteras, su quinta en el pueblo de Belgrano continua hoy brindando servicios a la comunidad como cede del Museo Municipal de Arte Español «Enriqueta Larreta» (37).

En esa quinta de Belgrano, frente a la iglesia redonda que tanto quisieron y cuyas puertas talladas donaron, fallecieron don Francisco y doña Catalina (38).
La familia estuvo desde siempre indisolublemente unida al Partido de Belgrano, donde poseía muy importante fracciones de tierra en distintas ubicaciones. Unas dieron lugar – como hemos visto – a parte de la Villa Catalinas, otras a nucleos de Coghlan, al centro de Belgrano con su casa de verano frente a la plaza. Sumaban a todas ellas su gran quinta ubicada entre Cabildo y las vías del Ferrocarril Poblador, la que separaba a fines del siglo pasado a los pueblos de Saavedra y Belgrano. Otras posesiones más pequeñas, aquí y allá, salpican los mapas de épocas con el apellido Chas (39).

Precisamente unas de esas fracciones, conocidas como Terreno de Munita, todavía en la década de 1890 anunciada como en el Antiguo Municipio de Belgrano, daría origen a nuestro Parque Chas.
Era en realidad un bien de la Sociedad Francisco Chas, muy poco tiempo antes del fallecimiento de su padre (40).
Luego de muchas discusiones sobre la legitimidad de la escrituración, fue comprendido dentro de las propiedades sucesorias.

En declaratoria de herederos se resolvió entonces:
«… vendiéndose el terreno recibido en retroventa de Don Antonio Canessa, por los martilleros Adolfo Bulrrich y Cia. En remate publico y previa tasación por el Maestro Mayor Don Miguel Cabrera, de cuyo precio se descontara el importe de las hipotecas constituidas sobre dicho terreno a favor de Don Diniosio Munita y Doña Sixta R. de Munita.» (41)

Es oportuno aclarar que el terreno antes de Munita y ahora heredero de Chas, no conservaba su original conformación. En efecto, el sector comprendido por La Pampa, Constituyentes, Gándara y Andonaegui, había pasado a propiedad de Mercedes y Etelvina Munita, luego a Isidro Lacroze y después al vecino Richeri. En el plano que el departamento de Ingenieros levanto en 1888, aparece todavía completo, y teniendo en cuenta que la propiedad paso a los Chas en 1889, debemos concluir que la sub dirección se efectuó contemporáneamente a esos hechos. Ese sector fue loteado en 1910 «por cuenta de la Compañía de Seguros La Republica», urbanizándose con la tradicional ortogonalidad a partir de entonces. (42)

Volviendo a la mencionada tasación del terreno, la misma nos permite conocer mas de ese trozo de tierra que tanto trabajo daría al Juez de Primera Instancia Doctor Ángel Pizarro :

«El Maestro Mayor que suscribe (…) para tasar el terreno (…) ubicado en esta Capital, Parroquia de Belgrano, cuyos linderos son por el Sur Oeste, parte con el señor Lacroze y parte camino publico en medio con Dihel y el Banco Inmobiliario, por el Nor Oeste con Lacroze y el resto Prolongación de la calle Moreno en medio con los herederos de Sebastiani y por el Sud Este con la Sociedad Territorial, Señor Gutiérrez y Don Simón Galata …» (43)

Aclaremos que las calles prolongación de Corrientes y de Moreno son las actuales Triunvirato y Pampa, respectivamente, esta ultima también llamada Ernesto Tornquist (44) por breve periodo y Avenida Nacional en su prolongación mas allá Constituyentes hacia Villa Devoto, hoy Salvador Maria del Carril.

Los lindares Lacroze, Sebastiani, Gutiérrez, Galato o Garat, Banco Inmobiliario, pueden ser fácilmente ubicados en el Plano Topográfico de 1895.
La tasación informa que la propiedad tenia una superficie de 674.810.40 m2 y su valor era de $ 134.962.80. Poseía además «dos poblaciones de material de barro en mal estado, un palomar, arboleda y alambrado» por la suma de $ 6.000. Por lo tanto el Precio de tasación total era de $ 140.962.08. (45)

Este fue el primer bien de la sucesión que salio a la venta en remate, luego de varios inconvenientes por la discusión del precio real del mismo.
Fue así publicitada su venta:

» Judicial. Importantísimo remate (…) terreno (…) con árboles frutales (…) Excusamos entrar en consideraciones sobre este esplendido retazo de tierra, pues se recomienda por si sola y los especuladores sabrán apreciar esta ocasión para colocar bien su dinero, pues muy rara vez se presentan en venta tierras de esta clase y en esa situación con una base tan ínfima. La venta se hará en un solo lote (…) o en lotes. Martillero Adolfo Bulrrich y Cia».

Se sucedieron varias ventas infructuosas por falta de interesados, y finalmente fue adquirido por el Doctor Vicente Chas en la suma de $ 75.150.

El Doctor Vicente Chas había nacido en Buenos Aires (1845) y obtuvo su Doctorado en Jurisprudencia en la Universidad de Buenos Aires en 1867 con una tesis sobre el tema Impuestos.
Ejerció su profesión ampliamente, siendo Concejal de 1878 a 1880, senador en la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires y Presidente del Banco Hipotecario bonaerense. Falleció el 8 de enero de 1928, cuando la urbanización del barrio ya había efectivamente comenzado y las primeras casas empezaban a asomar entre el barro y el humo de los hornos.
La década de 1920: los esfuerzos por cambiar el entorno.

La ubicación geográfica del terreno de Munita, del otro lado del arroyo Maldonado y atrás de los montes de la Chacarita, ya la predisponía a ser puro campo, en esa enorme extensión de quintas y chacras que se extendían entre los pueblos de Belgrano y Flores, a fines del siglo pasado.

La ciudad – no hay duda – tenia su limite máximo en lo que es hoy la Avda. Juan B. Justo y cruzar el arroyo y el terraplén era toda una aventura digna de relatos novelescos y de guapos orilleros a lo Borges.
En 1920, cuando comenzó a hablar de urbanizar la heredad de Chas, las cosas solo habían cambiado la apariencia.

El centro luminoso poblado de teatros y confiterías, negocios a la page y numerosas casas de pisos se debatía entre las diversas corrientes en boga que preanunciaban la aparición de la arquitectura moderna. Las preocupaciones de arquitectos, urbanistas y funcionarios florecían en numerosos artículos, ensayos y planes, pero la urbe continuaba escindía en dos entidades bien diferenciadas: ese centro y los suburbios.

El mundo de la ciudad de extramuros era totalmente distinto. Campeaban las áreas labradas y cultivadas con quintas de verduras y frutales, los alfalfares y hornos de ladrillos, los molinos y los aljibes; las gallinas eran dueñas y señoras de los descampados abandonados. Más que calles, había senderos, con lagunas formadas tras días de lluvia, que era preciso cruzar por aquellos pintorescos puentecitos móviles… cuando los había.

Era familiar la presencia del lechero ordeñando al pie de la vaca casa por casa, y bandadas de chicos se divertían gratuitamente en los salvajes montes cercanos a sus casas. Eran estas casas de familias obreras e inmigrantes que solo en esos sitios encontraban de habitar no hacinados como en los conventillos centrales.
Este cuadro que bien puede parecer del siglo pasado, era el que existía en la zona del hoy Parque Chas en la década de 1920.

Los distintos factores de poder – los vecinos la municipalidad y el propietario – ofrecieron acciones solidarias y mancomunadas para lograr ese cambio tan radical que – gestado en los albores de los años locos se plasmo materialmente a partir de 1930, legándonos esa pintoresca isla dentro de la ciudad que es el Parque Chas.


Los latifundios:

La existencia de numerosas propiedades de gran extensión que permanecían sin urbanizar era – para la Municipalidad – uno de los problemas de mas difícil solución, ya que provocaba zonas aisladas que entorpecían el transito, mientras se congestionaban los sectores ya urbanizados.

Se sostenía en esferas oficiales que se había llegado a esa situación por la actitud de los «propietarios de terrenos que demuestran visible egoísmo y deseo manifiesto de no cooperar al progreso urbano…»

No era concebible en esos momentos que existieran «Verdaderos latifundios» en plena ciudad, por lo que se decidió quintuplicar la tasa de barrido, alumbrado y limpieza de todo terreno que excediera los 12.000 m2.
Comenzó entonces un lento proceso de loteos de tierras que en el barrio subdividió conocidas quintas , como la Zamboni, la Rolland, o la Frisioni Richeri.Mantuvieron esos loteos la tradicional manzana porteña, lo que no sucedió con los que fueron realizados a partir de conocidos los proyectos de Chas, con su mayor aprovechamiento del terreno.

Así fueron apareciendo urbanizaciones que incorporaron series de pasajes paralelos a las calles principales seccionando las manzanas, con lo que obtuvieron más cantidad de lotes frentistas. Esto ocurrió con la propiedad de los Gutiérrez -que lindaba con Chas por Avda. de los Incas-la de Bidondo- en el límite con Villa Ortúzar-, y en parte del antiguo talar de Altube que restaba sin abrir del primitivo trazado de Villa Devoto, sector que continuó con sus hornos de ladrillos hasta casi finalizada la década del ’20 cuando quedó librada la Avda. Nacional (hoy Salvador María del Carril)

Por largos años subsistieron varias propiedades sin fraccionar, como la de Regazzini (que terminaba en un callejón, hoy Sancti Espíritu); y la de cogorno que impedía el paso en los alrededores de Juramento y Ceretti (funcionaba allí la Escuela Nº 14 D.E. 16 a la que concurrían 600 alumnos) Lentamente, pero sin pausa, el progreso llegaba a la zona de Urquiza:

«…la vieja y simpática villa, ha dejado de ser tal(… hoy se ha incorporado definitivamente a los grandes centros de la capital, convertida en uno de los barrios más populosos y, progresistas. ¡Es hoy todo un gran barrio!»

Esa ambigüedad ciudad-campo subsistió hasta más allá de 1940, y Parque Chas – aprisionado entre Urquiza y el Parque de Agronomía – era el claro ejemplo con sus continuos remates abarcando toda esa época.

La barriada estaba convencida de que para lograr un futuro promisorio, se debía eliminar «la rémora del latifundio», y así lo expresaban en el diario local:

«Interesándonos siempre por el progreso de los barrios que surgen, hemos condenado en todo momento a los grandes terratenientes que por no subdividir las grandes fracciones de tierra de que son dueños, detienen el adelanto de zonas ya densamente pobladas, lo que por cierto representa un abuso y a la vez una falta de celo por parte de nuestras autoridades municipales que debieran intervenir enérgicamente para evitar esto que sucede»

En 1922, además del aumento de los impuestos, la comuna proyectó la apertura de numerosas arterias que se encontraban interrumpidas por las extensiones de terrenos indivisas. Entre ellas, la Avda. de los Incas, que se detenía obstaculizada por la posesión de Chas. En los fundamentos de la medida se destacaba que por medio de la misma se lograría comunicación entre Belgrano y Flores, conectando las zonas norte y Oeste de la ciudad. Se agregaba que se debía conversar con los respectivos propietarios para que cedieran las fracciones necesarias.

Así lo hizo Chas, pero con la siguiente curiosidad: esta ordenanza se dictó el 14 de Julio, la escritura de cesión realizada por Chas está fechada 28 de Mayo y el ofrecimiento de la donación se trató en la sesión del 21 de julio. ¿Confusión burocrática? ¿Desprendimiento repentino de quien tanto se resistió a urbanizar? ¿O parte de algún pacto que lo beneficiaría y que no conocemos?

Mientras esto sucedía, el 31 de Julio el Concejo Deliberante emitió una ordenanza exigiéndole rellenar a su costa la laguna que se formaba en Pampa y Triunvirato. Las autoridades no le daban tregua, y los vecinos tampoco.

 

La laguna de Pampa y Triunvirato:

Fue éste precisamente uno de los puntos de ataque más fuertes para lograr que el Doctor Chas subdividiera su propiedad.
Las dos siguientes transcripciones ilustran acabadamente sobre el particular, la primera en el lenguaje preciso de los funcionarios municipales, y a la segunda en el jocoso estilo del periódico barrial:

«En un terreno de propiedad privada situado en la intersección de las avenidas Pampa y Triunvirato por una depresión del terreno y a causa de haber sido anteriormente un horno de ladrillos y porque los desniveles de las citadas calles llegan a converger en ese sitio, se ha formado una laguna, inmenso receptáculo de las aguas pluviales de toda una extensa zona y que estancándose por falta de corriente, se contaminan y en estado de descomposición por las basuras que arrojan los vecinos, infectan a todo el barrio.

Es además un sitio que se utiliza para el bañadero de animales, limpieza de ropas usadas, y para natación de los niños, al mismo tiempo que refugio de holgazanes entretenidos en la pesca de Pirapó».

«Otro conflicto y fiestas venecianas. Las dos sociedades de fomento de la localidad han vuelto a venirse a las manos con motivo de la organización de (…)una fiesta veneciana que se pensaba realizar en el lago de Pampa y Triunvirato(…) Era propósito (…)solicitar embarcaciones al Tigre Boat Club y Club de Regatas La Marina, iluminar con farolas artísticas del precioso lago mencionado y pedir a la intendencia proporcione varias embarcaciones de poco calado, que prestan servicios en el Lago de Palermo de donde también sería traída la carabela «La Santa María» que ya estará pintada».

El Centro Naval no dudamos, ofrecería su concurso y lo mismo el Ministerio de Marina y EL INDEPENDIENTE ofrecería un valioso premio siempre que el
Doctor José L. Cantilo en su carácter de Intendente Municipal, presidiera la fiesta «

No debe creerse que las acciones tendientes a lograr mejoras quedaron en meras enunciaciones o bromas. Muchos años tendrían todavía que bregar vecinos y ediles para concretar sus aspiraciones.

La exigencia de sanear la laguna fue reiterada en numerosas oportunidades, y recién en 1923 – y luego de una avalancha de agua proveniente de Villa Devoto que se desperdigó por una amplia superficie- se empezó su relleno, comprometiéndose la Municipalidad a instalar una tubería de desagote.
Esta instalación dio lugar a un largo entredicho entre los vecinos y los ingenieros municipales que duró tres años, ya que diferían las opiniones en cuanto al nivel y longitud de los caños a colocarse
En 1926, los profesionales debieron aceptar el parecer más acertado de los residentes, ante las continuas inundaciones que venían soportando

Los integrantes de la Sociedad de Fomento de Villa Modelo, acuciados por la realidad, no se habían quedado sin actuar en ese interin. En noviembre de 1924 inauguraron en la nefasta esquina un puente giratorio de hierro «…de construcción sólida (…) y perfectamente pintado…», y pocos meses después hicieron lo propio en la intersección de Pampa y Constituyentes.

Cuando en 1928 se habían superado los inconvenientes, el primero de los puentes fue trasladado a Álvarez Thomas y Acha, en un gesto de buena voluntad entre barriadas, común por ese entonces.
Los inconvenientes causados por la laguna no fueron solamente los expuestos sino que además el lugar era alojamiento de gente de dudoso comportamiento por lo que la policía debió colocar una parada permanente en el lugar.

 

La quinta de verduras:

Cuando las críticas barriales arreciaban, don Vicente Chas quiso dar apariencia de quinta de cultivos a su discutido dominio. Para ello arrendó algunos sectores sobre Pampa que ofrecieron un mínimo sembrado, permaneciendo el resto en el abandono. No engaño esto al vecindario, ya que el propietario también perseguía abonar la mitad del impuesto con que se gravaban las tierras productivas, lo que fue denunciado oportunamente.

 

Los hornos de ladrillos y el Club Almagro:

Desde tiempos lejanos, el Doctor Chas explotaba hornos de ladrillos en los terrenos de su propiedad. Los mismos eran abiertos y a estiércol, y aunque estaba prohibido su funcionamiento en la Capital Federal, había conseguido una prórroga tras otra hasta 1924 cuando -por gestión de los mismos vecinos- se le concedió la última por dos años.

Este convenio convirtió al estorbo en solución: Los vecinos, el propietario y el Intendente Noel, acordaron que en ese término el propietario abriría todas las calles y no se opondría al adoquinamiento de Pampa al que ayudaría a solventar; mientras que el usar la tierra necesaria para la fabricación de ladrillos se nivelaría el terreno abaratando costos a la Municipalidad.

 

Todavía en Julio de 1927 se recogen quejas en «El Independiente» sobre la existencia de los fastidiosos hornos, los que para esa época molestaban a los habitúes de las tribunas populares de la cancha del Club Almagro que allí tenía su sede …No se suspendía el trabajo de los hornos ni los días de partido, y además de las moscas y mosquitos se debía soportar el «…humo espeso y por demás desagradable…»que envolvía a todos los concurrentes. En 1933, la Sociedad de Fomento seguía solicitando a los concejales la clausura del horno instalado entre Gándara, Andonaegui, Diagonal Chas y Avda. de los Incas.

 

Campo de aviación:

El interés por el deporte de la aviación había propiciado la utilización del terreno de Rolland para pista de aterrizaje a fines de 1920. En la primavera siguiente, el extenso campo de Chas fue escenario del descenso efectuado por S.H Holland, en un vuelo proveniente del aeródromo de Olivos. Acudieron miles de personas y las sociedades de vecinos solicitaron -entonces- al
Doctor Chas permiso para instalar un sitio de descenso permanente, «… por ser diversión dominical muy interesante…»

Como acota Diego del Pino, algo debe haberse logrado, ya que anuncios posteriores publicitaban vuelos de San Isidro a Urquiza por $20.
Lo que no se sabe con certeza es el sitio exacto de aterrizaje para este ofrecimiento.

El anhelo inalcanzable de tener una plaza: El combativo vecindario de Villa Modelo carecía de plaza pública, y por ella lucharon incansablemente e infructuosamente. Ante las incesantes solicitudes, el Intendente elaboro un proyecto de parque para ocupar parte de los terrenos de Chas. En el Plan Noel aparece circunscrito al triangulo de Pampa, Donato Álvarez y Triunvirato, y – como tantas otras de las propuestas de ese plan – no se concreto.

Tampoco tuvieron suerte con la proposición de usar la
«… extensa zona de tierra con hermosas arboledas y un solo edificio, de propiedad de la familia Roland, que fácilmente se podría transformar en plaza …»

Este terreno, al igual que todos los de la zona, fueron poco a poco subdivididos y loteados, y por falta de una acción previsora de las autoridades, se carece en ese sector de la ciudad de diferentes espacios verdes para solaz de la comunidad.
Las sociedades de fomento y el progreso de la zona:

Varias veces hemos mencionado los tenaces vecinos, quienes por medio de continuos petitorios, gestiones y variado tipo de acciones, lograron mejorar progresivamente las condiciones de habilidad de la zona.

Nucleados en las instituciones básicas de la barrida, organizados y marchando todos juntos tras claros objetivos, consiguieron vencer obstáculos de todo tipo para lograr sus objetivos.

Las Sociedades de Fomento intervinientes fueron: la de Villa Urquiza que nació con la fundación de la Villa; la de Villa Modelo; la de Parque Chas; y la Unión Vecinal Pro Fomento de Agronomia.
La década de 1920 comenzó con la obtención del alumbrado en Triunvirato, gracias al apoyo de la Cía. Lacroze que permitió la utilización de las columnas que servían al tranvía.

Luego -poco a poco- se fueron adoquinando las calles del barrio, siempre costeadas por los frentistas. Anotemos que Pampa se terminó en 1924 y luego fue arbolada. Las calles adyacentes demoraron todavía varios años, previa construcción de los pasos de piedra en las esquinas y las correspondientes alcantarillas.

Al gran logro del pavimento de Pampa, siguió en importancia la apertura de la Avda. Nacional, que se completó en 1927.

Contemporáneamente se obtuvo la pavimentación del antiguo Fondo de la Legua, luego Avda. de la Libertad, y hoy Avda. de los Constituyentes desde Avda. América (hoy Olazábal) hasta Chorroarín.

Así, las arterias principales posibilitaron un tránsito más fluido, no amenazado por los charcos y barriales, por lo que comenzaron a circular servicios de ómnibus que vinieron a aliviar al recargado tranvía. El continuo accionar de los vecinos contó -desde su fundación el 1-1-1920- con el invalorable apoyo y aliento del periódico de Villa Urquiza «El Independiente», el que desde esa fecha historia los acontecimientos de la barriada, convirtiéndose así en el documento indispensable para conocer el ayer de esa zona de la Capital.

No solo críticas y solicitudes pasaron por sus páginas, también autocríticas o complacencia por logros obtenidos, como éste suelto publicado a comienzos de 1925:

«…cuando la Asociación Pro Fomento Gral. Urquiza y EL INDEPENDIENTE sostuvieron la importancia que representaría para el barrio de Villa Modelo poder obtener. Que el Doctor Chas accediera a subdividir su gran fracción de tierra (…) cumple decir hoy, que no estuvieron desacertadas las gestiones ()…) significaba cooperar a una obra de progreso…»

Hasta aquí hemos presentado la indispensable ubicación espacio-temporal que enmarcó la gestación del Parque Chas, los distintos factores de poder que intervinieron y alguna que otra pincelada pintoresca sobre lo acontecido en ese sector un poco desconocido de Buenos Aires, Veremos ahora como de todo ello nació un producto nuevo y atípico, un barrio de características urbanísticas diferentes en la ciudad, que le otorga a la misma un sello particular que contribuye a su peculiar identidad.
La conformación de la realidad

La expansión del Buenos Aires histórico y central hacia la periferia en el conocido proceso de urbanizaciones barriales, se dio en distintas modalidades; por planificación gubernamental (tal el caso de Belgrano), por sociedades ú empresas (como Villa Urquiza o Villa Devoto), por los propios dueños de las tierras (como Villa Ortúzar) o por loteos sucesivos y desordenados.

Dentro de las urbanizaciones planificadas, debemos destacar los casos singulares en los que la delineación estuvo a cargo de profesionales capacitados y reconocidos. Son éstos los casos del Arq. Juan A. Buschiazzo y sus proyectos para Villa Devoto, Villa Alvear y Pueblo Saavedra, del Arq. Carlos Thays y Palermo Chico; y de los Ingenieros Frehner y Guerrico con Parque Chas. Son todas estas realizaciones las que-dejando un poco de lado la rígida trama heredada- propusieron nuevas maneras de manejar el espacio urbano, generando centros de verdadero interés en la ciudad.
Primer trazado de Parque Chas: Julio Dormal

Apenas habían terminado los festejos del año 1924, cuando los porteños se vieron sorprendidos por la aparición de un artículo del diario La Nación, firmado por Julio Dormal (h)
Su título – «El trazado de los barrios suburbanos- no dejaba entrever la audacia de su propuesta.

Comenzaba Dormal enumerando los defectos que encontraba en la urbanización de nuestra ciudad, especialmente en lo relativo a la falta de estética y a una mala economía de repartición de la tierra. Sólo rescataba a Villa Devoto y a Belgrano, por la existencia de chalets y jardines construidos por propietarios adinerados.

Particularizaba luego con el barrio que con el «…vanidoso título de Villa Modelo, está dividido en 50 manzanas que en nada se diferencian de las varias de miles que ya existen (…) sólo tiene condiciones para agregar a la ciudad, que no lo necesita, algo de monotonía y bastante más de fealdad «.Se refería el autor al terreno del Doctor Chas, el que, en el Proyecto de la Comisión de Estética Edilicia formada a instancias del Intendente Doctor Carlos M. Noel en 1923, aparecía con un trazado propuesto que continuaba con la traba ortogonal de las adyacencias.

Luego de estas consideraciones, presentaba su proposición – de un «mejor efectos pintoresco que el actual» – en una mezcla de trazado radio concéntrico y lineal.

Veamos cuales eran los principales puntos de su plan:

1. uso: destinado solo a casas habitación, aunque hace la salvedad de que ha dejado un «square» para futura escuela. Propone además, que se consulte a las reparticiones públicas sobre sus necesidades de edificación en la zona para así reservarles los terrenos mejor ubicados.

2. tránsito: trata de establecer comunicaciones fáciles entre los puntos principales: Villa Urquiza, Belgrano, Tranvía Lacroze, Hospital Tornú, Villa Devoto. Para ello traza avenidas dirigidas hacia esos puntos que parten de un rond-point.

3. calles: elimina las reglamentarias de 17.32m. De ancho. Propone:
a. calles secundarias de 15m. De ancho.
b. Avenidas de 20m de ancho.
c. Avenida diagonal de 25m. De ancho
d. D. Avenida de los Incas de 30m de ancho.

4. lotes: los lotes tendrán un fondo no mayor de 35m. Con todas estas medidas logra un mayor rendimiento en el número de lotes: con el trazado proyectado en el Plan Noel se obtienen 1800, y con el trazado de Dormal se obtienen 2000.

5. espacios libres: con el proyecto del Plan Noel el propietario dona a la Comuna alrededor de 50.000 m2 para apertura de calles y plazas, y con el de Dormal se obtienen 190.000 m2.

6. estética: lograr «… un aspecto más variado y agradable que el que nos ofrece hoy la repetición de calles invariablemente iguales».
Los edificios públicos serían «…una promesa más de mejoramiento estético…»Desconocemos las razones por la que este proyecto no fue tratado en el Consejo Deliberante. Probablemente haya sido una propuesta de Julio Dormal (h), no específicamente encargada por el Doctor Vicente Chas, ya que por esa fecha recién había permitido el propietario el adoquinado de Pampa y lejos estaba todavía de admitir una urbanización total de su posesión.
Lo cierto es que cuando Chas formuló su presentación a la Municipalidad más de un año después varias de las ideas de Dormal estaban presentes.
Las 20″casas para obreros»

Un año después de aparecido el artículo de Dormal que acabamos de comentar, esto es en Enero de 1925, un editorial del periódico «El Independiente» nos informa que se encontraban.

«…levantadas ya sobre la calle Pampa las 20 casas de tipo moderno, y que dan la más agradable impresión sobre el desarrollo de esa arteria, casas que, según tenemos entendido se venderán oportunamente a plazos, facilitando así el problema de la vivienda».

Efectivamente, poco tiempo después -en abril del mismo año- la empresa Guerrico y Williams comenzó la venta de los «20 chalets modernos, confortables y cómodos» con una parte del total del precio de contado y el resto en 60 mensualidades sin interés. Sus precios oscilando entre $ 10.500 y $ 14.000, los ubicaban en el promedio de ventas de la zona

Se entregaban empapelados, con instalación de agua caliente, cloacas, luz eléctrica, cercos, veredas, y jardines. En cuanto a su ubicación, se describía el sitio como «… nuevo y hermoso barrio que surge con gran impulso».
Los chalets se construyeron apareados en 10 grupos, desde Triunvirato hasta Andonaegui, no abonando de esta manera ningún derecho de construcción a la Municipalidad por estar exceptuadas las construcciones de estas características… ¡No en vano el Doctor Chas era un experto en impuestos!

El proyecto, dirección y construcción de las mismas estuvo a cargo de la empresa Zapiola Acosta y Frió, la que ejecutó gran cantidad de viviendas similares en varios puntos de la ciudad, destacándose por su elevado número las ubicadas en Parque Versailles.

En cuanto al anecdotario popular, recogido por Diego A. del Pino, nos narra que cuando una comisión de vecinos visitó en 1920 al Doctor Chas para solicitarle la apertura de la calle Pampa que se encontraba cortada por antiguos cercos de cina-cina:

«Un portero de librea nos recibió (…) llevaba medias cortas y una bandeja para que colocáramos nuestras tarjetas.(…) El Señor Chas nos recibió cortésmente y declaró que se negaba a abrir la calle, pero que en compensación se comprometía a construir veinte casas para obreros. Y luego hizo ambas cosas: construyó las casitas y un día permitió el avance de la calle

…»Lo cierto es que esa primera acción concreta de Chas, la construcción de las conocidas casas, permitió la conformación de una imagen continua por cinco cuadras, a la que luego se fueron adaptando todas las demás levantadas en los terrenos intermedios. Aunque la intención del propietario fuera la de valorizar las tierras que mediaban entre uno y otro chalet, el resultado fue el de dar el punto de partida de una estructura de fachada para el barrio dando a Pampa el definido protagonismo de borde».
Segundo trazado de Parque Chas: Frehner y Guerrico

Cuando el Doctor Chas se decidió realmente a lotear y subdividir sus tierras, contrató para la delineación del nuevo barrio a dos ingenieros que habían cursado juntos sus estudios en Buenos Aires, y que acababan de graduarse: Armando Santiago Frehner (1897-1980) y Adolfo Guerrico (1897-1950).

El nuevo trazado combinaba la clara propuesta radio céntrica con el amanzanamiento ortogonal tradicional.
Indudablemente, un proyecto tan revolucionario en nuestra conservadora Buenos Aires, generó oposiciones tenaces. Curiosamente, las más acendradas se produjeron entre los funcionarios municipales encargados de aprobar el novel plan de urbanización.

Fue en ese momento cuando Chas contó con un aliado inesperado: El vecindario que accionó activamente ante el Intendente municipal, permitiendo la prórroga en el funcionamiento de los hornos de ladrillos hasta tanto se terminara con la apertura de calles en el nuevo barrio.

El mayor inconveniente que destacaba el Director del Departamento de Obras Públicas. Ing. Rebuelto, era la falta de fluidez del tránsito que se produciría al cruzarse por calles curvas y angostas. A esto se le intentó solucionar dando el ancho reglamentario de 17.32m a Andonaegui, a la vez que trazándola recta.

Finalmente el proyecto fue aprobado en la sesión del 29 de septiembre de 1925, durante la que el Doctor Chas recibió elogios impensados por parte del Concejal Sr. Zaccagnini, Presiente de la Comisión de Obras Públicas, que a continuación se transcriben:

«…porque se demuestra que no todos los capitalistas son ciegos y sordos a las reclamaciones de la ciudad y de sus propios intereses (…). merece pues señalarse el caso raro de un hombre inteligente y progresista (…)Esperemos que este ejemplo sirva de estímulo a aquellos terratenientes que (…)tienen cerradas al tráfico y a todo paso del progreso decenas y decenas de manzanas, considerando esos terrenos todavía como un feudo(…)el Señor Chas (…) se presenta como un burgués inteligente…»

¿Quién imaginaría tras esas palabras los años de lucha de los vecinos por sanear el pantano de la laguna y por eliminar los contaminantes y molestos hornos? ¿Cuántos inconvenientes tendrán todavía que soportar hasta que se vendieran todos los lotes del precio durante los siguientes 15 años? ¿Cuántos mayores beneficios económicos recibiría Chas con el mayor aprovechamiento del terreno?

Lo cierto es que – conscientes del provecho que obtendría Chas – se expusieron en la sesión de tratamiento del tema, las ventajas que lograría de la ciudad de aprobarse el plan presentado:

1.estéticas: «… evitará la monotonía de las calles rectas (…) el aspecto de una calle interrumpida al desembocar en otra es preferible al que se presenta una calle si se continuase, porque el frente de los edificios que cierran su prolongación constituye un fondo más agradable que la perspectiva de una lejanía (…ejemplo Arroyo y Cerrito…).Se trata de una nueva distribución y delineación (…)que hemos aceptado de buen grado, cansados de las viejas calles rectas, paralelas, interminables, donde la vista no parece encontrar descanso , y tan en oposición con todo empeño de embellecimiento urbano».

2. edificación: se fomentaría una rápida construcción de viviendas porque el costo de veredas y afirmados se reduciría en 1/3 y todos los edificios tendrían aire y luz.

3. espacios libres: el propietario donaría a la Comuna 238.000 m2, y con el trazado municipal previsto 80.000 m2. Menos.

De esa donación se destinaban 6 manzanas para plazas públicas: las Nº 13-18 -28 – 33 – 66 -81, que actualmente constituyen las únicas plazas de todo el barrio de Agronomía y que se denominan:

1. Éxodo Jujeño
2. Capitán Domingo Fidel Sarmiento
3. Dr. Alfredo Nóbel.
4. Jamaica
5. Plazoleta Andrés Chazarreta

La manzana restante fue destinada a Escuela Pública, sobre Andonaegui entre Constantinopla y Hamburgo, y lleva el nombre de Petronila Rodríguez.
Posteriormente los antedichos entre chas y la Municipalidad continuaron por varios años, ya fuera por mínimas cuestiones de impuestos impagos, por cuestiones de pavimentación, etc.
Los legendarios loteos de G.G. Grosso

«Nos referimos a ese grande y respetado maestro de martilleros que en vida fue don Gerónimo Grosso, quién por su característica elocuencia y facilidad de palabra, así como por sus virtudes personales, se recuerda como una de las figuras de relieve en los anales de la profesión.

Nos parece verlo (…) con su clásico sombrero «Orión» recortado sobre las franjas paralelas de la carpa (…) señalando sin titubeo al presunto comprador, promisorio germen del futuro Parque Chas, ayer un inmenso baldío en plena ciudad; hoy, con todo confort moderno, incorporado a la planta urbana de nuestra capital».

Así es recordado el conocido rematador de las 3 G, ejemplos de los martilleros de antaño, hombre de garra y buen espíritu comercial, quien – durante mas de 10 años – ofreció y vendió lote por lote los 3.000 en que fue subdividida la urbanización.

Comenzó la venta el 20 de Noviembre de 1927 en el sector de Pampa y Triunvirato, y todavía en diciembre de 1938 lo encontramos rematando en Constituyentes y Los Incas: desde el «Barrio Parque Chas – Sin Rival en Sudamérica» al «Parque Agronomia – el grandioso Remate de Fin de Año».

La política de ventas se baso en ciertos puntos, ofrecidos en continuidad a través de los años:

1. Mejoras: «con derecho a solicitar de 10.000 a 30.000 ladrillos de cal o préstamo de edificación del Banco Hipotecario Nacional», amplio frente y poco fondo, cloacas, aguas corrientes y luz eléctrica, cercos, veredas y adoquinados pagos, calles arboladas.

2. Delineación del barrio : » El gran Barrio Parque Chas, cuyo trazado mejora el de los mas famosos parques europeos, cruzado por avenidas diagonales, con sus calles curvas y elípticas; sus plazas y rod-point inteligentemente distribuidas, presenta un conjunto realmente ideal.
Contara con todos los adelantos edilicios que caracterizan los barrios ultramodernos de Norteamérica. «… barrio parque, donde queda prohibida (…) la instalación de corralones, fabricas, depósitos u otros establecimientos molestos»

3. Ubicación: «… el centro mismo de la zona noroeste de la Capital, zona que será enormemente beneficiada con la construcción del subterráneo Lacroze».
«Distan 5 cuadras de la estación Gral. Urquiza, por sus frentes circulan los eléctricos Lacroze y los coches de varias líneas de ómnibus que van a todos los rumbos de la ciudad».
«Ocupa geográficamente el centro noroeste del municipio. Oprimidos en sus cuatro costados por una densa compacta población, constituye el punto de conjunción de los barrios de Belgrano, Villa Urquiza, Villa del Parque y La Paternal».

4. Edificación: Estados obligados, además, al dejar al frente de cada lote un espacio libre de 3 metros destinados a jardín, a excepción de las esquinas y de los frentes de las avenidas, que los compradores destinen a casa de negocio»

«Con el propósito de no alterar la fisonomía del gran Barrio Parque Chas y deseosos sus propietarios de fomentar la bella e higiénica edificación, prohíben la construcción y urbana de casas de madera, zinc, u otros materiales inferiores».

Como fácilmente se ha podido observar eran ofrecimientos que implicaban mucho más que la simple venta de lotes, fijando pautas arquitectónicas y urbanísticas de importancia.

Los remates de Grosso constituyeron hechos muy significativos en la conformación del barrio, no solamente por el hecho mismo de producir los asentamientos, sino por haberse convertido en verdaderas reuniones sociales, de las que incluso llegaron a filmarse documentos.

Con Justicia destacó Grosso que» los vecinos, generalmente, inexplicablemente enemigos de cuanto se va a vender en sus contornos, esta vez fueron los que más propaganda hicieron por el Barrio Parque Chas, rivalizando inteligentemente con mi reclame». Otro aspecto que enfatiza la participación del vecindario en la conformación de su hábitat.
Toponimia.

La nomenclatura utilizada para la designación de las arterias de Parque Chas constituye un eslabón más hacia la sensación de sus habitantes de vivir en un enclave diferenciado del resto de la ciudad.

Cuando Frehner y Guerrico realizaron el proyecto del nuevo barrio respetaron los nombres de las calles ya existentes en su prolongación a través del barrio. Tales son los casos de: Burela-Altolaguirre-Andonaegui-Bucarelli-Bauness-Avalos-Gamarra-Torrent (todas paralelas a Triunvirato y a Constituyentes), Ballivián-Giribone-Gándara-Navarro (paralelas a Pampa).

Muchas vías nuevas debían ser denominadas. A la Diagonal se la llamó primero Doctor Vicente Chas, luego La Internacional y hoy Gral. B. Victorica. Lo interesante es que en 1933, el Concejo Deliberante sancionó una ordenanza destinada a suplir la falta de nombre de las calles que habían sido recientemente abiertas. Los nombres elegidos fueron: Ginebra-La Haya- Cádiz – Dublín – Londres – Berlín – Tréveris – Atenas -Liverpool – Varsovia Constantinopla – Nápoles – Turín – Moscú (sic) – Belgrado – Estocolmo – Bucarest – Budapest -Oslo-Praga – Sofía – Copenhague – La Internacional – Hamburgo – Berna-Marsella.

Probablemente sea el único lugar del mundo que brinde la posibilidad de efectuar un periplo semejante en tan poca superficie.

No hay dudas que todo se ha conjugado para definir un lugar distinto de nuestra Buenos Aires sin par: un verdadero laberinto del que es tan difícil salir, como entrar.

Ver fuentes bibliográficas y referencias

Autora: Doctora Sonia Berjman

Sonia BERJMAN
www.soniaberjman.com.ar

Es Licenciada en Historia de las Artes y Doctora en Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, Docteur en Histoire de l’ Art de la Université de la Sorbonne y becaria postdoctoral de la Harvard University (Dumbarton Oaks Landscape Studies).

Ex investigadora de carrera del CONICET.

Ex Investigadora de la Universidad de Buenos Aires: del Instituto de Historia del Arte Argentino de la Facultad de Filosofía y Letras (1984-90), del Instituto de Arte Americano de la Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo del que también fue su Secretaria Académica (1984-1998) y de la Facultad de Agronomía (1996-98).

Es profesora de postgrado de las Universidades Nacionales de Tucumán, Mar del Plata y del Nordeste. Asesora editorial de la Universidad de San Pablo. Directora del Master Ambiente, Paisaje y Patrimonio de la Universidad Nacional del Nordeste.

Ha realizado investigaciones para: Banco de la Nación Argentina, Banco de la Provincia de Buenos Aires, Banco de Crédito Argentino, Cervecería Quilmes, Estudio Aisenson, Consejo Federal de Inversiones, Administración de Parques Nacionales, Ministerio de Obras Públicas de España, Generalitat de Valencia, Junta de Andalucía, Universidad de Génova, Ministère de la Recherche de Francia, etc.

Conferencista invitada en la Argentina, Francia, Colombia, Uruguay, España, USA, Bélgica.
Autora de más de 70 publicaciones (libros, folletos y artículos) sobre historia urbana e historia del paisaje.

Ha recibido los siguientes premios: Museo de la Ciudad de Buenos Aires 1994, Producción Científica y Tecnológica Universidad de Buenos Aires 1994 y 1995, Dumbarton Oaks (Trustees for Harvard University) Gardens at risk 1995-96, Amigos del Lago 1997 e Historiador Porteño 1999 por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.

Miembro del Senior Fellow Committee in Landscape Studies de Dumbarton Oaks (Harvard University, USA), de la Sociedad Argentina de Paisajistas y de la Association Edouard André (Francia). Vicepresidenta del Comité Científico Internacional Jardines Históricos y Paisajes Culturales de ICOMOS (International Council of Monuments and Sites).

Miembro fundador de la Academia de Historia de la Ciudad de Buenos Aires. Fundadora y ex Presidenta de la Junta de Estudios Históricos de Agronomía y Paternal.

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