El día que Hebe de Bonafini inauguró un mural en Parque Chas
Fue el 30 de marzo de 2016, a 40 años del Golpe Cívico Militar. Ese día, por iniciativa de organizaciones políticas y sociales de Parque Chas, se descubrió un pañuelo realizado en mosaico veneciano en la Plaza Éxodo Jujeño, más conocida como “Del Trébol” (Gándara y Bauness).
El 20 de noviembre, dejó este plano terrenal Hebe de Bonafini, ejemplo de resistencia, memoria y lucha inclaudicable por los derechos humanos. La presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo hubiese cumplido 94 años el próximo 4 de diciembre.
En el Portal de Parque Chas recordamos que el 30 de marzo de 2016, Hebe visitó el barrio para inaugurar el primer mural con la silueta de un pañuelo de 1,20 por 1,19 m realizado con la técnica del mosaiquismo, que se instaló en la Ciudad de Buenos Aires. Ese día, se homenajeó la lucha de las Madres en la Plaza de Mayo a 40 años del Golpe Cívico Militar que abarcó el período 1976-1983.
El emplazamiento del mural se hizo gracias a la iniciativa de diferentes organizaciones políticas y sociales de Parque Chas y la Comuna 15 pertenecientes al Frente de Todos. El diseño y realización fue ejecutado Nacional Mosaico Veneciano, una de las agrupaciones convocantes, que trabaja para contribuir al arte del histórico proyecto nacional, popular y latinoamericano en busca de la identidad cultural latinoamericana. Memoria, diversidad, respeto cultural, inclusión y democratización del acceso al arte en el espacio público son algunos de los valores que son fundamento de su trabajo.
Hebe de Bonafini
Hija de Francisco Pastor y de Josefa Bogetti, criada en el barrio El Dique, en las afueras de La Plata, Hebe vivió una infancia marcada por la humildad. No pudo finalizar los estudios primarios, ya que su familia no tenía suficiente dinero para pagar el boleto de colectivo.
El 29 de diciembre de 1942, a los 14 años, se casó con Humberto Alfredo Bonafini, con quien tuvo tres hijos: Jorge Omar, Raúl Alfredo y María Alejandra.
El 8 de febrero de 1977, durante la última dictadura cívico-militar, su hijo Jorge Omar fue secuestrado y desaparecido en La Plata. El 6 de diciembre de ese mismo año ocurrió lo mismo con Raúl Alfredo, en Berazategui. Un año después, el 25 de mayo de 1978, también fue secuestrada y desaparecida a su nuera, María Elena Bugnone Cepeda, esposa de Jorge.
Su vida se transformaría a partir de este instante para siempre. Empujada por la necesidad de respuestas y de justicia, comenzó a juntarse con otras madres en la misma situación.
En 1979, a través de las rondas de resistencia pacífica que reclamaba por la aparición de sus hijos secuestrados de manera ilegal y por la justicia sin venganza de los responsables de esas desapariciones, se convirtió en la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Desde entonces, ha sido una referente inclaudicable y luchadora por los derechos humanos. “Me olvidé de quién era el día en que ellos desaparecieron, nunca pensé más en mí”, afirmó en alguna oportunidad.
Hace muy pocas semanas había participado en el Centro Cultural Kirchner de la inauguración de la muestra “Hebe de Bonafini, una madre rev/belada”, que recorre su vida a través de fotos, objetos y recuerdos.
El jueves 24 de noviembre se realizó la marcha 2328 en la Plaza de Mayo. Previamente se realizó un acto para celebrar la lucha y vida de Hebe. Durante el mismo, hablaron varios curas en la Opción por los Pobres, entre ellos Paco Olveira, que así recordó a la presidente de Madres de Plaza de Mayo:
“Mi querida Hebe, nuestra querida Hebe. No vamos a mentirte que hay dolor en nuestro corazón y lágrimas en nuestros ojos, pero no tristeza. No vinimos a despedirte, vinimos a marchar porque hay que seguir andando no más cómo decía el pelado Angelelli. Vos desde alguna plaza del inmenso Cielo, nosotres desde esta Plaza que ustedes las Madres hicieron Gloriosa.
Porque falta mucho aún para que esa Patria que te desvelaba dónde no hubiera un sólo niño o niña que pase hambre se haga presente.
Te sabemos haciendo la ronda con tus dos hijos y los y las otras 29998 hijas e hijos tuyos. Y ahí marchan con vos también Angelelli, Mugica, los Palotinos, las Monjas Francesas, la María de Nazareth esa Madre que también fue parida por su hijo Jesús cantando que Dios derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes y alerta, alerta, alerta que están vivos todos los ideales de los desaparecidos y desaparecidas. Que no eran otros que los ideales de su Hijo: sean hermanes, que en este mundo hay lugar para todos. No odien, sirvan, anuncien Buenas Noticias a los pobres. Entréguense, no se guarden egoístamente la vida.
Nos habías pedido una Misa en acción de gracias por tus 94 años, vos que nos sufriste tanto con el golpe cívico, eclesiástico, militar. La fe de Kika sabía y ya lo ves ahora lo que Evita nos dejó escrito en “Mi Mensaje”: “si no hubiese Dios, si no estuviésemos destinados a Dios, si no existiese religión, el hombre sería un poco de polvo derramado en el abismo de la eternidad. Pero Dios existe y por El todos somos dignos, y por El todos somos iguales, y ante El nadie tiene privilegios sobre nadie.”
Mal que le pese a algunos/as ya escuchaste el “Ven bendita de mi Padre”. Y no porque te lo diga yo o todes los que estamos en la Plaza que te queremos sino porque lo dijo el mismo Jesús, ese que echó con el látigo a los comerciantes del dolor del Pueblo, ven bendita porque estuve preso, desaparecido, torturado y no miraste para otro lado y te pusiste un pañuelo y recorriste oficinas, golpeaste puertas, enfrentaste milicos y les gritaste en la cara: ¿dónde están?
No porque lo diga yo sino porque lo dijo el mismo Jesús: ven bendita de mi Padre porque tuve hambre y me distes de comer y te vemos, las vemos atropelladas por los caballos en el 2001, conmovida por el hambre de tu Pueblo y multiplicando el pan como lo hacía Jesús en esos regalos de cumpleaños que siempre eran para los demás nunca para vos.
Hoy vine con niñas y niños de nuestro asentamiento Eva Perón de Merlo dónde tenemos el Centro de Desarrollo Infantil Madres de la Plaza de la cual sos madrina. Junto al mural de nuestros niños y vuestros pañuelos vamos a poner:
¿Dónde están?
¡Acá están!
Ellos, ellas son el fruto bendito de tu vientre. GRACIAS HEBE, GRACIAS MADRES”.
(Foto de portada: Luis Rubén Poli)