Comuna 12: Denuncian que el nuevo Código Urbanístico “avala excepciones cargadas de irregularidades”
Fue durante una charla debate “Barrios vs. Negocios Inmobiliarios organizada por la agrupación Vecinos Activos de Coghlan.
La semana pasada se desarrolló una disertación sobre urbanismo y patrimonio a cargo de la arquitecta Dora Young y del abogado ambientalista Jonatan Baldiviezo. Donde también estuvieron presentes miembros de Vecinos X Saavedra.
La actividad fue organizada por el colectivo Vecinos Activos de Coghlan, que tiene entre sus referentes al periodista Jorge Halperín.
“En Coghlan tenemos la estación, el puente, casas famosas, jardines y veredas, que forman parte de un pasado que nos moldeó. No veneramos cualquier pasado ni cualquier futuro, menos si es uno que viene a demoler nuestra convivencia”, expresaron desde el colectivo vecinal.
Y agregaron que con el descontrol de los desarrollos inmobiliarios en la zona “el barrio cambió y no para bien”.
Para hablar de estos temas, los Vecinos Activos de Coghlan convocaron a los especialistas para exponer sobre las reformas al Código Urbanístico y al de Edificación, aprobadas el año pasado, y vigentes desde enero.
En primer lugar, Baldiviezo dijo que hubo muchas irregularidades en el debate sobre las reformas. Dijo que el Gobierno porteño y sus asesores técnicos solo se sentaron a debatir junto a los referentes de las grandes desarrolladoras inmobiliarias. Por medio de un recurso de amparo se hizo una “falsa audiencia pública” en la Jefatura porteña de Gobierno cuyos resultados “no fueron tenidos en cuenta”.
“Los problemas que plantean los vecinos, como servicios públicos colapsados, no se incluyeron en el nuevo Código porque no estaban en el diagnóstico del Gobierno. Se Planifico aumentar la cantidad de metros cuadrados construibles sin informes de lo que necesita esa población para garantizar su calidad de vida mediante servicios públicos eficientes, hospitales, vacantes en escuelas”.
Expuso que en las más de 900 páginas del Código Urbanístico solo se dedica un párrafo a servicios públicos básicos (agua, luz, gas): “Dice que las empresas prestatarias (AySA, Edenor, Edesur, Metrogas) son responsables de que esté garantizado el suministro, pero nada dice de hospitales o escuelas o de espacios verdes”.
Agregó además, que el nuevo Código debía estar basado en el Plan Urbano Ambiental de la Ciudad, que se renueva cada cinco años: “La última modificación se hizo en 2009 con datos de los años 90. Debió modificarse en 2014 y ahora en 2019, pero no pasó”. “Hace 20 años estamos sin Código Ambiental”, alertó como otra irregularidad que impide tener un diagnóstico moderno sobre la Ciudad.
El abogado recordó que desde el comienzo de la década pasada el Gobierno porteño empezó a entregar permisos excepcionales de construcción, ya que muchos proyectos de edificios superaban los metros o el volumen permitido en cada barrio. En un momento las asambleas barriales fueron a la Justicia y presentaron recursos de amparo para detener estas obras.
El sector inmobiliario vio esto como un peligro para su actividad y pidió “seguridad jurídica” al Gobierno porteño. Ese fue uno de los pilares del nuevo Código, al que Baldiviezo definió como un “blanqueo” para quienes construyeron fue de regla: “El Código avala todas estas excepciones que estaban cargadas de irregularidades”, aseveró el responsable del Observatorio del Derecho a la Ciudad.
También mencionó que hubo cambios sobre el enrase (equiparación de alturas de edificios en una misma cuadra) y el FOT (Factor de Ocupación Total): “Aumentó la capacidad constructiva con la misma altura”.
Indicó también que esto lleva a otro asunto a tener en cuenta: “Ahora pueden construir más metros cuadrados. El Código de Edificación bajó el mínimo que puede tener un departamento, de 29 metros cuadrados a 18, eso genera microdepartamentos. Van a hacer viviendas cada vez más estrechas, con pasillos y lugares comunes más pequeños para tener más departamentos que vender”.
A su turno, Young se focalizó en la zona de Cohglan, donde vive. Al retomar las palabras de Baldiviezo, señaló que la intención del Poder Ejecutivo porteño es generar millones de nuevos metros cuadrados a construir con el Código Urbanísitico para duplicar la población porteña, de 3.000.000 a 6.000.000. Las autoridades quieren que aquellos que ingresan desde el conurbano a la CABA a trabajar se queden a dormir.
Analizó: “El planteo inmobiliario (de elevar la cantidad de metros cuadrados construibles mediante nuevos edificios, en especial en zonas históricamente residenciales de casas bajas) no se acompaña con servicios públicos, lo cual sería el verdadero desarrollo; esto que se plantea es engorde no crecimiento”.
Luego mostró fotos de Coghlan: “Son sitios que todos reconocemos, se suman el arte y la cultura mediante la actividad de los ciudadanos que contribuyen a la identidad barrial y la calidad de vida”.
Habló de la movilización de fuerzas vivas en este barrio, la cual generó la sanción de la Ley N° 2.482, que limitaba la altura de las construcciones en calles internas y protegía edificios de valor patrimonial.
También señaló que en Coghlan (Comuna 12) existe el Área de Protección Histórica N° 48, que resguarda la zona de la estación ferroviaria y edificios aledaños.
Remarcó que en el barrio hay tres conflictos urbanísticos identificables: Villa Roccataliata (Balbín, Roosevelt y Zapiola), el edificio Telecom (Congreso y Estomba) y el predio del ex supermercado Carrefour (Congreso al 3800, entre Quesada, Estomba y Rómulo Naón).
Young y varios vecinos el año pasado presentaron un proyecto de ley en la Legislatura porteña para reutilizar el inmueble que ocupó Carrefour y hacer una gran plaza pública. Sin embargo, dijo que los propietarios planean hacer inmuebles, ya presentaron un plano en 2017 y ahora el nuevo Código Urbanístico les permite hacer más metros cuadrados. Se llegaría a una altura de 16 metros más dos retiros (siete metros más) tanto al lado de la avenida Congreso como en Quesada, pese a que es una calle interna.
Alrededor de Villa Roccataliata se empezó a hacer un conjunto de torres que, sobre Zapiola, iban a llegar a los 28 pisos. Los vecinos presentaron un amparo en la Justicia, por irregularidades en el permiso de obra. Tuvo sentencia favorable y se ordenó detener la obra. La empresa llegó a construir 12 pisos.
La arquitecta dijo que con el nuevo Código Urbanístico se creó un Corredor de alturas medias en las dos manzanas sobre las que corre Monroe. En ese corredor se incluyó a la manzana donde está Villa Roccataliata. “Incluir esa manzana fue a la medida de la constructora, es parte del blanqueo”. De todos modos, ya que la obra está detenida y los propietarios pujan para que se reactive la construcción del inmueble, la situación está en el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad, máxima instancia del Poder Judicial porteño.
En el edificio de Telecom se cambió, con el nuevo Código, la zonificación a UF (Urbanización Futura), pese a que esa manzana está incluida dentro de la Ley N° 2.482.
Fuente consultada: Portal Saavedra online.