Así nació Parque Chas. A 80 años de la fundación del Laberinto Porteño
En 1925 nacía un nuevo barrio. Desde el punta de vista urbanístico, su trazado representó la vanguardia que seguía los postulados del urbanismo inglés de ciudad-jardín, a los que se denominaba Parque.
El diseño radiocéntico -que perteneció a los ingenieros Frehner y Guerrico- significó llevar el pintoresquismo a su máxima expresión.
El otro protagonista de esta historia, fue el martillero público Don Gerónimo Grosso, quien contribuyó a la formación urbana del “Gran barrio Parque Chas”.
Gracias a aquellos visionarios, Buenos Aires cuenta hoy con un patrimonio urbanístico de gran valor.
Por Fernando Belvedere
Septiembre 2005
Los 100 años de la Oficina de Tierras “G.G.G”
El 5 de abril de 1905 el martillero público Don Gerónimo Grosso Giachino fundó la oficina de Tierras “G.G.G”. Comenzó vendiendo terrenos en Villa Gavarone (hoy Banfield), y en 1927 llevó adelante el loteo más importante de la firma, nos referimos a la subasta de lotes que contribuyó a la formación urbana del barrio Parque Chas, cuyo terreno pertenecía a la Familia Chas.
Logotipo de la Firma Gerónimo Grosso
Don Gerónimo Grosso Giachino nació en Génova en 1877 y falleció en Buenos Aires en 1956. Llegó a la Argentina en su juventud. Desde el primer lustro de nuestro siglo hasta su muerte, se dedicó a la subasta de tierras, actividad en la que adquirió reputación y solvencia. Además de Parque Chas, G.G.G. desarrollo su actividad en Villa Pueyrredón, Villa Cenini, Barrio General Paz y barrios Drysdale (Carapachay) y Grossville (Vicente López).
La firma G.G.G fue pionera en la venta de terrenos a pagar en cien mensualidades sin interés en pesos moneda nacional. Por aquel entonces el dinero mantenía su poder adquisitivo, y como no había inflación, muchas familias de laburantes pudieron tener su casa.
La historia del barrio Parque Chas comenzó hace 80 años cuando el antiguo consejo deliberante aprobó la Ordenanza Nº 1129 :
“Apruébase el trazado de calles propuesto por el señor don Vicente Chas, para el terreno de su propiedad limitado por la Avenida de los Constituyentes y calles Pampa y Triunvirato, en la forma en que se indica en el plano agregado a este expediente 62.498. C. 1925 (1522.C:1925), firmado con fecha agosto del corriente año por los señores ingenieros Guerrico y Frehner, y el visto bueno del Director del Depatamenteo de Obras Públicas ingeniero Rebuelto…”
G.G. Grosso habría copiado el trazado de una ciudad europea y se la ofreció a la Familia Chas para proyectar un Barrio Parque.
Durante 1925 el doctor Vicente Chas construyó a modo de vidriera las “20 Casas para Obreros” a lo largo de Avenida La Pampa entre Gamarra y Altolaguirre.
La intención comercial -al construir aquellos pintorescos chalets- fue mostrar un barrio en crecimiento a los futuros compradores de terrenos.
Las 20 casas para obreros. Foto gentileza Familia Chas.
Borges y los 20 Chalets de Avenida La Pampa
En su libro Evaristo Carriego (1930), dice Jorge Luis Borges como cita al pie del Capítulo I “Palermo de Buenos Aires”: |
El primer Remate
El 27 de noviembre de 1927, la casa G.G.G llevó a cabo la primera subasta de lotes (desde La Pampa hasta Avenida Los Incas por Avenida Triunvirato). Las jornadas de remates eran muy pintorescas ya que se instalaban carpas donde los intersados podían hacer sus ofertas. “Aquel día hizo 36º de calor, y las tres carpas estaban llenas de gente. La venta duró desde las 16 hasta las 22 y se vendieron 200 lotes a 25 pesos moneda nacional a pagar en cien meses sin interés”. Cómo propaganda se regalaron mas de mil abanicos por el calor que hacía. Cómo no había parlantes no se podían escuchar las ofertas por el ruido que producía la gente cuando se apantallaba”, estas palabras pertenecen a Gerónimo Grosso (hijo) que ayudó a su padre desde los catorce años de edad en todas las subastas de terrenos que se hicieron en Parque Chas. Se realizaron treinta remates (cada 4 meses) a lo largo de diez años, y se llegaron a vender un total de 3000 lotes.
Carpas que la firma G.G. Grosso instalaba en los remates
A los que adquirían un lote se les entregaba diez mil ladrillos gratis y por cinco pesos más (por mes) se les daba veinte mil ladrillos, además, por seis pesos más por mes, se les entregaban los materiales necesarios para construir una habitación. O sea que, por cuarenta pesos al mes el más humilde obrero podía hacerse la casa. La mayoría levantó su hogar trabajando los sábados y domingos ya que durante la semana se dedicaban a sus oficios y ocupaciones. La idea era incentivar la construcción para valorizar el barrio.
La base de venta era de 20 pesos m/n por mes. Los lotes más caros, como la esquina de Avenida de los Incas y Triunvirato, costaban 250 pesos m/n por mes, los de Triunvirato hasta La Pampa tenían un valor de 20 a 150 pesos por mes, y los que estaban dentro del barrio, de 60 a 70 pesos por mes, siempre en 100 cuotas sin interés.
La casa matriz de las “tres G” estaba ubicada en la calle Sarmiento 559 de esta capital, pero mientras Parque Chas crecía se instaló una agencia en Triunvirato y Gándara en un chalet de madera.
“Atendíamos sábados, domingos y feriados. Yo acompañaba a la gente que venía a ver los terrenos para que no se perdieran, ya que como las calles eran redondas se desorientaban”, siguió recordando Grosso hijo.
Sucursal de la Firma G.G. Grosso en Parque Chas sobre Triunvirato
entre Gándara y Ginebra.
Los últimos terrenos se vendieron en el triángulo formado por las calles Gándara, Ginebra y Avenida Triunvirato en el año 1941. Allí Francisco Chas (hijo) tenía proyectado instalar un mercado comunitario que nunca se realizó. Todos los lotes de aquella manzana triangular fueron vendidos por la Inmobiliaria Parisi. Su dueño, Francisco Parisi -ex jugador de Almagro cuando el club tenía la cancha en Parque Chas- construyó gran parte de las viviendas que allí se encuentran.
Por aquel entonces, era obligatorio donar terrenos destinados a la construcción de plazas, colegios e iglesias. Se denominaba Reserva Fiscal, es decir, el propietario no podía disponer de aquellos lotes.
Gerónimo Grosso hijo siguió recordando:
“Nunca alquilábamos “bateas” (ómnibus), para traer gente a los loteos, ya que hasta aquí llegaba el tranvía Lacroze. En aquel tiempo no había que inscribir las ventas, todo era de buena fe. Existía la libreta de pago que nosotros nos encargábamos de sellar ya que hacíamos las cobranzas.
Nunca hubo que cobrar intereses punitorios por atraso en los pagos, los que no podían pagar devolvían la libreta y luego se ponía en venta el terreno o la casa”.
La nota de color relatada por Grosso fue que, testaferros de los famosos mafiosos rosarinos de la década del ’30, “Don Chicho grande” y “Don Chicho chico” compraron terrenos en Parque Chas para luego revenderlos. “Un día vinieron a nuestra oficina central de la calle Sarmiento 559, Agata Galiffi -hija de Don Chicho grande- y Salvador Summa, interesados en comprar terrenos. La reunión se desarrolló en términos muy cordiales, pero terminó con la Galiffi presa ya que en la calle la estaba esperando la policía con una orden de detención.
“Nosotros siempre tratamos de ayudar al obrero, no a especuladores y revendedores. Nuestra intención fue fomentar la construcción para valorizar al barrio”, concluyó.
A ochenta años de aquellos comienzos del barrio, y a punto de restituirle definitivamente a Parque Chas su status barrial, este fue el recuerdo de ParqueChasWeb a quienes iniciaron la historia.
La presente crónica está basada en el reportaje que le realizaron el 8 de junio de 1989 a Don Gerónimo Grosso hijo. La entrevista fue coordinada por las historiadoras del barrio, Doctora Sonia Berjman y Arquitecta Magdalena Eggers. El protagonista contaba entonces con 81 años de edad.
Gerónimo Grosso al frente de la subasta de lotes en Parque Chas La Promesa del Subte
“Gracias al subterráneo Lacroze los que hayan comprado en el Barrio Parque Chas, estarán a diez y ocho minutos de las avenidas L.N. Alem y Corrientes y vivirán sobre la tierra de más inmediato porvenir entre todas las que existen en venta actualmente en Capital” Esta frase pertenece a un folleto de venta de lotes de la firma G.G. Grosso del año 1930, en la que el subterráneo le daba un valor agregado al barrio. En 1930 se inauguró la línea “B”, y se empezaba a decir que en breve el subte llegaría hasta Urquiza, promesa que se cumplió más de 70 años después.
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