Sobre el nuevo ascenso de casos de infectados de COVID
Posicionamiento ético-político del Colectivo Gerontológico Asistencia, Docencia e Investigación en Salud y Comunicación (ADISAC) con perspectiva de envejecimiento.
Al día de la fecha, las agencias de noticias informativas reportan un incremento de nuevos casos de SARS-CoV-2 (coronavirus): más de la mitad de los que concurren con síntomas para ser testeados presentan la infección, mientras que en los servicios de emergencias médicas también es notorio dicho ascenso en personas enfermas.
Los Ministerios de Salud de distintos ámbitos sugieren retornar al uso del barbijo en ámbitos cerrados, sin imponer dicha modalidad como una obligación.
Desde nuestro Colectivo Gerontológico, abocado al seguimiento de los temas del envejecimiento recordamos que todo abordaje de personas mayores asienta en ejes que tienen que ver con su integralidad, progresividad, continuidad y adaptación a las personas asistidas.
Damos por sentado que el proceso salud-enfermedad-atención-cuidados, requiere de estos atributos en estrecha consideración con los llamados determinantes sociales de la salud, a lo que deben sumarse los objetivos de la estrategia internacional de la Década del Envejecimiento Saludable.
Dicho abordaje no fragmentado también está consagrado en la Convención Interamericana sobre Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores reconocido por nuestra Ley Nº27.360.
Existe un convencimiento generalizado desde los actuales efectores del Sistema de Salud que además de la atención médica de base farmacológica corresponde, en los casos detectados la obligación de guardar reposo y aislamiento por parte de los mismos, a la vez de evitar los contagios entre las personas allegadas y/o convivientes.
Ahora bien nos toca preguntarnos colectivamente cuáles son los posibles efectos de dichas prescripciones y consejos en el grupo etario de los y las personas mayores sin dejar de reconocer sus consecuencias en otros colectivos alcanzados con estas acciones.
Existe un componente, cuantitativamente importante, de personas mayores que viene atravesando situaciones de fragilidad (quienes acreditan un número importante de factores de riesgo) a lo que se suman las personas que cursan situaciones de dependencia bio-psico-social que, en general, imposibilita para un desarrollo autonómico en sus actividades de la vida diaria (AVDs).
No tenemos que ser demasiado imaginativos para reconocer qué puede suceder en hogares unipersonales, o los efectos de la emergencia de esta enfermedad en familias sin recursos económicos para solventar distintos tipos de apoyos domiciliarios requeridos en estas ocasiones.
También su impacto estresante entre quienes vienen cuidando de modo informal (mayoritariamente mujeres de la familia) a personas mayores dependientes.
Debemos reconocer que esta enfermedad pone sobre el tapete la falta de una imprescindible coordinación sociosanitaria en los sistemas actuales de cobertura.
Estas circunstancias demandan, con la mayor premura posible, un seguimiento y en muchos casos también de un acompañamiento de carácter integral atendiendo a estas problemáticas.
Nos toca a todos tomar las previsiones en estos casos, aprender de los errores del pasado y sobre todo organizar nuestros recursos para reaccionar a tiempo y de acuerdo a requerimientos diferenciales y situacionales.
Las Autoridades Públicas deben de llevar adelante acciones de liderazgo inclusivo para con estos grupos, escuchando sus reclamos y necesidades para lo cual deben desplegar con antelación aquellas herramientas con la necesaria sensibilidad y especificidad en la materia.
La Sociedad Civil también tiene responsabilidad en estas acciones, sobre todo por parte de las instituciones y organizaciones con presencia en el campo de la Seguridad Social, en su sentido amplio.
Finalmente advertimos, a los efectos de que esta nueva recomendación, para los y las pacientes mayores, del “Quedate en Casa” no troque en “Arreglate como puedas…”
ADISAC
Colectivo Gerontológico
facebook/ColectivoGerontologico