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Por partos y nacimientos respetados y libres


 

El 25 de noviembre,  Día Internacional de Lucha contra la violencia de género, la Asociación Nacional de Parteras Independientes junto a la Red Relacahupan Argentina, se manifestarán a favor del derecho a elegir cómo, dónde y con quién parir.

 

 

En el marco de las actividades del Día Internacional de Lucha contra la violencia de género que se realizarán el próximo 25 de noviembre, está prevista para las 18.30 una movilización la Plaza de los Dos Congresos.

 

La iniciativa es de la Asociación Nacional de Parteras Independientes junto a la Red  Relacahupan Argentina y un grupo de familias, que manifiestan su derecho a elegir cómo, dónde y con quién parir.

 

A las 16, harán una entrega masiva de cartas a la presidenta de la Nación,  en las que expresan la imperiosa necesidad de que los partos sean respetados en todos los ámbitos.

 

Dicha convocatoria surge como consecuencia del proyecto de reforma y actualización de la ley que regula el ejercicio de la profesión obstétrica en la Argentina. La ley vigente contempla, entre otras competencias, la posibilidad de que las parteras puedan tener casas de partos y brindar atención a la mujer en su domicilio.

 

Las organizaciones convocantes expresan su preocupación porque que  junto con modificaciones favorables a la ley, se ha introducido una cláusula que elimina las casas de parto.

 

Esta restricción puede marcar una tendencia que llevará a quitar también del proyecto legislativo la atención y asistencia, por parte de las obstétricas, de los partos planificados en el domicilio de las mujeres que elijan esta opción.

 

Fundación de la Red argentina

El día 22 de marzo de 2002, en la Ciudad de Buenos Aires, se funda la Relacahupan – Argentina. La Red Argentina integra la Red Latinoamericana y del Caribe para la Humanización del Parto y el Nacimiento (RELACAHUPAN) fundada en Fortaleza, Brasil, el 5 de noviembre de 2000.

Esta es una red de grupos y personas de diferentes profesiones y oficios, dispuestos a trabajar por la Humanización del Parto y el Nacimiento y comprometiéndose a actuar a favor de un nuevo modelo de atención que denote sensibilidad y que garantice el respeto a las necesidades físicas, mentales, espirituales, culturales y sociales de las madres y sus familias, así como el ejercicio de sus derechos.

 

Creemos que el parto y el nacimiento son el principio y punto de partida de la vida y son, por ello, procesos que afectan al resto de la existencia humana. De ahí que la humanización del parto y el nacimiento constituyan una necesidad urgente y evidente. Por tanto, creemos firmemente que la aplicación de la humanización en los cuidados que se proveen al comienzo de la vida humana será determinante y definitiva para las sociedades futuras. Para tales efectos, nos proponemos:

 

Principales puntos de nuestro documento fundacional

  • Promover, dentro de la comunidad asistencial, el respeto por los tiempos, necesidades, deseos, creencias y derechos de las mujeres y sus familias en el parto y el nacimiento.
  • Establecer la revisión permanente y exhaustiva de roles y prácticas de todo profesional o servidor relacionado a los cuidados maternos.
  • Promover la enseñanza de destrezas necesarias, estudiadas y recomendadas por la Organización Mundial de la Salud y la evidencia científica para trabajar a favor de mantener el equilibrio de la salud como: acceso a la información sobre tipos de atención, trabajo de parto y parto acompañadas de un ser querido, no realización de enema y rasurado, no realización de inducción rutinaria, no realización de episiotomías rutinarias, libre elección de la posición para parir, un índice de cesáreas no mayor del 15%, permanencia desde el instante del nacimiento del recién nacido junto a su madre, no realización de procedimientos rutinarios invasivos y agresivos al recién nacido, entre otras muchas.
  • Promover y apoyar acciones positivas tendientes a incluir en los programas de formación de grado de parteras y médicos, temáticas vinculadas a la humanización de la asistencia.
  • Fortalecer y apoyar la labor de organizaciones y profesionales que trabajan a favor de un modelo de atención humanizada, respetuosa y segura.

 

Violencia obstétrica

 

Por Belén Mazzotta
Mamá Sol – RELACAHUPAN

 

La Violencia obstétrica es  sólo una de las miles de formas en que los derechos de las mujeres han sido y son violentados.

Existe un Test de violencia obstétrica que ha sido realizado por varias organizaciones argentinas como Dando a Luz y Maternidad Libertaria, y ofrece información sobre la ley que recoge este supuesto y la forma de denunciar si se considera haber sido víctima de ella.

Algunas de las siguientes situaciones, pueden considerarse como de Violencia Obstétrica


– Mientras estabas internada en la clínica u hospital, con contracciones de trabajo de parto,
¿El personal de salud hacía comentarios irónicos, descalificadores o en tono de chiste acerca de tu comportamiento?

– ¿Te trataron con sobrenombres (gorda) o diminutivos (gordita-mamita-hijita) como si fueras una niña incapaz de comprender los procesos por los cuales estás atravesando?

– ¿Fuiste criticada por llorar o gritar de dolor, emoción, alegría, durante el trabajo de parto y/o el parto?

– ¿Te fue difícil o imposible preguntar o manifestar tus miedos o inquietudes porque no te respondían o lo hacían de mala manera?

– ¿Se realizaron alguno o varios de los siguientes procedimientos médicos sin pedirte consentimiento o explicarte por qué eran necesarios?

– Rasurado de genitales, enema, indicación de permanecer acostada todo el tiempo, rotura artificial de bolsa, administración de medicación o goteo para “apurar” el parto, tactos vaginales reiterados y realizados por diferentes personas, compresión del abdomen en el momento de los pujos, episiotomía, cesárea y raspaje del útero sin anestesia.

– En el momento del parto, ¿te obligaron a permanecer acostada boca arriba aunque manifestaras tu incomodidad en esa posición?

– ¿Fuiste obligada a quedarte en cama impidiéndote caminar o buscar posiciones según tus necesidades?

– ¿Se te impidió estar acompañada por alguien de tu confianza?

– ¿Se te impidió el contacto inmediato con tu hija/o recién nacido antes de que se lo llevara el neonatólogo para control? (acariciarlo, tenerlo en brazos, verle el sexo, hablarle, darle el pecho, etc.)

– Después del parto, ¿Sentiste que no habías estado a la altura de lo que se esperaba (que no habías “colaborado”)?

– Podrías decir que la experiencia de la atención en el parto ¿te hizo sentir vulnerable, culpable o insegura?

 

Más información en: www.relacahupan.net

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Redacción

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