ENTREVISTA CON EMANUEL GALLI
"Intenté dar a luz una historia
fantástica que atrape al lector"
ParqueChasWeb conversó con el novel autor de "Seis
calles",
Una Historia de Parque Chas.
En la ficción, un adolescente inquieto que está buscando
su propia identidad, narra (con un lenguaje propio de su edad) extraños
episodios que suceden en las intrincadas calles de Parque Chas:
Una historia con mucha adrenalina y múltiples interpretaciones.
“Ya
no quedan tantos barrios como manda Dios, sólo bloques de
pavimento, cordones, veredas, árboles sin corazón…Pero
Parque Chas resiste, resiste todo…”
Por Fernando Belvedere
fbelvedere@parquechasweb.com.ar
- ¿Durante cuánto tiempo viviste en Parque Chas? ¿Tu
familia era del barrio?
- Viví en el barrio desde los 7 años aproximadamente
hasta los 31, con una intermitencia de un año y medio en
la cual viví en Paternal y otra de menos de un año
que viví en Salta, la linda.
Mi familia materna, los "Caporale" son de Saavedra; incluso
mi abuelo y algunos de los abuelos "Caporale" eran compañeros
de copas del genial Polaco Goyeneche.
Mi familia paterna era de Villa Ortuzar, de la zona cercana a la
parroquia San Roque.
Al casarse, mis padres se mudaron a Villa Urquiza (y cuando yo tenia
7 años, nos mudamos a Parque Chas).
- De chico, ¿qué rincón (o rincones)
del barrio era tu preferido?
- Mi preferido de todos siempre fue el pasaje Sofía. Ibamos
con mis amigos Nicolás y Mariano. Eramos inseparables. Allí
he pasado gran parte de mi infancia y preadolescencia. Sofía
siempre estará en mis recuerdos.
Otros rincones preferidos eran las seis esquinas particularmente
(yendo siempre desde Los Incas y Victorica hasta Gándara)
y la plaza de Gándara y Berlín donde a veces andábamos
en skate (de los primeros skates que llegaron al país que
eran unas tablas enormes de madera).
En Altolaguirre entre Gándara y Giribone siempre nos juntábamos
muchos chicos (al lado de la bicicletería) en casa de una
amiga llamada Paula.
También la calle Turín siempre me resultó muy
atrayente, sobre todo desde Andonaegui hasta Altolaguirre.
El camino ideal para la bicicleta era Turín hasta Burela
y a dar vueltas por la plaza que hay allí.
Igualmente cuando uno es chico, toda calle es mágica. Más
allá de rincones, también hay porciones del barrio
que me disparan sentimientos y recuerdos enormes. Por ejemplo, de
sólo caminar por la calle Constantinopla, desde Altolaguirre
hacia Barzana, me recuerda a cuando era chico e iba a buscar a una
amiga que vivía allí que se llamaba Natacha, que a
su vez era la mejor amiga de Mariana, la chica que me gustaba. Yo
en aquel entonces tendría unos 11, 12 años. Cada vez
que camino por allí, recuerdo lo que sentía en aquel
entonces.
-¿Cómo viviste tu adolescencia en Parque Chas?
-Mi adolescencia en Parque Chas fue inolvidable, sobretodo porque
yo era muy nocturno y el barrio se prestaba, o al menos a mí
me seducía su forma nocturna.
Si durante el día ya no andaba tanto por el barrio porque
trabajaba o estudiaba, la aparente calma nocturna de Parque Chas
y su misterio me envolvían por la noche. Recuerdo que eran
habituales mis vueltas por el barrio a altas horas de la madrugada
escuchando The Doors, Pink Floyd o Genesis en el walkman. Todo se
abría, todo se expandía, incluso cuanto más
comprendía algo, más podía disfrutarlo. Y no
hablo sólo del barrio, hablo del mundo -de mi visión
del mundo en aquel entonces- y de cómo yo me vinculaba con
ese mundo.
Durante mi adolescencia, mi casa siempre (o casi siempre) era punto
de reunión de los amigos que no vivían en el barrio,
como por ejemplo los compañeros de escuela. Hace menos de
un año, cuando se vendió mi casa familiar (que siempre
estuvo en Los Incas y Barzana -una casona grande con rejas blancas
algo destartaladas justo al lado de la esquina-), gran parte de
mis amigos entristeció junto a mí al enterarse de
que iban a demolerla para construir algún brutal edificio
o un estacionamiento de autos.
- ¿Cuál fue el disparador que te llevó
a escribir esta novela?
- El barrio en sí fue un gran disparador; el misticismo,
la calma que habita en él. Intenté dar a luz una historia
fantástica, un relato de ficción veloz que atrape
al lector y lo sumerja en situaciones que normalmente no sucederían
fuera de un relato de este tipo.
Lógicamente, las cosas que me pasaban en aquel entonces,
también dispararon la historia. Lo bueno es que todo lo que
sentía, veía y pensaba en ese momento tomó
la forma de un relato veloz y fantástico el cual, años
después cuando volví a leer, me convenció instantáneamente.
Releer este libro, años después, me sirvió
para darme cuenta del valor que tenía, por lo atrapante de
la historia, por la velocidad de su relato y más aún
por la fuerza de los conceptos en los que se apoya.
-
Muchos barrios de Buenos Aires han sufrido la devastación
de su fisonomía, de su identidad, a causa de un “boom”
inmobiliario salvaje.
Los elefantes y rinocerontes que atacan al barrio en tu novela ¿Son
una metáfora de las moles de cemento que están invadiendo
y destruyendo muchos de los barrios porteños?
- La microjungla que inventé en el libro puede tratarse de
muchas cosas, incluso yo mismo armé la historia con amplitud
y mucha velocidad para que todo lo fantástico y brutal que
hay, pueda interpretarse de la manera que uno quiera o pueda; o
incluso de muchas maneras a la vez.
Sobre las moles de cemento sucede algo particular en el libro: un
rinoceronte persiste en su afán de derribar un edificio y,
cuando lo consigue, el edificio cae sobre otro más pequeño.
Rocambole
-¿Cuál crees vos que es la clave para que Parque Chas
“se resista” a perder su identidad?
- La forma en la que está construido Parque Chas es lo que
logra que se resista a perder su identidad.
En el relato, creo haber encontrado muchas formas atractivas y fantásticas
para hablar sobre este tipo de cosas.
-¿Cómo llegaste a Rocambole?
- Desde que volví a leer el libro años después,
supe que debía llevar ilustraciones que acompañen
el relato fantástico, que lo abran incluso. Y por supuesto,
quién mejor que Rocambole para esta labor?
A Rocambole llegué como un desconocido. El libro le gustó
y a partir de allí empezamos a juntarnos y a conocernos.
Desde aquel momento fue un proceso largo que duró unos
dos años, como mínimo, hasta que finalmente se publicó.
Es muy gratificante para mí haber compartido una obra con
un artista como Rocambole. Aprendí muchas cosas de él.
-¿Qué repercusión has tenido de la
novela?
- La repercusión del libro es muy buena, los medios en
general están comentándolo o publicando notas, señal
de que el relato gusta mucho.
En cuanto a la respuesta de los lectores, siempre me asombro porque
cada persona que lo lee saca conclusiones distintas, incluso muy
distintas de otras personas. Hasta ahora no me pasó que
dos personas que lo leyeron hayan pensado y sentido lo mismo al
leerlo. La intriga, lo fantástico y todo lo que gira alrededor
del misterioso personaje del libro, parece dar lugar a múltiples
interpretaciones y creo que eso lo hace un libro digno de leerse
(y releerse, por supuesto).
- ¿Desearías agregar algo más...?
- Mis saludos para los vecinos de mi querido barrio Parque Chas.