NOTA DE OPINION SOBRE LAS ONCE
TORRES EN EL PARQUE WARNES
"Las Torres" y la remodelación del barrio
Por Pompeyo Ramos Marrau / Arquitecto
- Urbanista
Comisión de Urbanismo y Medio
Ambiente
del Plenario de la Comuna 15
Hay torres que son piezas arquitectónicas muy interesantes,
son una buena recreación morfológica estéticamente
hablando, y también tienen, para quienes pueden tener la
ocasión de visitar , o vivir en una de ella a partir de
cierta altura una vista privilegiada del entorno, que si esta
enclavada en la ciudad, puede ser fascinante.
La ciudad bien compensada podría tener determinados espacios
para estas esculturas, que son una maravilla a los ojos.
Invadir la ciudad con Torres, es otra cosa.
Tener emplazamiento para estas piezas especiales, daría
lugar a concursos que habilitarían a muchos artistas/ arquitectos
a expresar sus dotes.
Una Sagrada familia, de Gaudi, que tiene más de 120 mts
de altura, no es una vivienda, e independientemente del uso especifico,
Iglesia, siempre se la va a ver cómo una escultura. Pero
centenares de Sagradas Familias, aburrirían, taparían
la iluminación, no serían piezas especiales, sino,
una realización de mal gusto.
Se ha naturalizado la idea de que las torres de vivienda, son
signos de modernismo, que ayuda a solucionar el déficit
de vivienda, ante la escasez de suelo y que los emplazamientos
generan mayor actividad en su entorno.
Hay pocos lugares en el mundo, que esté ocupado todo el
suelo, hasta cuatro o cinco alturas, que obligue a construir torres,
para acoger a los habitantes de esa ciudad, necesitados de un
hogar.
En nuestras ciudades, eso es notable. La ciudad Argentina, es
aún, de casas baja, de una y dos plantas, y por la carencia
de planificación, criterio y normativa relacionada, encontramos
un porcentaje bajo pero significativo de edificaciones de más
altura, salpicadas entre el amanzanamiento de la ciudad.
Buenos Aires, es un excelente ejemplo, de lo que estamos diciendo.
El espacio que deja libre, éste salpicado de edificaciones
más altas, es enorme, son millones de m2., Que sumados
al suelo urbanizable programado, que debería tener todo
Plan Urbano Estratégico, son la reserva necesaria, para
ser utilizada en los casos de necesidad colectiva.
Y con tantos m2. disponibles, el espacio verde tendría
la misma importancia que las redes de infraestructura de servicios,
que son vitales en toda ciudad.
Los espacios públicos, los espacios verdes, los locales
comerciales, las vías de transito con sus peatonales, son
los que generan las centralidades de la ciudad y la actividad
correspondiente.
La invasión de torres, no la escultura, trae mucha gente,
y muchos autos a los que hay que darle servicios. Y, en el paquete
de los promotores viene el schoping, en muchísimos casos,
quizás la mayoría, sin el lugar para dejar el vehículo.
La "mayor actividad en su entorno" se da fundamentalmente
a través del centro comercial para esos nuevos vecinos,
y los del entorno inmediato, pero como consumidores del centro
comercial. Es muy raro que se genere una actividad económica,
cultural y social, fuera del centro comercial.
PROYECTO DEL GENOCIDIO DEL PARQUE
WARNES
La construcción de viviendas VIP´S en "Torres"
y centros comerciales para consumidores de alto nivel económico,
contrasta con el déficit de viviendas en la ciudad de buenos
aires, y la capacidad de consumo del 80 % de la población.
Número redondo, pero que mete a un 40-50% de pobres, con
trabajo precario, o desocupados y, un 30%, que tienen el sueldo
muy controlado para cubrir el mes y con poca o nada capacidad
de ahorro.
Hay que desnaturalizar muchas cosas en nuestro país, que
las muertes inmediatas y mediatas de los heridos en accidentes
de tráfico, por ejemplo, son por causa, casi exclusiva
del conductor y, el accidente con la tragedia, es una característica
Argentina.
Somos campeones del mundo en muertes por accidentes de transito!!!!!,
Dejando en un quinto y difuso plano el verdadero problema, Las
vías de circulación, el ordenamiento del transito,
la señalización, la publicidad grosera que arremete
al paseante y distrae al conductor, los colectivos descontrolados
y abandonados a su suerte, con conductores desconcentrados en
el conducir porque deben ocuparse de conseguir lugar para parar
en las paradas, de marcar el valor del boleto, y sobre todo prestándole
atención a un colectivo abarrotado de pasajeros. etc, etc.;
O de que es natural leer todos los días, que en los delitos,
secuestros y asesinatos haya algún, o muchos policías
involucrados en el hecho.
De la misma manera, pasa con las torres y sus beneficios, hay
que desnaturalizar, ese calificativo que decíamos más
arriba, y llamar las cosas por su nombre. No contribuyen a hacer
ciudad, no están pensadas para la ciudad, nos referimos
a la invasión de torres salpicadas, no responden a ninguna
coordenada urbanística. Y responden solo y exclusivamente,
a un negocio, las Torres como los "shopings".
La noticia de que en Marzo de este año, comenzaría
la construcción en forma de torres de 145.000 m2, en lo
que seria el 2º espacio verde de la ciudad de Buenos Aires,
en un enclave como es la parte de Paternal conocida como La Isla,
desde el punto de vista urbanístico, creemos que va ha
ser una realización de mal gusto, que sería bueno
que las autoridades lo reconsideren.
Este proyecto puede llegar a ser un caso de estudio para estudiantes
y profesionales en lo relativo a lo que no se debe hacer desde
la lógica urbanística, tanto, como desde la arquitectura
interesante que plantea el equipo de arquitectos.
Pero dejando el academicismo de lado, el proyecto tiene la lógica
del negocio, para inversores, constructores, y marcas de arquitectos.
La Paternal, durante años esta desolado, el corazón
de la ciudad Metropolitana de Buenos Aires, esta triste por que
lo han dejado a su albedrío. En Muchas décadas no
se planifico, no se invirtió, ni se lo mantuvo, calles
rotas, y atormentadas, con burda y descontrolada cartelería
gráfica, veredas de peligro, arbolado abandonado, y las
fachadas empobrecidas.
Imágenes
del Parque Warnes donde piensan construir once torres de 17
pisos. Los vecinos movilizados defienden uno de los principales
pulmones que tiene la ciudad de Buenos Aires, ya que consideran
un atropello semejante proyecto, que privará de aire
y sol a los habitantes de la zona. (febrero 2007 video
producido por ParqueChasWeb) |
No tiene un centro público que le de identidad ( nos referimos
a la tradicional y oportuna plaza y su entorno, con cine, cafés,
restaurante, locales comerciales y transito de paseo con sus peatonales,
espacios culturales, y de recreación para niños
y jóvenes, etc, etc. ) y dentro de esta realidad se encuentra
una parte del barrio, que los vecinos llaman, La Isla, y que potencia
este abandono el ferrocarril y, sus pasos a nivel anticuados,
peligrosos, ralentizadores del tiempo productivo de cada transeúnte.
Con esta descripción fenomenológica lo razonable
sería un plan de remodelación Urbanística
de toda la zona, que articule el espacio verde existente, que
abra otros, en los terrenos del ferrocarril, que le dé
destino a las manzanas con edificaciones obsoletas, que plantee
la centralidad del barrio, y que de solución a la vivienda,
primero para quienes la necesitan inmediatamente.
Es de sentido común, que la remodelación abrirá
el juego a proyectos que quieran realizarse en el barrio, y contemplará
los posibles lugares y su impacto urbano-ambiental.
Las Torres, molestan no solo por la escala. No responden a ninguna
de estas premisas, por eso sería loable que el proyecto
quede en suspenso, hasta tanto se haga el Plan de remodelación.
Después se tendrá que fundamentar muy bien, si es
que se persiste en su construcción.
Y tanto el plan de remodelación como tales fundamentaciones
cuando se las presente en una exposición pública,
la ciudadanía, los vecinos sabrán a que atenerse.
Que yo sepa, nunca se expuso a los vecinos, la intención
ni mucho menos la ejecución de este proyecto, de mucha
dimensión. Esto, hasta hoy suena, digamos un poco autoritario.
Orientar la situación en esta dirección, sería
el mejor gesto, que haga la administración para contrarrestar,
eso que muchos piensan y, otros saben y engañan: una pura
y dura actuación especulativa inmobiliaria que empieza
con las torres y, arrastraría, con aumento del valor del
suelo, a la venta masivas de casas bajas, muchas de ellas preciosas
piezas arquitectónicas de la mitad del siglo pasado, para
su derrumbe, y la construcción de: Torres.
Para que este negocio pueda llevarse a cavo, se tienen que cumplir
una serie de condicionantes jurídicas. A la sencilla y
pensada campaña de marketing, le precede un andamiaje político
y jurídico de recorrido un poco más elaborado:
La ausencia de Planificación territorial en todo el país,
y de un ordenamiento del uso del Suelo, le afecta a casi todas
las ciudades. Por tanto, y fundamentalmente, a las grades ciudades
metropolitanas, como lo es Buenos Aires.
Y Para suplir este "desorden Planificado" se usa un
Código de Planeamiento urbano, último instrumento,
valido, eso si, cuando existen las figuras, que anteriormente
hemos señalado como ausentes.
El incremento descontrolado de la edificación en altura
-principalmente torres- en la Ciudad de Bs. As. Tuvo su origen
en la modificación del Código de Planeamiento Urbano
de 1977, elaborado por la dictadura, y de la Ley Nº 123 de
Evaluación de Impacto Ambiental, ambos efectuados por la
Legislatura porteña en la maratónica sesión
del 2 de agosto de 2000 en la que se aprobaron 144 leyes en 48
horas. Aníbal Ibarra, al frente de la Legislatura en ese
momento, asumiría cuatro días más tarde como
Jefe de Gobierno.
Asociaciones de la ciudad, muchas, miembros de la Asamblea por
los Espacios Verdes Urbanos, habían participado en las
Audiencias Públicas de 1997 y de 1999 con motivo de las
modificaciones propuestas entonces al Código de Planeamiento
Urbano por la corporación inmobiliario-constructora de
la Ciudad: Sociedad Central de Arquitectos [SCA], Consejo Profesional
de Arquitectura y Urbanismo [CPAU], el decanato de la FADU (Dujovne,
en ese entonces), la Secretaría de Planeamiento Urbano
del GCBA, inversores, etc.
Diversas Asociaciones profesionales , de vecinos, el actor Federico
Luppi, profesionales de la planificación urbana, la planificadora
Marta Dodero, entre otros, hicieron oír su voz contraria
a las modificaciones propuestas, destinadas a aumentar la capacidad
constructiva y rebajar el confort de los futuros usuarios disminuyendo
las medidas mínimas de ambientes, iluminación y
ventilación.
Paralelamente se instituía la confección de normativa
a medida para lotes de más de 2.500 m2 de superficie y
-al reformar la Ley Nº 123 de impacto ambiental- se liberaba
a los edificios de vivienda (cualquiera sea su superficie) de
cualquier tipo de restricción, como era antes la realización
de una Evaluación de Impacto Ambiental y la consecuente
obligatoriedad de una Audiencia Pública.
En síntesis, esto fue lo que sucedió: el club de
las inversiones inmobiliarias (SCA, CPAU, FADU, GCBA e inversores)
junto con la mayoría de los grupos políticos más
importantes, acordaron como sería el desarrollo urbano
de la Ciudad Metropolitana de Buenos Aires, o sea, los negocios
inmobiliarios para el futuro. Esta es la verdad.
Este acuerdo político-económico de los grupos de
poder ha provocado el colapso de un sector importante de la Ciudad,
pero van por más: están efectuando la ampliación
del Aeroparque Jorge Newbery violando la normativa vigente (en
un acuerdo entre la empresa concesionaria, el gobierno Nacional
y el de la Ciudad); la Corporación Antiguo Puerto Madero
SA, larga el nuevo proyecto Retiro, sobre tierras del ferrocarril
que debieran dedicarse a espacios verdes; se están haciendo
obras públicas en la ciudad autorizadas por un Decreto,
que no pasaron por la Legislatura, etc.
El impacto ambiental de estas obras -más las construcciones
privadas ya programadas- provocará el colapso definitivo
de la Ciudad.
Ningún funcionario actual cuestiono nada de lo anteriormente
descrito; ello significa que estuvieron de acuerdo en su momento,
y lo siguen estando.
La especulación inmobiliaria puede tener una génesis
relativamente rápida (Por la no existencia de planificación,
controles y, por decisiones políticas, interveniendo en
terrenos públicos o habilitando suelo a placer, por ejemplo
Puerto Madero) o de tiempo prolongado, es el caso de la comuna
15.
En el barrio que hoy estamos considerando: no se invierte, el
municipio esta ausente. Comienzan a degradarse determinadas zonas
del barrio, y la gente con necesidades básicas insastifechas,
las ocupa: La villa Miseria"el Playón", o el
ex "albergue Warnes", estos asentamientos, normalmente,
permanecen mucho tiempo. Los vecinos comienzan a inquietarse,
surge el factor inseguridad.
Pues es ese el momento, en donde comienza la acción. Ponen
un interesante polo editorial (que en realidad lo es) en tierras
públicas, hoy ocupadas por un asentamiento de familias
excluidas.
Quieren poner una zona moderna en lo que era un lugar conflictivo,
(el ex Albergue recibe la implosión en 1991, los años
siguientes son de negociación y preparación del
proyecto, viene primero Carrefoure / Easy y en 1999, la aceptación
del proyecto "Puertas de Agronomia", hoy las quieren
construir.
Saben, porque son expertos en la especulación, que el vecino
entre la Villa Miseria y el Polo editorial, va a hacerlo sin lugar
a dudas por el polo, aunque se haga en tierras públicas,
y sin una remodelación integral.
Entre el recuerdo del ex albergue, y las nuevas y modernas torres,
pasa lo mismo. Parten de la base, que el conflicto esta ganado,
que el especular todo este tiempo, a dado sus frutos. El vecino
lo que quiere, es que esos bolsones de miseria se solucionen,
sea como sea.
El vecino no es urbanista y tiene el tiempo demasiado ocupado
para llevar adelante el día a día, pero si se le
presentan otras fundamentaciones y algunas sugerencias para tener
un hábitat y una calidad de vida mejor, seguro que opta
y participa de la mejor manera para hacer el barrio más
habitable posible.
Finalmente hemos seleccionado un decálogo orientativo
de lo que consideramos que es prioritario para empezar de una
ves a controlar el barrio, que es donde esta nuestra vida:
1) Impulsar la prohibición inmediata de derrumbar edificaciones
identitarias de la ciudad. Sobre todo las construcciones anteriores
a 1940. (Jugend Still, Nuevo Clasicismo, Art Deco, etc. etc.).
salvo que estén en situación extremadamente ruinosas
que no se pueda salvar la fachada.
2) Impulsar que la altura máxima de los edificios. Sugerimos
entre 4 y 5 plantas, es decir de no más de 20 metros de
altura. (buscando el equilibrio morfológico y el mayor
aprovechamiento del suelo urbano)
3) Realizar inmediatamente un plan de remodelación del
barrio.
4) Presentar un avance de integración con los barrios
que la rodean
5) No permitir la construcción en espacios verdes.
6) Estudio y tratamiento de los huecos de la construcción.
Nos referimos al desequilibrio de alturas entre construcciones.
Respetando rigurosamente los puntos 1 y 2.
7) Estudio riguroso del impacto que producirán, hoy y
en los próximos años, más m2 construidos,
y mayor densidad poblacional, sobre el suelo y subsuelo. Por lo
tanto, sobre los servicios en general, transporte público
y privado e infraestructura de servicios.
8) Presentar en Exposición pública, en el barrio,
cualquier intervención urbanística.
9) Demostrar que la construcción de vivienda se realiza
para solucionar el déficit millonario de viviendas, que
tiene todo el país, y los cientos de miles que tiene la
Ciudad Metropolitana, con un porcentaje marcadamente mayor para
vivienda social, en relación a la vivienda comercial.
10) Impulsar la obligación de ceder un porcentaje de los
metros a construir, para espacio público y verde.
Creemos que todas estas medidas no obstruyen para nada la realización
urgente de la planificación de la Ciudad Metropolitana,
que requiere nuevos instrumentos para su gestación, (ya
que el COPUA, Consejo del Plan Urbano Ambiental, ha quedado desactualizado
para enfrentar este desafió), y el respeto a la Constitución
de la Ciudad.