Tragedia
en República de Cromagnon
Una cadena de irresponsabilidades
Toda medida que se tome a partir de ahora, no
podrá de ninguna manera calmar el dolor de los familiares
de las víctimas de la tragedia del 30 de diciembre, sino
que por el contrario acentuará la bronca y la impotencia.
Por Fernando Belvedere
El lamentable suceso del boliche República
de Cromagnón que se llevó los sueños de casi
200 jóvenes, es el resultado de una cadena de irresponsabilidades,
que comienzan con la desidia e impunidad de un personaje llamado
Omar Chabán - dueño del local - que pese a recibir
advertencias de que no podía utilizar materiales inflamables
de alta toxicidad para mejorar la acústica, de que debía
instalar extractores de humo, y que debía ampliar además
las salidas de emergencia, se preocupó más en clausurar
las existentes para proteger su negocio de los colados y casi triplicó
la capacidad permitida de asistentes.
La semana anterior se había producido
un principio de incendio por las mismas causas que desataron el
horror (el más grave suceso en nuestro país por causas
no naturales).
Con semejante antecedente, a los irresponsables de República
de Cromagnón (ex Reventón), les faltó cerebro
para suspender de inmediato el show, cuando con anterioridad, tres
irresponsables lanzaron las bengalas mortales. Sin embargo todo
continuó para desatar el infierno.
Por lo tanto, ¿A quién le cabe
la responsabilidad de permitir que el local bailable volviese a
abrir sus puertas? ¿A los bomberos? ¿Al Gobierno de
la Ciudad? ¿A ninguno de los dos se les ocurrió que
debían reforzar los controles en esta época del año?
Como diría un famoso conductor televisivo,
"todo tiene que ver con todo". Y me refiero, a que este
triste hecho, también es el resultado de 30 años de
políticas del estado ausente , en los que el "viva la
pepa" provocó corrupción, desocupación,
marginación, falta de acceso a la educación, jóvenes
sin futuro, generaciones perdidas, muchos de los cuales encuentran
contención en distintas adicciones para mitigar su angustia.
Esos jóvenes están jugados. Todo vale.
Estoy seguro de no equivocarme, pero una persona
que tenga sus necesidades básicas satisfechas (educación,
salud, futuro), tiene también alegría, e iría
a un recital a divertirse sin poner en riesgo la vida del prójimo,
salvo que posea un gen criminal.
A través de las imágenes televisivas,
se observó a chicos de 12 o 13 años deambulando en
medio de la tragedia. A los padres nos cabe la responsabilidad de
conocer si los lugares a donde concurren nuestros hijos, reúnen
las medidas de seguridad necesarias, y además considerar
la posibilidad de tener que acompañarlos.
El secretario de Seguridad de la Ciudad ya ha
renunciado, y a otros se les pedirá la renuncia. Esto no
alcanza, la justicia además deberá investigar si les
cabe alguna responsabilidad.
La Superintendencia de Bomberos de la Policía Federal, también
deberá asumir responsabilidades o irresponsabilidades en
cuanto a la habilitación del boliche. En declaraciones al
diario Clarín, Juan Carlos López, el renunciante secretario
de Seguridad de la Ciudad afirmó: "En abril la Superintendencia
de Bomberos de Policía Federal nos informó que contaba
con el certificado al día". Según la ordenanza
50.250, estos establecimientos tienen que contar con el certificado
de Bomberos. ¿Qué medidas les exigen? Sistemas de
detección de humo y calor, salidas de emergencia, puertas
con barrales antipánico (los que se presionan hacia abajo
para abrirlas), mangueras y matafuegos, e instalaciones eléctricas
cubiertas para que no salten chispas.
A partir de ahora asistiremos seguramente a un
show mediático en los que sobraran las palabras, hipótesis,
teorías, para tratar de explicar lo inexplicable.
Sectores de la oposición tratarán de hacer lo suyo
para sacar algún rédito propio. ¿Les importará
el dolor ajeno?
Todas las medidas que se tomen, no les devolverá
a las casi 200 familias destruidas a sus seres queridos. Para eso
ya es tarde.
Todas las voces deberán unirse para
exigir justicia rápida y transparente, y castigo a todos
los irresponsables.
Enero 2005
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