ENTREVISTA
"Peleo contra la idea de posesión,
contra el individualismo y contra la discriminación"
Lorena Carassai vive en la frontera que une Villa Urquiza con Parque
Chas. Desde hace cinco meses es trabajadora social en la Villa 31
de Retiro a través de la Asociación Civil "Voluntarios
sin Fronteras". Además, integra la banda "La Copa
de Trostsky" donde despunta su pasión por la música.
En el primer correo electrónico que envió
a nuestra redacción, Lorena Carassai se presentó diciendo:
"peleo por un mundo distinto, con menos recovecos y más
puentes entre las dos partes de esta bendita sociedad". A partir
de ese momento, el contacto con ella se hizo más fluído.
Dice que veraneando este año en Brasil conoció a pescadores,
artesanos y trotamundos con quienes imaginó la construcción
de un mundo menos cruel. En ese momento, se dio cuenta que tenía
que dejar de esperar que le ofrecieran la oportunidad para hacer
algo por los más vulnerables; y, cuando volvió al
país, no perdió tiempo, buscó por Internet
"voluntarios villa 31" y dió con la Asociación
“Voluntarios Sin Fronteras”.
Desde hace cinco meses coordina uno de los talleres de inglés
que tienen lugar en la parte delantera de la Villa 31 conocida como
"Galletitas con Juegos".
ParqueChasWeb se contactó con Lorena para que nos cuente
cómo es hacer este trabajo que requiere de un verdadero compromiso,
para que los chicos crezcan sabiendo que tienen derechos y que tienen
derecho a exigir sus derechos a un Estado ausente.
Por Fernando Belvedere
-Lorena, ¿Cómo surgió tu iniciativa por el
voluntariado?
- La verdad es que creo que me viene un poco de mi viejo. Siempre
nos dio esta idea de que antes que no hacer nada más vale
hacer algo útil. En el 2000 terminé mi carrera y me
fui a vivir a Londres porque en el '97 me había enamorado
perdidamente de un inglés. Allá me costó mucho
conseguir un trabajo estable. A pesar del título, vivía
de changas (mesera, repartí diarios y folletos en la calle);
lo cual agradezco porque a una persona que viene de una clase media
acomodada, eso le sirve para lograr perspectiva.
Desde chica, tuve conciencia social, conciencia del que tenía
menos fuerza que yo o se encontraba en una situación más
vulnerable. Y allá me prendí a trabajar en un lugar
para refugiados de Afganistán. Refugee Network Sutton
se llamaba. Y ahí me iba todos los días, aunque
no me pagaran, tomándolo como lo que es, un trabajo, mientras,
a su vez, buscaba y hacía algún que otro laburo
pago.
Cuando volví acá era el 2002. Acababa de caerse
el país. Yo, no conseguía trabajo estable. Entonces
de nuevo, mientras daba clases por lo que podía, trabajaba
en las asambleas barriales que se habían formado (en la
de Villa Urquiza por ejemplo, la de la confitería tomada
en frente del campito del SAFA) dando clases de apoyo escolar,
inglés, etcétera.
Después armé talleres para chicos, talleres de
cuento, con música y un poco de inglés; pero siempre
que intenté meter los programas por bibliotecas u otros
organismos de la Ciudad no tuve suerte; siempre había que
conocer a alguien. Y la gente que conocía era bastante
egoísta para compartir.
Pero este verano conocí Brasil. Y ahí mirando el
amanecer en una playita de un lugar hermoso que se llama Matadeiro,
tempranito el cuerpo se me levantaba a las 6 de la mañana
para recibir al sol, y entre tanta naturaleza y la paz de otro
tipo de vida, yo que sé... a las 6.30 llegaban los pescadores,
me conocía con todos, hablaba mucho con los artesanos y
trotamundos de cómo queríamos que fuera el mundo;
me dí cuenta de que tenía que dejar de esperar que
"me ofrecieran" la oportunidad para hacer algo y bueno,
volví, puse en Internet "voluntarios villa 31"
y ahí me fui a esta asociación “Voluntarios
Sin Fronteras”, donde armé los talleres y empecé
a enseñar.
- ¿Desde cuándo estás trabajando como voluntaria
y qué labor desarrollás?
Desde hace 5 meses. Lo que hago es estar a cargo de uno de los
talleres de inglés (el que tiene lugar en la parte de adelante
de la Villa 31 que se llama "Galletitas con Juegos")
en el Comedor de Leo y Macarena. Estamos ahí los sábados
de 10 a 12. Además coordino otros talleres planificando
junto a las chicas del otro taller en mitad de la Villa 31 (Aprender
Jugando).
Estoy a cargo de encauzar las ideas de los otros y aportar la
música y mi tiempo en la compra de materiales, la distribución
de ellos y por supuesto, la recaudación de fondos. Suelo
salir a vender remeras de VSF para auto-financiarnos. Por ahora
nos va bastante bien, tenemos bastante dinero para financiarnos
creo de acá a fin de año. Después eso lo
voy rindiendo a VSF y lo que sobra, lo entrego para la asociación.
También enseño español a los extranjeros
voluntarios. Enseño español relacionado al campo
social: asistencia social, artículos relacionados a estadísticas
poblacionales de las villas, derecho social y toda otra información
que considere que al voluntario le puede servir (por ejemplo el
otro día analizamos con una alumna un artículo de
Pinti en donde se analizaba la coyuntura política y para
mí eso era casi una fotografía para un extranjero
de nuestra situación política-económica desde
la última dictadura, (¡muy interesante!) Por esa
tarea cobro, pero de ese monto (que es menor al que cobraría
como profe de español porque tiene que ser algo asequible
para el voluntario que por lo general está becado) dono
una parte a VSF.
- Para los que no conocen ¿Qué es Voluntarios
Sin Fronteras?
Es una ONG que se preocupa entre otras cosas (porque no es su
único fin) de llevar educación a lugares carenciados.
Lo bueno que tiene para mí, es que me dieron todo el espacio
para poner toda mi creatividad y generar todos los talleres en
base a todas las ideas y material que a mí se me ocurriera.
Ellos estaban interesados en el idioma, así que me enfoqué
en eso, en el inglés.
Los talleres que doy están basados en canciones, a través
de las cuales los chicos se divierten y van aprendiendo el vocabulario.
Después hay una instancia de dibujo (porque los talleres
son de edades muy variadas -de 3 a 12, 14 a veces- y el dibujo
es no sólo una buena forma de expresión sino una
excelente forma de integrar las diferencias etarias. Más
tarde tomamos la leche y retomamos los conceptos ya con juegos
o algún tipo de competencia.
A mí me sorprende lo que logramos. Cuando llegué
me dijeron, "es muy difícil que los chicos se enganchen
con el inglés"; pero no fue así. La música
creo es el mejor -o uno de los mejores- vehículos para
enseñar cualquier cosa. También la asociación
-volviendo a eso- se dedica al intercambio solidario. Los intercambios
constan de viajes al interior del país (norte y sur) y
también a otras comunidades del Mercosur. Por ahí
yo no estoy muy enganchada con esa parte, pero creo que todo es
valioso, porque con la cantidad de ONGs que hay, es una buena
forma de lograr atención de personas y empresas que pueden
ayudar -acá y en el exterior-, el hacer la asociación
más "original".
Eso sí: no hay "turismo social" y a los extranjeros
no se les cobra por participar. La asociación es puramente
voluntaria (es decir que absolutamente nadie -desde el director
a los voluntarios- cobran) y no recibe subsidios ni de la iglesia
ni del gobierno. Se banca presentando trabajos a distintas organizaciones
y ganando concursos y con nuestras famosas "Ferias del plato".
De todas formas desde la organización y desde mi punto
de vista también está claro que lo que hacemos es
poner "parches" en donde debería haber una "clara
política educacional de Estado" que no la hay ni la
hubo.
-¿Te resultó difícil ser
voluntaria?
- Es una muy buena pregunta. Primero me sentí la persona
más importante de la tierra. Como que podía cambiar
todo el mundo sólo con mi esfuerzo. Eso, las primeras semanas.
Además yo me metí a full. Empecé
a ir entresemana. Empecé a relacionarme con las familias,
a tomar mate y a hacerme conocer.
Como justo este año (yo soy principalmente traductora
pública) no tenemos casi nada de trabajo y me estoy bancando
con clases, tengo tiempo. Pero con el tiempo y cuando empezás
a ver los manejos y los intereses que hay de uno y otro lado,
se te empieza a hacer difícil y un poco te querés
escapar y volver a decir "esto no cambia más".
El problema como siempre digo es que es como tomarse "la
pastillita roja" de la Matrix. Es decir, una vez que viste
la realidad real... no se puede volver atrás. No podés
volver a tu sillón y al zapping. Entonces lo que aprendés
es a intentar no ser tan "impulsivo". A darte cuenta
de que el movimiento de uno sirve, pero siempre sirve más
si sos más que uno y aprendés "a consensuar"
tus ideales más allá que desde tu lugar.
Eso debieran aprender algunos políticos ¿no? Que
a veces por defender la pura purísima verdad te quedás
hablando solo. Hay que escuchar por qué y ver por qué
tal o cuál responde de tal o cuál manera. Yo creo
que no podemos seguir dando vuelta la espalda a la villa. Creo
que la villa debe ser urbanizada porque las condiciones de salubridad
son pésimas. Si vieras los baños donde tienen que
ir los chicos... te querés matar. No tenemos ni agua para
tirar después.
Pero evidentemente hay intereses en juego muy importantes para
no urbanizarla. Creo que hay un ejército de gente -sobretodo
paraguaya- que construye muy bien dentro de la villa. Así
que sería también una forma de dar empleo a gente
de la misma villa. Pero por otro lado creo que a veces que, a
propósito, la situación en la villa dentro de todo
se hace bastante sostenible. Entonces hay una idea "asistencialista"
todavía muy fuerte -sobretodo que baja de los partidos
políticos- de ofrecer dinero en vez de soluciones. Y cuando
ya hay una cultura formada es difícil romperla.
Miro con ojos esperanzados cuando veo la cantidad de gente trabajando
y ofreciendo posibilidades de educación, al menos a los
más chicos. El tema de los adolescentes es un tema que
desconozco pero está complicado por lo que me cuentan.
He escuchado padres decir sobre sus hijos -aquellos con problemas
de drogas por ejemplo- que preferirían verlos en la cárcel
que tener que hacerse cargo de ellos porque sinceramente se les
han ido de las manos. Sobre esto, yo estimo una gran complicidad
de la policía con otros agentes políticos para que
el paco siga esparciéndose de esta manera. Me parece que
se los usa como un ejército para delinquir hasta que son
inservibles y se los mata o se los encierra.
Me parece que ante esto hay que estar muy atentos. Mi próximo
paso -y en eso estamos trabajando con otra asociación-
es ver qué tipo de talleres podemos armar para que los
jóvenes se sientan atraídos. Pero para esto necesitamos
GENTE, gente que se quede e ideas.
-¿Existe desconfianza de parte de los chicos?
-De parte de los chicos no hay desconfianza. Los chicos se entregan
a vos y son muy cariñosos. Es muy importante entonces tener
un verdadero compromiso y no ir a ver "qué onda"
nomás. Por eso se pide un compromiso de al menos 15 semanas
si vas a trabajar con chicos. Y los voluntarios -es mi experiencia-
no suelen cumplirlo, y con eso estoy bastante decepcionada.
En resumen lo que yo hago cuando algún chico
me cuestiona (a veces con cierta violencia) es plantearle que
esto sirve más, que no hacer nada. Que si todo es "piña
y quien tiene más fuerza" en el mundo de afuera, que
tiene razón, pero que en el taller durante dos horas vamos
a hacer otro mundo.
Que con suerte, si intentamos las cosas diferentes el resultado
va a ser diferente y que si no, al menos lo intentamos. Que no
seamos cobardes. Que no vale pegar, que es feo reírse del
otro. Que está bueno laburar en conjunto. Que es genial
aprender cosas nuevas porque ese "ser más fuerte"
no es sólo "a ver quién es más fuerte"
también vale para adentro de la cabeza.
Peleo contra la idea de posesión, contra el individualismo
y contra la discriminación. Ellos saben que en el taller
todo es de todos y nada es de nadie. Todos somos iguales aunque
somos todos diferentes y nadie va a salir mejor haciendo las cosas
solo que haciendo las cosas juntos. A veces te exigen cosas, que
les des esto lo otro, que te calles, que hagas esto o lo otro;
y yo les explico que estoy ahí porque quiero, que podría
no estar pero que los quiero y creo en ellos, que creo que ellos
son el futuro porque la pasaron más jodida que otros chicos
y que su experiencia junto con el conocimiento que yo tengo y
que les estoy pasando, es el mañana. Pero que de ahí
en más, va a depender no sólo de mí, sino
de su esfuerzo.
Pongo énfasis en el esfuerzo porque me interesa mucho que
cada chico no se conforme con lo que le tiran como migajas dentro
de la villa un puntero o quien sea. Si no que sepan que tienen
derechos y que tienen derecho a exigir sus derechos.
-¿Qué resultados obtuviste u obtuvo el grupo
de trabajo?
-Bueno, puntualmente ya sabemos contar, por lo menos hasta veinte.
Ya sabemos hablar del clima, de las estaciones, de nuestra familia,
de sus integrantes, de lo que nos gusta, lo que no, de las cosas
de la naturaleza, de las cosas de la casa, de la ciudad, de los
animales, y esta semana nos toca seguir con la ciudad y la villa.
Vamos a armar una maqueta.
-Si alguien quiere incorporarse a Voluntarios Sin Fronteras
¿Qué debe hacer?
-Yo le diría que primero mire un poco la página.
En este link http://www.voluntariossf.org.ar/ProyectosLocales.htm
están los proyectos en marcha. Una vez que tenga un poco
de idea acerca de en qué le gustaría involucrarse,
puede escribir un mail a voluntarios@voluntariossf.org.ar y manifestar
su interés. Después seguramente se lo invitará
a una charla de reclutamiento para ponerse de acuerdo en un par
de cuestiones básicas (sobretodo referentes al compromiso)
y después de ahí se lo destinará a ese proyecto
elegido o a algún otro si ese está completo, donde
se necesiten manos.
También trabajamos mucho en Soldati, en la Villa 3 y hay
otros proyectos que tienen que ver con apoyo escolar, portugués
y deportes para que cada uno dé lo que sabe hacer o manifieste
su creatividad en donde cree que la puede desarrollar.
-Además te contactaste con la gente de “Voces
de Barro”…
-“Voces de barro” es una asociación que funciona
debajo del puente, ingresando por la entrada principal de la villa,
en un galpón enorme que pertenece a la Ciudad. Es una de
las muchas asociaciones que utilizan este espacio. Como el director
y mi coordinador en VSF me veía con muchas ganas de hacer
más cosas me contactó y fui con dos otros voluntarios
a participar de la pintada de un mural.
Estuvimos con los chicos toda la tarde del sábado. Ésta
era una instancia para reunirnos con más voluntarios y
ver de qué forma organizarnos para poder armar entre todos
una jornada de talleres el sábado, uno detrás de
otro, del estilo de una colonia, como con "estaciones".
Por ahora sólo quedé yo, con la gente de Voces.
Así que mayormente lo que hago es irme después de
mis talleres adelante para allá al mediodía. Como
algo y me uno al apoyo escolar que ellas están dando. Como
yo sé inglés me encargo un poco más puntualmente
de los chicos con temas de inglés. Después hay un
corte hasta las 14 y cuando los chicos vuelven hay un taller de
plástica, otro de teatro y con el tiempo queremos poner
uno de cuentos y el de inglés en horarios fijos.
Una para que la gente sepa a cuál quiere mandar a sus chicos
y todo esté organizado. Y otra para que otros voluntarios
quizás ya formados por nosotras puedan seguir con estas
tareas para que nosotras pasemos a abrir los mismos talleres en
otros lugares de la villa. La idea es ir esparciendo lo que podemos
enseñar por todos lados mientras otros toman la posta.
El sábado pasado hicimos el primer taller de inglés
en "Voces de Barro" y estuvo bueno.
Lo único que Voces... es más complicado
porque los chicos traen más desafíos desde el punto
de vista económico-social. Son chicos quizás un
poco más jorobados porque cuanto más vas entrando
en la villa más se va complicando.
Pero con los chicos y volviendo al tema de la confianza, es sólo
una cuestión de tiempo. Una vez que te ven volver, saben
que te vas a quedar, se tranquilizan y se abren. Hay mucho temor
al abandono pero no es de extrañarse ¿no? Aunque
suene trillado toda una sociedad los ha abandonado.
-Sabemos que tenés otra pasión, que se llama
“La Copa de Trotsky”: ¿Cómo se une la
música con tu actividad como voluntaria?
-Desde chica me gustó la música, siempre tuve muy
buen oído. Mi papá, además de contador, es
profesor de piano, aunque nunca ejerció y se dedicó
a los números. Mi hermano toca tangos -aunque es sociólogo-
y mi hermana también canta y toca -aunque es profesora
en educación inicial-. Así que como ves, en mi familia,
se pedía la carrera universitaria y todos terminamos resignando
el amor por la música por la carrera que trajera alguna
seguridad económica.
Cuando logré eso, alrededor de los 27, decidí que
ya era suficiente y paré antes de comprarme el microondas.
En fin, me puse a buscar una banda y por fin, después de
tres intentos fallidos, logré armar "La Copa de Trotsky".
Elegí tomarme una copa (porque siempre leo tomando
copas de vino) con Trotsky porque creo en su concepto de la Revolución
Permanente. Creo en otro sistema, un sistema no basado en
las ilusiones que nos regala el capital de definir lo que somos
por lo que tenemos.
Mi música refleja un poco esa protesta contra mi generación
que -contraria a la anterior que quizás no tuvo otras "oportunidades
de elección"- sigue eligiendo un modelo consumista
que termina consumiendo el único tiempo que tendrán
en esta vida, con ese disfraz de "calidad de vida".
Yo vivo tranquila. No tengo mucho, pero no me falta. Sé
que podría tener mucho más, pero mi mayor riqueza
es empezar a devolver. Creo que no muchos tienen claro esa variable
del capitalismo. Todos basan lo que tienen en su esfuerzo y se
olvidan que muchas veces el capital se mueve sobre la base de
la mano de obra precarizada y la exclusión. Entonces lo
que yo tengo es en parte fruto de lo que otro no tiene. Hay una
enorme deuda social.
Más allá de eso, nuestra música también
intenta salirse del rock que para mí también se
ha vuelto una oferta consumista y completamente antirrevolucionaria.
Desde las letras a la difusión no puedo pensar en una banda
desde hace muchos años que incite a quebrar las cadenas
del individualismo para mirar al que tengo al lado (no a la minita
que te gusta, ¡al que tenés al lado!).
Los ritmos son variados, mezcla el jazz, con blues, bossa, y
música popular. Cantamos a dos voces con mi hermana Gabriela,
una guitarra primera Maxi Nieto, mi voz y mi guitarra acústica,
un bajo, Diego Nieto, hermano de Maxi y Marlon Romero Valencia,
un chileno amigo en la batería. Hace poco hicimos un acústico
en el botánico en donde tocaremos dentro de poco de nuevo
porque estamos invitados cuando queramos -quedaron muy contentos
con nuestra música y la dulzura de algunas de nuestras
composiciones bossa-canción- pero esperaremos a que pase
un poco el invierno. Nos pueden escuchar en http://www.reverbnation.com/lacopadetrotsky.
-Algo que quieras agregar…
- Nada más. Que nunca nadie me había entrevistado
y me parece increíble que alguien lo esté haciendo.
Que siento que alguien valora lo que hago. Que este trabajo te
quema la cabeza pero cuando el otro día le decía
a mi "compañero de vida", "flaquito, ¿qué
estoy haciendo?, soy un desastre, todo se me va de las manos,
no puedo más", el pibe me contestó: "No
sé qué estás haciendo, pero nunca te vi tan
feliz". Así que la verdad, se me llenaron los ojos
de lágrimas y seguí para adelante. Porque a veces
está bueno que alguien de afuera que te quiere te mire
como vos no podés verte. No me daba cuenta de que estaba
siendo tan feliz.