EN NOVIEMBRE SE CUMPLEN 42 AÑOS
DE AQUELLA HAZAÑA
En Parque Chas vivió uno de los
protagonistas del primer vuelo transpolar a la Antártida
Se trata del Suboficial Mayor Guillermo Hausser fallecido en 1981.
El 3 de noviembre de 1965 doce arriesgados hombres arribaron al
Polo Sur cumpliendo una hazaña sin precedentes hasta ese
momento.
Por Fernando Belvedere
fbelvedere@parquechasweb.com.ar
Guillermo Hausser (hijo) se comunicó con ParqueChasWeb,
para que el barrio conozca la aventura de su padre y la de once
héroes de la Fuerza Aérea Argentina, que hace 41
años decidieron llevar adelante la arriesgada misión
de realizar el primer vuelo transpolar.
Dos consecuencias importantes derivaron de esta hazaña:
La creación de la Base
Marambio en 1969 y la apertura de la primera ruta transpolar,
que permitió realizar en 1973 el primer vuelo transpolar
transcontinental a Australia con un avión Hércules
C130.
La historia de la hazaña
Desde la década del cincuenta, la Fuerza Aérea Argentina
comprendió el papel preponderante que la aviación
tendría en el Continente Antártico particularmente
en presencia de bases fijas (Base Matienzo), para las tareas de
abastecimiento, evacuaciones sanitarias; traslados de científicos
y pasajeros; carga y correspondencia; reconocimiento glaciológico
y meteorológico.
Siempre estuvo presente en la planificación de los hombres
de la Fuerza Aérea la posibilidad de realizar vuelos transpolares
con el objeto de abrir nuevas rutas aéreas que acercaran
a la Argentina con otros países de Oceanía y Oriente
a través de la Antártida.
Hoy se puede afirmar, que con medios precarios, la Fuerza Aérea
Argentina, no ceso en los esfuerzos de lograr aquellos objetivos.
Con esa finalidad se preparo, en el año 1962, un avión
Douglas C-47 Matrícula TA-33 y se entrenó
tripulación en el ventisquero Upsala, en nuestra Patagonia
.
Este bimotor con algunas modificaciones operó en la Antártida,
haciendo realidad el traslado de correspondencia y carga, anevizando
en la lejana Base Matienzo y posteriormente en la Base Ellsworth,
con el intento de realizar el vuelo Transpolar.
Una falla, en el decolaje en esa base, provocó un incendio
que destruyó totalmente la aeronave, sin consecuencia para
la tripulación y pasajeros.
La accidentada pérdida del avión TA-33 no logró
cambiar los objetivos, insistiendo en el año 1964 en la
preparación de otro avión similar, bautizado posteriormente
como "El Montañés". Se reanudaron
las prácticas de anevizajes y los vuelos a la Base Matienzo,
en los cuales se demostró que operar con aviones en el
continente blanco era una actividad factible y segura: la intención
era que en un futuro inmediato se pudieran realizar operaciones
en el extremo sur de nuestro Sector Antártico.
Mientras tanto, el Ejército Argentino, planificaba para
la campaña 1965/1966 alcanzar el Polo Sur vía terrestre,
desde la
Base Belgrano.
El Ejército Argentino requirió el traslado del
Jefe de la expedición Polar, Coronel Leal, desde la Base
Aérea El Palomar a la Base Belgrano. Fue así que
se coordinó realizar ambas misiones en esa fecha, con el
agregado de llevar materiales específicos y necesarios
para la travesía antártica.
El 20 de Septiembre de 1965, un avión bimotor Douglas
C-47, matrícula TA-05 " El Montañés",
despegó de la Base Aérea El Palomar destino a la
Base Aérea de Rio Gallegos.
Douglas C-47 TA-05
" El Montañés",
en suelo antártico
Gentileza: Gulliermo Hausser (hijo)
"Este avión fue modificado y preparado para esta misión
por Ingenieros y Técnicos Argentinos, bajo la responsabilidad
del Capitán Ricardo Ferluga, que entre otras modificaciones
cambiaron sus motores originales para darle potencia extra a la
aeronave. Fue una reforma inédita porque se le introdujo
una turbina a la cola del avión. Esta modificación
bien 'a la Argentina' está registrada como novedad en documentos
de la aviación mundial", dice Guillermo Hausser, hijo
de unos de los tripulantes de aquel avión.
Después de unos días en espera de condiciones meteorológicas
favorables, el avión despegó rumbo a la Antártida
con destino a la Base Matienzo, anevizando el 27 de septiembre.
Desde allí realizó algunos vuelos de reconocimiento
y lanzamiento de carga y correspondencia en paracaídas
sobre las bases Brown, Decepción y la Base Chilena Aguirre
Cerdá.
Después de realizar estos vuelos, desde la Base Belgrano
informan a la tripulación del Douglas C-47, matrícula
TA-05, que el avión Cessna 180 matricula AE-205 único
apoyo aéreo con que contaba la Expedición Terrestre
del Ejército Argentino se había accidentado el día
30 de septiembre en un anevizaje de emergencia dada las malas
condiciones meteorológicas y falta de combustible, con
avión destruído y sus 4 tripulante ilesos.
Dicho accidente obliga a la Fuerza Aérea Argentina, a
planificar tareas de Búsqueda y Salvamento del avión
siniestrado y fundamentalmente la de salvaguardar las vidas de
los tripulantes.
Después de dos días de angustiosa espera, se dio
tiempo a los tripulantes accidentados a que se orientaran y retornaran
por sus propios medios a la base más cercana. Como esto
no sucedió, se dio el alerta y el 2 de Octubre se anticipó
la salida de Base Matienzo rumbo a la Base Belgrano, realizando
tareas de Búsqueda -previo al aterrizaje- en la zona probable
del accidente, cuyos resultados fueron negativos.
Al día siguiente, 3 de octubre, se efectúan nuevos
vuelos de búsqueda, con resultados negativos, recién
al tercer día o sea el 4 de octubre, a 120 Kilómetros
al Sudeste de la Base Belgrano ( latitud 78"' 43 S Y Longitud
36 31 Oeste) se localiza. el avión con el personal ileso,
arrojándosele en ese mismo momento nueve bultos conteniendo
víveres y vestuarios, como así también directivas
para su rescate vía terrestre.
Producido el rescate, se normalizó la actividad. El Douglas
TA-05 tenía problemas en un amortiguador y otras fallas
menores, y los repuestos necesarios fueron arrojados, en paracaídas
por un avión Avro Lincoln B-022 de la V Brigada Aérea
de San Luis, que en vuelo memorable de 22 horas y 30 minutos unió
la Base de Rió Gallegos y Base Belgrano ida y vuelta, cumpliendo
exitosamente su objetivo.
A los efectos de tener reunida la Escuadrilla de los tres aviones,
se dispuso el día 28 de Octubre el traslado de los dos
aviones Beaver desde la Base Matienzo a la Base Belgrano.
Posteriormente y a requerimientos del Jefe de la expedición
del Ejercito Argentino, el 31 de Octubre, se instaló un
depósito de víveres y combustible en el Paralelo
84º Sur y Longitud 40- Oeste, para reabastecimiento de la
Expedición Terrestre hacia el Polo Sur, cabe destacar que
el anevizaje se realizo en una zona totalmente desconocida del
"plateau" antártico con temperaturas que rondaban
los 38º grados bajo cero.
Finalizadas con éxito estas tareas, se daba por cumplimentada
la Primera parte de la Misión: el traslado del Jefe de
la Expedición al Polo Sur Coronel Leal y materiales imprescindibles
a la Base Belgrano
Para la segunda parte de la misión, es decir, efectuar
el Vuelo Transpolar con aterrizaje en el Polo Sur Geográfico,
la Escuadrilla Aérea formada por el Douglas TA-05
y los dos mono motores Beaver P-05 y P-06 decolaron en la madrugada
del 3 de Noviembre de 1965 rumbo al vértice de nuestro
Sector Antártico.
El despegue de la Base Belgrano fue normal y los tres aviones,
en una perfecta formación y a un nivel de vuelo de 3.500
metros de altitud se efectuó con buen tiempo y visibilidad
ilimitada, permitiendo disfrutar asombrados de un espectáculo
imponente, gracias al cual la tripulación dedicó
momentos de serenidad después de tantas situaciones de
tensión e incertidumbre previos.
El navegador, volcaba detalladamente el derrotero de la escuadrilla,
los motores y equipos daban respuesta afirmativa y así
se siguió adentrándose en esa inmensidad blanca.
Fua así que el 3 de noviembre de 1965, después
de 8 horas y 50 minutos de vuelo se divisaron antenas y equipos
de la Base Norteamérica Amunsen Scott, enseguida
se pisó el vértice mas austral de la Patria con
una temperatura ambiente de 55 grados centígrados bajo
cero, cumpliéndose así una hazaña sin precedentes,
la primera etapa de esta arriesgada misión.
El científico español Doctor Aldaz, daba la bienvenida
a la tripulación, eran las 11 de de aquel histórico
día.
Parte de la tripulación izó
el Pabellón Argentino
en la Base Norteamérica Amunsen Scott
Gentileza: Gulliermo Hausser (hijo)
Despúes de aquella primera misión se izó
la bandera argentina y se firmó un Acta con la presencia
del jefe de la Base Norteamericana, el jefe del Departamento Científico
y los tripulantes de los tres aviones argentinos. Aquel acto certificó
ese momento soberano.
Para completar la misión encomendada faltaba la del vuelo
Transpolar.
Se coordinó la operación para el 11 de noviembre
de 1965, día en que el avión TA-05 decoló
rumbo a la Base McMurdo, anevizando sin novedad y abriendo con
este hecho un nuevo camino aéreo que uniera a la República
Argentina con pueblos del otro lado del casquete polar.
Finalizada aquella hazaña, el 25 de noviembre el avión
TA-05 despegó de McMurdo sobrevolando el Polo Sur, donde
se le unió a los monomotores Beaver P-05 y P-06 que habían
permanecido en la Estación del Polo Sur; aterrizando en
la Base Belgrano luego de recorrer 2.822 kilómetros en
un tiempo de vuelo de casi catorce horas, para finalmente regresar
en vuelo a la Base Matienzo, Río Gallegos y Buenos Aires.
Los Beaver tuvieron que hacer escala en la Base Sobral debido
a las condiciones meteorológicas adversas que se presentaron
en la ruta y finalmente arribaron a la Base Belgrano el 28 de
noviembre.
Luego de realizar algunos vuelos en la zona, los monomotores
fueron desarmados y embarcados en el Rompehielos ARA "General
San Martín" con destino a Buenos Aires.
El 8 de diciembre el Douglas TA-05 voló desde la
Base Belgrano a la Base Matienzo y el día 18 de ese mismo
mes cubrió la última etapa entre Base Matienzo y
la Base Aérea Río Gallegos, completando así
el Doble Vuelo Transpolar Transantártico y dando por terminada
la Operación SUR-CAMA.
Los héroes de aquella épica hazaña
fueron el Comandante Mario Luis Olezza, el Capitán Carlos
Felipe Bloomer Reeve, 1er.Teniente Roberto Tribiani, Suboficial
Principal Guillermo Hausser, Suboficial Ayudante Miguel Acosta,
Suboficial Ayudante Juan Carlos Rivero, Cabo 1º Gerardo Mateos,
Sargento Ayudante Julio Germán Muñoz.
Cabe destacar que esta hazaña en los hielos antárticos
no tuvo la repercusión que merecía en la opinión
pública en general, en virtud que el mismo día que
llegaban al Polo Sur, el 4 de noviembre de 1965, ocurría
el accidente aéreo en el Caribe que enlutaba a los argentinos,
donde desaparecieron a bordo del avión TC-48, su tripulación
y pasajeros, entre ellos, más de medio centenar de jóvenes
cadetes de la Escuela de Aviación Militar.
El informe precedente constituye un breve resumen de un sinfín
de hechos y circunstancias que están registrados como antecedentes
soberanos en la historia de la Antártida Argentina.
El héroe de Parque Chas
Guillermo Hausser era hijo de alemanes. Siendo muy joven sufre
la pérdida de su padre.
Por circunstancias familiares se muda a lo de unos tíos
que vivían en Parque Chas, pero no por mucho tiempo, ya
que éstos no pasaban por un buen momento económico.
Hausser debió tomar una decisión: ingresar a la
Fuerza Aérea como un posible recurso de supervivencia.
"El estaba enamorado de este barrio, siempre decía
que era el lugar donde se tenían que criar sus hijos",
recuerda su hijo Guillermo en su casa de la calle Gándara,
donde invitó a ParqueChasWeb a conocer la historia de aquel
vuelo transpolar.
En 1969 gracias a la obtención de un crédito hipotecario,
los Hausser compran un departamento en la calle Turín entre
Bucarelli y Andonaegui. "Por fin estoy en el lugar donde
quiero morir" dice Guillermo que dijo su padre.
El héroe de la hazaña antártica pasó
a retiro en 1971. Dejaba atrás una carrera militar caracterizada
por los deseos de que la Argentina puediese ampliar los horizontes
de su soberanía.
El Suboficial Principal (RE) Guillermo Hausser falleció
en 1981 por los golpes recibidos en un accidente automovilístico
en una ruta nacional: se desprendió la llanta de su auto
nuevo y volcó.
Igual de trágico destino tuvieron dos integrantes más
de aquella heróica tripulación: El jefe de la expedición,
Comandante Mario Luis Olezza murió al caerse la
avioneta de la cual era instructor de vuelo. Se dijo que fue a
causa de un infarto.
Y el Sargento Ayudante Julio Germán Muñoz
(primer piloto argentino en realizar un vuelo transpolar) fue
asesinado a fines de 2006 por tres ladornes que le quisieron robar
su auto en la puerta de su casa en Hurlingham, tenía 75
años.
Ironías de la vida para tres hombres que movidos por
ansias de aventura sobrevivieron a situaciones climáticas
y tecnológicas adversas para llevar a cabo su epopeya en
el continente antártico.