A
PARTIR DE ESTE SABADO Y LOS ULTIMOS SÁBADOS DE CADA MES
Vuelven las visitas guiadas gratuitas a Parque Chas
Un recorrido por la historia y el origen del barrio...
El circuito histórico que comenzó en el año
2003, hace una reseña sobre los comienzos del barrio: La
Familia Chas, dueños de las tierras, el Proyecto Frehner-Guerrico,
los loteos del martillero Grosso, las priemeras casas, el cine
familiar Parque Chas, el Club Almagro, las veinte casas para obreros,
el mito del laberinto.
Las visitas guiadas se repiten todos los últimos sábados
de cada mes, hasta noviembre. Si llueve se suspende con fecha
a confirmar
El punto de encuentro es en avenida Triunvirato y Los Incas (Farmacity)
a las 11 horas. Duración aproximada del recorrido una hora
y media.
Para consultas comunicarse al 4522-9321 (Arquitecta Magdalena
Eggers) o al Portal de Parque Chas a través del correo
electrónico: contacto@parquechasweb.com.ar
En el mar porteño, el loco que
rompe la ola urbana
Por Mariano Giorgi
Parque Chas es como un pequeño pueblo. Tiene características
propias: en su trazado residen todas las locuras imaginables.
Pampa, Av. Triunvirato, Av. De los Incas, Victorica y Av. De los
Constituyentes delimitan esta telaraña urbana. En este
lugar, cualquier persona que entre y no haya estado antes sabe
que es Parque Chas, a diferencia de casi todos los otros barrios
de la ciudad. 106 pequeñas manzanas, que ocupan 40 hectáreas
en conjunto, son las que forman este laberinto borgeano -y separatista-
que urbanistas admiran y taxistas temen.
El paisaje de casas bajas -salvo excepciones -, rompe las olas
edilicias de sus alrededores. Parque Chas es residencial, es una
cueva de tranquilidad, un pueblo en la ciudad. Un pueblo dónde
además casi todos se conocen y muchos se saludan -porque,
prácticamente, no entra gente "extranjera"-.
En su interior no hay negocios, avenidas ruidosas ni pasan colectivos.
La esquina de Bauness y Bauness, Berlín -el camino que
nunca termina-, pasajes incoherentes y calles que cambian varias
veces de nombre sin avisar al desprevenido, hacen al lugar único
y con una fuerte identidad: en las avenidas limítrofes
muchos negocios se llaman como el barrio. Existe la suerte de
vivir en Parque Chas. Y, existe también, el encanto de
ir a perderse allí, lujo que los residentes no se pueden
dar.