NOTA DE OPINIÓN
Veredas y adoquines
Por la arquitecta María Sola
Especialista en preservación
En un análisis bienintencionado pero superficial y con la
excusa de que primero está el peatón y que debe mejorarse
el acceso a personas con movilidad restringida se ha presentado
como indispensable demoler en San Telmo y en otros sitios históricos
de la ciudad de Buenos Aires las veredas estrechas, los cordones
cunetas, levantar los adoquines de fin del XIX y comienzos del XX
, las tapas de registro de hierro fundido, las bocas de tormenta
y los imbornales (rejas de hierro fundido que se encuentran en el
cordón de la vereda para las aguas de lluvia), rastros que
cuentan la historia de la ciudad y que dicen quienes somos y de
donde venimos.
Queremos recordar que muchas ciudades tienen protegidos estos elementos
que parecen insignificantes. Y no estamos hablando sólo de
Europa. Para que Nueva York siga siendo Nueva York tiene protegidos
treinta mil bienes que incluyen elementos de esta escala como las
tomas de agua para los bomberos que tantas veces vimos en los dibujitos
animados.
Queremos recordar que se puede privilegiar al peatón, facilitar
la movilidad conservando los materiales y la historia que cuentan
quienes somos.
En este documento intentaremos desagregar uno a uno los problemas
que se plantean y demostraremos que es justamente en los lugares
que han sido determinado como Áreas de Protección
Histórica en donde deben restaurarse y conservarse esos rastros.
Los sitios históricos no se rediseñan. Se restauran.
Vamos por partes:
¿Es incompatible la peatonalidad con el respeto a los pavimentos
históricos?
No, sencillamente las calles se cierran con vallas removibles como
en todos los lugares históricos del mundo.
¿Es incompatible la accesibilidad para personas con movilidad
restringida con la conservación de los pavimentos históricos?
No. El tema se resuelve con rampas y solados removibles. La madera
es un material excelente para estos fines. Está de moda (a
algunos les preocupa la moda) y es coherente por historia con una
ciudad y una zona portuaria. Al ser la calle peatonal y con movilidad
vehicular restringida hay lugar para colocar “decks”
o en elementos en metal estampado o aquello que diseñadores
contemporáneos indiquen, rampas o plataformas para extender
las veredas y enrasar los solados para colocar mesitas o con otros
fines. ¡Todos los elementos deben ser removibles!
¿Hay normativas que indican esto?, ¿se puede cumplir
con la Carta de Venecia?
Sí. Hay normas internacionales y protecciones legales locales
de los elementos de una APH.
Se debe cumplir con lo estipulado en la Carta de Venecia que es
un documento de ICOMOS -UNESCO que dice que las intervenciones en
los lugares históricos deben ser reversibles. Si uno se cansa
o hay cambios de uso, los retira y listo.
En cambio levantar los adoquines, destruir los cordones y las veredas
es irreversible.
¿Es incompatible la conservación de los pavimentos
históricos con la extensión de mesas hacia la calle
en los bares y restaurantes u otros usos?
Como ya se explicó, previa restauración de los solados
originales, los enrasados se pueden hacer con elementos removibles,
pueden ser decks o los elementos que los proyectistas lleguen a
consenso con los actores involucrados.
¿Se pueden poner maceteros?
Si son removibles si. Es decir macetas del material que haya consenso
entre diseñadores, especialistas y vecinos.
¿Qué diferencia hay entre un adoquín nuevo
y uno viejo?
Los mampuestos (que tiene el tamaño como para ser puesto
con la mano) antiguos de piedra eran cortados a mano y tienen volumen.
Los nuevos son maquinados y tienen el espesor de una baldosa. Pero
fundamentalmente los antiguos tienen una historia que contar y son
los verdaderos.
¿Qué tradición traen los adoquines?
La palabra “adoquín” es de origen árabe
y define una piedra prismática de forma normalizada de
cara cuadrada o rectangular. Los árabes ingresaron en Europa
en el siglo VIII, pero los pavimentos de piedra se difundieron
en occidente a comienzos de la era cristiana cuando los romanos
dominaban ambas costas del Mediterráneo incluyendo culturas
que hoy conocemos con el genérico de árabes y que
abarcaban a persas y egipcios por lo que en aquel tiempo enormes
tradiciones constructivas milenarias se mezclaron. Los romanos,
quienes como los Incas hicieron grandes redes de caminos de piedra,
para mover cómodamente sus legiones en los territorios
que anexaban, manejaron la piedra con pragmatismo y eficiencia.
Algunas vías romanas , a dos mil años, estén
aun en perfecto estado.
¿Porqué hay adoquines en Buenos Aires?
Antes de la Independencia ya Buenos Aires tenía lazos comerciales
con Francia e Inglaterra. Después de la Revolución
de Mayo la ciudad se alejó de aun más de la tradición
española y siguió las pautas del neoclasicismo cuyo
mayor exponente era la Francia napoleónica. Más
tarde tomó las pautas del historicismo académico.
En Buenos Aires no hay canteras de piedra. Los adoquines comenzaron
a entrar como lastre en los barcos cuando Argentina se convirtió
en exportador de granos y carnes saladas. Los primeros adoquines
fueron tal vez picados por los presos en las Islas Británicas.
Su valor histórico y documental es incalculable. Más
tarde se utilizó el granito de Tandil y Olavarría.
¿Porqué las ciudades europeas tienen peatonales
enrasadas con bolardos?
La mayoría de las ciudades peatonales que visitamos en
Europa son de origen medieval (del siglo V al siglo XV). Respondían
a la tradición aldeana de los pueblos nórdicos que
invadieron Europa en esos tiempos y no tenían cordones
cunetas ni diferenciaban al peatón del carruaje. Aunque
las tradiciones constructivas romanas sobrevivieron en mucho porqué
los nórdicos no tenían esa tradición y además
las ciudades eran muy estrechas por falta de espacio ya que debían
crecer dentro del recinto amurallado por seguridad, Hoy nos parecen
bellas y lo son realmente. Pero la belleza procede de que cada
cosa sea lo que es. Copiarlas es ridículo.
¿Buenos Aires tiene tradición medieval?
No. Por el contrario tiene una triple tradición urbana
clasicista grecorromana, es decir con veredas, cordones y aceras:
1.- Por fundación ya que fue fundada bajo las pautas clasicistas
del Renacimiento.
2.- Por neoclásica ya que la Revolución de Mayo
surgió bajo la influencia de la revolución francesa,
del neoclasicismo napoleónico y del iluminismo.
3.- Por academicista. La influencia dominante en la llamada generación
del ochenta fue otra vez la de Francia .Fue el Barón de
Haussmann el que terminó con la París medieval abriendo
cerca de 1870 boulevares y avenidas, plazas y rotondas arboladas,
con claras veredas y empedrados. Fue en parte para controlar los
levantamientos de la Comuna de París y en parte para universalizar
un modelo burgués de ciudad que por supuesto intentamos
imitar en Buenos Aires con la apertura de las diagonales y la
construcción .afrancesada de los grandes barrios de la
Belle Epoque.
¿Es malo ser americanos?
De ningún modo. Es nuestra historia con sus luces y sus
sombras. No queremos borrarla. Somos el producto de mestizaciones
y espejismos y pese a copiar hemos dado un carácter singular
a nuestros lugares. Algunos carecen de sensibilidad para verlo.
¿Todos los tiempos deben dejar su impronta?
Si .Para eso se declaran sitios históricos algunos barrios
y otros no. Los arquitectos ansiosos en dejar su huella para la
posteridad deben hacerlo en los lugares que no están protegidos.
Me dirán que en esos lugares no van tantos turistas. Si
son tan buenos como creen, los turistas llegarán tarde
o temprano a ver su obra.
¿San Telmo es el barrio medieval de Buenos Aires como el
barrio gótico es el barrio medieval de Barcelona?
No. San Telmo es el barrio antiguo de Buenos Aires pero no es
medieval. Colón llegó a América ya terminada
la Edad Media. Ni siquiera le quedan tantas construcciones de
la colonia, aunque hay muchas y sería excelente que las
restauren. Lo que si es seguro es que San Telmo es un barrio de
tango y es el barrio que recorría Borges y que describió
Sábato y en el que se discute si nació o no el tango.
Y también es seguro que el tango nació en calles
con vereditas y empedrados y no en calles enrasadas y con bolardos
de hierro fundido.
¿El pórfido de la Patagonia es un buen material?
Claro que lo es. Todo material natural es un lujo. Hay que usarlo
en los espacios públicos o privados contemporáneos.
En sitios turísticos en donde la tradición cultural
sea coherente con este tipo de mampuesto que no es totalmente
moderno ya que de algún modo recrea los adoquines de la
tradición anglo-francesa. En Buenos Aires está bien
pero si se los usa como excusa para demoler los adoquines verdaderos
no está nada bien. No debe usarse en Mar del Plata por
ejemplo o en sitios en donde hay una piedra propia con un color
y una textura dominantes.
¿No vienen los turistas a ver un sitio tradicional?
Dicen los ingenieros de la ciudad de Buenos Aires que no logran
estabilizar los adoquines cuando hacen trincheras para albergar
los caños.
¿Es así?
La maestría ingenieril de las vías romanas (algunas
tienen don mil años de uso), se encuentra en el diseño
correcto de la sub-base. No se trata de que los ingenieros de
la Ciudad de Buenos Aires no sepan (eso esperamos). Simplemente
cargan los datos equivocados. Si al resolver la ecuación
de costos –beneficios alguien les dijera que los adoquines
son irreemplazables, investigarían y encontrarían
el modo de estabilizarlos. Y si no lo tienen que consulten a los
ingenieros europeos que saben hacerlo. Esa no puede ser una excusa.
Los detalles históricos cuentan su historia
Hemos dicho que la semántica urbanística que hoy
conocemos, el cordón cuneta, los desagües , los caños
de agua, los imbornales , la calzada, la acera, provienen de tiempos
antiguos.
Y se consideraron grandes avances que se perdieron durante la
Edad Media por la inestabilidad social y las constantes guerras
que obligaron a las ciudades a contraerse dentro de las murallas
y a sus pobladores a vivir en estrechos laberintos. Eso hizo que
durante el Renacimiento (siglo XV) y durante el neoclasicismo
(siglos XVIII-XIX) se tomara como modelo urbanístico la
ciudad antigua regular y ordenada.
Las ciudades americanas fueron renacentistas y retomaron las pautas
urbanísticas de las ciudades greco- romanas que se habían
perdido en la Edad Media. Estoy hablando de inventos técnicos
(los hemos visto tanto que hoy ya no nos parecen inventos) como
los cordones cunetas, la diferenciación entre peatón
y carruaje, los desagües y las cañerías que
ya existían en las ciudades de la antigüedad y que
poco a poco se fueron incorporando en las cuadrículas americanas
basadas en los antiguos diseños de Hipodamos de Mileto.
Fue Napoleón a comienzos del XIX, quien para disciplinar
a la revolucionaria y todavía de trama medieval París,
comenzó a abrir calles rectas y adoquinadas. Era en pleno
neoclasicismo y ya nuestras incipientes ciudades portuarias miraban
hacia Francia. Muchas décadas más tarde y después
del levantamiento de la Comuna, el prefecto de París contrató
al Barón de Haussmann quien abrió plazas, calles
y avenidas, hizo veredas para los peatones y calles adoquinadas
para los carruajes, que no sólo embellecieron; siguiendo
a Roma y a Napoleón, sirvieron para que ingresaran los
ejércitos en una acción que hoy consideraríamos
de barbarie ya que lo que se estaba demoliendo era una tercera
parte de la trama medieval de la ciudad. Esa ciudad Haussmaniana
fue otra de las fuertes influencias que tuvo Buenos Aires.
¿Todos los lugares turísticos deben lucir igual?
Los adoquines de pórfido de la Patagonia ya llegaron a
la plaza de Payogasta, pueblo de rastro incaico a dos mil quinientos
metros de altura en el Valle Calchaquí. La gente de Payogasta
tiene milenios usando mampuestos de piedra de recolección
en aparejos de gran belleza. También llegó el pórfido
y los enrasados a la Plaza de Luján con su basílica
que imita una iglesia gótica y que sin embargo justamente
por eso es tan americana y tan decimonónica con sus veredas
de grandes losas y los cordones de granito que sufren hoy el poco
inteligente enrasado universal. En la Plaza de Salta arrasaron
y borraron centurias de tradición de lajas amarillas de
los cerros sobre los que la ciudad está fundada y que cosía
todos los estilos con una marca de identidad y que la unía
al Perú y Alto Perú.
¿Todos los lugares turísticos de la Argentina tendrán
pórfido de la Patagonia y estarán enrasados y lucirán,
pilones y bolardos?
Si las autoridades de turismo de la ciudad de Buenos Aires y de
la Nación no tienen el nivel cultural como para advertir
este desastre... estamos en problemas.