Una asociación vecinal impulsa un proyecto para recuperar
la traza de la autopista
Las venas abiertas de Villa Urquiza
La agrupación propone que el 80 por ciento de los terrenos
se destinen a uso público, garantizando la continuidad
de la Avenida Parque, y que la obra sea sometida a un concurso
de arquitectura. Los vecinos sospechan de la vigencia de un proyecto
oficial, que pretendería desarrollar un fabuloso megaemprendimiento
inmobiliario en la zona.
Por Marcelo Benini
mbenini@periodicoelbarrio.com.ar
Los despojos de la nunca ejecutada Autopista Central AU3 se extienden
como una herida de varios kilómetros a lo largo de la Ciudad
de Buenos Aires, desde la avenida General Paz hasta Pompeya. Apenas
se logró cauterizar el tramo que atraviesa Saavedra, con
la habilitación de la Avenida Parque Roberto Goyeneche.
Pero sobre las calles Holmberg y Donado -entre las avenidas Congreso
y De los Incas, sector que afecta principalmente a los habitantes
de Villa Urquiza- quedaron las ruinas del sueño faraónico
de Osvaldo Cacciatore, el intendente de facto que el 1 de junio
de 1977 anunció el irracional proyecto. Lo que sigue es
historia conocida: la expropiación de cientos de viviendas,
la demolición parcial de las manzanas afectadas y el abandono
del plan ante el repliegue de la dictadura militar, circunstancia
que permitió la paulatina usurpación de las propiedades
que se salvaron de las topadoras. Hoy la traza es un territorio
caótico en el que conviven cientos de familias en precarias
condiciones.
Tres décadas más tarde, los vecinos de Villa Urquiza
se agruparon para resolver este delicado tema ante la falta de
respuesta de las autoridades municipales. La Asociación
Vecinos por la RE-urbanización Ex AU3 (AVRE), presidida
por la Arq. Beatriz Loria, impulsa un proyecto de ley que tiene
como objetivo recuperar el Sector 5 de la traza, es decir el tramo
comprendido por las avenidas Congreso y De los Incas. Habitante
de Villa Urquiza desde hace tres años, barrio al que llegó
escapando del crecimiento edilicio de Palermo, Loria comenzó
la búsqueda de información sobre proyectos oficiales
para la zona en marzo de 2006, sin obtener resultados inmediatos.
El Proyecto Muralla
“Consulté a la Unidad Ejecutora del Programa Ex
AU3 y a miembros amigos del Gobierno de la Ciudad, pero después
de mucho buscar fue en la Comisión de Planeamiento de la
Legislatura donde me fue facilitado el expediente completo. Allí
aparecía la existencia de un proyecto oficial cuya presentación
se reiteraba en el tiempo y proponía un megaemprendimiento
inmobiliario, un negocio descomunal. En pocas palabras, consistía
en la venta total de las tierras expropiadas a inversores privados
para construir edificios continuos que cerraban cada manzana con
alturas variables de entre 13,50 y 23,50 metros y torres de 30
metros en cada esquina de las avenidas. Una verdadera pared de
catorce cuadras de largo en medio de un barrio residencial de
casas bajas. Yo lo llamo el Proyecto Muralla”, ilustra Loria.
La presidenta de AVRE cuenta que otra iniciativa proponía
la construcción de edificios únicamente para la
radicación definitiva de los ocupantes de la traza en el
mencionado sector. “Considerando ambas soluciones extremas,
presenté una nueva propuesta cuyo concepto básico
es que por tratarse de tierras públicas expropiadas para
un fin que no se cumplió deben quedar en el 80 por ciento
de su superficie reservadas para un uso público, un parque
público y paseo peatonal de libre acceso para todos, en
sintonía con la Avenida Parque tal como viene desde Saavedra.
El 20 por ciento restante de las fracciones se lotearía
a precio de mercado para financiar el proyecto. Todo el sector
debe someterse a Concurso Público Interdisciplinario de
Ingeniería Vial, Diseño Urbano y Arquitectura, convocado
por la Sociedad Central de Arquitectos”, agrega Loria.
Para la profesional, una porción menor de los terrenos
debe pasar al mercado privado para su venta en subasta pública
con las características de distrito residencial de los
alrededores. Este proyecto fue avalado por una firma de cada casa
de la gran mayoría de las ubicadas a ambos lados de la
traza y dio origen a la asociación vecinal AVRE. “Las
tierras expropiadas no tienen asignado un distrito de zonificación
y constituyen un vacío legal muy peligroso”, advierte
Loria, temerosa de que el Gobierno de la Ciudad se aproveche de
esa circunstancia para desarrollar un negocio inmobiliario “infame”.
La subyacencia del citado proyecto oficial, que espera agazapado
en las sombras, intranquiliza a muchos vecinos de Villa Urquiza,
que no desean alterar la fisonomía de un sector del barrio
caracterizado por la baja densidad poblacional. “Ese proyecto
es tan alevoso que por eso no lo exhiben mucho”, insiste
Loria.
Cerrados con alambre
En los últimos meses algunos de los terrenos que integran
la conflictiva traza, puntualmente los ubicados entre las calles
Olazábal y Juramento, amanecieron alambrados por el Gobierno
de la Ciudad para evitar nuevas intrusiones. En su interior fueron
colocados carteles que rezan la prohibición del ingreso
y una leyenda destacada: consolidación de predios vacíos.
Allí aparecen además los datos de la Unidad Ejecutora,
el organismo responsable de llevar adelante el Programa Ex AU3
en cumplimiento de la Ley 324. Esta norma, sancionada en 1999,
promueve la recuperación de la traza para valorizar el
espacio público y un plan de soluciones habitacionales
para acompañar el desarrollo social de las familias que
allí residen. También asume como objetivo primordial
garantizar viviendas definitivas a los beneficiarios, reconstruir
el tejido social y urbano y recuperar el patrimonio de los inmuebles
que comprenden la ex AU3.
Entre las avenidas Congreso y De los Incas había hace
ocho años 295 familias beneficiarias de la Ley 324, pero
no sólo no fueron reubicadas sino que esa cifra se duplicó
en los últimos años; los nuevos ocupantes, como
era de esperar, pretenden sumarse a la lista de beneficiarios
oficiales. Se estima que unas 2.500 personas habitan, en condiciones
de marginalidad, a lo largo de un kilómetro y medio de
territorio devastado. Lejos de resolverse mediante la intervención
oficial, el problema se agravó con el paso del tiempo.
Loria cree que entre los beneficiarios de la Ley 324 hay dos grupos:
uno que quiere abandonar el sector, cercano a la clase media empobrecida,
y otro más radicalizado, que vive en la Legislatura solicitando
subsidios de todo tipo. “Si no se toman medidas definitivas
esto puede convertirse en la Villa 31”, advierte Loria con
preocupación.
En la página de Internet del Gobierno de la Ciudad se
asegura que “el sector de la traza comprendido entre las
avenidas Congreso y De los Incas será objeto de una intervención
urbana de rezonificación y reestructuración”.
Y se menciona a trazo grueso un proyecto de la Subsecretaría
de Planificación del Gobierno de la Ciudad que apunta a
una “renovación integral de la zona, contemplando
la reestructuración y recalificación del espacio
público, la recuperación de la transversabilidad
del sector y la generación de una imagen urbana que asegure
la identidad futura de esta franja de la ciudad”. La iniciativa
incluiría “una avenida con boulevard central y ensanche
de veredas sobre la traza de las calles Holmberg y Donado, con
un diseño paisajístico, equipamiento, iluminación
y forestación integrado al conjunto de los espacios verdes
del distrito”.
También estipula la creación de plazas, la solución
del conflicto vial en la intersección de las calles Holmberg
y Donado con la traza del ferrocarril y la inclusión de
nuevos equipamientos comunitarios. Las parcelas ubicadas en las
dos manzanas comprendidas entre calles Monroe y Pedro Rivera estarán
destinadas a la localización de diversos equipamientos
de escala barrial y urbana, como establecimientos educativos,
centros de atención primario de salud, bibliotecas y centros
culturales. Y se habla de mecanismos para el fraccionamiento,
la subdivisión y la venta de las parcelas. “Se establecerán
los mecanismos de gestión y financiamiento económico
para la realización tanto de la operación urbanística
como para la respuesta a las necesidades de los beneficiarios”,
resume enigmáticamente el sitio web de la comuna porteña.
Preocupante silencio oficial
El Barrio se comunicó con la Unidad Ejecutora para conocer
en detalle los proyectos vigentes sobre la ex AU3 y concertó
para el 30 de abril pasado una entrevista con uno de sus responsables,
el señor Diego Soto. Insólitamente, el día
de la reunión el propio Soto advirtió que no estaba
nombrado en el cargo y que, por lo tanto, no podía formular
declaraciones periodísticas. Agregó que el encuentro
había sido acordado “informalmente” y que por
tal motivo no aceptaba preguntas ni fotos. Tras unos minutos de
incomodidad, durante los cuales este cronista intentó vanamente
comprender la lógica de los argumentos del funcionario,
nos resignamos al carácter informal de la entrevista e
intentamos off the record aclarar algunas inquietudes.
Sin embargo, al cabo de unas cuantas consultas respondidas con
evasivas, Soto propuso diferir una semana la entrevista y así
poder hablar oficialmente (sic). A pesar de que la nueva reunión
fue agendada para el miércoles 7 de mayo, nos retiramos
de la oficina de la avenida Córdoba 5656 con la sensación
de que la misma nunca se realizaría. La presunción
era cierta: un día antes de la cita la secretaria de Soto
nos llamó para cancelarla, bajo el pretexto de un compromiso
ineludible con algún ministro para esa fecha. Y no se volvió
a reprogramar, a pesar de las promesas.
Cortada esta vía de comunicación, intentamos dialogar
con Constanza Rivas Godio, coordinadora general de la Unidad Ejecutora
Ex AU3 y habitual interlocutora de la asociación vecinal
AVRE. Con ella sucedió algo parecido a lo de Soto: a horas
de la entrevista que habíamos acordado telefónicamente
se excusó de hablar argumentando razones de competencia
y nos derivó al Arq. Hernán Vela, director de Coordinación
Institucional y Comunitaria de la Subsecretaría de Planeamiento
Urbano. Aquí directamente fracasaron todos los intentos
periodísticos, ya que el funcionario no respondió
a nuestros llamados ni a los diferentes correos electrónicos
que enviamos a sus numerosos colaboradores.
Lejos de ser casual, este silencio macrista ante el requerimiento
de la prensa se ajusta a lo que denunciamos en nuestro editorial
del mes de marzo e incluye a los funcionarios de todos los niveles
comunales, que pretenden limitar la difusión de los actos
de gobierno al envío sistemático de gacetillas.
Sólo el diputado porteño Alvaro González,
miembro del bloque PRO y vicepresidente de la Comisión
de Planeamiento Urbano de la Legislatura, accedió a responder
nuestras inquietudes vía e-mail y se mostró solidario
con el proyecto impulsado por los vecinos de Villa Urquiza, a
tal punto que lo acompañó con su firma en la Legislatura
porteña (ver recuadro de pág. 7).
“El proyecto está en conocimiento de varios diputados
de distintos bloques y fue desarrollado hasta el último
detalle junto con los equipos de los legisladores Marta Varela
y Jorge Enríquez. Paralelamente fue adoptado también
por Alvaro Gonzalez. Ambas presentaciones se encuadran estrictamente
dentro el proyecto original, con ligeras adecuaciones personales”,
confirma Beatriz Loria, quien lamenta que en años anteriores
fueron otorgados fondos especiales para el realojamiento de los
ocupantes de la traza, solicitados por gestiones personales de
AVRE ante legisladores, para colaborar en la resolución
del problema de la vivienda de estas familias. “Más
de ocho millones de pesos conseguidos para resolver la situación
de los ocupantes fueron desafectados del presupuesto de la Unidad
Ejecutora por segundo año consecutivo”, denuncia
Loria.
Tierra de nadie
La arquitecta de Villa Urquiza sospecha que mientras haya habitantes
en la traza se destinan fondos desde el Gobierno de la Ciudad
en forma permanente, que luego son desafectados con destino incierto,
y que mientras existan viviendas ocupadas el Instituto de la Vivienda
de la Ciudad (IVC) construye edificios para cumplir con los supuestos
beneficiarios, pero dejando muchas dudas acerca de la condición
de ocupantes de algunos de ellos. “Este ha sido un territorio
fuera de control -sostiene Loria con indignación-. Se busca
justificar con números engañosos la aprobación
de un negocio descomunal con la venta total de las tierras expropiadas,
argumentando costos de realojamiento. Nuestro proyecto prueba
que eso es una falacia, ya que la obra se puede financiar mediante
la comercialización de una mínima cantidad de tierras
y fijando su valor a precios de mercado”.
Beatriz Loria cree que con voluntad política el proyecto
vecinal podría concretarse dentro del mandato de Mauricio
Macri, pero no está segura de que la vocación del
Gobierno de la Ciudad sea resolver el problema de la traza de
la ex AU3 teniendo en cuenta los derechos de los vecinos. Para
quienes estén interesados en la defensa del espacio público
la arquitecta Loria pone a disposición su dirección
de e-mail: loriabs@yahoo.com.ar.
Alvaro González, legislador porteño por el PRO
“Queremos clausurar una etapa deplorable”
El actual vicepresidente de la Comisión de Planeamiento
Urbano de la Legislatura coincide con los vecinos de Villa Urquiza:
la traza de la ex AU3 debe convertirse en un parque público
que garantice la continuidad de la Avenida Roberto Goyeneche.
-¿Qué opina del proyecto de recuperación
de la traza presentado por la asociación civil AVRE?
-Mi coincidencia con la propuesta de recuperación de la
traza de la ex AU3 impulsada por la asociación civil AVRE
me motivó a presentar, en agosto de 2007, un proyecto en
cuyos fundamentos se propone la renovación integral del
sector comprendido entre las avenidas Congreso y De los Incas,
la realización de un Parque Público Libre Verde,
un Paseo Peatonal, una avenida con boulevard central sobre la
traza de las calles Holmberg y Donado, además de la solución
a los conflictos viales en la intersección de Holmberg
con la traza ferroviaria, la inclusión de nuevos equipamientos
comunitarios y la generación de una imagen urbana que asegure
la identidad futura del sector.
-¿Cuánto tiempo cree que podría demandar
resolver el problema de la ex AU3?
-Entiendo que no será de pronta resolución, dado
que una de las iniciativas propuestas en el proyecto de ley presentado
hace referencia al llamado a Concurso Público Interdisciplinario
de Ingeniería Vial, Diseño Urbano y Arquitectura
para la realización del Parque Público dentro del
área Distrito U 37 ex AU3, en los Sectores 5A y 5B definidos
como CBC y Estación Drago. El mencionado concurso incluirá
el diseño del paso bajo nivel del ferrocarril y la Estación
Drago, el cruce peatonal, la puesta en valor del edificio CBC,
el redimensionamiento del uso, el posible realojamiento del Centro
de Gestión y Participación Comunal Nº 12 y
el equipamiento cultural, social, recreativo y comercial de baja
densidad. La Comisión de Vecinos promotores del proyecto
participará con sus representantes en la elaboración
de las bases del concurso y en la integración del jurado.
-¿Qué otras características tiene el proyecto?
-El proyecto desarrollará como idea fundamental la recuperación
de la superficie de la traza de la ex AU3 en su mayor parte para
el uso público, tal cual fuera el fundamento que motivó
la expropiación de los bienes originales, descartando totalmente
la intención de un proyecto vial predominante y definiendo
distintos sectores dentro de la traza con características
de uso diferenciado que representen un uso complementario del
Parque Verde Libre, núcleo central y motivo esencial de
la reurbanización. El modelo a seguir será una continuidad
del desarrollado en la Av. Parque desde la Av. General Paz. Por
ello se deroga la afectación a autopista, aún vigente,
con el fin de clausurar una etapa deplorable y viabilizar el desarrollo
y renovación del sector con un proyecto de recuperación
integral del mismo.
-¿Cuál es la situación de este tema a la
fecha?
-Este proyecto de ley, cuyo expediente es el Nº 1959-D-2007,
se encuentra con la asignación de giros firmada para ser
enviado nuevamente a mesa de entradas parlamentaria. Hace dos
meses mantuvimos una reunión con los vecinos que integran
la asociación civil AVRE en la sede del Consejo del Plan
Urbano Ambiental (COPUA) para coordinar acciones con el fin de
defender este proyecto de ley. El mismo contempla su tratamiento
en doble lectura -con una audiencia pública entre ambas-
de acuerdo con lo establecido en el artículo 89 de la Constitución
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para toda modificación
que deba ser introducida en el Código de Planeamiento Urbano.