Fecha de Publicación:25/10/06 |
Talleres de reflexión
y recreación del Hospital Tornú |
TALLERES DE REFLEXION Y RECREACION DEL
HOSPITAL TORNU
La escritura como bálsamo del alma
"Una forma de desahogar la pena era escribiendo,
por eso escribí..." Manuel Mejía Vallejo
Tercer informe de las coordinadoras del Programa de reflexión
y recreación del Hospital Tornú, exclusivo para ParqueChasWeb.
Por Ana María
Linera y Karina Priore
El lenguaje es una desierta creación intelectual.
El habla por nosotros a través de la palabra escrita. Cada
persona tiene un estilo, hábitos, una personalidad y circunstancias
que lo impelen a escribir.
¿Qué es ser escritor? Para muchos escribir es un dolor
de cabeza, un trámite; para otros es vivir, gozar, reinventarse,
encontrarse o renovarse.
Nuestro taller se basa en la premisa de que cualquier persona que
lo desee puede escribir, sean pensamientos, poesía o cuento.
A partir de un disparador que puede ser un dibujo, un poema, una
canción, una historia y por supuesto el propio mundo interior,
que se convierte en un constructor de castillos sobre papel con
palabras y logra recrear ambientes, impregnarlos de fantasía,
dejar volar la imaginación y exteriorizar sentimientos. Todo
es válido en este encuentro.
Nuestro objetivo es brindar un espacio de libertad y motivación
para poder plasmar sobre el papel nuestras creaciones y sublimar
emociones difíciles de expresar verbalmente.
Enlazamos en nuestro camino los conceptos literarios y gramaticales;
aprendemos que el uso correcto de verbos, puntuación, metáforas
o darle forma de cuento a lo que expresamos, solo es cuestión
de atención y perseverancia.
Como dijo T.A. Edison: "El genio es uno por ciento de inspiración
y noventa y nueve por ciento de transpiración".
Tomamos como eje fundamental el estilo, ya que consideramos que
el estilo de cada persona es una cualidad inviolable y la proyección
de su personalidad.
"La Pluma es la lengua del Alma" Cervantes
Testimonios de participantes
del Taller
100 veces Marisa
"El espejo en el centro sobre el centro
del laberinto de la vida"
Maria Luisa Rovelli
Marisa estaba sentada frente a la mesa donde
el cuaderno y la lapicera aguardaban el incomparable momento de la
inspiración.
Le costaba encontrarla para cumplir la consigna dada por la coordinadora
del taller literario: "100 veces Marisa".
Conspiraba contra el deseo de escribir las siempre presentes afirmaciones
de Dolina sobre el dolor intenso que causa el poner lo que uno es
y siente; el tormento de la soledad que implica el acto de escribir.
Pensaba que proclamarse 100 veces lo que uno es, significaría
estar loco.
Hacía frío; decidió irse a dormir; ya en la cama
se tapó la cabeza y al poco entró en la alquimia del
sueño donde se reconstruye lo primordial y se rompen los lazos
con lo racional entrando en un espacio sin tiempo lineal.
Marisa ya vestida, dispuesta a caminar por un parque de diversiones
revestido de luces, colores y música; disfrutando el encanto
del paisaje que la envolvía caminó hasta el tren fantasma
que lucía un raro nombre: "Tren del Juicio". Marisa
subió a un vagón solitario y éste entró
en el túnel; una voz explicó la rutina del juego: "Contemplarás
espejos y en cada uno verás situaciones y tiempos de tu vida;
si llegan a 100 y ha valido la pena vivirlas, serás premiada".
1º espejo: Marisa en su infancia, cuando sorteó por dos
veces la muerte anunciada; su sufrimiento como hija, la soledad como
mandato, el colegio primario, su imaginación como refugio.
2º espejo: Marisa adolescente, opositora a la cultura de la época
(situación en la que aún permanece), excelente nadadora
y pasable esgrimista; buena alumna del secundario, los primeros bailes
y fracasos de amor. La tristeza en lo profundo de su ser.
3º espejo: Marisa en la facultad, un solo examen y muchas corridas
(estaba el peronismo y como siempre la izquierda en otra dimensión).
La protegió un falso estudiante al que acompañaba la
muerte como destino.
4º espejo: Marisa en busca de aventuras; las islas del Delta,
un hombre, paseos nocturnos en bote por las aguas entonces no contaminadas,
la noche, la luna plateando el río, resaltando la vegetación
de las islas tranquilas; el nadar juntos, la playa, una relación
intensa sin palabras, un recuerdo imborrable.
5º espejo: Marisa y su vida en la villa miseria de Rosario. Sus
experiencias tan queridas, un policía y un beso de amor siempre
recordado, manos que la ayudaron, una etapa aventurera pero valiosa,
sincera, sin máscaras. La aventura terminó y Marisa
regresó a su hogar.
6º espejo: Marisa y el psicoanálisis, un principio por
siempre principio. Su carrera de asistente social y un encuentro con
una religiosa, el ser humano más auténtico como cristiano
que conoció hasta este tiempo.
7º espejo: Marisa como asistente social; la oportunidad de lograr
status; la ética con que nació no se lo permitió.
Su casamiento con un revolucionario de los setenta terminó
con su profesión.
8º espejo: Marisa se casó; el revolucionario (supuestamente
lo era en el campo político) como persona la hirió,
hundiendo una zona de su espíritu para siempre. La separación.
Un hijo floreció, nadie, ni él mismo, puede desterrarse
de su amor.
9º espejo: Más allá de la lógica, sus encuentros
con los militares fueron instantes de una comunicación increíble.
Su tarea como psicomotricista en una institución de padres
con niños que sólo tenían el sentimiento, se
transformó en una construcción de fe y amor que dio
significado a su vida.
10º espejo: La comprensión que el camino junto a todos
hace del sufrimiento un río de aguas límpidas donde
el alma se refugia y se recubre de esperanza.
Marisa esperaba los otros 90 espejos; un cartel alertó su atención:
"ya es suficiente; baja".
Con cierto temor ella bajó y empezó a caminar por el
laberinto de túneles; se encontró con un amplio salón,
el centro del laberinto, profusamente iluminado, con paredes revestidas
por paneles pintados con flores de intenso color. Allí la esperaba
un ángel.
-"Fuiste aprobada, no hay más espejos. El Padre te premia
por tu tenacidad de luchar con la muerte, con la nada y, porqué
no, con la locura. Siempre diste algo de amor. El premio búscalo
en ti".
Marisa se despertò; el sol golpeaba en su ventana; se vistió
mientras pensaba en el premio. Se miró en el espejo; comprendió
que el pasado se diluye en un propio perdón y supo que ya no
habría más laberintos ni espejos con memoria.
"Mi participación en el Taller
Literario"
Por Elsa Vennari
Vengo al grupo muy sensibilizada; cada lectura me toca íntimamente,
como una flecha que se dispara a mi conciencia. Como si estuviera
ahí para mover mis estructuras, mas rígidas y endebles.
Me gustaría a través de este participar y trabajar
la escritura, aquietar esta revolución que bulle dentro mío.
Algo se mueve, algo cambió, la salida de la cueva interna,
que alberga tantas sombras y tantas luces, logró que las
lágrimas encontraran su cauce, que las tareas más
simples no fueran condenas ni torturas.
Todo se abre y es posible, ¿para que? no sé pero ES,
y se siente en como miro la vida desde ese agujerito, sintiéndola
posible, esperanzada, sin límites ni tiempos, dejando que
transcurra, como el agua de los arroyos.
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Coordinadoras
del Taller
LA ESCRITURA COMO BALSAMO DEL ALMA Taller literario
Dias: Jueves
Horario: 17.30 hs.
Tel informes 4941-4995 / 4502-6812
Lic. Karina Priore
Clor. Ana María
Linera
Clor. Graciela Diaz Lima
(54-11) 4551 4311
www.talleresdelhospitaltornu.8m.com
consultar:
> Grilla
Talleres del Hospital Tornú
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