EL
ADIÓS A UN VECINO DESTACADO DE PARQUE CHAS
Falleció Antonio Spinelli
La semana pasada falleció un fiel amante de su barrio, al
que le dedicó varios poemas y una historia que estaba escribiendo.
Por Fernando Belvedere
Gentileza Walter Spinelli
Si existe un cielo y un Dios, Parque Chas seguramente tiene desde
ahora un digno embajador en la persona de Don Antonio Spinelli.
Nacido y criado en Parque Chas, alguna vez le contó a este
medio que su padre, de origen italiano, compró un terreno
en el año 1927 seducido por la gran propaganda del martillero
Gerónimo Grosso en la que se anunciaba "Barrio Parque
Chas, Único en Sudamérica". Eran terrenos baratos
y en pocos minutos se podía llegar al centro de la ciudad
tomando el tranvía Lacroze.
Spinelli había hecho la primaria en la escuela de Ballivián
y Donato Alvarez", había nacido en 1935 frente a la
plaza Dominguito Sarmiento, en la casa de toda su vida. “Llos
días de lluvia todo era barro en Parque Chas, y había
que llevar dos pares de zapatos (quien podía tenerlos): Uno
para cruzar el pantano, y el otro para entrar al colegio, decía
Don Antonio a Parquechasweb; y siguió recordando que “por
aquel entonces en el barrio había tres casas por cuadra.
Los juegos preferidos de los niños eran la mancha, la escondida,
la biyarda y un juego muy arriesgado. Yo vivía enfrente de
la plaza "Dominguito" y los que teníamos alma de
aventureros nos trepábamos en los árboles con el objetivo
de pasarse a otros árboles. Entonces había que subir
hasta la punta para tomarse de la rama del otro árbol y así
concretar la hazaña. Una vez un vecinito mío se cayó
de arriba de todo, pero sólo tuvo algunos rasguños”.
Recomendado por el maestro de séptimo grado, Antonio entró
al Colegio Nacional Buenos Aires, dónde incentivado comenzó
a escribir sus primeras líneas. A falta de "pinta",
la poesía fue el arma de seducción que utilizó
Antonio Spinelli para conquistar mujeres; o sea que, sus primeros
escritos eran de tono sentimental, años más tarde
comienza a escribirle al país, a la ciudad y a la sociedad.
"Escuchaba letras de tango y consideraba que podía
escribir letras mejores, por eso con la música de alguno
de esos tangos componía letras mías. Hasta que un
conocido mío me recomendó a Alberto Suarez Villanueva
(autor y compositor de letras de tango junto Cadícamo),
para que analizara mis composiciones. Para mi sorpresa y orgullo,
cuando Suarez Villanueva terminó de leer mis letras de
tango me elogió diciéndome que como eran muy buenas,
él les iba a poner música. Una de esas letras se
llama "Cenicero de Bar"".
Antonio Spinelli era miembro Academia Nacional de Lunfardo: “Mi
contacto con el Lunfardo surge a partir de un concurso de poesía
que organizó la institución que preside José
Gobello. Para ese evento escribí un acróstico a
la Academia, el que Gobello tiene colgado en su oficina”,
recordó.
Amante de su barrio, en los últimos años la obsesión
de Don Antonio era escribir la historia del Barrio Parque Chas,
según su mirada. En eso estaba al momento de fallecer.
Sus hijos prometen ordenar todos los textos escritos por su padre,
para poder publicarlos.
BARRIO PARQUE CHAS
por Antonio A. Spinelli
Baldíos que entre alfalfas y pantanos
Abrazaron mariposas con historia,
Recuerdos que enriquecen la memoria
Recorriendo mis latidos y mis manos,
Imágenes ardientes del arcano,
Oropeles con sabor de antigua gloria.
Pajaritos que con alas de ilusiones
Adornaron mi jaulón de fantasías,
Reinando entre tristezas y alegrías
Que sembraron un jardín de evocaciones,
Unidos rescatemos reflexiones
Encerradas en un tiempo de armonías.
Calles tuertas, cortadas escondidas,
Hornos, fútbol, bolitas y rayuela,
Alto el fuego y rabonas a la escuela
Son mil llamas que hoy encienden nuestras vidas
CENICERO DE BAR - (Tango)
Letra: Antonio Alfredo Spinelli
(I)
Corazón descolorido
y con alma de metal,
sus "puchos" que fueron vida
son mil cosas que se dan
Dame un cortado caliente!,
(y una hembra a quien amar),
sintió fuego en sus entrañas
pero lo oyó murmurar.
(II)
Un filtro muerde cenizas
entre labios que al marcar
con "rouge" (rush) sus bordes de esponja
buscan la felicidad.
Deseo en pétalos grises
acarician el final,
sensuales ondas silentes
penetran la intimidad.
(I)
Soledad,"chamuyo', pueblo,
ilusión y realidad,
su hueco acuña la vida
y es fuente de la amistad.
Entre el humo agonizante
de un tabaco sin quemar
hay una llama escondida:
LA HISTORIA DE MI CIUDAD.