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Buenos Aires, Argentina /
Fecha de Publicación:28/05/07 Redacción ParqueChasWeb

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A 30 AÑOS DE SU SECUESTRO Y DESAPARICIÓN

Reeditaron "Literatura de la Pelota" del poeta Roberto Santoro

La presentación se realizará el viernes 1º de junio a las 18.30 en el auditorio de la librería El Ateneo (Florida 340) y estará a cargo de los periodistas Alejandro Apo, Carlos Ferreira, Lilian Garrido y Juan José Panno.


La pelota se manchó hace 30 años:

"Dicen que la noche del 1º de junio de 1977 era fría. Húmeda y fría, dicen. Cerrada, húmeda y fría, agregan. Roberto Santoro o Toto o el Pelado había ido a trabajar a la escuela como todos los días, a cumplir las funciones de preceptor en el turno tarde y de subjefe de preceptores en el turno noche. La tarde pasó sin problemas: completó planillas, llenó registros, controló boletines, escribió algunas cartas. A la noche cantó otro gallo. Las noches cerradas y húmedas y frías son un mal presagio...

Más o menos a las ocho, dicen, -y ya es bien noche a esa hora en Buenos Aires a fines de otoño-, entraron tres hombres a la escuela. Uno de ellos dicen que dijo ser hermano de un alumno y que pidió por un preceptor. Dicen que él se acercó, extendió su mano y se presentó con nombre y apellido. Dicen que esgrimieron armas de fuego y que lo sacaron a patadas y empujones. Dicen que una empleada pidió auxilio y que los que la oyeron y acudieron al llamado fueron encerrados en una oficina a punta de pistola. Dicen que él gritaba "¡me llevan a mí!, ¡me llevan!". Dicen que lo metieron en un auto y que el auto se perdió en la noche", así lo relata la periodista Lilian Garrido en su estudio crítico de Santoro.




Al cumplirse tres décadas del secuestro y desaparción del poeta, el sello de Ediciones Lea revive a Santoro con la segunda edición de "Literatura de la pelota", presentada por Alejandro Apo y con la ilustración de tapa del Artista Plástico Pedro Gaeta. El libro contiene también un estudio preliminar de la peridista Lilian Garrido.

Allí podemos enterarnos que Roberto Jorge Santoro nació en Buenos Aires, en la calle Warnes (Parque Centenario), el 17 de abril de 1939. Tenía cuatro años cuando junto con sus padres y su hermana mayor, Emilia Cristina (Neneca), se mudó a Chacarita, a la casa de Fraga 568.

Que fue hijo de Salvador Santoro (inmigrante italiano, hombre muy simpático y conversador, cuentan, que trabajó como repartidor en una fábrica de calzado, chofer de un micro de excursión, vendedor en un puesto de frutas del mercado de Abasto y hasta tuvo su propio taller de bijouterie) y de Emilia Delisio (argentina, mujer seria y de su casa, cuentan también, empleada administrativa un tiempo y modista toda su vida), Roberto empezó la primaria en la escuela nº 18 DE 14, en Federico Lacroze entre Fraga y Roseti, y la completó en el Colegio Manuel Belgrano de los hermanos maristas (La Pampa y Vuelta de Obligado), donde terminó los estudios secundarios en 1956, recibiéndose de Bachiller.

Ingresó inmediatamente a la Facultad de Filosofía y Letras para seguir ambas carreras, pero su incorporación como soldado de la patria, esa patria que apedreó después, lo obligó a abandonarla. Vivió los dos años de servicio militar en la marina como una experiencia maravillosa: gratos recuerdos de los viajes por el mundo y, lo sabría después, primera aproximación al enemigo.

Pocos conocen que había estudiado francés en la Alianza Francesa y que cuando vino a Buenos Aires el buque escuela Jeanne d'Arc le tocó ser "guía turístico" de los marineros galos. Premiado por su desempeño, fue uno de los elegidos para el 8º viaje de instrucción del buque escuela La Argentina, a bordo del cual recorrió destinos insólitos (Sudáfrica, Australia, Nueva Zelanda, las islas de la Polinesia...), en una travesía tan larga como enriquecedora.

Fue fundador de la revista literaria El Barrilete y de publicaciones como Gente de Buenos Aires y Papeles de Buenos Aires, tiene en su haber los siguientes títulos: Oficio desesperado (Ediciones Cuadernos del Alfarero, 1962); De tango y lo demás, fragmento (Editorial Barrilete, 1962); El último tranvía, plaqueta (Editorial Barrilete, 1963); Nacimiento en la tierra (Ediciones Cuadernos Australes, 1963); Pedradas con mi patria (Editorial Barrilete, 1964); De tango y lo demás (Editorial Barrilete, 1964); En pocas palabras, plaqueta (Ediciones Hechas a mano, 1967); Literatura de la pelota, recopilación sobre el tema del fútbol (Editorial Papeles de Buenos Aires, 1971); A ras del suelo (Editorial Papeles de Buenos Aires, 1971); Desafío (Editorial Gente de Buenos Aires, 1972); Uno más uno humanidad (Ediciones Dead Weight, 1970); En esta tierra lo que mata es la humedad (tragedia musical representada en Buenos Aires, 1972); En esta tierra (canciones; música de Raúl Parentella; canto Kiko Fernández; Music Hall, 1972, disco L.P.); Poesía en general (Editorial Papeles de Buenos Aires, 1973); Cuatro canciones y un vuelo (Editorial Gente de Buenos Aires, 1973); Las cosas claras (anti-libros “La trenza loca”, 1973); Lo que no veo no lo creo (canciones; música y canto Jorge Cutello, 1974); No negociable, carpeta (Editorial Papeles de Buenos Aires, 1975); De Santoro (Homenaje a R. J. Santoro realizado en Madrid por poetas, escritores y artistas en general represaliados en Argentina, Ediciones del Rescate, 1979).






LAS COSAS CLARAS (1974)
Roberto Santoro

mi voz está en su sitio
el corazón sabe algo más porque me duele

por eso digo:
terrible oficio
es repartir equivocadamente los abrazos
y que el alma viva entre perros hambrientos

uno de mis errores
fue creer que todos éramos hermanos

y ahora
no se le puede cambiar el horizonte a la nostalgia
hay que olvidarse de las viejas sonrisas
y andar con el dolor a cuestas
para que sirva definitivamente

nunca dije
mi lágrima fue grande
sufrí
no me quisieron

cada uno conoce su dolor
y sabe de qué manera hablarle a la desgracia

que venga la vida y me golpee
de nada vale cerrar los ojos

un hombre dormido
es un dolor que descansa

es duro el amor cuando se niega
un día sin embargo recuesta sus abrazos
apoya su misterio en mi cabeza
y me lleva a vivir al primer piso de un incendio

no comparo
simplemente doy mi fruto
y espero

la semilla más humilde
puede brotar el fuego o la hermosura

si estoy acorralado entre dos besos
decido acurrucarme al pie de mi corazón
y sueño

soy triste hasta los zapatos

a la hora del té
mi alegría se sienta y llora conmigo

pero sostengo que un día
aunque el amor sea el hermano implacable de la lluvia
de mi casa a tus ojos
no habrá naufragios
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