Portal de Parque Chas: "estamos haciendo historia"
Buenos Aires, Argentina /
Fecha de Publicación:07/10/10  

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LAPIDARIO INFORME DE LA DEFENSORA ADJUNTA DEL PUEBLO SOBRE EL ESTADO DE ABANDONO DEL PREDIO DE 62 HECTÁREAS


“El Parque Sarmiento es un lugar peligroso”

Con casi tres décadas de vida, el polideportivo de Saavedra es una de las grandes frustraciones de los vecinos debido a las deficientes administraciones. La profesora Graciela Muñiz, vecina de Villa Pueyrredon, presentó un recurso de amparo por el uso indebido de algunos sectores como depósito de obra del subte. También advierte que la deficiente señalización de zanjas pone en riesgo la integridad física de los visitantes.

Por Javier Perpignan
Periódico El Barrio

Es uno de los pulmones más importantes de la Ciudad de Buenos Aires: 62 hectáreas de espacios verdes delimitadas por las avenidas Gral. Paz, Ricardo Balbín, Triunvirato, Crisólogo Larralde y la calle Andonaegui. Un auténtico oasis para los habitantes de la zona, quienes durante algunos años encontraron en él todo lo necesario para el desarrollo de la actividad física y el esparcimiento. Hoy, a poco de cumplir las tres décadas de vida, el Parque Presidente Sarmiento sigue siendo eje de denuncias y polémicas. Recientemente, la Defensora Adjunta del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, profesora Graciela Muñiz (50), presentó un informe en donde detalla el estado de descuido en el que se encuentra “la instalación deportiva más grande y completa de Sudamérica”, según describían las crónicas periodísticas al predio de Saavedra cuando se inauguró, el 17 de setiembre de 1981.


foto:periódico El Barrio



En el relevamiento realizado durante este invierno, Muñiz detectó ausencia de personal médico, de seguridad, de mantenimiento y carencia de instalaciones de gas. La investigación también denuncia la falta de terminación de varias construcciones del parque y la utilización de algunos sectores como sede de la Policía Metropolitana.

En el texto que la Defensora Adjunta presentó al ministro de Desarrollo Económico del Gobierno de la Ciudad, Francisco Cabrera, y al subsecretario de Deportes Francisco Irarrázabal, funcionario de quien depende el predio, explicó que dentro del Parque Sarmiento hay “montículos de tierra y piedras, que aparentemente son escombros extraídos de la obra de ampliación de la línea B del subte” y que también se observan obras sin perimetrar, camiones que circulan en sendas peatonales y zanjas peligrosas, “lo cual representa un riesgo para los niños que concurren a la colonia”. La Defensora Adjunta además verificó la ausencia de un médico en el puesto del SAME, algo por demás necesario si se tiene en cuenta que en agosto de 2007 murió Juan Grisafi, empleado de maestranza del polideportivo, ante la falta de atención médica. El caso fue denunciado en su momento por su hijo Carlos, canillita del kiosco de Triunvirato y Monroe, en las páginas de este periódico.

En declaraciones a El Barrio, Graciela Muñiz se refiere a las consecuencias de la falta de personal de seguridad en la zona: “Durante el verano, una médica que autorizaba el ingreso a las piletas de natación terminó internada en el Hospital Pirovano cuando fue atacada por personas que querían entrar y la doctora lo prohibió porque el lugar estaba al límite de su capacidad. Eso se pudo haber evitado si el parque contaba con la seguridad necesaria”.

-¿Qué otras irregularidades denunció?

-Descubrimos que suelen utilizar el predio como depósito de la tierra que extraen de los trabajos de la obra del subte, que luego cargan en camiones y se llevan hasta Avellaneda. Por supuesto, no tenemos idea de si esa tierra se vende ni a qué precio. Los empleados que trabajan en el predio no tienen comunicación entre sí. Por ejemplo, el personal que está en la entrada de Triunvirato no se entera de lo que ocurre en la entrada de Ricardo Balbín. Hay carencia de empleados de limpieza. Durante los fines de semana se realiza en el parque la colonia para chicos discapacitados, pero se observan en el predio profundas zanjas para el tendido de cableado eléctrico. Esto es peligrosísimo. Lo que no se entiende es cómo se gastan los recursos.

-También señaló irregularidades en la reparación de la pileta.

-Este es un caso curioso. La pileta de saltos ornamentales había sido reparada en 2009 a un costo de 3,7 millones de pesos, pero hoy la están desarmando otra vez porque se busca la manera de reducir la profundidad. El trampolín fue destruido porque ya no va ser una pileta olímpica, que dicho sea de paso era la única que había en la ciudad. Para realizar todos estos trabajos gastarán 700.000 pesos. Luego, conversando con el administrador, nos enteramos de que el natatorio fue otra vez remodelado debido a que el arroyo Medrano perjudicaba los cimientos. Llama la atención la falta de estudio previo. En el verano unos 5.000 chicos van a la colonia de vacaciones y, según se observa el estado general del parque, no creo que lleguen a tenerlo todo en condiciones.
Razones del abandono

La Defensora Adjunta del Pueblo no encuentra motivos para justificar el estado deplorable en el que se encuentra el Parque Sarmiento, aunque cree que las razones están vinculadas a decisiones políticas. “Hay falta de preocupación por lo público. Estos lugares fueron creados para el ocio y la recreación. Hoy pareciera que están destinados para otros fines. Particularmente creo que el objetivo es tercerizarlo o darlo a una empresa privada”, especula Muñiz, quien no ahorra críticas a la gestión de Mauricio Macri: “El tiene un profundo desprecio por lo social. Si no, ¿cómo se explica que la Subsecretaría de Deportes dependa del Ministerio de Desarrollo Económico de la Ciudad? Por eso digo que el Jefe de Gobierno es coherente; para él todo tiene un manejo empresarial”.

-¿Qué respuesta recibe desde el Ejecutivo cuando formula estas denuncias?
-Los funcionarios dicen que están abocados en la recuperación de los polideportivos. Lo que no sé es cuándo lo van a hacer. Les queda un año de mandato. Aparte, la victimización es permanente. Ellos aseguran que arreglan todas las instalaciones, pero que después viene la gente de la provincia y rompe todo otra vez.
-¿Cómo fue la relación con las otras administraciones?
-Por lo menos tenían una mejor capacidad de reacción. Hoy no hay nivel de comprensión. No se fundamenta ninguna decisión. Cuando estamos reunidos me miran como si no supieran de lo que les estoy hablando. Yo ya lo tomo como algo habitual y sé que eso no está bien.
Lo gracioso es que los propios administradores de los polideportivos se cansan porque no les envían recursos para trabajar y deben apelar a la buena voluntad de los vecinos para conseguir los elementos para su mantenimiento.
Defensora del barrio

En su página web, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos se describe como un órgano unipersonal e independiente, con autonomía funcional y autarquía financiera, que no recibe instrucciones de ninguna autoridad. A su vez, su misión es la defensa, protección y promoción de los derechos humanos y demás derechos e intereses individuales y colectivos tutelados en la Constitución Nacional, frente a los actos, hechos u omisiones de la administración o de prestadores de servicios públicos. El Defensor es asistido por cinco Adjuntos que lo sustituyen provisoriamente, cuatro de ellos en forma rotativa. Los Adjuntos tienen un mandato de cinco años y no pueden ser todos del mismo sexo.

La profesora Graciela Muñiz es una de los cinco Adjuntos y en la actualidad está ejerciendo su segundo mandato de cinco años, que comenzó en marzo de 2009. Muñiz nació en Parque Chas, es profesora de educación especial y tiene un pasado como deportista. “A los seis años comencé mi carrera como nadadora federada y cuando cumplí los diez obtuve el campeonato argentino y sudamericano de natación representando a River Plate y GEBA”, cuenta. De sus primeros años de vida recuerda su casa natal de Avalos 1570 y dice que el frente de la vivienda aún se conserva tal cual era entonces. “Mi escolaridad primaria la hice entre la Escuela Dominguito y Ejército de los Andes -informa Muñiz-. De los amigos de mi infancia recuerdo a Susana. Ella vivía al lado de mi casa y pasamos mucho tiempo juntas jugando en las tranquilas calles de Parque Chas. Sobre todo en la plaza del Club El Trébol, que se llama Exodo Jujeño. Luego Susana se mudó a un departamento de Triunvirato y Olazábal. Durante el secundario fuimos a diferentes colegios. Luego la vida nos llevó por diferentes rumbos”.

Esos derroteros se volvieron a juntar en la esquina de Triunvirato y Blanco Encalada, exactamente frente a la puerta del Banco Ciudad. “El reencuentro fue hacia el inicio de mi segundo mandato como Defensora Adjunta del Pueblo, cuando estaba colocando un stand móvil para difundir los derechos de los consumidores. Fue un instante casi mágico. Todos los recuerdos de la infancia comenzaron a fluir en mi corazón -dice con cierta nostalgia Graciela-. Desde 1987 vivo en una casa reciclada de Villa Pueyrredon con mi esposo y mi hijo Federico”.
-Como ex deportista y vecina del barrio, ¿la situación del Parque Sarmiento le preocupa de manera especial?
-Indudablemente que hay algo especial. Aparte yo fui durante muchos años coordinadora de las colonias de verano, así que entiendo de lo que hablo. Para mí la Subsecretaría de Deportes es muy marketinera, pone cartelitos, banderitas, ¿pero a qué lugares vamos a hacer deportes si los polideportivos están a la miseria? No se entiende el criterio para administrar los recursos: se les entrega subsidios a la Federación Argentina de Deportes, a la Asociación Argentina de Arbitros y a clubes como Manuel Belgrano, pero a los lugares públicos se los abandona. Ellos dicen que apuntan al flagelo de la sociedad que es la obesidad, que por eso organizan maratones. A mí me han llegado a decir que en esos maratones corren desde los empresarios hasta chicos de las villas. Lo pongo en duda, porque para inscribirse hay que abonar 80 pesos.

Está claro que el Parque Presidente Sarmiento es un punto de referencia para los vecinos cuando se elige una tarde de esparcimiento. Por eso Graciela Muñiz es muy clara cuando explica la razón de ser del polideportivo: “Es un legado histórico con un destino determinado. Su utilización debe ser para deporte y recreación de los vecinos. También en el predio funcionan colonias vacacionales para niños de esta ciudad. Por eso no puede ser alterada su finalidad discrecionalmente”. Para el Día de la Primavera, el Parque Sarmiento se llena de jóvenes deseosos de pasar una jornada agradable. Pero también está latente la posibilidad de incidentes, por eso este año la Policía Metropolitana desplegó un importante operativo de seguridad para evitar el ingreso de chicos con bebidas alcohólicas.

Ese día, la Defensora Adjunta aprovechó la jornada para recorrer el predio y analizar la evolución de las obras en curso. “Lamentablemente nos llevamos una triste sorpresa. En estos meses lo único que hicieron fue acumular más tierra. La altura de la montaña es casi la mitad de la de los árboles -se queja Muñiz-. Se armó un impresionante operativo de seguridad para que nadie entrara con alcohol y evitar desmanes, pero no tuvieron en cuenta la seguridad adentro del propio predio. Los camiones que transportaban la tierra pasaban por la senda peatonal al lado de los chicos sin ningún tipo de señalización y las zanjas abiertas eran un verdadero peligro. Por eso decidí presentar un nuevo recurso de amparo. No pueden utilizar el Parque Sarmiento como depósito de obra”.
Parque con historia

El Parque Sarmiento fue proyectado durante la intendencia del brigadier Osvaldo Cacciatore por los arquitectos Estanislao Kocourek, Martín Laborda y Elvira Castillo y construido por la empresa José Cartellone. La obra se desarrolló básicamente durante 1980 y el primer semestre de 1981. Los niveles del terreno se modificaron para albergar las instalaciones deportivas y recreativas en zonas específicas y sin monotonías; lomadas, aterrazados y taludes insinúan la pertenencia a una y otra zona. Los deportes que podían practicarse en sus orígenes eran fútbol, voley, básquet, tenis, rugby, béisbol, pelota a paleta, atletismo, natación, saltos ornamentales, patín, ciclismo, hockey y pelota al cesto, entre otros. Un gran edificio que nuclea el gimnasio cubierto y las piletas olímpicas, un lago artificial, originales juegos para niños, un área de recreación pasiva (bancos, mesas, pérgolas, parrillas y árboles para el descanso), bares y sanitarios completaban la infraestructura del predio.

Durante sus primeros tres años de existencia, mientras funcionó bajo la órbita de la Cooperadora de Acción Social (COAS), el Parque Sarmiento fue un ejemplo de organización. Más allá de las inversiones realizadas por esa entidad de bien público, la calidad del servicio se debía a los estrictos controles que ejercían sus autoridades: resultaba imposible ingresar al predio sin pagar la correspondiente entrada o practicar deportes fuera de los sectores habilitados a tal efecto, ya que unos móviles amarillos circulaban constantemente por las calles interiores realizando tareas de vigilancia; hasta los baños eran custodiados por personal de seguridad. Era tanta la gente que concurría los fines de semana que, por norma, los frontones de tenis no podían ocuparse por más de 20 minutos, lapso que era respetado por todos los usuarios. Incluso existía un hermoso lago de aguas cristalinas donde se podía practicar remo o simplemente divertirse desde la orilla alimentando a los peces de colores que lo poblaban.

Tras el advenimiento de la democracia, la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires -su intendente era Julio César Saguier- decidió cancelar los contratos de concesión vigentes en todos los centros deportivos construidos durante el gobierno militar y asumir su control con el propósito de “cumplir la función social para la que habían sido creados”. A contramano de esa expresión, el Parque Sarmiento fue mal administrado, no cumplió fin social alguno y esa desidia se tradujo en un paulatino deterioro de sus instalaciones. En 1991, durante la gestión de Carlos Grosso y coincidentemente con el auge de las privatizaciones, fue concesionado por diez años a Pinatur S.A. A juzgar por los resultados, la administración de la empresa fue deficiente. Se acentuó el abandono del predio y empezó a desvirtuarse su esencia: se subalquilaron sus espacios a parrillas, circos, concesionarias de autos y otros rubros ajenos al interés del público. A fines de 1996 -últimos meses de la gestión de Jorge Domínguez al frente de la Municipalidad- se decidió rescindir el contrato con Pinatur S.A. y comenzó una puja legal. Cuando se creó la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y asumió la jefatura de Gobierno Fernando De la Rúa fue confirmado ese decreto de caducidad, pero el parque continuó funcionando clandestinamente. Luego de una clausura preventiva a principios de 2000, el parque fue recuperado luego de 9 años de abandono casi absoluto. Pero nunca pudo recuperar su esplendor original.
Eje de interminables polémicas y denuncias, el uso del Parque Sarmiento es cuestionado por muchos vecinos que se opusieron a la construcción del precinto de la Policía Metropolitana como también a la realización de recitales de música. El año que viene se cumplen treinta años de su inauguración y nada parece indicar un futuro favorable para este entrañable espacio verde. Aunque quién sabe: las elecciones todo lo pueden.

Silencio oficial
Una vez conocidas las denuncias de la Defensora adjunta del Pueblo, El Barrio se comunicó con las autoridades del predio para solicitar una entrevista periodística a fin de conocer la visión del Gobierno de la Ciudad. Un colaborador del director del parque, Gonzalo de Santa Cruz, se excusó argumentando que la encargada de brindar esa información es el área de prensa de la Subsecretaría de Deportes, organismo del que depende el polideportivo. El cronista, con cierta ingenuidad, preguntó si no era lógico que fuera el propio administrador quien ofreciera su testimonio por conocer el día a día. Ante la insistencia, el colaborador reconoció que “probablemente estaba de acuerdo”.
Desde la Subsecretaría de Deportes justificaron la imposibilidad de brindar un informe oficial sobre el Parque Sarmiento porque “la persona encargada de las obras no se encuentra en la ciudad” y nadie podía responder en los tiempos requeridos.




 


 








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