Según un sondeo de la UB, 7 de cada 10 alguna vez se colaron en la fila y muy pocos ven el espacio público como propio. También un 60% reconoció haberse quedado con un vuelto erróneo y la mayoría se copió en un examen. Esas malas costumbres argentinas

Una sociedad transgresora, sin apego a las normas, desinteresada por el semejante y en la que no hay conciencia sobre el espacio público y las normas de tránsito parece ser el panorama que arroja un estudio realizado por la Universidad de Belgrano (UB) para conocer en detalle cómo son los porteños en sus costumbres cotidianas.

Según este sondeo efectuado el año pasado a más de 600 habitantes de Buenos Aires por el Centro de Opinión Pública de la casa de altos estudios, casi el 70% de los encuestados admitió haberse colado alguna vez en lugar de esperar que llegara su turno.

Pero además, la encuesta dirigida por Virginia García Beaudoux indicó que el 75% reconoció exceder los límites de velocidad, en tanto que sólo un tercio de los entrevistados usa cinturón de seguridad, casi el 60% no ha respetado la luz roja y únicamente la mitad acata siempre el derecho de paso del peatón.

Por otro lado, un 76% de los participantes reconoció haber tirado basura en espacios públicos y un 30% de ellos declaró que lo ha hecho muchas veces. En este sentido, sólo la mitad dijo que siempre tiene en cuenta y se preocupa por el estado en el que deja un baño público luego de usarlo. En cambio, el 28% respondió que esa es una cuestión a la que no le da importancia nunca o casi nunca.

En relación con la convivencia social, solamente un 22% declaró recoger siempre de la calle los excrementos que dejan sus perros. Además, existe un porcentaje semejante de personas que nunca lo hacen, a lo que se debe sumar un 34,5% que realiza la tarea con poca frecuencia y en contadas ocasiones.

Al analizar estos datos, la coordinadora del estudio concluyó que "no hay apropiación del espacio público por parte de los individuos. Por ejemplo, en las respuestas vinculadas con la higiene se hace manifiesto que el espacio público no se percibe como propio y, por tanto, no se siente la responsabilidad de cuidarlo".

Sobornos y silencio

Si bien un mayoritario 68% dijo que nunca ha sobornado a un policía para evitar una multa, el sondeo de la UB encontró que el 32% sí lo ha hecho. De modo semejante, un tercio de la muestra (34%) alguna vez ha eludido el pago de un impuesto.

La clásica actitud del "no me di cuenta" también generó sus cifras. Mientras un 62% ha viajado en transportes públicos sin pagar, el 53% aseguró que alguna vez se quedó con un vuelto mal dado que lo favorecía, aunque otro 47% admitió que nunca lo ha hecho.

En este sentido, casi el 60% reconoció haberse quedado con algún objeto que se olvidaron de cobrarle al realizar una compra y como estudiante, más del 85% recordó que se ha copiado en los exámenes.

"Es muy baja la conciencia cívica, lo cual se refleja en el tema de los impuestos: muchas personas sienten que no "evaden" ni "eluden" porque los pagan, aún si pagan menos de los que les correspondería", remarcó en sus conclusiones García Beaudoux.

A pesar de que los encuestados se reconocieron a sí mismos como transgresores de las normas en general y se autoevaluaron como incumplidores de las normas en un alto grado, al mismo tiempo juzgaron "muy negativamente" que como sociedad los argentinos en conjunto tendamos a no respetar esas leyes.

El 92,4% manifestó que es grave el hecho de no respetar las normas de tránsito. Sin embargo, en los datos anteriores más de la mitad de los consultados reconoció haber infringido varias de ellas.

Si bien al 93,4% le pareció mal que como sociedad no se cuide la higiene de los espacios públicos, el 76% tira basura en espacios públicos y sólo el 22% recoge los excrementos que dejan sus perros.

Además, pese a que el porcentaje es muy elevado, la evasión de impuestos se percibe como menos grave que las cuestiones anteriores: la diferencia respecto de ellas es de 20 puntos (74,3% encuentra grave que no cumplir con las obligaciones tributarias).

"En definitiva, los datos reflejan una doble moral: hay una abrumadora coincidencia en afirmar que estos comportamientos son muy negativos y dañinos para nuestra sociedad, pero al mismo tiempo se los practica ampliamente", concluyó la investigadora de la UB.

Nota publicada en el portal www.universia.com.ar