Dictamen del INADI
Los músicos porteños son discriminados
El Instituto Nacional contra la Discriminación y la Xenofobia
(INADI) emitió un dictamen que señala que los músicos
que tocan en vivo son discriminados en la Ciudad de Buenos Aires.
El organismo nacional tomo posición después de analizar
las dificultades que viven los artistas para presentar sus shows
después de la masacre de Cromañón. Clausuran
los lugares porque no tienen máquinas expendedoras de preservativos,
se pena la actividad en sí en vez de las condiciones en que
tiene lugar. Se instaló la idea de que la música era
en sí mismo una actividad peligrosa, advierte a lavaca
Diego Boris, titular de UMI.
El Instituto Nacional contra la Discriminación y la Xenofobia
(INADI) emitió un dictamen que señala que los músicos
que tocan en vivo son discriminados en la Ciudad de Buenos Aires.
El organismo nacional tomo posición después de analizar
una denuncia presentada por la Unión de Músicos
Independientes (UMI), en abril de 2007.
La UMI había decidido presentarse ante el INADI después
de que los músicos que la integran comenzaran a tener problemas
para encontrar lugares donde tocar en la Ciudad. Después
de Cromañón, donde murieron 194 personas, se intensificaron
los controles en los lugares para tocar. Lo que al principio parecieron
medidas precautorios para poner en orden todo aquello que no estaba,
bajo el gobierno de Jorge Telerman terminó por convertirse
en una sobreactuación de los funcionarios que terminaron
agarrándosela con los músicos, explica Diego
Boris, presidente de UMI y agrega: El enseñamiento
tuvo lugar por una cuestión política: había
un Jefe de Gobierno destituido y el sucesor quiso hacer creerle
a la sociedad que hacía las cosas bien.
Nosotros no cuestionamos las políticas culturales de los
gobiernos de turno, que se supone los votaron para que las lleven
a cabo. Pero sí nos metemos cuando los gobiernos anulan
las herramientas que tiene la sociedad para hacer cultura popular.
Los músicos independientes denunciaron que los locales
donde tocaban terminaban siendo clausurados porque carecían
de máquinas expendedoras de preservativos o por carecer
de agua lo suficientemente caliente. Lo peligroso pasó
a ser la actividad en sí y no las condiciones en que se
llevaba a cabo, sentencia Boris.
A partir de esa situación, UMI marcó tres líneas
de acción. Por un lado creó la red-UMI, en la que
un grupo de músicos se propuso encontrar lugares alternativos
para tocar en vivo. Otra iniciativa, en tanto, consistió
en presentar una demanda ante el Tribunal Superior de Justicia,
organismo que terminó por declarar inconstitucional varias
disposiciones que regulaban la actividad. La normativa es
tan compleja advierte Boris- que por las mismas razones
que te habilitaban, un fiscal podía clausurarte. Entre
las cosas que te exigían, por ejemplo, era que un local
tenga todo un año por adelantado prevista su programación,
¿qué tiene que ver eso con la seguridad?.
Ese fallo, además, obliga a la Ciudad a reformular el Código
de Habilitaciones y en ese trabajo UMI se involucró de
manera directa.
La tercera vía de acción fue la presentación
en el INADI. Considerábamos que era apropiado, porque
si un mimo, un actor o un artista plástico quiere realizar
una presentación en un bar o un café no le exigen
nada de lo que nos exigen a los músicos. A nosotros nos
piden una habilitación especial aunque vaya un tipo a cantar
con una guitarra criolla, se queja Boris.
Boris señala que la sobreactuación ejercida por
el gobierno porteño después de Cromañón
benefició la concentración del negocio. Si
querían proteger a los pibes, hicieron todo lo contrario.
Como terminaron cerrando los pequeños lugares, terminaban
tocando en casas tomadas, garages, lugares con peores condiciones
de seguridad que las que tenían antes. Se terminaron beneficiando
los más poderosos.
Se instaló la idea de que la música en sí
misma era un elemento peligroso para la sociedad. Se privilegió
un celo excesivo para la seguridad sobre el libre ejercicio de
la actividad. Debería haber primado un punto de equilibrio.
Cromañón nos hizo reconsiderar en el ambiente un
montón de conductas que parecían pintorescas, nosotros
aprendimos rápidamente la lección. El Ejecutivo,
en cambio, no la aprendió. Si vos vas a algunos lugares
que aparecen habilitados y ves las condiciones que tienen no sabés
o sí sabés- por qué están funcionando.