UN OBSERVADOR DE LAS DESVIACIONES DOCTRINALES
Benedicto XVI abre las puertas a las misas
en latín
El Vaticano publicará, en los próximos días,
un decreto mediante el cual se autoriza a celebrar usando la lengua
oficial de la Iglesia Católica.
Por Fernando Belvedere
fbelvedere@parquechasweb.com.ar
Con esta iniciativa, se estaría respondiendo a viejos reclamos
de los "Lefebvristas" (seguidores de Marcel
Lefebvre) que pedían volver a latín en
oposición al Concilio
Vaticano II (1962-65) que introdujo el "Novus
ordo missae", renovando la forma de celebrar la misa e
introduciendo la posibilidad de oficiar la celebración en
diferentes idiomas. También dispuso que el sacerdote oficiase
mirando a los fieles. Hasta entonces el sacerdote celebraba de espalda
a los fieles.
En lo que constituye la primera exhortación
apostólica de su pontificado, Benedicto XVI dará a
conocer su "Sacramento Caritatis", que entre los
principales puntos se encuentran los referidos a la Misa en latín
y cantos gregorianos. Aquí hace una crítica a "las
extravagancias litúrgicas" y reclama "la obediencia
fiel a las normas litúrgicas".
Y agrega que, "las oraciones más
conocidas de la tradición de la Iglesia deberían
ser recitadas en latín" y, si es posible, se deberían
cantar selecciones del canto gregoriano.
Con estas expresiones Benedicto XVI no ocultó su oposición
a los cambios iniciados con el Concilio Vaticano II y los cambios
que impuso Pablo VI: La misa tridentina en latín cayó
en desuso tras la reforma litúrgica "Novus ordo
missae".
La misa tridentina, nombre derivado del Concilio de
Trento (siglo XVI) se celebra enteramente en latín salvo
algunas palabras en griego y hebreo, tiene largos períodos
de silencio del sacerdote quien da la espalda al pueblo.
En las últimas décadas,
los sacerdotes sólo podían celebrar la misa tridentina
con la autorización de su obispo. Los jerarcas de la Iglesia
aguardan ansiosamente la decisión de Joseph Ratzinger,
para ver cuán lejos irá en la flexibilización
de esa regla.
Desde su desuso no estaba claro si la
misa en latín se había prohibido o simplemente modificado,
por lo cual en 1984 Juan Pablo II publicó un indulto que
permitió a ciertos grupos católicos mantener ese
rito sin problemas canónicos.
ParqueChasweb buscó una
opinión sobre este tema y entrevistó al sacerdote
Domigo Bresci, cura párroco de la Iglesia San Juan Bautista
"El Precursor" del Barrio Saavedra.
- Domingo, ¿Porqué Benedicto
XVI resucita ahora este tema?
- Hace poco viajé
a Roma y tuve la oportunidad de estar presente en la Audiencia
Pública del Papa. Había más de dos mil personas
de distintas partes del mundo, por lo tanto había diversidad.
Lo que allí estábamos experimentando era la universalidad
de la Iglesia Católica, una Iglesia que está en
todas partes y en cada lugar, que adopta las características
locales y no afecta para nada la fe, sino que la enriquece.
Benedicto XVI tiene una visión de rescatar los valores
tradicionales de la Iglesia: las costumbres, las ideas y las formas,
no solo el idioma.
Después del Concilio Vaticano de 1962
al 65 que autorizaba a dar la liturgia respetando la lengua de
cada país y de frente a los feligreses, las corrientes
más conservadoras de la Iglesia dijeron que esa reforma
dio pie a desviaciones, deformaciones y excesos.
No hubo tales desviaciones, y opino que la
renovación quedó a mitad de camino. Por ejemplo,
la ropa que utilizamos los sacerdotes para oficiar misa es de
la Edad Media, lo mismo que la utilización de las velas
y el incienso.
Yo creo que Benedicto XVI instala un tema innecesario
en estos momentos. Lo que sucede, es que tiene una deformación
profesional, porque durante toda su carrera sacerdotal se dedicó
a observar siempre las desviaciones doctrinales; y me parece que
esto no es lo que se espera de un pastor. No se necesita de un
Papa "observador" para ver en qué te equivocas.
Recuerdo que en uno de sus viajes, Juan Pablo
II escuchó a Bob Dylan. El entonces Cardenal Ratzinger
escribió una nota crítica sobre esto diciendo que
esa era música "demoníaca".
Benedicto XVI hace todo lo contrario a la "Inculturación
de la Fe"; que es la inserción del cristianismo
en la cultura de un pueblo. Esta dimensión tomó
auge a partir de Carta Encíclica "Slavorum Apostoli",
del Papa Juan Pablo II, del 2 de Junio de 1985: "la misión
de la gente de hoy tiene la forma de inculturación ...
"es la encarnación del Evangelio en las culturas autóctonas
y, al mismo tiempo, la introducción de las mismas en la
vida de la Iglesia". Por ejemplo, que los descendientes de
los pueblos originarios de América, hagan la liturgia en
su idioma y a través de sus formas culturales.
Lo que hace Benedicto XVI ahora es una
indicación y no es una orden, se llama "Motu Proprio"
permitirá, según las fuentes vaticanas, celebrar
la vieja misa en latín de manera "extraordinaria",
cumpliendo determinadas condiciones, como ya se realizan con otros
ritos, como el bizantino, el mozárabe o el sirio-antioqueno.
- ¿Cómo cree que reaccionarán las Iglesias
del mundo y los feligreses ante esta medida?
- Yo creo que esta decisión de Ratzinger, tomada en el
contexto actual, casi nadie la va a aceptar.