PARA PRESENTAR EN LA LEGISLATURA
PORTEÑA
Manifiesto Buenos Aires "Emergencia Patrimonial"
Los ciudadanos de Buenos Aires asistimos azorados a un proceso
de destrucción del patrimonio arquitectónico de
la ciudad, viendo cómo se demuelen día a día
invalorables testimonios de la arquitectura que conforman la identidad
que caracteriza a los distintos barrios.
Nos encontramos ante un auge de la construcción casi sin
precedentes, que en el marco normativo actual, demuele construcciones
de alto valor histórico y artístico para edificar
encima en su lugar. Esta situación crítica se refleja
tanto en la preocupación de los vecinos, como en los resultados
de estudios de expertos en patrimonio, incluyendo voces de arquitectos
extranjeros, que denuncian que las normas vigentes y los recursos
del Estado para preservar el patrimonio arquitectónico
y planificar un desarrollo sustentable de la ciudad se han tornado
ineficaces e insuficientes en la situación actual.
De continuar esta tendencia de destrucción, se sufrirán
efectos irremediables que alterarán negativamente la fisonomía
de la ciudad, perjudicándose la sociedad en su conjunto,
y la calidad de vida de los vecinos y de las generaciones futuras,
que tienen el derecho constitucional de gozar del patrimonio arquitectónico
y cultural heredado. Asimismo, se perderá un riquísimo
potencial turístico nacional e internacional.
Es por ello -y porque estamos frente al cambio de administración
de gobierno- solicitamos se declare de manera inmediata la emergencia
patrimonial por el término de un (1) año, prohibiendo
la demolición de toda construcción cuyo valor histórico,
arquitectónico o artístico ameriten su preservación,
estableciendo claramente las sanciones que podrían caberles
a quienes infrinjan la normativa que determine dicha emergencia
y determinando el organismo responsable de su ejecución
y control.
Solicitamos igualmente, que la Legislatura y el Poder Ejecutivo
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se comprometan para
que, durante el lapso fijado para la vigencia de la Emergencia
Patrimonial, se promuevan instancias de debate y se encuentre
una solución consensuada que otorgue un marco legal efectivo
para preservar zonas completas de la ciudad en el marco de una
planificación y gestión sostenible,
Los Fundamentos
Buenos Aires posee un rico y variado patrimonio arquitectónico.
A pesar de las sistemáticas alteraciones, destrucciones
y demoliciones autorizadas e ilegales, todavía es posible
reconocer buena parte de la historia de sus barrios y su gente
en los edificios, y en aquellos fragmentos de paisaje histórico
que han logrado sobrevivir a la desidia y a la piqueta.
Del centro a los barrios y desde afuera hacia adentro el patrimonio
arquitectónico de Buenos Aires presenta una variedad, calidad
y cantidad de edificios de distintas épocas y tendencias
que merecen ser reconocidos como hitos o conjuntos a ser preservados.
En Buenos Aires hay de todo: testimonios coloniales, retazos
de la Gran Aldea, recuerdos del eufórico progreso aluvional,
sectores de París pero en América, piezas de una
modernidad periférica, gemas presuntuosas de la Reina del
Plata, arrebatos de la capital de un imperio imaginario. Este
panorama de la ciudad constituye un intento de capturar los estilos
predominantes y algunas obras cumbres. Carente de un tejido histórico
compacto y homogéneo, se trata -sin embargo- de una urbe
rica en episodios arquitectónicos y paisajísticos
de gran valor patrimonial, componentes esenciales de su carácter
y bases fundamentales de su identidad.
Los cuatro siglos y medio transcurridos han forjado un apreciable
conjunto de valores arquitectónicos y urbanos tangibles
que forman parte de la identidad de la ciudad y que es necesario
preservar este patrimonio tan valioso se está extinguiendo
ya que los trabajos realizados por la administración local
han sido hasta ahora parciales y poco efectivos, y no han logrado
revertir el proceso de destrucción del patrimonio arquitectónico
y urbano.
Ante la situación crítica del patrimonio en la
que nos encontramos, resulta paradójica la iniciativa del
Gobierno de presentar un sector de Buenos Aires a la Lista de
Patrimonio Mundial de la UNESCO, mientras el mismo Gobierno permite
la actual destrucción desenfrenada del paisaje cultural
por el que públicamente manifiesta su preocupación.
También resulta contradictorio que los mismos administradores
presentan al turismo como uno de los recursos económicos
más importantes para Buenos Aires. Turismo que, como lo
han revelado las encuestas, se siente atraído fundamentalmente
por la arquitectura y el paisaje urbano de la ciudad, un paisaje
que, como se dijo anteriormente, es único en el contexto
de la región. Y al demoler estamos destruyendo el recurso
que atrae a los visitantes.
Este marco de destrucción se da en medio de los preparativos
para festejar el Bicentenario de la Revolución de Mayo.
Tenemos hoy la oportunidad de conservar los testimonios valiosos
para transmitirlo a las generaciones futuras, permitiendo que
ellos lo usen y los disfruten tanto como nosotros hemos podido
hacerlo. Es imprescindible que nuestra sociedad encuentre el modo
de construir una ciudad sostenible y sin demoler los testimonios
valiosos de su pasado. En patrimonio, lo que se demuele es para
siempre.
Hoy, en el mundo, no hay dudas respecto a la necesidad de conservar
los rasgos del pasado y del rol que tiene la arquitectura en la
transmisión de la historia y en la conformación
de la identidad de una ciudad. Las ciudades más importantes
del mundo y muchas otras de menor escala, están protegidas,
como también lo están muchos poblados históricos.
Los valores sociales, culturales, históricos, artísticos,
económicos y simbólicos de esos bienes ya no está
en discusión. Esos valores están siendo reconocidos
por muchos vecinos de la ciudad.
La ciudad de Buenos Aires, que se perfila como un polo cultural
en Sudamérica, debe contar con una normativa ejemplar en
la región, que promueva la preservación de las áreas
que conforman su identidad arquitectónica, y le permita
proyectarse hacia el futuro como una urbe que valora y respeta
su historia y su cultura.