Fecha de Publicación:30/12/10 |
|
Funciones de la nota
NOTA DE OPINIÓN- POR
LA LEGISLADORA PORTEÑA MARÍA JOSÉ LUBERTINO
Políticas del macrismo en 2010: “Una gran frustración”
El balance de este año que finaliza, en cuanto a las políticas
del macrismo en la Ciudad, podemos caracterizarlo como una gran
frustración de los porteños y las porteñas.
Por tercer año consecutivo el jefe de Gobierno nos presenta
un presupuesto mentiroso y pretende implementar un aumento de impuestos
financiando gastos comunicacionales, publicitarios y cosméticos;
en lugar de avanzar en la inversión para el transporte público
prometido, en infraestructura escolar y sanitaria tan necesaria
o en las políticas habitacionales imprescindibles, entre
tantas otras urgencias que tiene nuestra Ciudad.
Salvo la regularización de trabajadores de la educación,
la expansión de la ley que consagra el derecho a la Ciudad
de las personas en situación de calle -que todavía
debe pasar el filtro de la reglamentación- no hay otras grandes
leyes que merezcan destacarse en el 2010. El macrismo continuó
durante este año con su record de vetos y no reglamentación
de normativas.
La principal tarea legislativa desde nuestra banca ha sido la presentación
de pedidos de informes y de amparos judiciales para evitar grandes
negocios con recursos públicos que favorecen a privados en
el espacio público, licitaciones direccionadas, frente al
incumplimiento de derechos humanos básicos, y las consecuentes
falta de políticas públicas. Así detuvimos
la innecesaria obra faraónica que pretendía construir
túneles debajo de la Avenida 9 de julio. En esa línea,
todavía estamos batallando para defender el espacio verde
de la Plaza Las Heras, así como estamos luchando fuertemente
para cuidar los espacios verdes de la ex AU3, y el uso público
de los talleres Guzmán, en el Parque Los Andes. También
trabajamos constantemente para detener el innecesario puente Roca-Patricios
sobre el Riachuelo, enfrentamos los “sapitos”, mal ubicados
contra la voluntad de los vecinos en distintas comunas de la Ciudad,
entre tantos otros frenos que le pusimos a la irracionalidad macrista.
Terminamos un año con investigaciones penales en curso, contra
el gobierno de Macri, por escuchas telefónicas, enfadamiento
a tazas altas y utilización de los recursos para fines distintos
al de los subtes, no autorizados por la Legislatura, así
como por la distribución irregular de la pauta publicitaria
de la Secretaría de Comunicación Social de la Ciudad,
iniciativa de la diputada Sanchez Andía.
Sin duda, nadie pensaba que el gobierno de Macri seria equitativo
y solidario, pero sí se frustró la expectativa de
amplios sectores de que sería un gobierno eficiente. Quedó
en evidencia que se priorizó una Ciudad para los autos -a
pesar de las pocas bicicletas gratuitas del macrismo, con más
anuncio que política verdadera- en lugar de una Ciudad para
las personas que viven y se mueven en ella. Se priorizó el
negocio inmobiliario con la construcción de torres para especuladores
y personas de alto poder adquisitivo, en lugar del acceso a la vivienda
para las personas de todos los niveles socio-económicos.
La Ciudad, en tres años, duplicó su recaudación
y aumentó su producto Bruto en un 40 porciento. Sin embargo,
se mantuvo la inequidad, dado que en el primer quintil de los más
ricos hay menos de un cinco porciento de la población; mientras
que en el quinto quintil, el de los más pobres, se ubican
casi un 50 porciento de los habitantes de la Ciudad. Esta inequitativa
distribución del ingreso permaneció inmodificada durante
estos tres años de gestión del PRO. Lo mismo que los
porcentajes de subocupación y desocupación, que, sumados,
alcanzan al 15 porciento a pesar de que los índices nacionales
se han reducido considerablemente. Así, podríamos
seguir enumerando reiteradas falencias del gobierno encabezado por
Macri, en una Ciudad cada ves más necesitada de políticas
públicas de inclusión.
En síntesis, las políticas del macrismo en este año
no tuvieron ni viviendas, ni escuelas, ni subtes. Sino sólo
una permanente campaña electoral, rumbo a la ambición
presidencial de Macri, cada vez más remota.
|
|