LEGISLATIVAS
Reconocimiento de los Pueblos Originarios
En la penúltima sesión del 2006, la Legislatura
porteña sancionó la Ley en la que queda establecido
que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires reconoce la preexistencia
de los pueblos originarios y de sus organizaciones. La norma promoverá
la preservación de su cultura y el desarrollo de las capacidades
y destrezas intelectuales y materiales de los pueblos. También
fueron creados el Registro de residentes descendientes de los
Pueblos Originarios y el de sus organizaciones y comunidades,
así como una Comisión Permanente de Preservación
de la Cultura de los mismos. El proyecto de ley original pertenece
al ex diputado Eduardo Peduto, pero fue retomado por el bloque
del ARI, compuesto por los legisladores porteños: Fernando
Cantero, Enrique Olivera y Liliana Parada.
Fundamentos de la Ley
"La Ley Nacional 23.302 establece una serie de beneficios
para los ciudadanos descendientes de las culturas precolombinas
existentes en la argentina, entre otras cuestiones fijo pautas
respectos de la preservación de la Cultura y costumbres,
la inserción social, el problema de la tierra, la salud,
el trabajo.
Varias provincias han aplicado la Legislación mencionada,
estableciendo mecanismos propios para alcanzar los objetivos fijados
en la Ley 23302. Entre ellas podemos mencionar la Ley 2727 (Misiones),
la Ley 6373 (Salta), como así también reformas constitucionales
que reivindicaron la existencia de los pueblos indígenas
(Buenos Aires, Chaco, Chubut, Formosa, Jujuy, La Pampa, Neuquen,
Río Negro y Salta).
Ahora bien, la Ciudad de Buenos Aires, reúne características
diferentes a las provincias hermanas, por un lado es una Ciudad
estado, y por otro carece de comunidades originarias afincadas
en su territorio, pero lo que si tenemos que tener presente que
producto del proceso de migración interna habitan la Ciudad
de Buenos Aires más de 15000 familias descendientes de
pueblos originarios. Predominan los pueblos Tupí Guarani,
Mapuche, Kolla, Diaguita y Toba.
El cruento proceso de conquista de las américas provocó
el desplazamiento de las los pueblos aborígenes, su sometimiento
y en muchos casos su desaparición.
La Cultura de los pueblos precolombinos constituye un patrimonio
fundamental para la Nación, su preservación resulta
imprescindible para desandar el camino de 500 años de sometimiento
y exterminio de los pueblos amerindios. En tal sentido un hito
de vital importancia ha sido la Ley 23.302, y los avances de estos
últimos veinte (20) años de democracia.
Aún queda mucho camino por andar, la ocupación
de la tierra, la discriminación, la xenofobia y el rasismo
aun son males que esta sociedad debe superar. Tales cuestiones
seguramente no la podamos resolver solamente legislando, más
bien debemos obrar para desterrar el odio la intolerancia y el
abuso del poder.
Por otra parte si bien esta Ley tendrá efectos en esta
Ciudad, con su sanción se envía una inequívoca
señal en defensa de los pueblos aborígenes que hoy
luchan en la precordillera patagónica, en el monte salteño,
en la selva misionera en defensa de la posesión de la tierra
y la preservación de los recursos naturales y el medio
ambiente".