A
25 AÑOS DE LA GUERRA DE MALVINAS
2 de abril
Por Leonardo Killian*
(elgatocanoso@yahoo.com.ar)
para parquechasweb
Éramos jóvenes y eran otros tiempos. Después
del asado con los compañeros siempre había una guitarra
y entre zambas, chacareras y los temas de Litto o de Spinetta,
siempre, inevitablemente aparecía ese triunfo que coreábamos
todos "navegar tantos mares, venirse al cuhete, que digo
venirse al cuhete".
Otros tiempos, otras canciones, otras consignas.
La Vuelta de Obligado era, como las invasiones de 1806 y 1807,
parte de esa memoria colectiva, construida en base a historias
escolares, mitos populares, canciones y el folklore militante
aquellos hechos que fogoneaban la esperanza. Nuestras guerras
, nuestras batallas ganadas o simplemente peleadas contra el Imperio
eran parte del legítimo orgullo de ser argentinos y esa
historia, cierta o legendaria preanunciaba las victorias del futuro.
Durante los terribles días de ese frío otoño
del 82, con el corazón allá en Malvinas volvimos
a sentir ese estremecimiento, esa sensación que solo producen
las gestas colectivas. Luego ya se sabe, la traición, la
derrota y la culminación del tiempo de los miserables.
La revolución, que había estado a la vuelta de
la esquina, era ahora una utopía. El imperio, al que habíamos
vencido en el pasado se vengaba ahora con un cachetazo que todavía
duele.
Junto a los patriotas muertos o mutilados, lo que mas dolió
y duele todavía es el sentimiento de derrota, de postración
que nos dejó la guerra.
Aquellos que tenemos la responsabilidad de difundir la historia
nacional, sea en un aula o en un café debemos tomar como
un reto el hecho y poner nuestra inteligencia y nuestra voluntad
para tratar de revertir este trance.
En este tiempo de derrota, de desarticulación de las fuerzas
nacionales y populares y de desánimo colectivo, el recuerdo
de las gestas no debería quedar en la repetición
mecánica de hechos mal conocidos, sino por el contrario,
en el análisis profundo y objetivo de nuestra historia.
No estoy tan seguro de que el conocer nuestro pasado nos evitará
cometer futuros errores como pueblo, pero si no lo intentamos,
nuestra tarea docente no será mas que un ejercicio narcisista
e inútil.
La batalla de la Vuelta de Obligado fue una derrota militar y
una gran victoria política de la Confederación Argentina.
La guerra de Malvinas, en cambio, fue una tremenda derrota militar
y no significó solo el principio del fin de la dictadura
sino un revés nacional y latinoamericano.
La sincera posición de nuestros hermanos, la posibilidad
histórica de volver a conformar una fuerza continental
como en Chacabuco, como en Ayacucho tal vez demuestre con el tiempo
que lo perdido se puede revertir. El 2 de abril debe ser reivindicado
como gesta suramericana, mas allá de las circunstancias
que lo generaron.
Nos pertenece a todos. A los que lucharon y a los que nos quedamos
acá. Es de los soldados, pero ahora, mas que nunca de los
maestros. La primera lección de geografía será
una sencilla frase "Las Islas Malvinas, fueron, son y serán
argentinas. Seguramente serán recuperadas cuando Latinoamérica
se recupere a si misma. Nosotros no nos rendimos"
*El autor es Vecino de Parque Chas.
Estudió cine, fotografía
y es profesor de historia. Trabaja en el CONICET y además
de dar clases como docente colabora en programas de radio y TV,
donde hizo una historia del siglo ligada al cine.