NO A LA CONSTRUCCION INDISCRIMINADA
EN LA CIUDAD
Informe crítico al Plan Urbano Ambiental
Se realizará una nueva reunión de las entidades
vecinales, Asambleas Barriales y vecinos en general para acordar
acciones en común después del encuentro en la Legislatura
del pasado 21 marzo y de la reunión en el Hotel BAUEN del
12 abril.
La consigna sigue siendo contra la proliferación indiscriminada
de edificios en altura y para discutir el pretendido proyecto
de Plan Urbano Ambiental para la Ciudad, enviado a la Legislatura
por el jefe de Gobierno, Jorge Telerman.
A continuación se puede ver el informe crítico al
PUA publicado en el Blog de la Asamblea
Permanente por los Espacios Verdes Urbanos.
Por Marta Dodero
Planificadora Urbana y Regional
apevu@yahoo.com.ar - http://apevu.blogspot.com
El proceso del Plan Urbano Ambiental se inicia con la promulgación
de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires que en sus artículos 1º, 27 y 29 complementa
a la democracia representativa con la democracia participativa
y determina al planeamiento, Plan Urbano Ambiental [PUA], como
herramienta fundamental del Gobierno Urbano.
Sin embargo, el 12 de noviembre de 1997 se convoca a Audiencia
Pública para la modificación del Código mal
llamado de Planeamiento Urbano.
Señalamos entonces y reiteramos hoy que es incorrecta la
denominación de Código de Planeamiento Urbano, ya
que un conjunto de normas agrupadas no produce planeamiento. Planificar
es un proceso y por lo tanto, es su misma naturaleza lo que imposibilita
que se lo codifique.
El Planeamiento es el proceso interactivo e interdisciplinario
que permite dar solución a los conflictos urbanos. Mediante
la definición de programas de actuación acordados
con los distintos sectores de la ciudadanía, que se materializan
en varios documentos, desde sistemas tributarios de redistribución
de plusvalías generadas por obras, a programas de integración
cultural de migrantes por poner un ejemplo, o de preservación
de especies autóctonas en parques urbanos, hasta el perfilado
de usos y ocupación del suelo.
Así son sus instrumentos terminales los planos y las normas;
sólo estas codificables. Para que quede claro el concepto:
un código es uno de tantos documentos que materializan
el Plan Urbano, ni el único, ni el principal.
La confusión surge y perdura en razón de que es
a través de ese canal que las corporaciones de la Industria
de la Especulación Inmobiliaria [IEI], plantean sus negocios.
Es sobre la modificación de los parámetros del Código
que se incrementan los rendimientos de las inversiones.
Denunciamos en esa oportunidad lo contradictorio de aquella convocatoria,
a pocos días del inicio del estudio del PUA, que debía
producir un profundo cambio en el sistema de toma de decisiones
territoriales. La Corporación de la IEI había decidido,
ya entonces, que nada iba a cambiar. Su poder especulativo estaba
asentado en el Código de las componendas y así debía
seguir siendo. Así, se han manipulado procesos, se ha presionado
y confundido lenguajes, hasta hoy.
Durante la elaboración del PUA 2000 / 2005, el órgano
de control integrado por ONGs monitoreo el proceso y denunció
los errores metodológicos que no conducían
ni a la definición de un PUA, ni conformaban ningún
sistema participativo. La Justicia de la Ciudad, hizo lugar al
reclamo de las ONGs y bloqueo el tratamiento Legislativo de esa
carpeta de proyectos-negocios; ver expedientes Nº 2634/01
y 13039/0 Juzgado Nº 1, Secretaría 1ª del Fuero
Contencioso Administrativo y Tributario.
Es aquí pertinente citar a un maestro de Planeamiento que
nos advierte en ese sentido, dice J. Brian Mc Loughlin: una
de las consecuencias complejas de nuestros problemas urbanos contemporáneos
es el modo en que nuevas instituciones han proliferado normalmente
como agencias de contra planeamiento, a veces con el apoyo activo
de las autoridades establecidas. Otra consecuencia es el desafío
a la legitimidad de los órganos del gobierno establecido...
Planeamiento Urbano y Control; J.Brian Mc Loughlin pag. 288. Nuevo
Urbanismo, IEAL, Madrid)
...Y eso se hizo en varias oportunidades, culminando con las resoluciones
Nºs 749/05 y 1662/05 SIyP que crean una Comisión Asesora,
adicta a los designios de la IEI.
El resultado es ese cuadernillo de intenciones, que se presenta
subordinando el valor del PUA, definido por la Constitución
de la Ciudad de Buenos Aires, al citado Código de las componendas.
A esto, en lenguaje coloquial, se lo llamaría pasar gato
por liebre y también en ese mismo desorden de cosas gatopardismo.
Desde 1996 hasta hoy han pasado once años y estamos peor
que entonces.
La ciudad ha colapsado; hay situaciones críticas en varios
sectores que lo demuestran: cirujeo institucionalizado en cartoneros
con registro, CEAMSE colmatado y obsolescencia de los métodos
de entierros sanitario, la contaminación creciente de las
aguas que rodean a la Capital: Matanza-Riachuelo, Reconquista-Luján,
y Río de la Plata, infraestructuras insuficientes para
abastecer a las poblaciones de áreas consolidadas; hacinamiento
en villas, verdaderas ciudades autónomas dentro de la ciudad,
con un aumento exponencial en el tráfico de drogas , en
la inseguridad y en la delincuencia; congestionamiento endémico
del sistema vial, sin ninguna medida que tienda a aliviar la crisis.
Hay muchas más cuestiones que el Gobierno no encara, ni
el Código de las componendas contempla; así la ciudad
se ha convertido en el lugar con más alta concentración
de malestar urbano jamás sufrido por sus habitantes.
Con el objetivo de componer una crítica constructiva, se
presenta, un listado de conceptos elementales para materializar
el mandato constitucional, teniendo en cuenta que en Planeamiento
el orden de los factores altera el producto.
El primer paso del proceso, que debe ser profundizado continuamente,
es la creación de una cultura del Planeamiento. El accionar
de las instituciones del gobierno, en esto, es fundamental, ellas
han de estar impregnadas de esta intención priorizando
la transparencia y la apertura en una comunicación fluida
y permanente. Este primer paso ni se ha esbozado aún, más
bien todo lo contrario. Hay gran publicidad de hechos consumados
no participados y una larga lista de amparos, solicitando apertura
de información.
La integración de la ciudadanía hasta conseguir
una participación real y relevante requiere de la difusión
cotidiana de información y puesta en valor comprensible
de los pasos y temas de interés ciudadano. La apertura
incluye colaboraciones directas en conflictos locales, apertura
de consultas en distintos niveles e instituciones cercanas a los
habitantes, en los distintos campos de su accionar cotidiano.
Los ciudadanos hoy, han establecido sus propias redes de información,
si bien circunscriptas a reclamos puntuales son una buena iniciativa
que ya opera con solvencia.
El Plan Urbano Ambiental [PUA] requiere del conocimiento de la
situación urbana en sus distintas escalas, sectores y procesos.
Desde el inicio la recolección de datos debe incluir al
vecino, ya sea desde los CGPs o en las comunas. Además
de los pertinentes pedidos de informes a las distintas instituciones
responsables, tanto en el orden local como internacional. El proceso
permanente de recolección de datos permite las comparaciones
en el tiempo que es básico para determinar y evaluar tendencias.
Los distintos conflictos implican distintas escalas de resolución.
Cada tema requiere un método de abordaje específico,
si bien las premisas fundamentales de transparencia e información
deben ser los ejes principales de las actuaciones.
El Plan es una suma de programas complejos y de medios para la
transformación territorial, producidos continuadamente
por distintos equipos, en sucesivos acuerdos con la comunidad.
Para que el proceso de planeamiento se opere legitimándose,
deben determinarse procedimientos normados con claridad, adaptados
a los casos en estudio, en todas las etapas y escalas del proceso.
Hoy la opinión pública no involucrada en el proceso
participativo se hace oír, está tomando posiciones
desde sus derechos. Los acuerdos que debían haberse elaborado
y que darían las respuestas acordadas entre todos los sectores
no están y se producen enfrentamientos por el incumplimiento
de la ley por parte de los organismos del Gobierno Urbano. Desde
hace once años es el Gobierno el que incumple la Constitución.
Hoy la ciudadanía no parece estar dispuesta a avalar ese
despropósito. El reclamo por las identidades barriales,
la negativa a la construcción de torres y el reclamo por
el traspaso de tierras nacionales para uso público, como
así también la recuperación de la ribera,
muestran la responsabilidad de los ciudadanos en el proceso de
jerarquización de su calidad de vida urbana.
Desde hace once años se está produciendo un proceso
de afianzamiento del poder corporativo de la Industria de la Especulación
Inmobiliaria [IEI] sobre los intereses de la ciudadanía.
El cuadernillo de intenciones presentado a la Legislatura es el
más claro exponente del desparpajo y de la impunidad de
esos señores para imponer sus voluntades.