Histórica reapertura del
complejo cultural, recuperado por la acción de los vecinos
El 25 de Mayo se vistió con sus mejores
galas
Después de permanecer 25 años cerrado, el teatro
de Villa Urquiza reabrió sus puertas con la presencia del
Jefe de Gobierno. En un clima donde predominó la emoción,
no hubo anuncios oficiales sobre cómo funcionará
la sala. Los vecinos reclamaron una vez más por la Ley
de Cogestión y la expropiación de los terrenos de
la calle Avalos.
Por Javier Perpignan
jperpignan@periodicoelbarrio.com.ar
El 21 de noviembre de 2007 quedará en la historia como
una de las fechas emblemáticas de Villa Urquiza. Ese día
se reinauguró el Cine Teatro 25 de Mayo luego de permanecer
25 años cerrado. Sobrevivió al abandono, a la desidia
y a los diversos proyectos que nada tenían que ver con
el destino para el que fue creado. Pero los vecinos, incansables,
lucharon hasta recuperarlo. Ya sea desde la participación
activa o simplemente con la pregunta acerca de su destino. Todo
contribuyó para llegar a este momento.
Desde las cinco de la tarde los vecinos se agolparon en las puertas
de la sala. De a poco se formó una cola que llegó
hasta Olazábal y un poquito más. La expectativa
era mucha, como así también la emoción. Se
pudo observar gente de todas las edades: los mayores rememorando
cada uno de los actos escolares en que participaron, los más
chiquitos sin lograr descifrar el por qué de tanto alboroto.
Las primeras actividades consistieron en una visita guiada por
las instalaciones, una muestra fotográfica y la actuación
del grupo de teatro comunitario Los Villurqueros en lo que era
el salón Duomo. Después se produjo el ingreso del
público; cerca de las 19 horas se cortaron los primeros
boletos. De a poco se fue llenando la sala, que presentó
un aspecto impecable.
¡Vecinos, vecinos!
A las ocho de la noche las autoridades del Gobierno de la Ciudad,
encabezada por el Jefe de Gobierno Jorge Telerman, e integrantes
de Vecinos por el 25 subieron al escenario y se entonó
el Himno Nacional argentino. Para esa altura, el grito era uno
solo: ¡vecinos!, ¡vecinos!, acompañado por
el propio Telerman. A la hora de los discursos predominó
el orgullo de haber recuperado la sala para la Ciudad y el esfuerzo
realizado para conseguirlo. Pero no hubo precisiones oficiales
acerca del futuro del Complejo Cultural, algo improbable que ocurra
en un breve plazo ante la proximidad del cambio de autoridades.
En tanto los Vecinos, representados por Víctor Líberman
y Mónica Dittmar,volvieron a hacer hincapié en los
reclamos: Respaldados por la Constitución de la Ciudad
de Buenos Aires y la recientemente promulgada Ley 2.176 de Defensa
de la Cultura, los vecinos presentamos el Proyecto de Ley
de Gestión Consensuada en la Legislatura. Este proyecto
está siendo tratado con bastante morosidad por su Comisión
de Cultura. Urgimos a los legisladores su pronta sanción.
Con respecto a la salida por la calle Avalos, los diputados cajonearon
durante dos años el proyecto de Ley de Expropiación
a pesar de que fuera acompañado por más de 4.000
firmas. Por ello, en febrero de este año tuvimos que insistir
con el pedido de expropiación. Si bien cuenta con el acuerdo
del Poder Ejecutivo y el Legislativo, aún no fue aprobado,
leyeron ante una sala colmada por casi 800 personas. Por último,
señalaron el espíritu que guía a Vecinos
en su lucha por recuperar la sala: El camino a recorrer
es largo y hay que sostenerlo permanentemente, porque consideramos
que la Cultura no es un bien comercializable, para concluir
con un fuerte ¡Vecinos, estamos en casa!.
El momento tenso del acto se produjo cuando Liberman hizo referencia
a la compra del teatro de parte de la administración
anterior. El cerrado aplauso y algunos gritos a favor de
Aníbal Ibarra le cambiaron el semblante al Jefe de Gobierno
por un instante. La reapertura concluyó con el concierto
de la Opera de Cámara del Teatro Colón, que interpretó
la Cantata Sacra de Giovanni Battista Pergolesi y Jacopone Da
Todi Sabat Mater, de 1736, concierto que demostró
por qué al 25 de Mayo se lo llama el Petit Colón.
Luego, a la salida, Los Endiablados de Villa Ortúzar brindaron
el colorido ritmo de la murga con una letra especialmente preparada
para la ocasión.
Fotoreportaje de
la reapertura del "25 de Mayo"
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"La
Lucha comenzó en 1995 junto a vecinos, periódicos
barriales, cooperadores, clubes, Centros de Jubilados y de
Asociaciones de Comerciantes, rescatándolo de su destino
de Bingo".
"Definimos su carácter público para todas
las actividades que en el futuro se desarrollen en el Complejo
Cultural"
"Esta experiencia nos enseña que los éxitos
son posibles con la participación activa"
"La Gestión Consensuada deberá ser una
política de estado para este y futuros emprendimientos
en la Ciudad de Buenos Aires"
"La Cultura no es un bien comercializable"
"Tenemos que ser protagonistas y no simples expectadores"
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Testimonios de la emoción
Si bien esta fue una inauguración a las apuradas
y política, dadas las proximidades del cambio
de autoridades, lo concreto es que después de una larga
espera el 25 de Mayo vuelve a latir en el corazón de Villa
Urquiza. Los más felices, sin dudas, fueron los vecinos,
quienes ajenos a cualquier especulación política
se acercaron masivamente a presenciar la reapertura. Los testimonios
así lo aseguran. Los ojos vidriosos y la voz entrecortada
por la emoción son el claro ejemplo de quiénes son
los que realmente esperaban este momento. Liliana Vázquez,
directora de Los Villurqueros, estaba literalmente disfónica
y apenas alcanzó a decir que es muy emocionante y
muy fuerte, éste es un sueño cumplido que hay que
defender porque recién empieza.
Norberto Cahe, director de la escuela de natación del
Círculo Urquiza, rememoró los años escolares:
De chiquito actuaba aquí en las fiestas de fin de
año por el Colegio Nuestra Señora de Luján.
Tengo actuaciones desde primer grado hasta quinto año.
Doce fiestas ininterrumpidas y la entrega de mi anillo de oro
cuando egresé en quinto año. Conocí los camarines,
quiero ver hoy con qué me encuentro. Carlos Ingrassia,
director de FM Urquiza, prefirió recordar que este
Complejo Cultural fue recuperado por los vecinos, por los que
tenían una pena en el alma. Fue sede de las grandes compañías
de teatro y de los actos de fin de curso de las escuelas.
Julio Cañardo, titular de Optica Catel, sintió una
emoción muy grande y define al 25 de Mayo como
el alma del barrio. Y agrega: Volver a revivir el
alma siempre es bueno.
El naturalista Carlos Caserta también vivió una
alegría y una emoción indescriptible; recuerda cuando
lo traían a ver las películas de Canuto Cañete.
Frida, una de las responsables de la librería La Dorita,
dijo que cuando entró recordé mi infancia,
me alegra que se haya recuperado. El reconocido músico
Ariel Prat, quien se encuentra en Buenos Aires presentando su
último CD, aprovechó para presenciar la reinauguración
e imaginarse murgueando sobre el escenario: Ya estoy soñando
la murga. Estoy muy contento, muy emocionado. Mi abuela bailó
aquí y es un orgullo y placer que los vecinos hayan recuperado
el teatro. ¿Una anécdota? Haber visto como cinco
o seis veces Nazareno Cruz y el Lobo o cuando mi familia vino
a ver La Mary. Mi hermano era muy chico y pensaron que se iba
a quedar dormido, pero no fue así y cuando venían
las escenas fuertes le tiraban caramelos al piso para que los
busque.
No sólo los vecinos ofrecieron sus testimonios, también
los funcionarios del Gobierno de la Ciudad expresaron su satisfacción
por el acontecimiento. El Jefe de Gobierno, Jorge Telerman le
dijo a El Barrio: Esto es una alegría enorme, porque
estoy metido en esto desde cuando era Secretario de Cultura. Fui
el que estuvo a cargo de las negociaciones con los anteriores
dueños después de que los vecinos nos alertaran
de que se podía perder esta joya patrimonial. El 25 de
Mayo coincide con nuestra idea de cultura, que se expanda a toda
la ciudad. Que Villa Urquiza tenga un faro cultural de esta envergadura
me parece formidable. Se recupera el Coloncito, el mejor teatro
que va a tener la Ciudad de Buenos Aires. Gustavo López,
presidente del Sistema Nacional de Medios Públicos, destacó
el esfuerzo de los vecinos que siempre lo quisieron recuperar.
Después de Aníbal Ibarra, que tomó
la decisión de comprarlo, y de Telerman y todo el equipo,
que culminaron la obra de una manera maravillosa. Un sueño
se hizo realidad. Por último, el ingeniero Alvaro
Arrese, director de Infraestructura del Ministerio de Cultura
del Gobierno de la Ciudad, definió: Tenemos una sala
que es la tercera de la Ciudad en importancia después de
los teatros Colón y San Martín. Tiene una acústica
fantástica.
Gloria, ocaso y resurrección
Hasta hace poco, la historiografía oficial del barrio
no había conseguido establecer una fecha y datos precisos
sobre la inauguración del Cine Teatro 25 de Mayo. Héctor
Arata, en su libro Villa Urquiza, sus primeros cien años,
declaró como fecha de fundación agosto de 1927.
Diego Del Pino fijó el 25 de mayo de 1929. Y Ricardo Llanes
estableció 1918 como el año inaugural. Ante esta
diversidad de datos, los grandes medios arrastraron en sus informes
las inexactas e históricas imprecisiones barriales. Lo
cierto es que ninguna de estas fechas son las acertadas. El Barrio
pudo precisar que después de cuatro fatigosos años
de trabajos -la piedra fundamental se colocó el 25 de mayo
de 1925- el 23 de mayo de 1929 se realizó el acto inaugural
de la sala ante una numerosa y realmente selecta concurrencia
con una característica inesperada: ¡la total
ausencia de las autoridades comunales! afirmaban las crónicas
periodísticas de la época.
Por las tablas del 25 de Mayo pasaron los artistas más
influyentes del arte nacional como Agustín Magaldi, Edmundo
Rivero, Bruno Gelber, Gregorio Surif, Olinda Bozán, Jorge
Salcedo, Hugo del Carril y, en sendas actuaciones en junio y setiembre
de 1933, Carlos Gardel. Además, por más de cuatro
décadas fue la sede de los actos escolares de fin de curso.
Lamentablemente, la sala no pudo escapar a las crisis y los cambios
de hábitos de los vecinos, por lo que entró en decadencia
y en el invierno de 1982 cerró sus puertas. Así
comenzó una larga serie de conflictos: Triol S.R.L., la
empresa propietaria, solicitó a la entonces Municipalidad
de la Ciudad de Buenos Aires el cambio de destino del inmueble
a fin de habilitarlo como Local de Baile Clase C y
Café-Bar, Casa de Lunch y Restaurante. El 3 de febrero
de 1987 la Dirección General de Habilitaciones y Permisos
notificó a los dueños que era factible autorizar
el cambio solicitado. De a poco, los vecinos se fueron agrupando
para intentar su recuperación y se opusieron sistemáticamente
a cualquier proyecto que no tuviera que ver con el teatro o el
cine, agrupándose en Vecinos por el 25 de Mayo.
En diciembre de 2003 renació la esperanza de la reapertura,
ya que el Decreto Nº 3.089 firmado por Aníbal Ibarra
autorizó la compra del edificio en algo más de cinco
millones de pesos. El 1 de diciembre de 2004 se firmó un
Acta Acuerdo entre Vecinos por el 25 de Mayo y el
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, donde se definió
el carácter público del teatro y la participación
de los vecinos en la planificación y gestión de
las actividades que se desarrollarían en el futuro Complejo
Cultural 25 de Mayo, cuestiones que se están debatiendo
en la Legislatura.
Han pasado 25 años del cierre y las puertas se volvieron
abrir, aunque sea por una noche. Ahora queda por delante saber
qué uso le dará la Ciudad a la sala y cuál
será la participación de los vecinos en esa política
cultural.