ENTREVISTA
“Mi padre se sentía más arquitecto que constructor”
La afirmación pertenece a Ana Cloppet, hija de Armando
Santiago Frehner, uno de los dos ingenieros convocados en 1925
por el doctor Vicente Chas, para pergeñar el Barrio-laberinto.
foto gentileza Ana Frehner/fotomontaje:
ParqueChasWeb.
Por Fernando Belvedere
“Pensaba que nunca más, iba a oir hablar de mi padre”.
La confesión pertenece a Ana Frehner, hija de Armando Santiago
Frehner, que, junto con al ingeniero Adolfo Guerrico, fueron convocados
por el doctor Vicente Chas para proyectar un Barrio que siguiera
los postulados del urbanismo inglés de la ciudad-jardín.
Don Gerónimo Grosso Giachino (1877-1956), un famoso martillero
público de las primeras décadas del siglo veinte,
habría copiado el trazado de una ciudad europea para ofrecérsela
a la Familia Chas. El diseño radiocéntrico resultante,
que significó llevar el pintoresquismo a su máxima
expresión; permitió sacar más lotes que con
la típica traza cuadricular y fue toda una novedad para
la época. Aquel trazado fue aprobado en la sesión
del 29 de septiembre de 1925 por el antiguo Concejo Deliberante.
Ana Frehner de Cloppet se puso en contacto con la Junta de Estudios
Históricos de Parque Chas, luego de leer emocionada, en
el suplemento “Belgrano” del diario La Nación,
una nota sobre la historia de Parque Chas en la que se nombraba
a su padre.
En el mes de mayo último, Ana, volvió a transitar
las calles enmarañadas del barrio que dibujó e ideó
el ingeniero Frehner; para concurrir al encuentro acordado con
integrantes de la Junta de Estudios Históricos de Parque
Chas y este cronista.
De ante mano, existía cierta intriga por saber qué
nuevo dato obtendríamos de parte Ana, sobre la tarea que
le tocó ejecutar a su padre:
- “Papá se sentía más arquitecto que
constructor, por eso creo yo, le ofrecieron proyectar Parque Chas”,
dice Ana Frehner; y agregó que “le encargaron delinear
el barrio en terrenos ínfimos, calles circulares y diagonales.
Se rompió la cabeza para que las viviendas resultaran cómodas
en lotes chicos, ¡se devanó los sesos!”, relata
Ana con gran entusiasmo.
Para nuestra entrevistada, hablar de su padre, fue revivir anécdotas
e historias que el ingeniero Frehner le transmitía a su
familia; y en especial, la referida al proyecto que tuvo que encarar
para delinear un barrio que saliera de la típica traza
cuadricular heredada de los tiempos de la Colonia:
- "Cuando era chica, mi papá me traía periódicamente
de paseo a Parque Chas, para mostrarme cómo iba progresando
el barrio, ya que tenía un cariño muy especial por
todo lo que hacía."
A través de su narración, nos pudimos enterar también,
que el ingeniero Frehner siempre sostenía que el “ideólogo”
de la nomenclatura de las calles del barrio (las que hacen mención
de ciudades europeas) fue su cuñado, el ingeniero Gabriel
Martone, un bohemio socialista italiano, que trabajaba junto a
él, en la empresa constructora.
Armando Santiago Frehner había nacido en Santa Fe capital.
Era hijo de suizos alemanes, y su padre trabajó en la construcción
del Canal de Suez en 1869. Se recibió de ingeniero cuando
el país tenía escasos profesionales de esa carrera.
La tesis de agrimensura con la que se graduó, fue realizada
en 1919 y versaba sobre la mensura de uno de los barrios de la
Capital Federal (UBA. Facultad de Ingeniería. Tesis 248).
Tuvo destacada actuación profesional al frente de las dos
empresas constructoras que fundó: "Gerrico-Harilaos-Frehner"
y "Frehner y Ferrecio", a través de las cuales
construyó infinidad de casas y edificios en Belgrano “R”,
donde residía con su familia. También proyectó
el edificio del Hotel Bristol y la Sociedad Hebraica, entre otros.
En las mejores épocas, su estudio llegó a ejecutar
veinte obras a la vez; y su última ubicación estuvo
en la calle Juan D. Perón (ex Cangallo) 439, de la Ciudad
de Buenos Aires.
Frehner trabajó también junto a la famosa filántropa
Adelia Harilaos de Olmos (1865-1949); para quien realizó
barrios obreros, colegios, iglesias, asilos y hospitales.
Distintas crónicas, relatan que esta benefactora, fue
la figura social y religiosa más importante de nuestro
país del siglo XX. Fue nombrada Marquesa Pontificia Argentina
por ser una figura clave en la concreción del Congreso
Eucarístico realizado en el país en 1934. Había
heredado una cuantiosa fortuna de parte de su esposo Ambrosio
Olmos; dueño de 400 mil hectáreas de tierras y el
mayor propietario de cabezas de ganado del país de aquella
época.
El ingeniero Armando Frehner falleció en 1973 y sus últimos
proyectos lo realizó en 1972. Había nacido en 1890.
Segundo
trazado de Parque Chas: Frehner y Guerrico
Cuando el Doctor Chas se decidió realmente a lotear
y subdividir sus tierras, contrató para la delineación
del nuevo barrio a dos ingenieros que habían cursado
juntos sus estudios en Buenos Aires, y que acababan de graduarse:
Armando Santiago Frehner (1890-1973) y Adolfo Guerrico (1897-1950).
El nuevo trazado combinaba la clara propuesta radio céntrica
con el amanzanamiento ortogonal tradicional.
Indudablemente, un proyecto tan revolucionario en nuestra
conservadora Buenos Aires, generó oposiciones tenaces.
Curiosamente, las más acendradas se produjeron entre
los funcionarios municipales encargados de aprobar el novel
plan de urbanización.
Fue en ese momento cuando Chas contó con un aliado
inesperado: El vecindario que accionó activamente ante
el Intendente municipal, permitiendo la prórroga en
el funcionamiento de los hornos de ladrillos hasta tanto se
terminara con la apertura de calles en el nuevo barrio.
El mayor inconveniente que destacaba el Director del Departamento
de Obras Públicas. Ing. Rebuelto, era la falta de fluidez
del tránsito que se produciría al cruzarse por
calles curvas y angostas. A esto se le intentó solucionar
dando el ancho reglamentario de 17.32m a Andonaegui, a la
vez que trazándola recta.
Finalmente el proyecto fue aprobado en la sesión del
29 de septiembre de 1925, durante la que el Doctor Chas recibió
elogios impensados por parte del Concejal Sr. Zaccagnini,
Presiente de la Comisión de Obras Públicas,
que a continuación se transcriben: "...porque
se demuestra que no todos los capitalistas son ciegos y
sordos a las reclamaciones de la ciudad y de sus propios
intereses (...). merece pues señalarse el caso raro
de un hombre inteligente y progresista (...)Esperemos que
este ejemplo sirva de estímulo a aquellos terratenientes
que (...)tienen cerradas al tráfico y a todo paso
del progreso decenas y decenas de manzanas, considerando
esos terrenos todavía como un feudo(...)el Señor
Chas (...) se presenta como un burgués inteligente..."
¿Quién imaginaría tras esas palabras
los años de lucha de los vecinos por sanear el pantano
de la laguna y por eliminar los contaminantes y molestos
hornos? ¿Cuántos inconvenientes tendrán
todavía que soportar hasta que se vendieran todos
los lotes del precio durante los siguientes 15 años?
¿Cuántos mayores beneficios económicos
recibiría Chas con el mayor aprovechamiento del terreno?
Lo cierto es que - conscientes del provecho que obtendría
Chas - se expusieron en la sesión de tratamiento
del tema, las ventajas que lograría de la ciudad
de aprobarse el plan presentado:
1.estéticas: "... evitará la monotonía
de las calles rectas (...) el aspecto de una calle interrumpida
al desembocar en otra es preferible al que se presenta una
calle si se continuase, porque el frente de los edificios
que cierran su prolongación constituye un fondo más
agradable que la perspectiva de una lejanía (...ejemplo
Arroyo y Cerrito...).Se trata de una nueva distribución
y delineación (...)que hemos aceptado de buen grado,
cansados de las viejas calles rectas, paralelas, interminables,
donde la vista no parece encontrar descanso , y tan en oposición
con todo empeño de embellecimiento urbano".
2. edificación: se fomentaría una rápida
construcción de viviendas porque el costo de veredas
y afirmados se reduciría en 1/3 y todos los edificios
tendrían aire y luz.
3. espacios libres: el propietario donaría a la Comuna
238.000 m2, y con el trazado municipal previsto 80.000 m2.
Menos.
Fuente: Parque Chas. El laberinto
de Buenos Aires. Sonia Berjman.
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