Mascotas porteñas con DNI

En un futuro cercano los vecinos de la Ciudad que posean mascotas deberán emitirles un documento de identidad. Parece que al fin existe la decisión de ocuparse de un tema que necesita de una legislación firme debido a la falta de conciencia de la mayoría de los tenedores de animales domésticos.

Está comprobado que la mayoría no cumple con los requisitos de la Ordenanza Municipal Nº 41831. Su texto indica que es obligación "de los propietarios y paseadores de perros a recoger las deyecciones de los animales, los cuales deben ser conducidos mediante el empleo de rienda y collar, excepto cuando se encontrasen en los lugares exclusivamente autorizados para el uso de animales domésticos. Asimismo estos no pueden permanecer atados a árboles, monumentos públicos, postes de señalización, o mobiliario urbano. La normativa indica también que sus paseadores deben estar inscriptos en el Registro de Paseadores de Perros de la Ciudad de Buenos Aires, y están autorizados a llevar hasta ocho perros simultáneamente".


Los resultados en materia de mascotas aportados por la Encuesta Anual de Hogares realizado en 2003 dicen que:

> 31,4 de cada 100 hogares de la ciudad tienen perros y/o gatos

> En el GCP 8 (Villa Lugano, Villa Soldati) esta proporción se eleva a más de la mitad (56,5%)

> En cambio en el 2N (Recoleta) las viviendas con mascota apenas llegan al 15,8%

> 23,8 de cada 100 hogares tienen uno o más perros como mascota/s

> 11,6 de cada 100 hogares de la ciudad tienen uno o más gatos como mascota/s

> Del total de los que tienen mascotas, casi un 63% tienen perros, casi un 24% gatos y los menos (13,2%) tienen perros y gatos

Es por ello que la Comisión de Ecología de la Legislatura porteña está trabajando en un proyecto de ley para regular la tenencia de perros y gatos en la Ciudad. Los asesores han comenzado a trabajar y debatir sobre el borrador del texto, que toma de base otros proyectos presentados por los legisladores Juan Manuel Velasco- presidente de la Comisión-, Jorge Enríquez, Mario Morando y uno enviado el año pasado por el ex jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra.

El proyecto prevé cómo deberán ser identificados los animales, que tendrán que ser inscriptos en un Registro de Tenedores de animales y contar con la aplicación de un elemento inalterable -una chapita o un tatuaje indoloro-, fácilmente detectable destinado a identificar a los animales domésticos con su dueño.

También existirá la "Tarjeta Sanitaria" donde figuren los datos del animal, la constancia de vacunación y otros tratamientos obligatorios realizados. De aprobarse este proyecto, los dueños estarán obligados a circular en la Ciudad con la documentación de sus mascotas en cada paseo, además de llevarlos con correa y bozal.

La futura normativa incluye otras obligaciones como aprobar los cursos de capacitación sobre tenencia responsable, etología -comportamiento del animal- y preservación del espacio público.

Quien no cumpla con la ley, será pasible de multas que oscilarán entre los 25 a 200 pesos cada vez que los tenedores de mascotas no levantan las deposiciones de los animales del espacio público, llevar los perros sin correa, atarlos donde no corresponda y para los paseadores que no se encuentren anotados en el registro o lleven más de ocho perros. Más fuertes serán los castigos para quienes abandonen animales, no los anoten en el registro o circulen con más de tres perros sin estar inscriptos como paseadores -aún cuando no lo sean-. En todos esos casos las multas van de los 100 a los 1000 pesos

Una vez que la Ley sea aprobada, el órgano responsable de la aplicación de la ley será el Ministerio de Salud porteño, pero el control en la calle lo tendrá la Guardia Urbana.

La realidad dice que en la actualidad hay legislación, pero muy pocos vecinos la cumplen. Basta con recorrer las veredas y las plazas de los distintos barrios para advertir la falta de solidaridad de quienes poseen una mascota. Por lo tanto las responsabilidades del no cumplimiento de las normas son compartidas por quienes deben hacerlas cumplir y por los tenedores que no las cumplen.