ESCRACHE
EN CONGRESO
Delante de tus narices
La ONG La Alameda realizó un nuevo escrache denunciando redes
de prostitución y distribución de drogas prohibidas,
que funcionan zonas cercanas al Departamento Central de Policía,
habilitados como bares, y algunos como estacionamiento. La actividad
se suspendió cuando el propio local de La Alameda fue atacado
por propietarios de talleres clandestinos donde la ONG había
denunciado trabajo esclavo.
El centro comunitario La Alameda y el Movimiento de Trabajadores
Excluidos (MTE) que agrupa a cartoneros, organizaron una caravana
de escraches en la zona de Congreso y una clausura simbólica
de prostíbulos de la zona y lugares donde denunciaron la
venta de drogas prohibidas. Fue el martes 3, como continuidad
del escrache al prostíbulo New Lisa, en Flores, que habían
realizado a comienzos de abril como denuncia a los proxenetas
de la zona.
Los manifestantes, con caretas, bombos y platillos, y convocatoria
de canales de televisión y radios, se reunieron en Rivadavia
y Rodríguez Peña y señalizaron centros donde
denunciaron que se explota y esclaviza a mujeres yniñas
a pocas cuadras del Congreso Nacional. Las bandas de clausura,
además, denunciaban no sólo la complicidad sino
la responsabilidad directa de la Policía, decían:
"Local protegido". Hubo más de cien personas
acompañando la actividad, y pancartas qe lo decían
todo: "No al trabajo esclavo. La policía es la vergúenza
nacional. Basta de explotación y tráfico de mujeres".
"La acción tiene por objeto mostrar que si todo esto
ocurre a escasos metros de la sede central del Departamento Policial,
obviamente toda esta mugre que envenena a nuestros jóvenes
y degrada a las mujeres se multiplica a la velocidad de la luz
por todos los confines de la Ciudad. Es hora de perder el miedo.
Es hora de decir basta", declararon Gustavo Vera, referente
de La Alameda, y Juan Grabois del MTE.
La denuncia
Ambos grupos realizaron una investigación que incluyó
cámaras ocultas, a partir de denuncias de vecinos de Congreso
sobre el problema de los prostíbulos que suele derivar
en situaciones de violencia callejera. Las denuncias además
fueron presentadas ante la Defensoría del Pueblo de la
Ciudad, organismo que ya había realizado denuncia penal
contra New Lisa por explotación sexual de menores, pese
a lo cual el local ha sido reabierto.
El mismo martes, antes de la acción en Congreso, se presentó
la denuncia del tema ante el Juzgado Federal Nº 2, a cargo
de Jorge Ballesteros, contra cinco locales habilitados como bares,
que –explicaron los querellantes- “funcionan en realidad
como prostíbulos encubiertos y lugares de venta de cocaína
y otras sustancias ilegales". Denuncian incluso un estacionamiento
de la zona como presunto lugar de expendio de estupefacientes.
El ataque y el mensaje
Sin embargo, cuando habían pasado escasos minutos de las
19.30 y los escraches continuaban por Congreso, un llamado hizo
que se cambiara el ritmo de la protesta. Gustavo Vera informó
que mientras estaban ahí, la sede del centro comunitario
que está en la esquina de Lacarra y Directorio estaba siendo
atacada. Según un comunicado posterior de Vera, los responsables
habrían sido "un centenar de dueños de talleres
clandestinos, varios de ellos procesados por la justicia que destruyeron
puertas y ventanas e incluso ingresaron al local provocando desmanes
ante la mirada cómplice de la Comisaría 40. Minutos
después se dirigieron al local provisorio de nuestra organización,
en Directorio y Mariano Acosta, pero un llamado oportuno de la
Defensoría del Pueblo impidió que lo destruyeran,
al instar enérgicamente a la comisaría 40 a que
proteja el lugar, no obstante lo cual fue enchastrado con huevos
y bolsas de basura".
Vera agrega que las sedes de La Alameda en Flores están
custodiadas en teoría por el Juzgado Federal a cargo del
juez Oyarbide, ya que desde alli salieron decenas de denuncias
de testigos de identidad protegida contra tratantes, explotadores
y grandes marcas. “Cabe recordar además que a fines
de 2005, la Alameda denunció a la comisaria 40 por cohecho
en relación a los talleres clandestinos, razón por
la cual Oyarbide utiliza la Gendarmeria en sus allanamientos”.
Su opinión sobre el ataque sufrido mientras la organización
realizaba escraches denunciando al proxenetismo y sus relaciones
con ámbitos policiales es clara: “Es un mensaje mafioso.
Nos están diciendo: si siguen jodiendo con esas denuncias,
hoy es el local y mañana será algún compañero”.