INFANCIA Y DISCAPACIDAD
Los chicos con discapacidad no quieren más
violencia en la televisión
No les gusta lo que ven. Sienten que hay mucha violencia. Demasiado
sensacionalismo. Y peor aún: no se ven reflejados. Una
investigación quiso conocer la opinión de los chicos
con discapacidad de Argentina, Brasil y Paraguay sobre los medios
de comunicación y se encontró con un reclamo generalizado:
quieren que les presten más atención. Me gustaría
que la gente se preocupara más por los discapacitados y
que abordaran temas de los niños con problemas, dijo
uno de los chicos consultados.
Los chicos con discapacidad están cansados de la violencia
y los contenidos sensacionalistas en los medios de comunicación.
No sólo eso: también se sienten poco reflejados
en la programación de los medios. Así se desprende
de una investigación realizada por ANDI (Agencia de Noticias
por los Derechos de la Infancia) con chicos y chicas con discapacidad
de Argentina, Brasil y Paraguay, en la que algo queda bien en
claro: si pudieran, interferirían en la definición
de pautas periodísticas para que los medios le presten
más atención a la vida de las personas con discapacidad.
La investigación de ANDI, una red latinoamericana de la
que forma parte el Capítulo Infancia de Periodismo Social,
con sus socios estratégicos UNICEF, Fundación Arcor
y Fundación C&A, buscó conocer la opinión
de los chicos con discapacidad sobre los contenidos transmitidos
por los medios de comunicación, sobre todo la televisión,
y sobre la frecuencia y el modo en que es retratada su realidad,
tanto en las noticias como en los programas de entretenimiento.
La investigación consultó a 67 niños, niñas
y adolescentes con diferentes tipos de discapacidad (intelectual,
visual, auditiva y física y múltiple), la mayoría
de entre 11 y 13 años de edad. En su mayoría, manifestaron
su rechazo a temas como la violencia, la pobreza y los contenidos
sensacionalistas en general, hicieron mención a diferentes
programas comunes de la televisión abierta y por cable
y demostraron que consumen productos de los más diversos
tipos, dirigidos incluso a edades que no son las suyas. Una de
las principales conclusiones del estudio señala que los
chicos con discapacidad se reconocen poco a sí mismos en
la televisión, ya sea porque los productos de información
y entretenimiento los retratan de manera escasa o bien porque
los propios adolescentes no perciben tales alusiones.
Las respuestas de los chicos pusieron en evidencia que no hay
grandes distinciones entre las opiniones de los adolescentes de
los tres países, ya que una gran parte de las atracciones
de los medios de comunicación son retransmitidas en las
tres naciones. A su vez, se encontró gran parecido entre
las opiniones y los gustos de los adolescentes con y sin discapacidad,
al comparar con estudios anteriores realizados por ANDI con públicos
juveniles.
En este sentido, el consultor de la investigación Romeu
Sassaki, quien hace cuatro décadas se dedica al estudio
de cuestiones sobre discapacidad, explicó que los
adolescentes con discapacidad son, antes que nada, adolescentes.
Cuando se les preguntó, a través de grupos focales
y entrevistas individuales, si recordaban haber visto personas
con discapacidad en la pantalla, los jóvenes consultados
lograron rescatar muy pocos ejemplos, la mayoría de personajes
de telenovelas con ceguera, síndrome de Down, o que utilizan
silla de ruedas o muletas.
Los chicos argentinos mencionaron especialmente al personaje Juan,
que compuso Mariano Martínez en la telenovela Son de Fierro.
Al respecto, el actor aseguró: Se muestra muy poco
a los discapacitados y cuando aparecen se los estereotipa mucho.
Lo que pasa es que tenemos muy poca información sobre cómo
viven los chicos con discapacidad y, en general, a la gente no
le interesa saber ni convivir con eso porque le da miedo lo diferente
y que le pase lo mismo, pero hay que entender que no es contagioso.
Nos falta ponernos en el lugar del otro, y eso se ve en las pequeñas
cosas, como dejar el auto estacionado frente a una rampa o subirlo
a la vereda, sin pensar en que le estás complicando el
paso a alguien que se traslada en silla de rueda o camina con
un bastón y se lo lleva puesto.
En cambio, la visibilidad de las personas con discapacidad decrece
notablemente cuando se desplaza el foco del entretenimiento al
periodismo. Los chicos mencionaron unos pocos reportajes, entre
los que merecen ser destacados los que abordaron la violación
de los derechos de las personas con discapacidad. Recordaron apenas
una nota sobre los abusos sufridos por estudiantes con discapacidad
en el transporte escolar y otra sobre una situación similar
en un micro de larga distancia.
La explotación de la situación de las personas con
discapacidad con el objetivo de generar sentimientos de compasión
y lástima, también fue rechazada por los chicos.
Un adolescente porteño contó que habían filmado
a dos personas conocidas por él y que la experiencia le
había parecido una humillación.
Para los niños y niñas que participaron en los grupos
focales, no es común que la televisión muestre a
personas con discapacidad en una posición digna. Más
raro aún es que la televisión retrate a gente con
discapacidad reivindicando sus derechos. Un grupo de jóvenes
puso un ejemplo: Fuimos a una manifestación para
darle un abrazo [simbólico] al Congreso argentino por los
derechos de los discapacitados, empezó uno de ellos.
Otro completó: Como yo estaba con muletas, me sacaron
fotos.
La discusión sobre la pobreza y la explotación,
así como las diversas formas de violencia que afectan a
la infancia, estuvo especialmente presente entre los chicos argentinos.
Una niña porteña expresó: Me gusta
ver los noticieros para ver qué pasa, pero después
me pongo muy triste. Muchos no tienen casa, lucharon, se pelearon
o hicieron algo. Eso me deja un poco triste. A veces me quedo
pensando que hay niños que viven en las calles sufriendo,
porque no tienen monedas.
Los niños y las niñas consultados en Argentina dijeron
sentirse molestos también ante los llamados programas
de chismes. No me gustan esos programas de chismes
porque siempre hay peleas, quién dijo qué,
afirmó uno de los participantes. Y las quejas se extendieron
a las prácticas discriminatorias presentes a menudo en
esos programas: No me gustan porque, a veces, meten a las
mujeres en líos. Quién gana más, quién
gana menos. Qué nota le dan a eso, o a aquello, dijo
otros de los jóvenes.
Con este estudio, realizado con el apoyo de Save the Children
Suecia durante el segundo semestre del 2007, ANDI busca aportar
elementos para la elaboración de políticas públicas
destinadas a garantizar el respeto de los derechos de este sector
de la población, así como comprender mejor los procesos
de elaboración de contenido por parte de los medios de
comunicación en el tema Discapacidad.
Fuente: Periodismo Social