Fecha de Publicación:07/06/06 |
Redacción ParqueChasWeb |
PARQUE CHAS - PATRIMONIO HISTORICO
La familia Boutet de Parque Chas
En su permanente objetivo de rescatar
aquellas historias que forman parte del "inconsciente colectivo"
del barrio, ParqueChasweb entrevistó al vecino Rodolfo Boutet,
descendiente de una de las primeras familias que poblaron el barrio
Parque Chas, dueña de una famosa fábrica de juguetes
de madera (luego Taller textil) que empleó a muchos jóvenes
vecinos.
Por Fernando Belvedere
fbelvedere@parquechasweb.com.ar
Bar "El León"
La familia Boutet vivió inicialmente en
Bauness y La Pampa. Habían llegado desde la zona del Abasto
muy cerca del Mercado, donde el padre de familia conducía
carruajes de su propiedad para transportar a personajes y familias
porteñas, en la época en que Buenos Aires albergaba
en salones cómo, "Chantacuatro" o "Palais
de Glace", a los amantes del tango, y también los utilizaba
para los típicos paseos por Palermo y la Costanera sur.
Además alquilaban un local en la Avenida Triunvirato entre
Olazábal y Blanco Encalada (hoy Galería comercial),
donde Don Antonio -el jefe de familia- desarrollaba su trabajo como
propietario de un restaurante que contaba con algo más de
100 mesas para su atención.
Fue en ese lugar donde Antonio esperó, como amigo que era
de muchos años, a Carlos Gardel para agasajarlo después
de su actuación en el Teatro 25 de Mayo, pero lamentablemente
cuando todo estaba dispuesto, la multitud que colmó la sala
y las afueras del teatro, obligó a que Don Carlos fuese retirado
por la puerta de atrás y llevado hacia otro lugar de la ciudad;
lamentablemente las mesas tendidas no pudieron darle la despedida
al amigo que nunca más volvio a ver.
Rodolfo Boutet con la chapa que identificó
al Bar "El León"
Posteriormente los Boutet deciden comprar (algo mas allá
de la calle Pampa y el zanjón de Ballivián detrás
de las quintas) en el loteo de la firma Luchetti, un terreno en
la hoy calle Liverpool 2939, donde comienzan a construir su propiedad
en el Barrio Parque Chas, siendo de los primeros "colonos"
de estas tierras.
Luego de un tiempo y cuando los hijos del matrimonio de Doña
Luisa y Don Antonio ya comenzaban a tener edad de proyectar sus
trabajos, conjuntamente con uno de ellos Enrique, adquieren un terreno
también en el Parque Chas, ubicado en la esquina de Gándara
y Bauness, y alli construyen un local para iniciar una actividad
comercial, local donde aproximadamente en el año 1941 comenzó
a funcionar el bar con despacho de bebidas "El León".
En 1944 Enrique Boutet contrae matrimonio, y
pasa a compartir con su hermano Alberto, también con muy
poco tiempo de casado, una propiedad contigua al bar que estaba
compuesta por dos dormitorios, baño, cocina, un patio central
y un jardín al frente sobre la calle Bauness. Las dos familias
vivieron allí varios años, hasta que se decide cerrar
el bar, ya que Parque Chas no era un barrio muy poblado y, además,
la arteria más importante de Villa Urquiza (Triunvirato)
ya empezaba a mostrar el esplendor de su vida social.
La fábrica de Juguetes
Cerrado el bar, decidieron continuar la actividad
comercial bajo el rubro juguetería. Para iniciar la fábrica,
compraron una máquina "sin fin" con una mesa de
madera y herramientas. Rodolfo Boutet (hijo de Enrique) señaló
que en la fábrica de juguetes "comenzaron a trabajar
muchos de los jóvenes de Parque Chas". "El hermano
mayor de mi padre -Juan Carlos- estaba al frente de la parte mecánica
del taller, y según me contaba el viejo, que mi tío
Juanca, llegaba por la tarde después de trabajar por la mañana
en otro taller, y les preparaba el trabajo a sus hermanos y a los
talleristas".
Los diseños de los juguetes pertenecían a Juan Carlos,
camioncitos simples y acoplados con rueditas de madera, jueguitos
de dormitorio, casitas en miniatura, mesitas, sillitas y pianitos
con un sonido muy especial, dado los elementos con que se contaba
en la época. En la fábrica que más tarde se
amplió sobre la calle Bauness, llegaron a trabajar más
de 20 personas, en su gran mayoría los muchachos del barrio
que comenzaban con su primer trabajo.
La juguetería Boutet Hermanos no tenía
local de venta al público, destinaba la totalidad de su producción
a la firma Matarazzo (la misma de las pastas), una empresa brasileña
que cubría varios rubros, ubicada en un gran local sobre
la avenida Corrientes, cerca del mercado de las flores. Matarazzo
recibía y luego abastecía a las jugueterías
minoristas de todo el país con los juguetes que producían
los pequeños fabricantes.
A fines de los años 40 la importación
de juguetes de chapa y plástico, produce una caída
importante en las ventas de los realizados en madera . Eran productos
de mejor calidad, fabricados en serie, y en consecuencia comparado
con los artesanales más baratos, por lo tanto no había
manera de competir, lo que dio como resultado que la mayoría
de aquellos talleres tuvieron que bajar sus persianas ya que no
tenían capital para invertir en la nueva tecnología.
Etapa Textil
Rodolfo recuerda que después del cierre
de la fábrica de juguetes, fueron alentados por un fabricante
de máquinas textiles vecino del barrio -el señor Gordiola-
para instalar una fábrica textil especializada en pasamanería
y artículos para cortinados y tapicería. Se hacían
cordones y cintas para cortinados, y además se compraban
accesorios (ganchos, rieles, correderas), y se encargaban de la
instalación.
En esta etapa comienza a trabajar en la fábrica la hermana
mayor de los Boutet -Amanda-, quien era la encargada de confeccionar
los cortinados y cubrecamas, su hermano Juan Carlos se encargaba
del armado de las bandoleras, Enrique de la administración,
y Alberto y Héctor (Tito) del taller y las máquinas.
Además durante este período se instaló un local
de venta al público.
Posteriormente se suman al grupo de trabajo los hijos: Rodolfo de
Enrique, Héctor Luis de Juan Carlos y Julio de Alberto. Se
amplía el grupo y se procede a la compra de maquinaria para
fabricar la cordonería, retorcedoras y forradoras, que hasta
ese entonces se compraba hecha. Más tarde se compró
un taller completo con máquinas galoneras y flequeras, que
se anexó a la fábrica de Parque Chas, al mismo tiempo
allí se construyó la planta alta para ampliar el taller,
y se importaron 3 máquinas desde Barcelona, España,
hasta llegar a formar una gran manufacturera de pasamanería
(galones, flecos, cordones y trencillas) para adornar las prendas
terminadas, y también para aplicar en marroquinería,
sombreros y gorras militares, manualidades, entre otras. Rodolfo
asegura: "por ese entonces éramos una de las tres fábricas
más importantes de ese rubro en el país".
De ser una SRL, se constituye Boutet Hnos. S.A (Establecimiento
11912) y se registra la marca BH; la sociedad ya estaba compuesta
por los cuatro hermanos y tres sobrinos. Allí llegaron a
trabajar 15 personas más tres corredores y 2 tintorerías
industriales que nos complementaban con sus servicios
Rodolfo señala: "entre 1976 y 1980 -época en
que Martínez de Hoz abrió la importación de
insumos, maquinarias y productos terminados- la situación
nos asfixió y no pudimos competir con quienes no tenían
intención de producir, sino solo conformaban una reventa
de productos terminados , con cero costo de producción, personal
y riesgo de trabajo, entonces se dificultaba el producir, dar trabajo
y mantener al personal.
La familia condujo la Textil hasta fines de 1983, año en
que la Sociedad Anónima se vendió a una empresa que
hasta ese entonces era uno de los mayores distribuidores de lo producido
por Boutet Hnos. en la zona del once y del interior del país.
Los nuevos dueños mantuvieron en funcionamiento el taller
algunos años más, hasta que decidieron su cierre definitivo.
La historia se repitió por tercera vez:
el Bar El León cerró por el auge de Avenida Triunvirato,
la fábrica de juguetes de madera debió cerrar por
la importación de juguetes de chapa y plástico más
baratos y fabricados en serie, y la empresa textil Boutet Hnos SA
debió venderse por culpa de la política devastadora
del tristemente célebre Martínez de Hoz, que liquidó
a las pequeñas y medianas empresas con la apertura de la
importación de productos terminados y la obligación
de adquirir insumos importados por el traslado de las plantas productoras
al exterior.
Si bien Parque Chas no fue un barrio fabril,
funcionaron en él algunos talleres familiares como el de
los Boutet. Además de éste, hubo dos fábricas
más, una dedicada a la fabricación de camas metálicas
en la calle Gándara entre Andonaegui y Barzana (hoy estacionamiento),
y otra de guantes en la calle Gándara entre Victorica y la
plaza Dominguito, que todavía conserva el edificio como entonces.
BOUTET HNOS. y el club "EL TREBOL"
Un capítulo aparte de la historia del Parque Chas
Según el relato de Rodolfo Boutet, "en
la fábrica se cobijaron muchísimas actividades del
club que en sus comienzos no tenía sede social". Ella
servió como lugar para reuniones, agasajos a las autoridades
nacionales y municipales que visitaban el barrio y la plaza, y a
las delegaciones de los clubes amigos que venían a competir
a la plaza.
Era el depósito de material deportivo y herramientas para
el mantenimiento de la plaza, vestuario de los campeonatos de Fútbol
y Basket que en ella se realizaban:
en los días de partidos y previo a la hora de los juegos,
se hacía lugar en el taller, corriendo mesas y máquinas,
para que los muchachos puedan cambiarse, y en la cocina de Doña
Martha, se hacían los sandwiches , el café y los jugos
para vender a beneficio del club.
Los amigos del barrio en la fábrica
de los Boutet.
Gentileza Rodolfo Boutet
En días de fecha Patria, se colocaban los parlantes en el
techo de la fábrica y adornos para la fiesta y se llevaba
desde el interior del taller con los chicos con sus camisetas y
uniforme deportivo de "El Trébol," la Enseña
Patria para ser izada en el mástil de la "PLACITA"
con la presencia de las fuerzas vivas del barrio, el comisario de
la 39º, el cura párroco de la Iglesia San Alfonso, los
chicos del colegio Petronila Rodríguez, los Scouts Martín
Rodríguez y todos los vecinos del barrio.
La familia Boutet, los que están y los que ya no, agradecen
a ParqueChasWeb que hizo posible este recuerdo y también
a los amigos que compartieron todo este tiempo con nosotros y que
"La Fábrica" fuera el lugar de reunión,
discusión, amistad, hermandad. "Estamos seguros, más
que seguros y convencidos, que lo haríamos de nuevo!",
dice Rodolfo y, además, está la constitución
del Club EL TREBOL, cuya historia merecerá una nota aparte
junto a tres vecinos que fueron testigos de aquel hecho fundacional,
nos referimos a Héctor Luis Boutet, Orlando Otero y Norberto
Domenech, padre de Adrián, ex jugador y actual técnico
de Argentinos Juniors, y ex marcador lateral de Boca.
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Frente de la Fábrica Boutet Hermanos
en la esquina de Gándara y Bauness. Gentileza Rodolfo Boutet |