¿Desarollo urbano?: Los costos del
boom de la construcción
Los últimos días fueron testigos de tres sucesos vinculados
al desarrollo urbano sin control y sus consecuencias. Los casos
tienen como protagonistas a tres de los barrios donde se concentra
la mayor cantidad de construcciones en la Ciudad de Buenos Aires:
Villa Urquiza, Palermo y Caballito. Los vecinos de allí,
se organizan desde hace años para pelear contra el avance
de las grandes construcciones que afectan el ambiente y producen
tragedias que podrían evitarse.
Marcha por la tragedia del gimnasio
de Villa Urquiza
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Esta semana salió a la luz la noticia del procesamiento
del ingeniero Guillermo Heyaca Varela, quien fuera responsable
de la construcción que provocó el derrumbe de un
gimnasio en Villa Urquiza en agosto de 2010 causando la muerte
de tres personas. Hace 10 días, también, se dio
a conocer que la jueza Karina Cicero dictó una medida pre
cautelar intimando al Gobierno de la Ciudad y a la empresa AYSA
a presentar la documentación perteneciente a las obras
de extensión de cañerías que prefija el decreto
220/07.
Y como si estos dos hechos fueran poco, el 12 de febrero, una
grúa que estaba realizando una exavación en Las
Cañitas cayó sobre 4 edificios causando la destrucción
total y parcial de las viviendas de quienes vivían allí.
Estos acontecimientos ponen sobre el relieve la falta de controles
que el Gobierno de la Ciudad debería realizar a las empresas
constructoras, como a su vez manifiestan la necesidad de analizar
el impacto ambiental de la actividad.
Emergencia sanitaria. En un reportaje de Telam, Gustavo Desplats,
presidente de la ONG Proto Comuna de Caballito, realizó
un interesante recorrido de la historia del boom de la construcción
y sus consecuencias. Básicamente hizo énfasis en
un estudio de 2007 hecho por Aysa sobre la situación de
la red sanitaria de seis barrios. En ese informe se declaró
que se presentaban disminuciones del 60 al 80 por ciento de su
capacidad en algunos tramos de los conductos de provisión
de agua por lo que no estarían en condiciones de soportar
ni siquiera la demanda inmediata. "En el caso de los cloacales
se encontraron pérdidas del orden del 40 por ciento. En
ambos casos contamintando la tierra y las napas de los acuíferos"
declaró Despltas en la nota.
La ONG denunció una eventual emergencia sanitaria en la
Ciudad si siguen otorgándose permisos para la construcción
y no se extienden las obras de red. Por este motivo pidió
una medida cautelar que ordene al Gobierno de la Ciudad y a la
empresa Aysa a prolongar la red, de lo contrario no se concederán
permisos para nuevas construcciones en los barrios de Villa Urquiza,
Villa Pueyrredon, Palermo, Caballito y Coglhan. Es así
que, como se menciona anteriormente, la doctora Cicero dictó
una medida pre cautelar por daño ambiental.
¿De qué hablamos cuando hablamos de construcción?
La construcción indiscriminada conlleva serios problemas
ambientales si no se toman precauciones y se realizan controles
sobre la misma. La gama de inconvenientes es amplia: desde la
falta de espacios verdes que funcionan como depuradores naturales
del aire a la vez que absorben gran parte de la cantidad de lluvia
de Buenos Aires, pasando por el aumento de demanda energética
que implican las grandes torres hasta las excavaciones que son
necesarias para este tipo de construcciones y que pueden afectar
a las napas subterráneas o producir derrumbes. Éstos
son sólo algunos de los tantos daños ambientales
que supone una mala planificación urbana.
¿Qué hay detrás? No hay que pensarlo mucho:
un gran negocio inmobiliario. Negocio que no soluciona la crisis
habitacional de la ciudad pues estas lujosas torres se concentran
principalmente en barrios del norte de Buenos Aires, dejando de
lado al sur de la ciudad donde, como mencionó Desplats
en una entrevista dada a ComAmbiental en agosto, "hay una
falta absoluta de construcción".
Los responsables. En el caso de la grúa, la empresa Obras
y Sistemas SRL alegó que estaba operando con todos los
permisos y licencias pero Clarín informó que los
vecinos habían advertido que la inmensa grúa estaba
torcida desde hacía semanas y aparentemente la excavación
no pudo contenerla. Por su parte, Tiempo Argentino advirtió
que en una rueda de preguntas, el director de la Agencia Gubernamental
de Control, Javier Ibañez no contestó acerca del
control y la normativa respecto de las excavaciones y la actividad
de las grúas.
Comenzaron las obras para la reconstrucción de los daños
más leves que durarán un mes y la reconstrucción
total de la vivienda más afectada. Obras y Sistemas SRL
pidió disculpas. Por el derrumbe del gimnasio en Villa
Urquiza, el ingeniero Heyaca Varela no es el único procesado.
También lo fueron Daniel Menta, dueño de la empresa
constructora y José Pataro, dueño de la excavadora.
En síntesís, un pedido de disculpas y tres procesados
pero ¿es suficiente? ¿Quién controla las
excavaciones? ¿Qué reponsabilidad tiene el Gobierno
de la Ciudad? Queda flotando una idea en los todos los casos:
esto podría haberse evitado.
Fuente: Comunicación Ambiental