BIBLIOTECA
ARGENTINA PARA CIEGOS
Jóvenes que ven futuro
En el barrio porteño de Almagro, en un pasaje escondido
a metros de la Avenida Rivadavia, se ubica la Biblioteca Argentina
para Ciegos (BAC). Allí, desde 1924, muchas personas que
tienen problemas visuales se acercan para llevarse un libro y
encuentran contención y proyectos que fortalecen la vida
de cada uno de esos lectores.
Por Cecilia Marisco
buenosairessos
El Grupo de Jóvenes también es parte y consecuencia
de la BAC y desde el 2005 se fortalece cada día más
al llevar adelante distintas actividades, con el objetivo de sumar
a los jóvenes a la sociedad y romper con el “nosotros
y ellos” que hay entre las personas ciegas y las que ven.
Andrea Grassia tiene hoy veintitrés años pero ya
desde muy chiquita camina los pasillos de la biblioteca; es, además,
una de las que comenzó con el Grupo de Jóvenes.
“Empecé acá teniendo clases de expresión
corporal y me llevaba libros. Venía como usuaria desde
los seis años y después sentí que podía
colaborar con una institución que me aportó y que
aporta a muchas personas ciegas”. Una persona sin problemas
visuales no imagina los miedos que puede tener un joven ciego
para comenzar a moverse solo. Por ejemplo, una caída por
las veredas rotas de la Ciudad, bajarse mal del colectivo o simplemente
chocar con una persona que tiene la vista puesta en su celular.
Andrea cuenta su experiencia y se emociona: “Cuando empezamos
a trabajar en equipo no salía sola. Me llevaban, me traían,
me acompañaban. Y el ver que mis compañeros iban,
venían y se animaban me cambió la vida. Y a los
19 años empecé a moverme de forma autónoma,
de hecho al primer lugar que llegué fue a la biblioteca
y con una emoción terrible. Ahora me cargan en mi casa
porque no estoy nunca”. Eso también es BAC.
El Grupo de Jóvenes nació en el 2005 para participar
en la Feria del Desarrollo Juvenil. Allí presentaron el
proyecto de la revista Braille Joven, que fue seleccionado y consiguió
el subsidio para poder empezar a difundir información independiente,
que fue el motivo que los movilizó a crearla. “Fue
impresionante porque en realidad fue todo una lucha poder alcanzar
esto”, cuenta Andrea con gestos de alegría que acompañan
sus palabras. La revista editada en papel Braille, en la imprenta
de BAC, era distribuida también en audio. Los mismos redactores
leían las notas en el estudio de grabación de libro
parlante (donde se editan libros leídos) con el que cuenta
la biblioteca. Desde el 2008 Braille Joven dejó de ser
editada no sólo por cuestiones económicas, sino
también porque sus integrantes decidieron repensar la forma
para volver a largarla.
La integración de la que habla el Grupo de Jóvenes
no queda en palabras. Se hacen hechos en las actividades que proponen.
Por ejemplo, las visitas guiadas al Museo Participativo de Ciencias
en el Centro Cultural Recoleta y a la casa de Ernesto “Che”
Guevara en Alta Gracia, Córdoba. Un taller de Braille al
aire libre para toda la comunidad en la Ciudad de Buenos Aires.
Viajes a la Isla Martín García y Chapadmalal en
la provincia de Buenos Aires. “Lo que nosotros intentamos
hacer es que sean actividades gratuitas para que nadie tenga que
pagar para sumarse al proyecto”, aclara Andrea.
“El hecho de que nos acerquemos a otros chicos, que abramos
el panorama y que jóvenes de otras provincias puedan saber
de qué se tratan las actividades que encaramos, puede llegar
a generar otros grupitos como éste en otros lados”,
se ilusiona el grupo en la voz de unas de las participantes más
comprometidas.
El financiamiento de esta organización no gubernamental
es genuina: sus socios aportan una cuota y así van cubriendo
distintos gastos. Andrea, que también es vocal dentro de
la comisión directiva que se renueva cada año en
una asamblea general con los socios, cuenta que “muchos
socios son usuarios de la biblioteca y hay otros que son voluntarios
y vienen a poner el cuerpo, por lo cual conocen las necesidades
de BAC”.
Las palabras de Andrea no dejan lugar a la duda. Cada instante
de la vida de este grupo es para ir para adelante y no frenar
nunca, “somos los jóvenes los que podemos encontrar
el motor de lucha ante tanta resignación, sobretodo con
lo que tiene que ver con discapacidad, y tener optimismo”.
Por eso es que tienen sueños, proyectos, objetivos que
miran siempre al frente: “uno de los sueños es que
a las personas ciegas nos vean como personas, más allá
de la dificultad visual y por supuesto seguir logrando el acceso
a la información, a la educación y al trabajo”.
Andrea habla y enseña; da lecciones de vida. Los integrantes
del Grupo para Jóvenes conjunto con el BAC son un ejemplo
de cómo saltar los obstáculos más difíciles
e ineludibles: aquellos que nos deparó la propia vida.
Andrea habla y enseña; sus cuatro sentidos tienen la mirada
firme hacia delante. (Fuente:www.utpba.org)
Fuente: www.buenosairessos.com