UN
SUPERVISOR DE LA OBRA DE EXTENSIÓN DE LA LÍNEA B MURIÓ
APLASTADO POR UNA VOLQUETA
Tragedia bajo tierra
El pasado 8 de noviembre una máquina excavadora aplastó
a un supervisor de la obra de la extensión de la Línea
B de subte. El lamentable hecho ocurrió mientras hablaba
con un capataz. La víctima, de 43 años, se llamaba
Cristian Benincasa. Es el segundo accidente mortal que tiene lugar
durante los trabajos de ampliación de la red
Por Alan Levy
La extensión de las dos estaciones de la Línea B
de subtes ha sido objeto de las más diversas críticas:
su construcción ya lleva siete años y no son pocos
los problemas que hubo en el ínterin. Usuarios y vecinos
han quedado en el medio del fuego cruzado entre autoridades nacionales
y porteñas, que discutieron hasta el cansancio si la obra
corresponde a tal o cual jurisdicción, y la falta de presupuesto
demoró la ejecución de los trabajos. En el medio,
sucedieron dos hechos trágicos: hace dos años un
obrero de la empresa Benito Roggio e Hijos falleció cuando
un martillo neumático cayó sobre su cabeza (ver
recuadro aparte) y el 8 de noviembre último el supervisor
Cristian Benincasa, de 43 años, murió tras ser atropellado
por una volqueta mientras hablaba con un capataz.
Reconstruyendo el hecho
El Barrio se puso en contacto con el medio virtual www.enelsubte.com.
Esta página es el producto del trabajo de un grupo de “usuarios
del subte interesados en la mejora y expansión de la red”.
La misma, que se ha constituido como un medio información
dedicado al subterráneo como medio de transporte y a la
red de subtes de Buenos Aires en particular, está dirigida
por Mario Machain. Con él hablamos y nos ayudó a
reconstruir los hechos, que ocurrieron algo distinto a lo que
se publicó en su web en primera instancia. Nos cuenta que
su relato es la síntesis de la mayoría de los testimonios:
había varios testigos en la zona del hecho.
-¿Cómo fue el accidente?
-El supervisor estaba hablando con uno de los capataces a unos
ochenta metros del lugar de trabajo de la máquina, es decir
del frente de ataque del túnel. La particularidad del vehículo
es que excava y retira escombros, pero trabaja a ciegas. Es por
este motivo que su sirena se enciende tanto cuando avanza como
cuando retrocede y trabaja yendo y viniendo por un sendero específico.
Al lado de este camino hay un sendero peatonal. Aparentemente
la víctima se había interpuesto en el camino destinado
a la máquina. La punta de la volqueta lo volteó
y lo tiró. Al caer, fue atropellado. Le empezaron a gritar
al conductor para que se detenga: en el medio del griterío
y la confusión, el conductor atinó a retroceder
y aplastó a Cristian por segunda vez, anulando toda posibilidad
de una recuperación. Sé que el relato se parece
a una caricatura, pero fue así como sucedió.
-¿Hay algún tipo de investigación en marcha?
-Mire, los familiares se han manifestado a través de nuestra
web solicitando que se esclarezca en hecho. En realidad, estimo
que dicha solicitud debe ser entendida ante la pérdida
de un ser querido. Esto no fue un “Cromañón”,
se trató de un accidente de trabajo. En siete años
hubo dos accidentes mortales. Si consideramos que en 1913 fallecían
cinco personas por día en las obras, debemos concluir que
algo se ha avanzado; es un número totalmente distinto.
Desde el plano analítico, sin duda Machain tiene razón.
De todas formas habría que preguntarse si las medidas de
seguridad -no sólo en este caso sino en todas las obras-
están guiadas por una “filosofía” que
deposita la responsabilidad última en el individuo o si,
en complemento, debiera haber esfuerzos más globales para
reducir riesgos. En definitiva, los amigos y familiares de las
víctimas no reciben consuelo con esta clase de afirmaciones
técnico-estadísticas.
A propósito de esto último intentamos comunicarnos
con la familia, pero al cierre de esta edición no lo habíamos
logrado. Seguramente los ánimos no estaban para hablar
con nosotros, quizás se logre una comunicación en
otro momento. Lo que sí averiguamos es que Benincasa, además,
era profesor de tenis y ejercía la profesión en
el Círculo de la Policía Federal, más precisamente
en la sede Campo Libertador, ubicada en Av. del Libertador 7801.
Si bien no pudimos hablar con sus colegas, algunos alumnos manifestaron
su dolor vía web, reconociendo la capacidad docente del
supervisor fallecido. Así lo recuerda una alumna llamada
Juanita, que sintetiza el cariño que le tenían sus
conocidos y allegados y el carisma y buen humor constitutivo de
Benincasa: “Era bueno, cariñoso, sincero, sencillo;
un ejemplo a seguir. Disfrutaba de la vida como nadie, siempre
sonriendo y llevando alegría a las personas que lo rodeaban.
Tuve la suerte de ser su alumna de tenis, amiga de sus hijos,
compañera de club y chismes; era un amigo de la familia
muy especial. Perdimos realmente a una persona inolvidable”.
El informe de SBASE
El testimonio del director del medio virtual coincide en gran
medida con el informe que nuestro periódico solicitó
al Area de Relaciones Públicas e Institucionales de Subterráneos
de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE). Fue Andrea Rocca
quien nos facilitó la información requerida. El
informe precisa que el hecho se produjo en el pozo de ataque número
2, ubicado en Cullen y Triunvirato. “Estuvo involucrada
una subcontratista de la firma Roggio, cuya firma es CIPSE SRL.
Una volqueta de transporte de tierra atropelló a un supervisor
de esta subcontratista, cuyo nombre es Cristian Benincasa, produciéndole
la muerte instantáneamente”.
Finalmente, SBASE aclara: “Todos los operarios y las maquinarias
de la obra están en regla. Por otra parte, los sistemas
indicadores de seguridad funcionan correctamente. La volqueta
transportaba suelo desde el frente de excavación hasta
el pie del pozo, donde el suelo es izado hacia la superficie en
un recorrido de aproximadamente 80 metros, en un ir y venir continuamente”.
Un antecedente en 2007
Corría 2007, más precisamente el 19 de octubre.
En ese mediodía tuvo lugar un accidente fatal en las obras
que se desarrollaban como parte de la Fase II de la extensión
de la Línea B de subte, que contempla la construcción
de las estaciones Echeverría y Juan Manuel de Rosas. Un
obrero de la empresa Benito Roggio e Hijos S.A., a cargo de la
obra de extensión, murió a raíz de un desprendimiento
en una máquina. Mientras César, de 25 años,
realizaba el proceso de hormigonado de la Estación Echeverría
se desprendió y cayó sobre su cabeza la punta de
un martillo neumático, haciendo que se desplomara inconsciente
en un pozo. Si bien el accionar de sus compañeros fue rápido
y la ambulancia tardó pocos minutos en llegar, César
murió camino al hospital.
Tanto en el caso descrito como en el de Benincasa, encontramos
un punto en común: el silencio por parte de los medios
masivos de comunicación. Es en este punto -entre varios
otros- en el que deberíamos revalorizar la función
periodística y social que cumplen las publicaciones barriales.
Esta última tragedia fue relevada apenas por los sitios
enelsubte.com y parquechasweb.com.ar, la prensa de Proyecto Sur
y, por supuesto, El Barrio. Pareciera ser que el interés
por relevar noticias relacionadas con los medios de transporte
por parte de los grandes medios se reduce únicamente a
los reclamos gremiales, a los paros y a los anuncios de ejecución,
inauguración o financiamiento de una obra. Ahora, de hablar
de las condiciones de trabajo de los trabajadores de transporte,
las medidas de seguridad, la contaminación acústica
y otros problemas, poco y nada. ¿O acaso Clarín,
La Nación y Página 12 siquiera mencionan esta clase
de episodios?