Fecha de Publicación:12/04/07 |
Redacción ParqueChasWeb |
Funciones de la nota
FUNCIONAN
DESDE EL 2003
Hospital Tornú: Presentaron los Talleres
de reflexión y recreación 2007
La reunión informativa con la comunidad se realizó
el 21 de marzo en el pabellón de Consultorios Externos. Se
agregaron nuevos talleres cuya concuerrencia es libre y gratuita.
El programa funciona desde el 2003, y nació con el fin de
acercarle a los vecinos del barrio y de la ciudad, un espacio (talleres)
de bienestar, recreación, compañía, escucha,
comprensión, sosten profesional que les permita trabajar
las dificultades que padecen, permitiéndoles reelaborar conductas
e identificar conflictos y situaciones distorsivas. Estos talleres
fueron promovidos por las Asambleas Barriales, de Parque Chas, Villa
Ortúzar y Agronomía.
El proyecto persigue seguir fortaleciendo las raíces del
programa y solidificando su presencia para lograr un espacio conocido
en si mismo como alternativa de trabajo interdisciplinario para
promover y facilitar los recursos internos que toda persona tiene
para lograr cambios positivos en su vida.
"Cuando los celos te carcomen", es el nombre de
uno de los nuevos talleres de este año. A modo de presentación,
el psicólogo social Luis Buero, quien junto a la Licenciada
Verónica Medvedocky coordinarán este espacio, nos
intruce en este tema.
Los celos en los vínculos cotidianos
Por Luis Buero
Por alguna razón, establecido un vínculo entre dos
personas, se despliega (a veces inconscientemente) una lucha de
poder. En los trabajos, las relaciones de producción generan
roles asimétricos, hay un patrón y un empleado.
En los matrimonios o noviazgos, hay una igualdad de derecho y de
hecho, sin embargo nuestra inseguridad e impulsos egoístas
a veces intentan reproducir, al menos fantasiosamente, la dialéctica
del amo y de esclavo.
Uno de los sentimientos más comunes que provocan que uno
de los dos (o los dos) intente coartar, disminuir o directamente
cancelar la vida fuera de la pareja del otro/a, son
los celos.
Sí, celos. Los celos nacen de un exagerado egocentrismo infantil
que todos podemos padecer en algún momento. Es un intento
de apoderarnos del deseo del otro para que sólo esté
dirigido hacia nosotros mismos. Nuestro sueño es ser el exclusivo
centro de atención de la persona que dice amarnos, repitiendo
de modo imaginario una posición que supuestamente tuvimos
cuando estábamos en los brazos de mamá, allá
lejos y hace tiempo.
Sin embargo esa reivindicación del ser un Todo con alguien
(mamá aquella vez, o la media naranja hoy) es algo imposible
de lograr. Y siempre lo fue. Ya mucho nos dolió, como puñalada
artera en pleno narcisismo, descubrir en aquellos años en
que calzábamos pañales, que mamá tenía
marido, otros hijos, y además alumnos de piano, y hasta una
foto escondida de Humphrey Bogart.
Por eso ahora, cuando la novia o el esposo utiliza una porción
de nuestro tiempo para visitar a su abuela, charlar
con los amigos en un café, jugar al tenis con los sobrinos,
dedicarse a la política, a un hobby cualquiera, o pasa demasiado
tiempo escribiendo en su computadora o paseando el perro, un cercano
malestar nos remite a esa angustia de no ser elegidos como únicos
full time, esa sensación fulera que ya sufrimos antaño.
Ahora bien, ese desaparecer de los círculos a los que íbamos
y de la vida que teníamos siendo solteros, no compone un
caso de privación ilegítima de la libertad. Es simplemente
un auto-secuestro afectivo.
Sí, nuestra debilidad, el querer evitar reclamos, caras largas,
escenas de cuartel, es lo que nos hace cercenarnos y dejar de llamar
o ver a esa gente que solíamos frecuentar. Y así nuestro
mundo se va empequeñeciendo, pues nadie puede darnos todo
lo que necesitamos, y nuestra inserción creativa en la sociedad
queda anulada lentamente mientras nos sentimos morir asfixiado.
Si nuestro rol, en cambio, es del celoso, sufrimos al querer controlarlo
todo inútilmente.
¿Soluciones? El desaparecido en acción debe volver
a la película y no dejarse castrar, cueste lo que cueste.
El celoso/a: Debe entender que puede prescindir de ese objeto de
deseo y seguir viviendo o cambiarlo por otro, y que nadie ni nada
podrá satisfacerlo totalmente. También reflexionar
sobre la altísima dependencia afectiva que tiene hacia el
otro. Y comprender que es común que sospechemos que nos van
a dejar por otro, sin darnos cuenta que, lo que siempre ocurre,
es que nos dejen por nosotros mismos.
|
Ver nómina de los Talleres aquí
Informes: 4551-4311. |