PARQUE CHAS
Historias escritas con tiza
El 11 de setiembre es el Día del Maestro y el 29 del mismo
mes el Día de Parque Chas. En homenaje a esas dos fechas
nos referiremos a la primera escuela fundada en el barrio en 1933,
sobre una manzana donada por Vicente Chas al entonces Consejo
Nacional de Educación. Se trata de la Nº 27 del D.E.
15 Petronila Rodríguez.
Por Eduardo Criscuolo
esquina@periodicoelbarrio.com.ar
En setiembre se destacan unas cuantas efemérides, tales
como el Día del Maestro (11), el Día del Bibliotecario
(13), el Día Mundial de la Paz (tercer martes del mes),
el Día del Estudiante y el Día del Porteño
(21), el Día de las Bibliotecas Populares (23) y el Día
del Barrio Parque Chas (29). Esta última conmemoración
tiene en cuenta que en esa fecha de 1925 el entonces Concejo Deliberante
aprobó los planos de la urbanización de los ingenieros
Frehener y Guerrico, combinación de un amanzanamiento ortogonal
tradicional con uno radiocéntrico. Cabe destacar que hubo
otro trazado anterior y parecido de Julio Dormal.
En coincidencia con el Día del Maestro nuestro periódico
quiere rendir homenaje a esos hombres y mujeres que ponen todos
sus esfuerzos en difundir la educación que, según
Domingo Faustino Sarmiento, es el alma de los pueblos y la más
eficaz herramienta para lograr el progreso de un país.
Al tener presente que el 29 de septiembre es el Día del
Barrio Parque Chas, según lo dispone la Ley 1.969/06 dictada
por la Legislatura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires,
nos referiremos a la primera escuela fundada en el barrio en 1933
sobre una manzana donada por el Dr. Vicente Chas al entonces Consejo
Nacional de Educación. La sede de la escuela (la Nº
27 del Distrito Escolar 15) está ubicada en la calle Andonaegui
1532 y se llama Petronila Rodríguez, nombre
que también lleva la Asociación Cooperadora fundada
en junio de 1954.
El 5 de julio de 1964 la Cooperadora donó a la escuela
la bandera de ceremonias, que el 13 de noviembre de 1972 se izó
por primera vez en el mástil que se halla frente al establecimiento
escolar. La escuela dispone de una biblioteca, fundada en 1988
bajo la advocación de José Manuel Estrada.
Desde el 1 de junio de 1962 cuenta con dos secciones de Jardín
de Infantes en ambos turnos. Posteriormente, en 1970 se transfirió
uno de los cargos del Jardín de Infantes a la Escuela Nº
23 del Distrito Escolar 14. Cabe destacar que el colegio ahora
posee dos salas de nivel inicial, una en el turno matutino de
carácter preescolar y otra en el turno de la tarde como
sala de cuatro años. El establecimiento pasó en
1969 a Jornada Completa y desde 1978 se encuentra bajo la órbita
de la ex Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. Finalmente,
en 1992 pasó a integrar el grupo de Escuelas Piloto que
pusieron en funcionamiento el Plan de Reformulación de
las Jornadas Completas.
Te pasaste Petronila...
Petronila Rodríguez era hija de una familia acaudalada
que contaba con numerosas propiedades en la ciudad de Buenos Aires,
entre ellas uno de los baldíos más grandes existentes
hasta fines del siglo XIX. Estaba ubicado en la calle De las Garantías
(actual Rodríguez Peña), entre Charcas y Paraguay,
en el predio donde se halla el Palacio Pizzurno, sede del Ministerio
de Educación y Cultura. Cuando falleció Petronila
sus deseos no fueron respetados, ya que había dejado testamento
indicando que en ese predio debía construirse una iglesia,
un convento para las hermanas de la Orden de las Siervas de Jesús
Sacramento, un asilo para huérfanos y una escuela con capacidad
para 700 niñas. Además Petronila había dejado
un legado de cien mil pesos que, juntamente con el enorme predio,
quedó bajo la tutela de su albacea, su prima Juana Bosh.
En el momento en que falleció la donante se celebraba
en Buenos Aires el Primer Congreso Pedagógico, de cuyas
ponencias surgió la base de la Ley 1.420 de Educación
Común, que creó el Consejo Nacional de Educación.
Juana Bosh hizo entonces cesión al flamante organismo del
enorme predio donado por Petronila Rodríguez y, por ende,
de la suma de dinero comentada. El presidente del Consejo, Benjamín
Zorrilla, agradeció el legado y finalmente se levantó
la escuela, que pasó a ser el primer edifico escolar de
la ciudad y un verdadero monumento arquitectónico. Contaba
con museo, biblioteca, salones para exámenes, un anfiteatro
y se habilitó en 1888 como Escuela Petronila Rodríguez.
Poco tiempo después fue ocupado transitoriamente por los
tribunales de Justicia Civil, que más tarde pasaron al
edificio del Cabildo y luego al que actualmente ocupa. En esta
ocasión, la escuela pasó a funcionar en un edificio
en las calles Junín y Vicente López, siempre con
el mismo nombre. Posteriormente volvió a desarrollar sus
actividades en su sede original, pero en 1903 desapareció
y el edificio fue ocupado por el Consejo Nacional de Educación.
Recién en 1933 reapareció el nombre de Petronila
Rodríguez en la primera escuela de Parque Chas, como hemos
comentado precedentemente.
Este barrio, ahora el Nº 48 de la Ciudad de Buenos Aires,
tiene ya 82 años de existencia y pocos paralelos en la
urbe porteña; tal vez el Barrio Parque Saavedra y el Barrio
River. Un barrio circular y concéntrico, cuyas primeras
tierras fueron rematadas por Gerónimo Grosso, un prestigioso
agente inmobiliario nacido en Génova en 1877 y que falleció
en Buenos Aires en 1956. Poseía el título de Martillero
Público y fundó la Oficina de Tierras G.G.G..
En sus comienzos vendió tierras en Villa Gavarone (actualmente
Banfield, provincia de Buenos Aires) y hace 80 años inició
el loteo más importante de la firma al subastar -por encargo
de Vicente Chas- las parcelas que contribuyeron a la formación
urbana de Parque Chas.
Como dato curioso, transcribimos un fragmento perteneciente a
un folleto de venta de la firma G. G. Grosso de 1930: Gracias
al subterráneo Lacroze, los que hayan comprado en el barrio
Parque Chas estarán en diez y ocho minutos de las Avenida
Leandro N. Alem y Corrientes y vivirán sobre la tierra
de más inmediato porvenir entre todas las que existen en
venta actualmente en Capital.
Sin comentarios. Sólo agregaremos que en 1930 se inauguró
la que hoy es la línea B y se empezaba a decir
que en breve el subte llegaría hasta Villa Urquiza, promesa
que todavía no se cumplió. Los ingenieros Frehener
y Guerrico jamás pudieron sospechar que el barrio nacido
de sus planos alcanzaría a contar con interminables leyendas
que aparecieron y siguen apareciendo en artículos e historietas
y rondarían permanentemente el murmullo de la ciudad.
BIBLIOGRAFÍA
Cútolo, Vicente Osvaldo. Historia
de los barrios de Buenos Aires. Tomo I. Buenos Aires, Editorial
Elche, 1996.
Página web:
http://www.comunidad.ciudad.comar/argentina/capital federal/esc.27de15/index.htm