A la memoria de Don Roberto Barreiro
Buenos Aires, Argentina /
 
Historia oral

La Agronomía:
El campo en la ciudad

Este taller fue coordinado por la Doctora Sonia Berjman en el año 1988, con la participación de los vecinos Julio Iruzubieta, Juan Pariani y Nilda Pariani. (folleto Nº8, AñoII- Historias de Buenos Aires- Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires).

Para conocer la historia de los barrios antiguos de Buenos Aires recurrimos a la documentación, a los relatos de viajeros, a la fotografía de la época y a la obra de literatos y cronistas.
Los barrios nuevos -aquellos cuya gestación y desenvolvimiento se produjo en el siglo pasado - permiten reconstruir su pasado también por medio de los relatos directos de los protagonistas.

Estas fuentes de primera mano nos posibilitan adentrarnos en sentimientos y vivencias que de otro modo permanecen ocultos o se pierden definitivamente: nos hallamos ante una situación privilegiada que debemos rescatar para valorar adecuadamente un tiempo cercano que nos permitira conformar y reforzar nuestra identidad de porteños.
A todo esto apunta la labor de los Talleres de la Historia Barrial, uno de los cuales funciona en el Barrio de Agronomía desde mediados de 1986.

Enmarcado dentro de la planificación general del Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, nuestro taller se caracteriza por haberse concebido y estructurado por vecinos e instituciones locales. Así, la organización correspondió a la Junta de Estudios Históricos y la sede es la Sociedad de Fomento Agronomía y Biblioteca El Resplandor ( SABER)

Nuestro trabajo se centro en entrevistas y charlas grupales con viejos habitantes de " La Gronomia" - voz popular que permanece a través de las distintas generaciones que hicieron posible nuestro vecindario- las que luego de grabadas, desgrabadas, corregidas, sirvieron para diseñar tres relatos que testimonian visiones coincidentes y a la vez personales del ayer de nuestro pequeño y gran mundo barrial.


NUESTRO BARRIO:

Al que consideramos uno de los barrios mas nuevos, fue en realidad, uno de los primeros suburbios de la Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa Maria de los Buenos Ayres. Es que las tierras que ahora conforman Agronomía pertenecieron en su mayor parte a la antigua Chacra de los Jesuitas

Ubicada a ocho leguas del centro y cuya formación comenzó en el temprano 1614. Pensemos, entonces, que nuestros primeros vecinos fueron los esclavos y arredentarios que trabajaban las quintas que proveían de alimentos frescos a la Orden, y a los clérigos que aquí oficiaban misa en la ya perdida Capilla.
Esa posesión sufrió diversos avatares en los siglos siguientes, y hacia fines del siglo XIX proveyó de terrenos fiscales a cuanta institución oficial hubiera que ubicar. Entre todas ellas sobresale la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires, la que al radicarse en 1904 nos dio identidad.

Otro sector de nuestra Agronomía es el arbitrariamente seccionado a Villa Devoto, y que tradicionalmente formo parte de la campiña bonaerense hasta la delimitación definitiva de la Capital Federal.
Bien entrado el siglo XX, dos urbanizaciones contemporáneas le dieron el aspecto de sitio moderno: Parque Chas y Barrio Rawson nos ubican preferencialmente entre el resto de la ciudad por el pintoresquino de sus trazados.

Actualmente, nuestros limites son: avenidas La Pampa, Salvador Maria del Carril, San Martín, Chorroarin, Donato Alvarez y calle Campana.
Nuestras 400 Ha. Con 230 manzanas delineadas, poco mas de 36000 habitantes y 12.500 viviendas ( Censo 1980), nos muestran como uno de los barrios menos poblados y menos construidos de la Capital.
No deseamos perder estos rasgos porque ellos nos permiten conservar para el futuro uno de los bienes mas preciados de todos los porteños": La gronomia", nombre que antes y ahora identifica al parque universitario abierto a la comunidad.



LOS RELATOS:

Escribe Julio Iruzubieta, para todos Don Manolo:

" En noviembre de 1923 llego a este mundo, y en los primeros meses de 1924 mis padres se afincan en este- mi barrio-. En aquella época era conocido como Villa Ortúzar, luego como Villa Modelo, y actualmente como Barrio Agronomía, nombre que toma la Facultad de Agronomía y Veterinaria ubicada dentro del mismo.

Por relato de mis padres llega a mi conocimiento lo que era este barrio en aquellos años, con sus calles de tierra casi en su totalidad, excepto algunas avenidas como Triunvirato, Tte. Gral. Donato Álvarez, Chorroarin y de los Constituyentes, que ya estaban adoquinadas.
Por la avenida Triunvirato circulaban los tranvías de la Compañía Lacroze, que unían Villa Urquiza con el Centro, Constitución, Palermo, Retiro en sus diversos recorridos, líneas 7, 15 y 90.

Las características físicas eran las propias de los barrios en formación, con sus calles de tierra, sus zanjas y los puentes en las esquinas para cruzarlas, los pasos de adoquines para poder cruzar los días de lluvia y no chapotear en el barro. Los frentes de las casas, casi en su mayoría, eran de alambre tejido sostenido por postes de quebracho y engalanados con enredaderas que crecían enroscadas al alambre, cubriendo con el verde de sus hojas y sus flores multicolores la intimidad de las casas. La puerta estaba compuesta por un bastidor de hierro ángulo que sostenía a un trozo de alambre idéntico al resto, a su vez sostenido por los dos postes centrales. Se cerraba con un pasador de hierro que en su centro tenia un agujero por donde pasaba el candado, que en aquella época significaba máxima seguridad. Las veredas eran de tierra como las calles y tenían un camino o pasadizo hecho con ladrillos de 1 metro de ancho aproximadamente por donde se circulaba para evitar el barro en los días de lluvia.

Este es a groso modo el recuerdo que recibo de mis padres en mis primeros años de vida: todas las casas bajas tipo chorizo, o sea habitaciones corridas edificadas de espaldas al terreno vecino dando a uno de los costados; la pileta en el patio; y al fondo lejos de la casa la letrina.
Estas casas crecían con el casamiento de los hijos o con el arribo de nuevos parientes llegados de Europa, lo mismo que sus dueños, con la esperanza de hacer la América; y dicho crecimiento se daba con la construcción de una o dos piezas mas a continuación de las que habia. Los materiales que usaban podían ser maderas o ladrillos, y para los techos por lo general chapas de zinc galvanizado.
Como será fácil deducir, mis verdaderos recuerdos comienzan entre los años 1928 y 1929.

Por esos años se adoquinan varias arterias, como por ejemplo Llerena y en la década siguiente la Avenida de Los Incas. Con estos cambios se transforma la fisonomía del barrio, tanto en lo que se refiere a medios de transporte como en lo edilicio.
En un principio, todo se transportaba por tracción a sangre, o sea por carros tirados por caballos. Con este tipo de vehículo se efectuaba el traslado, el reparto y hasta la venta, de todo tipo de mercaderías, como la fruta y la verdura cuyo carro era un negocio ambulante que ofrecía su mercadería puerta por puerta; como asi tambien el pan, la leche, el aceite, los sifones, articulos de bazar, canastos de mimbre, sillones del mismo material, plumero, y hules con los que se adornaban las mesas de aquellas épocas

También estaban los vendedores ambulantes quienes, portando una o dos canastas que pendían de un palo al que llevaban cruzado sobre los hombros, ofrecían desde pescado hasta frutas, desde facturas y churros hasta fiambres y quesos. Por ultimo estaban los que vendían pizza, que llevaban sobre su cabeza enormes fuentes que luego apoyaban sobre un caballete que portaban debajo de un brazo. El vendedor de barquillo llevaba su tacho al hombro, la tapa del tacho era una pequeña ruleta y mediante el pago de 5 centavos se tenia derecho a hacer girar la ruleta y así saber la cantidad de barquillos ganados. El vendedor de turrón japonés, los de maníes calientes, los de caramelos pirulin que llevaban los caramelos ensartados en un palo adornado con cintas de colores, el que vendía rosquitas ( hoy pochoclo) y algodón de azúcar, el que pregonaba ofreciendo ricota fresca, lupines, todos ellos voceaban por medio de frases características y hasta risueñas, ya que en su mayoría, estas personas eran extranjeros acriollados y mezclaban su idioma con el nuestro. También estaban los que cargaban sobre sus hombros un bulto enorme hecho con un lienzo y dentro telas de diversos tipos, sabanas, toallas.

Otros, en una bandeja, ofrecían toda clase de artículos de mercería, desde hilos hasta puntillas, jabones de tocador, perfumes, aros, collares, guantes y ropa interior para mujer... todos llevando su mercadería que pregonaban a voz en cuello, cuadra tras cuadra, durante todo el día esto es, a grandes rasgos, una evocación de aquella gente que conocí en mi infancia.

Faltan todavía algunos personajes clásicos de la época, como el cartero a caballo; el vigilante que se movilizaba en la misma forma; el basurero con su carrito lleno de lienzos colgando en el que se separaba y clasificaba la basura para luego comercializarla; los carritos de los hornos de ladrillos que juntaban la bosta en los corralones para mezclarla en el pisadero con el barro y confeccionar los chorizos que era el nombre que se daba al ladrillo crudo o sea antes de hornear. No quiero olvidarme de otros personajes como el heladero que durante el verano, empujando su carrito a mano, recorría las calles, voceando esos helados de crema, chocolate, limón y frutilla, y que ofrecía al precio de cinco y diez centavos. Otro personaje era el vendedor de pavos y corderitos vivos y que iba por la calle arriando sus animalitos para venderlos. Los diarieros llevaban los diarios y revistas sujetos por una correa que les cruzaba el pecho en bandolera, no había ni bicicletas ni triciclos, recorría el barrio a pie con su carga, comunicando las ultimas noticias a la mañana, a la tarde y a la noche. Tengo un especial recuerdo de un diariero gallego que pasaba todas las noches vendiendo la 6, y que cuando comenzó la guerra civil española en 1936, vendió su reparto y se fue a España a pelear a favor de la Republica, decían que murió en el frente cuando logra destruir un gran tanque con una granada de mano, pero a costa de su vida.

Son muchos los recuerdos que se agolpan en mi mente al evocar mi niñez vivida en este barrio, no me alcanzaría ni el doble, ni el triple de las carillas que llevo escritas para volcar mis recuerdos, pero no quiero cerrar esta humilde evocación personal de aquella época sin mencionar a los comerciantes, verdaderos pioneros y puntuales del desarrollo no solo de este sino de todos los barrios porteños. Los almacenes con su gran variedad de mercancías, se asemejaban a los almacenes de campo, ya que ponían a la venta desde lo tradicional, o sea fideos, yerba, azúcar, fiambres, quesos, bebidas, hasta cacerolas, zapatillas y bacinillas ( pelelas), lámparas a querosene, cigarrillos y analgésicos.

Todos, o casi todos los almacenes tenían anexado un despacho de bebidas donde se lucia el famoso estaño: Mostrador de bronce o zinc estaciado y pulido brillante, con su bacha o pileta y la canilla de bronce fundido que imitaba la cabeza y cuello de un cisne; en un extremo la cerveceria donde se tiraba la cerveza de barril que daba vida al famoso, dorado y espumoso " CHOPP" y a su hermano menor el " cívico"; y en el extremo opuesto la maquina de café expreso; frente al mostrador, varias mesas y sillas que ocupaban los parroquianos; una heladera de madera a hielo con 6 u 8 puertas según la importancia del negocio; todo esto formaba el mobiliario del despacho de bebidas, y dejo en ultimo lugar un detalle que era como el corolario de este lugar: Los barriles conteniendo vino, acostados y apilados unos sobre otros, apoyados en un catre formado por dos tirantes, con 4 o mas patas que lo elevaban del suelo, todos con su canilla de madera y su espiche del mismo material.

La misión de esta especie de clavija era que al abrir la canilla y remover el espiche se permitía la entrada del aire en el barril y de esta forma se aceleraba la salida del liquido; hago mencion a este detalle porque una de las travesuras de los pibes era sacar el espiche pensando en ver salir el vino y su asombro al ver que esto no sucedia dado que el agujero estaba por encima del nivel del liquido. Luego de esta excursión por un boliche pasamos a las carnicerías con sus mostradores de mármol, las gancheras ( una sobre el mostrador y otra ubicada sobre la mesa de despostar o descuartizar la res), una heladera también a hielo y en un extremo del mostrador la maquina de picar carne, tarea que se hacia a mano. Alrededor de los años 35 al 40 aparecen en los barrios las primeras heladeras, picadoras y sierras eléctricas. Las puertas y ventanas de estos negocios tenían una característica especial, ya que al no poder ser herméticas para aprovechar la ventilación que contribuia a la conservación del producto, estaban cubiertas por una reja de metal que cuadritos que llevaban en cada una de sus esquinas una margarita de chapa, y estaban forradas por dentro con alambre tejido para evitar la entrada de las moscas.

Las panaderías, con su despacho al frente, tenían al fondo la cuadra con su torno, mesa donde se amasa y arma el pan, y el horno que constituye el alma de este negocio. Recuerdo de mi infancia cuando por la mañana yendo a la escuela, pasábamos frente a la panadería y nos envolvia el delicioso aroma del pan recién horneado: era el que manaba de ese horno que los dias domingo guardaba un poco de su calor para cocinar un pollo con papas, una tira de asado, un troza de lechon o una piernita de cordero, que llevaban los vecinos en fuentes, asaderas o platos enlozados tapados con un repasador.

Así era todo en aquella época no había egoísmo y las ambiciones eran mas humanas. Quedan muchos negocios por evocar, pero seria necesario un libro para incluirlos a todos, y casi me atrevo a decir que algunos de ellos, a través de sus vivencias, serán motivo de ocupar un libro cada uno.
Quiero cerrar esta incompleta evocación de mi niñez haciendo reseña de los juegos que ocupaban nuestros ocios: las bolitas, la pelota, el fútbol, el trompo, la billarda, el balero, el rango, la cahtura. El hoyo pelota, rey y verdugo, yira yira, la zapatilla, el vigiladron, el barrilete etc. entre los varones.

Las nenas partiendo de las muñecas y las figuritas,seguían la mancha, la estatua, la esquinita, el fideo fino, el martín pescador, el saltar la soga, las visitas, la rayuela, etc.
Sin mencionar nombres, voy a poner un punto final a este recuerdo incoherente y mal hilvanado, para que Dios, ese Dios de todos y de ninguno, cobije en su seno sin distinción de razas, religiones, y rangos sociales, a todas las personas, comerciantes, profesionales, artesanos, maestros, empleados, obreros y amas de casa, que lucharon en el anonimato par engrandecer a este - mi querido barrio- y que con su esfuerzo hicieron que disfrutara de una niñez feliz, a todos vivos y ausentes, va mi gratitud y en su recuerdo que me animo a garabatear estas líneas. Gracias.


ENTREVISTA A DON JUAN PARIANI

"Yo nací en Chivilcoy, a principios del siglo pasado y vine por primera vez a este barrio a los 21 años. En 1926 se instala aquí mi hermano Natalio y luego cuando fallece mi padre se muda toda la familia.
Por muchos años este fue un barrio olvidado por las autoridades municipales. Casi todo era un descampado y los basurales eran la nota mas desagradable, con sus proliferos criaderos de ratas. Debemos apuntar a esta como una de las características de estos lugares.
Cerca de la estación de La Paternal había un terreno de mas de dos manzanas donde se volcaba basura de todo tipo, abarcaba el frente de la Avda. Del Campo hasta casi esquina Tronador. En el año 1928 el concejal Penelon apoyado por la gente de esta biblioteca del SABER , presento un pedido para que se hiciera una plaza en ese predio, como correspondía para el vecindario y para los niños del barrio, para que alli tuvieran un lugar de expansión.

Desgraciadamente, después de la década del 30 y en aquellas épocas, paso lo mismo que con el policlínico de Warnes y Chorroarin: se malogro la iniciativa, se desconoció esa gran finalidad y se remato y lo que menos se hizo fue la plaza.
Existía también otro basural a lo largo de los bordes de la Facultad de Agronomía a partir de Warnes y Chorroarin hasta Donato Alvarez.
También había potreros, como el potrero de Etchebarne , donde luego se levantaron esos monumentales edificios que ahí están esperando, quien les dio el destino humano que animo a aquella persona que les propuso hasta casi terminarlos ( se refiere al ex albergue Warnes).

El barrio se inundaba , se hacia intransitable porque había una sola calle adoquinada : Chorroarin desde Avda. San Martín hasta Donato Alvarez . Las demás , Constituyentes y Parque Chas y todo lo que se llamaba Barrio Arata, eran de tierra con cunetas donde el agua se estancaba y permanecía así casi todo el año, con toda clase de sabandijas y malos olores. A cualquiera que venia acá se le deprimía el animo por ese estado que originaban los descuidos y abandonos.
El medio de vida de la gente que forzosamente habitaba estos lugares era como obreros y empleados de la Chacarita, los mas, y de la Municipalidad y del Estado, había también muchos obreros de la construcción y de las fabricas de ladrillos.

En el barrio había dos grandes fabricas de ladrillos: Luchetti hrnos, instalada frente al Hospital Tornu en Donato Alvarez y Chorroarin ; y otra que ocupaba el actual Parque Chas. Ahí trabajaba mucha gente , y la actividad de esos hornos incidía sobre la economía del barrio.
Luego, en cumplimiento de ordenanzas municipales se clausuraron las dos, ya que la zona había adelantado mucho y no había lugar para tener esa clase de fabricas que originaban inconvenientes.
Los días domingos y casi toda la semana , era extraordinaria la concurrencia a toda la zona de socios de clubes de cualquier lugar de la capital y que acá tenían su pequeña canchita marcada para jugar al fútbol como deporte principal y ofrecían un espectáculo muy hermoso.

La gente ya tenia formada una imagen de las festividades que le iba a proporcionar su cuadro favorito en las canchas del Parque Chas , sobretodo. Era hermoso .Eso ha desaparecido.
El progreso - no hay nada que hacer- lo justifica , abre caminos.
En cuanto a los transportes, en aquel entonces existían los tranvías Lacroze denominados " las carretas" . También había otros tranvías : el 94 del Anglo Argentino que pasaba por la estación de La Paternal ( Garmendia y Avda. Del Campo) , el 86 y el 84 que pasaban por la Avda. San Martín. Donde hoy están los monobloques del warnes se llevaban los caballos a bañar y hasta nadaban. En la esquina de Pampa y Victorica , cuando las tormentas apuraban un poco , el agua llegaba al cuello. Podemos entonces imaginar el cuadro que se presentaba una mañana lluviosa de invierno o en una noche fría con barro y agua , para aquellos que iban a trabajar fuera de la zona o en el centro.

Las primeras casas eran casi todas de madera y chapa . Siempre cuando cito este detalle recalco que no debemos confundirnos con una villa miseria porque eran casitas bien arregladitas , con su jardincito y su pequeña huerta, denotando ese espíritu de inquietud creadora con el que se luchaba por la vida pero con mayúsculas : se trataba de formar un hogar, de cuidar los hijos , de educarlos, de conducirse en forma irreprochable, de tener hogares dignos de tomar como ejemplo para educar y encaminar a la familia.

Pero hay algo que merecía un monumento, y esa es la mujer , el ama de casa o las niñas que hacían idéntica tarea, hacían los quehaceres de la casa mientras el esposo trabajaba, y a la vez tenían su otro trabajo como costureras, pantaloneras, chalequeras, trabajando para todas las casas grandes del centro, porque los sueldos eran bajos y todos tenían que aportar los recursos para hacer la casita.
Yo las estoy viendo todavía con el fardo en la cabeza, haciendo esas caminatas para entregar la mercadería.

Bueno, entonces que quede claro el panorama de lo que era la zona : humo, ratas y basura, un gran abismo.... En 1926 se funda la Sociedad de Fomento , y ya estaba en germen la idea que fructifico un domingo de diciembre de 1928 , cuando nos reunimos en la casa de Campillo 2863, cinco amigos, don Francisco Avalos, don Miguel Casalnuovo, don Cristóbal romero, yo y don Emiliano Esteban con el propósito de fundar una Biblioteca Popular, y este ultimo nos dice : " Con el tiempo nosotros vamos a ser un resplandor en el abismo de este barrio " y así le quedo el nombre a la institución : " Sociedad de Fomento Agronomía y Biblioteca el Resplandor en el Abismo" , hasta que en el año 30 los nuevos amos del país sintieron un olfato raro, no les gustaba la denominación , y eliminamos las ultimas palabras y quedo ya para siempre SABER.

Este bautismo del nombre el Resplandor en el Abismo fue como preludio de su obra futura , surgida de un medio tan deprimente como su denominador, y así la conocieron los vecinos que la vieron nacer , recibiendo de todos ellos el calor necesario para cumplir una larga vida , volcando sus aspiraciones sociales y humanas en libertad y democracia. Brotada de sus entrañas , esa inquietud creadora en bien de una comunidad que vivía carenciada de todo, semejante a un verdadero abismo, se convierte en un segundo y feliz hogar para todos.

En aquel lejano 1928 contábamos con la suma de 5 pesos de ese entonces, producto de sumar la cuota social de 1 peso de cada uno de nosotros , ese fue el primer capital de la iniciativa. Ahí se comienza a trabajar , pero de lleno. Solamente voy a decir en homenaje a uno de esos amigos, don Miguel Castelnuovo, que lo estoy viendo cargado de madera al hombro , luego de haber llegado del trabajo , para hacer estantes. Hoy miro todo esto y pienso que quizás haya algún pedazo de esas tablas en algunos de estos anaqueles, donde se colocaron los primeros libros que comenzamos a recibir como
donación del vecindario .

Todos los vecinos colaboraron sin animosidad, ya que por sobre todas las cosas nuestro lema fue amistad y respeto por las instituciones que se formaron en el barrio, sin diferencias por tendencias políticas o filosóficas, credos religiosos u orígenes. Todos estábamos hermanados de una forma que creo que no voy a olvidar mientras viva, por el ejemplo que ha dejado esa conducta.
Bien, entonces , nos dedicamos a juntar libros, todos los que pudimos, nos regalaron muchos, hicimos colectas. Acá hay un libro que todas las veces que vengo le echo una ojeada : Tesoro de la Juventud .Lo compramos con diez libras esterlinas suizas que me dieron como recompensa en mi trabajo. Y ese titulo Tesoro de la Juventud , es lo que mas he idealizado.

La Juventud venia y viene a nuestra Biblioteca con un gran interés por la lectura , aunque sea algo simple de interpretar , pero siempre los jóvenes leyeron aquí con gran avidez....
Bueno, de aquella primera sede de mi casa de Campillo 2863 nos trasladamos a una modesta pieza de Llerena al 3000 propiedad de la familia Gentile , de alli nos fuimos a Bauness y Campillo a la propiedad del señor del Cerro. Tiempo después ocupamos la casa de Llerena al 2500 y después la Biblioteca queda instalada definitivamente en ese lugar, Llerena 2727.

Aquí comienza a organizarse una serie de actividades complementarias como Consultorio Medico, Consultorio Jurídico, Cursos de Corte y Confección, conjunto de teatro y escuela para niños en edad escolar. Realizábamos excursiones , conferencias y conciertos con participación de músicos del Teatro Colon. Tuvimos oportunidad de contar con la presencia del escritor Cesar Tiempo, del historiador Felix Luna , de muchísima gente de la cultura y del arte.
Lo que mas rescato de mi barrio es la presencia y permanencia de los ideales y de la ausencia total de discriminación. Este fue un barrio de gente con criterio amplio , lo que nos ha llenado de satisfacciones a todos. Hemos cumplido , hemos tenido también contratiempos , pero la obra esta acá, y eso pervive, nada ni nadie la podrá destruir".

LA VISION DE LA MUJER:


" Yo me llamo Nilda Elena Parían, pero todavía me dicen Pirucha . Naci el 14 de mayo de 1926 en Chivilcoy y a los once meses llegue aquí a Buenos Aires y desde entonces vivo en la calle Campillo 2863. Una de las cosas que mas recuerdo de mi juventud son los carnavales que se hacían acá en SABER. Eran una belleza . Recuerdo que desde que era muy chica mis hermanas venían a bailar acá , se hacían los trajes largos, empezaban a eso de las 10 de la noche y terminaban a las 5 o 6 de la mañana. Se tiraba cualquier cantidad de papel picado .¡ que disfraces hermosos que había ! Recuerdo que venia mucha gente de Palermo .

Había un grupo de muchachos que venían disfrazados de nenes y se quedaron acá porque se hicieron novios de las chicas y luego se casaron. Las fiestas acá en el SABER fueron hermosísimas. Los carnavales eran para divertirse, pero familiares, todos participaban porque también se hacían conjuntos infantiles. A mi me fascinaban esos bailes de carnaval porque en esa época se bailaba el fox-trot y había una pareja de excelentes bailarines que siempre bailaban el paso del tigre y copaban la pista. Era una exhibición preciosa.
Para esa época yo tendría 17 o 18 años .

Lo que pasa es que mis hermanos mayores - el mayor, Juan , fundador de esta Biblioteca tiene 86 años, me lleva 26 años- me traían acá y yo participaba de todas esas fiestas. Las fiestas no eran solo para carnaval sino por muchos otros motivos . Inclusive acá se hacían campeonatos de pelota - paleta , se hacían asados, comidas que se preparaban acá mismo.
Yo me acuerdo porque como era chica lloraba hasta que mis hermanos mayores me tenían que llevar . ¡ Que época hermosa! A pesar de que se dice que todos los tiempos fueron iguales , para mi esas épocas fueron hermosas y sobretodo porque había mas unión. Me acuerdo que en casa los domingos se reunían los amigos y mama hacia los tallarines, inclusive las fiestas de fin de año las festejábamos con los vecinos tirando cañitas de vereda , y algunos vecinos ponían el tocadiscos o la radio y todos disfrutábamos juntos...

Cuando nosotros vinimos a vivir acá en 1926 , al lado de casa había una cancha de bochas .Era nostálgico y muy lindo, porque había gente italiana y paisanos , y se carneaban los cerdos en el mes de mayo y ¡ la farra que nosotros nos hacíamos comiéndonos los chicharrones directamente de la cocina económica! ¡ Si habremos comido chicharrones Se hacia la torta de chicharrones , los chorizos y hasta el vino, la cerveza. En casa teníamos sótano y mama hacia la cerveza.
Yo tuve una niñez hermosa, junto a otros niños del barrio....jugábamos a la farolera , saltábamos a la soga, y nos entreteníamos con todos esos juegos tradicionales como las figuritas, el arco, el aro, la rayuela, jugábamos mucho con las muñecas , hacíamos obras de teatro, a las estatuas, al don Pirulero... A pesar de haber vivido otra época , yo tuve muchísima libertad ¡ Estoy tan contenta de cómo fue mi niñez acá en mi barrio!.

Primero porque a nosotros no nos compraban muchos juguetes. Yo he deseado un muñeco y bueno...¡ el día que lo tuve fui tan feliz!.Nosotros no teníamos tantas cosas como los chicos tienen ahora, y nos arreglábamos con elementos caseros , armábamos teatros y creábamos nuestros propios juegos. En aquel tiempo había una forma de vida muy especial, en los barrios , cuando todo era compartido, no era el que tenia mucho y el que tenia poco , todo era mas parejo.

Cuando fui un poco mas grande me gustaba mucho salir. En las tardes me cambiaba y me sentaba en la puerta de casa , toda arregladita esperando que pasaran los muchachos que a mi me gustaban , pasaban de lejos y nos mirábamos. Por la diferencia de edad con mis hermanos eran ellos y no mi mama los que me controlaban . Yo les tenia mucho respeto a mis hermanos , pero siempre me hacia alguna escapadita y esperaba a los chicos.

También había otro sentido de la amistad , teníamos amigas pero de verdad, no de un día. Aun hoy todavía conservo, amigas fieles. Yo siempre me veo con un vestidito todo cuadriculado y sentada esperando al muchacho que a mi me gustaba....Las tardecitas eran sagradas.....En cuanto a la ropa, cuando yo era chica, mama me hacia los vestidos que ella quería. Nosotras no teníamos vestidos "pitucos" teníamos vestidos de chicas de barrio. Pero ya cuando fui un poquito mas grandecita una de mis hermanas me compraba todo lo que yo quería. Como era la menor de trece hermanos- ligaba de todos lados- y estaba siempre bien vestida. A mi me gustaba ponerme una pollera con dos camelias naturales, mi hermana iba al centro a comprarme las camelias para que yo las luciera sobre el cinturón.

Cuando era jovencita conversaba con mis amigas de la escuela , de los chicos que nos gustaban, pero sin malicia, del cine, de la radio, de las novelas. No había muchas chicas que estudiaran . Yo empecé el magisterio a los 17 años, cuando todo el mundo se recibe: lo hice en seis años y luego hice dos años mas de Profesorado de Jardín de Infantes, y todo lo que quise estudiar lo estudie porque mis hermanos me apoyaron.... sobre todo mi hermano Juan .
Ah ¡ Que fiestas se hacían! En el club y también en las casas . Recuerdo un casamiento familiar, en el año 1929, que se realizo en casa, donde teníamos un patio que habíamos entoldado para la ocasión , y un largo pasillo cubierto a ambos costados con plantas de todo tipo , hasta frutales. Para las fiestas importantes ,como en esta ocasión, se contrataba a una orquesta . En aquel entonces en nuestro barrio había una a la que se conocía como " La orquesta de Fofino" que era muy famosa.

Nuestros padres se interesaban por las personas con las que iban a casarse sus hijos y existía un gran respeto por conservar los noviazgos , generalmente porque los padres de ambos eran paisanos y formaban familias buenas y trabajadoras . La reunión entre familias y amigos para festejar el casamiento era infaltable. En esas y otras fiestas a los chicos nos preparaban una mesita aparte , y a los chiquitos que no caminaban los sentaban en un cajón de frutas, y no en un cochecito como ahora.
A nosotros la mesa separada nos gustaba muchísimo porque hablábamos de nuestras cosas mientras los grandes hacían lo propio con las suyas.

Yo a mi marido lo conocí en el tren de Buenos Aires a Escobar en el año 1957. El era de Campana y venia a estudiar acá y diariamente nos sentábamos en asientos contiguos y alli empezó el dialogo que nos llevo al Registro Civil. Luego de casados vinimos a vivir a la casa familiar de la calle Campillo y todavía estamos alli, por lo que ya hizo 60 años que vivo en la misma casa.

Mi forma de ser fue muy diferente a la del resto de mis hermanos que me llevaban muchos años, ya que tuve mas libertad y no sentí la rigidez que ellos tuvieron. A pesar de haber pertenecido a un hogar católico, yo me case con un hombre de otra religión sin interesarme en absoluto esas diferencias , y mi familia acepto mi elección , por la amplitud de pensamiento que había en aquellos pioneros de nuestro barrio.
Las mujeres del barrio generalmente se dedicaban a la costura, en las distintas fases del proceso de producción de prendas, y las mas trabajaban para las grandes casas del centro, como Muro y Albion House.

Yo venia al SABER para aprender costura con un lindo grupo dc chicas . La primera profesora fue Mercedes Moure y luego enseño Alice Grandi. Una vez por año exponíamos todos los trabajos realizados y cuando una compañera se caso, entre todas le hicimos el vestido de novia. Aparte de todo tipo de actividades culturales , en el SABER se practicaron casi todos los deportes, y siempre el compañerismo prevalecía por sobre todas las cosas.

Haciendo un resumen de tantos años vividos aquí en "La Gronomia", estoy contenta de haber pertenecido a este barrio donde pase mi niñez, mi adolescencia y mi madurez, con mi familia, mis amigos y vecinos. Este balance me permitío darme cuenta de cuanta importancia tiene el vecindario en la formación de una vida , y ahora que he vuelto a trabajar como bibliotecaria a la Biblioteca Saber veo en los jóvenes aquellas mismas inquietudes y vivencias que teníamos nosotros tantos años atrás".


Foto Gentileza del vecino Víctor Asa




Foto AGN. Parque Agronomía año 1937



2000-2004© Registro de la Propiedad Intelectual Nº Exp. 295108
Todos los derechos reservados-diseño y webmaster: F B