Historia
oral
La Agronomía:
El campo en la ciudad
Este taller fue coordinado por la Doctora
Sonia Berjman en el año 1988, con la participación de
los vecinos Julio Iruzubieta, Juan Pariani y Nilda Pariani. (folleto
Nº8, AñoII- Historias de Buenos Aires- Instituto Histórico
de la Ciudad de Buenos Aires).
Para conocer la historia de los barrios antiguos
de Buenos Aires recurrimos a la documentación, a los relatos
de viajeros, a la fotografía de la época y a la obra
de literatos y cronistas.
Los barrios nuevos -aquellos cuya gestación y desenvolvimiento
se produjo en el siglo pasado - permiten reconstruir su pasado también
por medio de los relatos directos de los protagonistas.
Estas fuentes de primera mano nos posibilitan adentrarnos en sentimientos
y vivencias que de otro modo permanecen ocultos o se pierden definitivamente:
nos hallamos ante una situación privilegiada que debemos
rescatar para valorar adecuadamente un tiempo cercano que nos permitira
conformar y reforzar nuestra identidad de porteños.
A todo esto apunta la labor de los Talleres de la Historia Barrial,
uno de los cuales funciona en el Barrio de Agronomía desde
mediados de 1986.
Enmarcado dentro de la planificación general del Instituto
Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, nuestro taller se
caracteriza por haberse concebido y estructurado por vecinos e instituciones
locales. Así, la organización correspondió
a la Junta de Estudios Históricos y la sede es la Sociedad
de Fomento Agronomía y Biblioteca El Resplandor ( SABER)
Nuestro trabajo se centro en entrevistas y charlas grupales con
viejos habitantes de " La Gronomia" - voz popular que
permanece a través de las distintas generaciones que hicieron
posible nuestro vecindario- las que luego de grabadas, desgrabadas,
corregidas, sirvieron para diseñar tres relatos que testimonian
visiones coincidentes y a la vez personales del ayer de nuestro
pequeño y gran mundo barrial.
NUESTRO BARRIO:
Al que consideramos uno de los barrios mas nuevos,
fue en realidad, uno de los primeros suburbios de la Ciudad de la
Santísima Trinidad y Puerto de Santa Maria de los Buenos
Ayres. Es que las tierras que ahora conforman Agronomía pertenecieron
en su mayor parte a la antigua Chacra de los Jesuitas
Ubicada a ocho leguas del centro y cuya formación comenzó
en el temprano 1614. Pensemos, entonces, que nuestros primeros vecinos
fueron los esclavos y arredentarios que trabajaban las quintas que
proveían de alimentos frescos a la Orden, y a los clérigos
que aquí oficiaban misa en la ya perdida Capilla.
Esa posesión sufrió diversos avatares en los siglos
siguientes, y hacia fines del siglo XIX proveyó de terrenos
fiscales a cuanta institución oficial hubiera que ubicar.
Entre todas ellas sobresale la Facultad de Agronomía y Veterinaria
de la Universidad de Buenos Aires, la que al radicarse en 1904 nos
dio identidad.
Otro sector de nuestra Agronomía es el arbitrariamente seccionado
a Villa Devoto, y que tradicionalmente formo parte de la campiña
bonaerense hasta la delimitación definitiva de la Capital
Federal.
Bien entrado el siglo XX, dos urbanizaciones contemporáneas
le dieron el aspecto de sitio moderno: Parque Chas y Barrio Rawson
nos ubican preferencialmente entre el resto de la ciudad por el
pintoresquino de sus trazados.
Actualmente, nuestros limites son: avenidas La Pampa, Salvador Maria
del Carril, San Martín, Chorroarin, Donato Alvarez y calle
Campana.
Nuestras 400 Ha. Con 230 manzanas delineadas, poco mas de 36000
habitantes y 12.500 viviendas ( Censo 1980), nos muestran como uno
de los barrios menos poblados y menos construidos de la Capital.
No deseamos perder estos rasgos porque ellos nos permiten conservar
para el futuro uno de los bienes mas preciados de todos los porteños":
La gronomia", nombre que antes y ahora identifica al parque
universitario abierto a la comunidad.
LOS RELATOS:
Escribe Julio Iruzubieta, para todos Don Manolo:
" En noviembre de 1923 llego a este mundo,
y en los primeros meses de 1924 mis padres se afincan en este- mi
barrio-. En aquella época era conocido como Villa Ortúzar,
luego como Villa Modelo, y actualmente como Barrio Agronomía,
nombre que toma la Facultad de Agronomía y Veterinaria ubicada
dentro del mismo.
Por relato de mis padres llega a mi conocimiento lo que era este
barrio en aquellos años, con sus calles de tierra casi en
su totalidad, excepto algunas avenidas como Triunvirato, Tte. Gral.
Donato Álvarez, Chorroarin y de los Constituyentes, que ya
estaban adoquinadas.
Por la avenida Triunvirato circulaban los tranvías de la
Compañía Lacroze, que unían Villa Urquiza con
el Centro, Constitución, Palermo, Retiro en sus diversos
recorridos, líneas 7, 15 y 90.
Las características físicas eran las propias de los
barrios en formación, con sus calles de tierra, sus zanjas
y los puentes en las esquinas para cruzarlas, los pasos de adoquines
para poder cruzar los días de lluvia y no chapotear en el
barro. Los frentes de las casas, casi en su mayoría, eran
de alambre tejido sostenido por postes de quebracho y engalanados
con enredaderas que crecían enroscadas al alambre, cubriendo
con el verde de sus hojas y sus flores multicolores la intimidad
de las casas. La puerta estaba compuesta por un bastidor de hierro
ángulo que sostenía a un trozo de alambre idéntico
al resto, a su vez sostenido por los dos postes centrales. Se cerraba
con un pasador de hierro que en su centro tenia un agujero por donde
pasaba el candado, que en aquella época significaba máxima
seguridad. Las veredas eran de tierra como las calles y tenían
un camino o pasadizo hecho con ladrillos de 1 metro de ancho aproximadamente
por donde se circulaba para evitar el barro en los días de
lluvia.
Este es a groso modo el recuerdo que recibo de mis padres en mis
primeros años de vida: todas las casas bajas tipo chorizo,
o sea habitaciones corridas edificadas de espaldas al terreno vecino
dando a uno de los costados; la pileta en el patio; y al fondo lejos
de la casa la letrina.
Estas casas crecían con el casamiento de los hijos o con
el arribo de nuevos parientes llegados de Europa, lo mismo que sus
dueños, con la esperanza de hacer la América; y dicho
crecimiento se daba con la construcción de una o dos piezas
mas a continuación de las que habia. Los materiales que usaban
podían ser maderas o ladrillos, y para los techos por lo
general chapas de zinc galvanizado.
Como será fácil deducir, mis verdaderos recuerdos
comienzan entre los años 1928 y 1929.
Por esos años se adoquinan varias arterias, como por ejemplo
Llerena y en la década siguiente la Avenida de Los Incas.
Con estos cambios se transforma la fisonomía del barrio,
tanto en lo que se refiere a medios de transporte como en lo edilicio.
En un principio, todo se transportaba por tracción a sangre,
o sea por carros tirados por caballos. Con este tipo de vehículo
se efectuaba el traslado, el reparto y hasta la venta, de todo tipo
de mercaderías, como la fruta y la verdura cuyo carro era
un negocio ambulante que ofrecía su mercadería puerta
por puerta; como asi tambien el pan, la leche, el aceite, los sifones,
articulos de bazar, canastos de mimbre, sillones del mismo material,
plumero, y hules con los que se adornaban las mesas de aquellas
épocas
También estaban los vendedores ambulantes quienes, portando
una o dos canastas que pendían de un palo al que llevaban
cruzado sobre los hombros, ofrecían desde pescado hasta frutas,
desde facturas y churros hasta fiambres y quesos. Por ultimo estaban
los que vendían pizza, que llevaban sobre su cabeza enormes
fuentes que luego apoyaban sobre un caballete que portaban debajo
de un brazo. El vendedor de barquillo llevaba su tacho al hombro,
la tapa del tacho era una pequeña ruleta y mediante el pago
de 5 centavos se tenia derecho a hacer girar la ruleta y así
saber la cantidad de barquillos ganados. El vendedor de turrón
japonés, los de maníes calientes, los de caramelos
pirulin que llevaban los caramelos ensartados en un palo adornado
con cintas de colores, el que vendía rosquitas ( hoy pochoclo)
y algodón de azúcar, el que pregonaba ofreciendo ricota
fresca, lupines, todos ellos voceaban por medio de frases características
y hasta risueñas, ya que en su mayoría, estas personas
eran extranjeros acriollados y mezclaban su idioma con el nuestro.
También estaban los que cargaban sobre sus hombros un bulto
enorme hecho con un lienzo y dentro telas de diversos tipos, sabanas,
toallas.
Otros, en una bandeja, ofrecían toda clase de artículos
de mercería, desde hilos hasta puntillas, jabones de tocador,
perfumes, aros, collares, guantes y ropa interior para mujer...
todos llevando su mercadería que pregonaban a voz en cuello,
cuadra tras cuadra, durante todo el día esto es, a grandes
rasgos, una evocación de aquella gente que conocí
en mi infancia.
Faltan todavía algunos personajes clásicos de la época,
como el cartero a caballo; el vigilante que se movilizaba en la
misma forma; el basurero con su carrito lleno de lienzos colgando
en el que se separaba y clasificaba la basura para luego comercializarla;
los carritos de los hornos de ladrillos que juntaban la bosta en
los corralones para mezclarla en el pisadero con el barro y confeccionar
los chorizos que era el nombre que se daba al ladrillo crudo o sea
antes de hornear. No quiero olvidarme de otros personajes como el
heladero que durante el verano, empujando su carrito a mano, recorría
las calles, voceando esos helados de crema, chocolate, limón
y frutilla, y que ofrecía al precio de cinco y diez centavos.
Otro personaje era el vendedor de pavos y corderitos vivos y que
iba por la calle arriando sus animalitos para venderlos. Los diarieros
llevaban los diarios y revistas sujetos por una correa que les cruzaba
el pecho en bandolera, no había ni bicicletas ni triciclos,
recorría el barrio a pie con su carga, comunicando las ultimas
noticias a la mañana, a la tarde y a la noche. Tengo un especial
recuerdo de un diariero gallego que pasaba todas las noches vendiendo
la 6, y que cuando comenzó la guerra civil española
en 1936, vendió su reparto y se fue a España a pelear
a favor de la Republica, decían que murió en el frente
cuando logra destruir un gran tanque con una granada de mano, pero
a costa de su vida.
Son muchos los recuerdos que se agolpan en mi mente al evocar mi
niñez vivida en este barrio, no me alcanzaría ni el
doble, ni el triple de las carillas que llevo escritas para volcar
mis recuerdos, pero no quiero cerrar esta humilde evocación
personal de aquella época sin mencionar a los comerciantes,
verdaderos pioneros y puntuales del desarrollo no solo de este sino
de todos los barrios porteños. Los almacenes con su gran
variedad de mercancías, se asemejaban a los almacenes de
campo, ya que ponían a la venta desde lo tradicional, o sea
fideos, yerba, azúcar, fiambres, quesos, bebidas, hasta cacerolas,
zapatillas y bacinillas ( pelelas), lámparas a querosene,
cigarrillos y analgésicos.
Todos, o casi todos los almacenes tenían anexado un despacho
de bebidas donde se lucia el famoso estaño: Mostrador de
bronce o zinc estaciado y pulido brillante, con su bacha o pileta
y la canilla de bronce fundido que imitaba la cabeza y cuello de
un cisne; en un extremo la cerveceria donde se tiraba la cerveza
de barril que daba vida al famoso, dorado y espumoso " CHOPP"
y a su hermano menor el " cívico"; y en el extremo
opuesto la maquina de café expreso; frente al mostrador,
varias mesas y sillas que ocupaban los parroquianos; una heladera
de madera a hielo con 6 u 8 puertas según la importancia
del negocio; todo esto formaba el mobiliario del despacho de bebidas,
y dejo en ultimo lugar un detalle que era como el corolario de este
lugar: Los barriles conteniendo vino, acostados y apilados unos
sobre otros, apoyados en un catre formado por dos tirantes, con
4 o mas patas que lo elevaban del suelo, todos con su canilla de
madera y su espiche del mismo material.
La misión de esta especie de clavija era que al abrir la
canilla y remover el espiche se permitía la entrada del aire
en el barril y de esta forma se aceleraba la salida del liquido;
hago mencion a este detalle porque una de las travesuras de los
pibes era sacar el espiche pensando en ver salir el vino y su asombro
al ver que esto no sucedia dado que el agujero estaba por encima
del nivel del liquido. Luego de esta excursión por un boliche
pasamos a las carnicerías con sus mostradores de mármol,
las gancheras ( una sobre el mostrador y otra ubicada sobre la mesa
de despostar o descuartizar la res), una heladera también
a hielo y en un extremo del mostrador la maquina de picar carne,
tarea que se hacia a mano. Alrededor de los años 35 al 40
aparecen en los barrios las primeras heladeras, picadoras y sierras
eléctricas. Las puertas y ventanas de estos negocios tenían
una característica especial, ya que al no poder ser herméticas
para aprovechar la ventilación que contribuia a la conservación
del producto, estaban cubiertas por una reja de metal que cuadritos
que llevaban en cada una de sus esquinas una margarita de chapa,
y estaban forradas por dentro con alambre tejido para evitar la
entrada de las moscas.
Las panaderías, con su despacho al frente, tenían
al fondo la cuadra con su torno, mesa donde se amasa y arma el pan,
y el horno que constituye el alma de este negocio. Recuerdo de mi
infancia cuando por la mañana yendo a la escuela, pasábamos
frente a la panadería y nos envolvia el delicioso aroma del
pan recién horneado: era el que manaba de ese horno que los
dias domingo guardaba un poco de su calor para cocinar un pollo
con papas, una tira de asado, un troza de lechon o una piernita
de cordero, que llevaban los vecinos en fuentes, asaderas o platos
enlozados tapados con un repasador.
Así era todo en aquella época no había egoísmo
y las ambiciones eran mas humanas. Quedan muchos negocios por evocar,
pero seria necesario un libro para incluirlos a todos, y casi me
atrevo a decir que algunos de ellos, a través de sus vivencias,
serán motivo de ocupar un libro cada uno.
Quiero cerrar esta incompleta evocación de mi niñez
haciendo reseña de los juegos que ocupaban nuestros ocios:
las bolitas, la pelota, el fútbol, el trompo, la billarda,
el balero, el rango, la cahtura. El hoyo pelota, rey y verdugo,
yira yira, la zapatilla, el vigiladron, el barrilete etc. entre
los varones.
Las nenas partiendo de las muñecas y las figuritas,seguían
la mancha, la estatua, la esquinita, el fideo fino, el martín
pescador, el saltar la soga, las visitas, la rayuela, etc.
Sin mencionar nombres, voy a poner un punto final a este recuerdo
incoherente y mal hilvanado, para que Dios, ese Dios de todos y
de ninguno, cobije en su seno sin distinción de razas, religiones,
y rangos sociales, a todas las personas, comerciantes, profesionales,
artesanos, maestros, empleados, obreros y amas de casa, que lucharon
en el anonimato par engrandecer a este - mi querido barrio- y que
con su esfuerzo hicieron que disfrutara de una niñez feliz,
a todos vivos y ausentes, va mi gratitud y en su recuerdo que me
animo a garabatear estas líneas. Gracias.
ENTREVISTA A DON JUAN PARIANI
"Yo nací en Chivilcoy, a principios
del siglo pasado y vine por primera vez a este barrio a los 21 años.
En 1926 se instala aquí mi hermano Natalio y luego cuando
fallece mi padre se muda toda la familia.
Por muchos años este fue un barrio olvidado por las autoridades
municipales. Casi todo era un descampado y los basurales eran la
nota mas desagradable, con sus proliferos criaderos de ratas. Debemos
apuntar a esta como una de las características de estos lugares.
Cerca de la estación de La Paternal había un terreno
de mas de dos manzanas donde se volcaba basura de todo tipo, abarcaba
el frente de la Avda. Del Campo hasta casi esquina Tronador. En
el año 1928 el concejal Penelon apoyado por la gente de esta
biblioteca del SABER , presento un pedido para que se hiciera una
plaza en ese predio, como correspondía para el vecindario
y para los niños del barrio, para que alli tuvieran un lugar
de expansión.
Desgraciadamente, después de la década del 30 y en
aquellas épocas, paso lo mismo que con el policlínico
de Warnes y Chorroarin: se malogro la iniciativa, se desconoció
esa gran finalidad y se remato y lo que menos se hizo fue la plaza.
Existía también otro basural a lo largo de los bordes
de la Facultad de Agronomía a partir de Warnes y Chorroarin
hasta Donato Alvarez.
También había potreros, como el potrero de Etchebarne
, donde luego se levantaron esos monumentales edificios que ahí
están esperando, quien les dio el destino humano que animo
a aquella persona que les propuso hasta casi terminarlos ( se refiere
al ex albergue Warnes).
El barrio se inundaba , se hacia intransitable porque había
una sola calle adoquinada : Chorroarin desde Avda. San Martín
hasta Donato Alvarez . Las demás , Constituyentes y Parque
Chas y todo lo que se llamaba Barrio Arata, eran de tierra con cunetas
donde el agua se estancaba y permanecía así casi todo
el año, con toda clase de sabandijas y malos olores. A cualquiera
que venia acá se le deprimía el animo por ese estado
que originaban los descuidos y abandonos.
El medio de vida de la gente que forzosamente habitaba estos lugares
era como obreros y empleados de la Chacarita, los mas, y de la Municipalidad
y del Estado, había también muchos obreros de la construcción
y de las fabricas de ladrillos.
En el barrio había dos grandes fabricas de ladrillos: Luchetti
hrnos, instalada frente al Hospital Tornu en Donato Alvarez y Chorroarin
; y otra que ocupaba el actual Parque Chas. Ahí trabajaba
mucha gente , y la actividad de esos hornos incidía sobre
la economía del barrio.
Luego, en cumplimiento de ordenanzas municipales se clausuraron
las dos, ya que la zona había adelantado mucho y no había
lugar para tener esa clase de fabricas que originaban inconvenientes.
Los días domingos y casi toda la semana , era extraordinaria
la concurrencia a toda la zona de socios de clubes de cualquier
lugar de la capital y que acá tenían su pequeña
canchita marcada para jugar al fútbol como deporte principal
y ofrecían un espectáculo muy hermoso.
La gente ya tenia formada una imagen de las festividades que le
iba a proporcionar su cuadro favorito en las canchas del Parque
Chas , sobretodo. Era hermoso .Eso ha desaparecido.
El progreso - no hay nada que hacer- lo justifica , abre caminos.
En cuanto a los transportes, en aquel entonces existían los
tranvías Lacroze denominados " las carretas" .
También había otros tranvías : el 94 del Anglo
Argentino que pasaba por la estación de La Paternal ( Garmendia
y Avda. Del Campo) , el 86 y el 84 que pasaban por la Avda. San
Martín. Donde hoy están los monobloques del warnes
se llevaban los caballos a bañar y hasta nadaban. En la esquina
de Pampa y Victorica , cuando las tormentas apuraban un poco , el
agua llegaba al cuello. Podemos entonces imaginar el cuadro que
se presentaba una mañana lluviosa de invierno o en una noche
fría con barro y agua , para aquellos que iban a trabajar
fuera de la zona o en el centro.
Las primeras casas eran casi todas de madera y chapa . Siempre cuando
cito este detalle recalco que no debemos confundirnos con una villa
miseria porque eran casitas bien arregladitas , con su jardincito
y su pequeña huerta, denotando ese espíritu de inquietud
creadora con el que se luchaba por la vida pero con mayúsculas
: se trataba de formar un hogar, de cuidar los hijos , de educarlos,
de conducirse en forma irreprochable, de tener hogares dignos de
tomar como ejemplo para educar y encaminar a la familia.
Pero hay algo que merecía un monumento, y esa es la mujer
, el ama de casa o las niñas que hacían idéntica
tarea, hacían los quehaceres de la casa mientras el esposo
trabajaba, y a la vez tenían su otro trabajo como costureras,
pantaloneras, chalequeras, trabajando para todas las casas grandes
del centro, porque los sueldos eran bajos y todos tenían
que aportar los recursos para hacer la casita.
Yo las estoy viendo todavía con el fardo en la cabeza, haciendo
esas caminatas para entregar la mercadería.
Bueno, entonces que quede claro el panorama de lo que era la zona
: humo, ratas y basura, un gran abismo.... En 1926 se funda la Sociedad
de Fomento , y ya estaba en germen la idea que fructifico un domingo
de diciembre de 1928 , cuando nos reunimos en la casa de Campillo
2863, cinco amigos, don Francisco Avalos, don Miguel Casalnuovo,
don Cristóbal romero, yo y don Emiliano Esteban con el propósito
de fundar una Biblioteca Popular, y este ultimo nos dice : "
Con el tiempo nosotros vamos a ser un resplandor en el abismo de
este barrio " y así le quedo el nombre a la institución
: " Sociedad de Fomento Agronomía y Biblioteca el Resplandor
en el Abismo" , hasta que en el año 30 los nuevos amos
del país sintieron un olfato raro, no les gustaba la denominación
, y eliminamos las ultimas palabras y quedo ya para siempre SABER.
Este bautismo del nombre el Resplandor en el Abismo fue como preludio
de su obra futura , surgida de un medio tan deprimente como su denominador,
y así la conocieron los vecinos que la vieron nacer , recibiendo
de todos ellos el calor necesario para cumplir una larga vida ,
volcando sus aspiraciones sociales y humanas en libertad y democracia.
Brotada de sus entrañas , esa inquietud creadora en bien
de una comunidad que vivía carenciada de todo, semejante
a un verdadero abismo, se convierte en un segundo y feliz hogar
para todos.
En aquel lejano 1928 contábamos con la suma de 5 pesos de
ese entonces, producto de sumar la cuota social de 1 peso de cada
uno de nosotros , ese fue el primer capital de la iniciativa. Ahí
se comienza a trabajar , pero de lleno. Solamente voy a decir en
homenaje a uno de esos amigos, don Miguel Castelnuovo, que lo estoy
viendo cargado de madera al hombro , luego de haber llegado del
trabajo , para hacer estantes. Hoy miro todo esto y pienso que quizás
haya algún pedazo de esas tablas en algunos de estos anaqueles,
donde se colocaron los primeros libros que comenzamos a recibir
como
donación del vecindario .
Todos los vecinos colaboraron sin animosidad, ya que por sobre todas
las cosas nuestro lema fue amistad y respeto por las instituciones
que se formaron en el barrio, sin diferencias por tendencias políticas
o filosóficas, credos religiosos u orígenes. Todos
estábamos hermanados de una forma que creo que no voy a olvidar
mientras viva, por el ejemplo que ha dejado esa conducta.
Bien, entonces , nos dedicamos a juntar libros, todos los que pudimos,
nos regalaron muchos, hicimos colectas. Acá hay un libro
que todas las veces que vengo le echo una ojeada : Tesoro de la
Juventud .Lo compramos con diez libras esterlinas suizas que me
dieron como recompensa en mi trabajo. Y ese titulo Tesoro de la
Juventud , es lo que mas he idealizado.
La Juventud venia y viene a nuestra Biblioteca con un gran interés
por la lectura , aunque sea algo simple de interpretar , pero siempre
los jóvenes leyeron aquí con gran avidez....
Bueno, de aquella primera sede de mi casa de Campillo 2863 nos trasladamos
a una modesta pieza de Llerena al 3000 propiedad de la familia Gentile
, de alli nos fuimos a Bauness y Campillo a la propiedad del señor
del Cerro. Tiempo después ocupamos la casa de Llerena al
2500 y después la Biblioteca queda instalada definitivamente
en ese lugar, Llerena 2727.
Aquí comienza a organizarse una serie de actividades complementarias
como Consultorio Medico, Consultorio Jurídico, Cursos de
Corte y Confección, conjunto de teatro y escuela para niños
en edad escolar. Realizábamos excursiones , conferencias
y conciertos con participación de músicos del Teatro
Colon. Tuvimos oportunidad de contar con la presencia del escritor
Cesar Tiempo, del historiador Felix Luna , de muchísima gente
de la cultura y del arte.
Lo que mas rescato de mi barrio es la presencia y permanencia de
los ideales y de la ausencia total de discriminación. Este
fue un barrio de gente con criterio amplio , lo que nos ha llenado
de satisfacciones a todos. Hemos cumplido , hemos tenido también
contratiempos , pero la obra esta acá, y eso pervive, nada
ni nadie la podrá destruir".
LA VISION DE LA MUJER:
" Yo me llamo Nilda Elena Parían, pero todavía
me dicen Pirucha . Naci el 14 de mayo de 1926 en Chivilcoy y a los
once meses llegue aquí a Buenos Aires y desde entonces vivo
en la calle Campillo 2863. Una de las cosas que mas recuerdo de
mi juventud son los carnavales que se hacían acá en
SABER. Eran una belleza . Recuerdo que desde que era muy chica mis
hermanas venían a bailar acá , se hacían los
trajes largos, empezaban a eso de las 10 de la noche y terminaban
a las 5 o 6 de la mañana. Se tiraba cualquier cantidad de
papel picado .¡ que disfraces hermosos que había !
Recuerdo que venia mucha gente de Palermo .
Había un grupo de muchachos que venían disfrazados
de nenes y se quedaron acá porque se hicieron novios de las
chicas y luego se casaron. Las fiestas acá en el SABER fueron
hermosísimas. Los carnavales eran para divertirse, pero familiares,
todos participaban porque también se hacían conjuntos
infantiles. A mi me fascinaban esos bailes de carnaval porque en
esa época se bailaba el fox-trot y había una pareja
de excelentes bailarines que siempre bailaban el paso del tigre
y copaban la pista. Era una exhibición preciosa.
Para esa época yo tendría 17 o 18 años .
Lo que pasa es que mis hermanos mayores - el mayor, Juan , fundador
de esta Biblioteca tiene 86 años, me lleva 26 años-
me traían acá y yo participaba de todas esas fiestas.
Las fiestas no eran solo para carnaval sino por muchos otros motivos
. Inclusive acá se hacían campeonatos de pelota -
paleta , se hacían asados, comidas que se preparaban acá
mismo.
Yo me acuerdo porque como era chica lloraba hasta que mis hermanos
mayores me tenían que llevar . ¡ Que época hermosa!
A pesar de que se dice que todos los tiempos fueron iguales , para
mi esas épocas fueron hermosas y sobretodo porque había
mas unión. Me acuerdo que en casa los domingos se reunían
los amigos y mama hacia los tallarines, inclusive las fiestas de
fin de año las festejábamos con los vecinos tirando
cañitas de vereda , y algunos vecinos ponían el tocadiscos
o la radio y todos disfrutábamos juntos...
Cuando nosotros vinimos a vivir acá en 1926 , al lado de
casa había una cancha de bochas .Era nostálgico y
muy lindo, porque había gente italiana y paisanos , y se
carneaban los cerdos en el mes de mayo y ¡ la farra que nosotros
nos hacíamos comiéndonos los chicharrones directamente
de la cocina económica! ¡ Si habremos comido chicharrones
Se hacia la torta de chicharrones , los chorizos y hasta el vino,
la cerveza. En casa teníamos sótano y mama hacia la
cerveza.
Yo tuve una niñez hermosa, junto a otros niños del
barrio....jugábamos a la farolera , saltábamos a la
soga, y nos entreteníamos con todos esos juegos tradicionales
como las figuritas, el arco, el aro, la rayuela, jugábamos
mucho con las muñecas , hacíamos obras de teatro,
a las estatuas, al don Pirulero... A pesar de haber vivido otra
época , yo tuve muchísima libertad ¡ Estoy tan
contenta de cómo fue mi niñez acá en mi barrio!.
Primero porque a nosotros no nos compraban muchos juguetes. Yo he
deseado un muñeco y bueno...¡ el día que lo
tuve fui tan feliz!.Nosotros no teníamos tantas cosas como
los chicos tienen ahora, y nos arreglábamos con elementos
caseros , armábamos teatros y creábamos nuestros propios
juegos. En aquel tiempo había una forma de vida muy especial,
en los barrios , cuando todo era compartido, no era el que tenia
mucho y el que tenia poco , todo era mas parejo.
Cuando fui un poco mas grande me gustaba mucho salir. En las tardes
me cambiaba y me sentaba en la puerta de casa , toda arregladita
esperando que pasaran los muchachos que a mi me gustaban , pasaban
de lejos y nos mirábamos. Por la diferencia de edad con mis
hermanos eran ellos y no mi mama los que me controlaban . Yo les
tenia mucho respeto a mis hermanos , pero siempre me hacia alguna
escapadita y esperaba a los chicos.
También había otro sentido de la amistad , teníamos
amigas pero de verdad, no de un día. Aun hoy todavía
conservo, amigas fieles. Yo siempre me veo con un vestidito todo
cuadriculado y sentada esperando al muchacho que a mi me gustaba....Las
tardecitas eran sagradas.....En cuanto a la ropa, cuando yo era
chica, mama me hacia los vestidos que ella quería. Nosotras
no teníamos vestidos "pitucos" teníamos
vestidos de chicas de barrio. Pero ya cuando fui un poquito mas
grandecita una de mis hermanas me compraba todo lo que yo quería.
Como era la menor de trece hermanos- ligaba de todos lados- y estaba
siempre bien vestida. A mi me gustaba ponerme una pollera con dos
camelias naturales, mi hermana iba al centro a comprarme las camelias
para que yo las luciera sobre el cinturón.
Cuando era jovencita conversaba con mis amigas de la escuela , de
los chicos que nos gustaban, pero sin malicia, del cine, de la radio,
de las novelas. No había muchas chicas que estudiaran . Yo
empecé el magisterio a los 17 años, cuando todo el
mundo se recibe: lo hice en seis años y luego hice dos años
mas de Profesorado de Jardín de Infantes, y todo lo que quise
estudiar lo estudie porque mis hermanos me apoyaron.... sobre todo
mi hermano Juan .
Ah ¡ Que fiestas se hacían! En el club y también
en las casas . Recuerdo un casamiento familiar, en el año
1929, que se realizo en casa, donde teníamos un patio que
habíamos entoldado para la ocasión , y un largo pasillo
cubierto a ambos costados con plantas de todo tipo , hasta frutales.
Para las fiestas importantes ,como en esta ocasión, se contrataba
a una orquesta . En aquel entonces en nuestro barrio había
una a la que se conocía como " La orquesta de Fofino"
que era muy famosa.
Nuestros padres se interesaban por las personas con las que iban
a casarse sus hijos y existía un gran respeto por conservar
los noviazgos , generalmente porque los padres de ambos eran paisanos
y formaban familias buenas y trabajadoras . La reunión entre
familias y amigos para festejar el casamiento era infaltable. En
esas y otras fiestas a los chicos nos preparaban una mesita aparte
, y a los chiquitos que no caminaban los sentaban en un cajón
de frutas, y no en un cochecito como ahora.
A nosotros la mesa separada nos gustaba muchísimo porque
hablábamos de nuestras cosas mientras los grandes hacían
lo propio con las suyas.
Yo a mi marido lo conocí en el tren de Buenos Aires a Escobar
en el año 1957. El era de Campana y venia a estudiar acá
y diariamente nos sentábamos en asientos contiguos y alli
empezó el dialogo que nos llevo al Registro Civil. Luego
de casados vinimos a vivir a la casa familiar de la calle Campillo
y todavía estamos alli, por lo que ya hizo 60 años
que vivo en la misma casa.
Mi forma de ser fue muy diferente a la del resto de mis hermanos
que me llevaban muchos años, ya que tuve mas libertad y no
sentí la rigidez que ellos tuvieron. A pesar de haber pertenecido
a un hogar católico, yo me case con un hombre de otra religión
sin interesarme en absoluto esas diferencias , y mi familia acepto
mi elección , por la amplitud de pensamiento que había
en aquellos pioneros de nuestro barrio.
Las mujeres del barrio generalmente se dedicaban a la costura, en
las distintas fases del proceso de producción de prendas,
y las mas trabajaban para las grandes casas del centro, como Muro
y Albion House.
Yo venia al SABER para aprender costura con un lindo grupo dc chicas
. La primera profesora fue Mercedes Moure y luego enseño
Alice Grandi. Una vez por año exponíamos todos los
trabajos realizados y cuando una compañera se caso, entre
todas le hicimos el vestido de novia. Aparte de todo tipo de actividades
culturales , en el SABER se practicaron casi todos los deportes,
y siempre el compañerismo prevalecía por sobre todas
las cosas.
Haciendo un resumen de tantos años vividos aquí en
"La Gronomia", estoy contenta de haber pertenecido a este
barrio donde pase mi niñez, mi adolescencia y mi madurez,
con mi familia, mis amigos y vecinos. Este balance me permitío
darme cuenta de cuanta importancia tiene el vecindario en la formación
de una vida , y ahora que he vuelto a trabajar como bibliotecaria
a la Biblioteca Saber veo en los jóvenes aquellas mismas
inquietudes y vivencias que teníamos nosotros tantos años
atrás".
|
Foto Gentileza del vecino Víctor Asa
Foto AGN. Parque Agronomía año 1937
|