Ni el tiro del final
El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, anunció el 14 de mayo la firma de un decreto de necesidad y urgencia «para la protección de la libertad de prensa y expresión» en la Ciudad de Buenos Aires. Lo que el jefe de Gobierno propone es que las leyes nacionales no sean cumplidas por la Ciudad, creándole un cerco de impunidad a una corporación.
Por Nora Anchart*
Cuando Mauricio Macri quiere hablar de libertades, no puede hacer otra cosa que cometer errores, y los comete en nombre de la protección a la libertad, a los trabajadores y al pensamiento, tres categorías muy poco transitadas por el actual «alcalde». Tan poco transitadas que las «defiende» con metodologías excepcionales -un decreto de necesidad y urgencia- violando la Constitución de la Ciudad – prohíbe el ejercicio de atribuciones legislativas al Jefe de Gobierno – y con texto que avanza en materia represiva cuando la constitución local y la Nacional prohíben expresamente la aprobación de los Decretos de necesidad y urgencia con contenido procesal penal.
Todo el peso de su connivencia con las empresas y no con los laburantes queda explícita ya que el texto marca que los procesos y las sanciones van a recaer principalmente sobre los trabajadores que reclamen por sus derechos laborales y personas que critiquen abiertamente a los medios monopólicos en el contexto de la implementación de la Ley de Medios, llegando a la amenaza con arresto la protesta social y la libre expresión.
Lamentable acercamiento a una discusión que no dio en su momento. Lamentable, pero nada sorpresivo. Más de lo mismo. Un juego que sólo se podrá cambiar con el pleno ejercicio de los tres poderes en la ciudad, si es que los porteños sabemos de una vez, qué elegir, que votar.
*Periodista
Foto: agepeba.org