Las aguas bajan turbias, para las personas mayores, en la Argentina
Nota de opinión que describe la situación del sistema de la seguridad social de nuestro país. “Es imprescindible que la temática del envejecimiento en la Argentina, no aparezca únicamente relacionada, con las dádivas que quieren entregar la gran mayoría de los políticos y sectores concentrados del quehacer empresarial, ocultando, sin efectivizarlo del todo, la perspectiva edadista y patriarcal que sustentan”, dice el autor.
Por Roberto Orden*
Adjunto dos links correspondientes a otras tantas noticias del día sábado 22 de junio del Diario Perfil, de Argentina, obrantes en sus ediciones escrita y digital.
En la primera, sin dar demasiadas vueltas, se menciona un nuevo recorte en las prestaciones del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (conocido como PAMI), vehiculizado a través de una merma, en la provisión de medicamentos gratuitos para sus afiliados/as.
Dicha restricción, se suma a una enorme cantidad de problemas que viene teniendo la población bajo cobertura de dicha Obra Social, que es la más importante de la Argentina, para Jubilados y Pensionados del régimen contributivo. Entre otras: demoras prolongadas en los turnos de las especialidades médicas, falta de médicos de atención primaria, estrategias de cuidados de larga duración de baja calidad y con cobertura escasa, falta de trabajo coordinado y en equipo, mala articulación entre los diferentes niveles de atención, ausencia de actualización en los menúes prestacionales, desmonte progresivo de las prestaciones sociales, falta de aplicación de las nuevas tecnologías para, entre otras prioridades, establecer cartografías sociosanitarias imprescindibles a fin de prevenir y contener el crecimiento exponencial de los cuadros de fragilidad y dependencia domiciliarios, entre muchas otras dificultades, no asumidas como problemas por las Autoridades.
Sobre el final de la nota el autor de la misma, señala que la posible razón del recorte de medicamentos podría tener directa relación, con los beneficios que esta medida reporta para los Laboratorios de Productos Medicinales, dado que, para las arcas de estas empresas, les resultaría más redituable el hecho de no tener que negociar con la intermediación del PAMI, los valores de aquellos medicamentos, que fueron excluidos de la gratuidad, para las personas con dicha afiliación.
En la otra nota de la edición señalada, distintas personas acreditadas en temas económicos, demográficos y gerontológicos, adelantan sus opiniones, con motivo de las consecuencias observadas y por observarse entre los grupos poblacionales afectados por el ajuste económico, vivido en los últimos meses, incluyendo también a las personas mayores.
Dichos expertos, argumentan que al interior de dicho colectivo, el incremento de la pobreza y de la indigencia, junto con las dificultades registradas para el acceso a los servicios de salud y a una buena alimentación, determinan a lo largo del tiempo el aumento de las tasas de enfermedades, y la ubicación de los registro y mediciones de las expectativas de vida, por debajo de los promedios internacionales.
Entiendo que ambas situaciones tienen una mutua determinación, las que ameritan la interposición por parte de un conjunto organizado y diverso de actores sociales con distintas procedencias (poblacionales, de género, sindicales, académicos, religiosos, entre otros), a fin de manifestar, en clave de ciudadanía democrática, su disidencia, con dicho estado de cosas.
Es imprescindible que la temática del envejecimiento en la Argentina, no aparezca únicamente relacionada, con las dádivas que quieren entregar la gran mayoría de los políticos y sectores concentrados del quehacer empresarial, ocultando, sin efectivizarlo del todo, la perspectiva edadista y patriarcal que sustentan.
Es hora de rediscutir, en tiempo real y con sentido ético humanista, el amplio sistema de la seguridad social de nuestro país, en todas sus interfases (Educación, Salud, Trabajo, Previsión Social) dentro de una mirada estratégica del desarrollo integral de su población.
Para finalizar, cabe recordar que las personas, no somos meros recursos humanos, definidos con criterios numeral contables, resultando necesario, el resguardo de los valores de la libertad, la vida y la propiedad, pero también de su integridad y dignidad como seres humanos…
*Psicólogo y Magister en Gerontología Social/Jubilado autopercibido como Geroactivista