La cultura no se clausura
En la última sesión de la Legislatura porteña se aprobó por 50 votos a favor, la ley que regulará el funcionamiento de los centros culturales de la Ciudad. La iniciativa había elaborada por el interbloque del Frente para la Victoria de la Comisión de Cultura y un colectivo de artistas tras las clausuras masivas efectuadas por la Agencia Gubernamental de Control del PRO a esos espacios.
En su cuenta de Facebook, la legisladora Lorena Pokoik expresó que “hoy celebramos la sanción definitiva de la Ley que regula los espacios culturales autogestivos de nuestra Ciudad. Desde el Frente para la Victoria queremos compartir la alegría de haber contribuido con esta iniciativa, a poner fin a un proceso de clausuras para comenzar una nueva etapa de reconocimiento y habilitación de los centros culturales. Esta Ley que se construyó de manera participativa a partir de debates, foros y diferentes espacios de dialogo y consensos en los cuales tuvieron un rol central los representantes de los espacios culturales, es un gran aporte al proceso de democratización de la cultura. Estamos convencidos que la cultura la hacemos entre todos y que los espacios de participación popular que nutren la democracia, jamás deben clausurarse sino que por el contrario deben promoverse con políticas activas por parte del Estado. Gracias Construyendo Cultura, MECA y Cultura Unida por haber resistido a las clausuras y haber sido parte central de cada eslabón de esta Ley. Gracias a toda la militancia del Frente para la Victoria CABA por continuar cada día construyendo más democracia y más ampliación de derechos! Hoy es un día para festejar”
La norma define como Centro Cultural “el espacio no convencional y/o experimental y/o multifuncional en el que se realicen manifestaciones artísticas de cualquier tipología, que signifiquen espectáculos, funciones, festivales, bailes, exposiciones, instalaciones y/o muestras con participación directa o tácita de los intérpretes y/o asistentes”.
Los Centros Culturales serán clasificados en cuatro categorías según la capacidad de asistentes y cada uno tendrá su propia forma de evacuación o egreso.
Así los centros de “Clase A” podrán albergar hasta 150 personas y la superficie no podrá ser mayor a 300 metros cuadrados; los de “Clase B” desde 151 personas a 300 y la superficie de piso no mayor a 500 metros cuadrados.
En tanto en los de “Clase C” podrán entrar desde 301 personas hasta 500 y una superficie no mayor a 1.000 metros cuadrados y los de “Clase D” admitirán desde 501 personas y la superficie mayor a 1.000 metros cuadrados.
“A partir de la sanción de esta ley, los centros culturales porteños que no pertenecen al circuito oficial pueden inscribirse en el registro de usos culturales y obtener la habilitación para salir de la clandestinidad a la que estaban condenados por la regulación vigente”, destacó el legislador Pablo Ferreyra (Seamos Libres) y consideró que “ahora, el principal desafío que tenemos por delante es lograr que el ejecutivo porteño la implemente en su totalidad.Hoy es un día para celebrar estas modificaciones que eran absolutamente necesarias sobre todo para los centros culturales más pequeños. Esta ley es una verdadera reivindicación de la cultura popular y un mayor apoyo y equidad”, sostuvo.
El poeta santiagueño Bebe Ponti también escribió en su perfil de Facebook: “Una muy buena noticia para todos los espacios culturales y de artes combinadas que pueblan la ciudad. La legislatura sancionó la ley de Centros Culturales. Los artistas, los creadores de espacios multidisciplinarios, tendrán ahora una ley que los proteja para seguir llevando a cabo sus ofertas culturales y de diversión social como peñas, milongas, ciclos de poesía y otros malabarismos del alma”.
Desde el Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos (MECA), uno de los impulsores de la Ley, expresaron: “Se acaba de aprobar la segunda parte de la Ley de Centros Culturales. Hoy culminamos un camino muy largo pero que no termina, hoy hicimos historia”
En los últimos años el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires clausuró distintos centros culturales como El Café de los Patriotas, La Casa de Teresa, Vuela el Pez, La Víctor Jara y Rosa Luxemburgo, para nombrar algunos que componen una larga lista.
Al proyecto original aprobado hoy por la Legislatura porteña se le introdujeron categorizaciones en relación al impacto ambiental que permite a los centros culturales más chicos, que son los más vulnerables y en general los que funcionan de forma autogestiva, evitarse trámites engorrosos y onerosos correspondientes a estudios de impacto ambiental. Los centros culturales medianos deberán realizar un estudio de impacto ambiental para definir su categoría y los más grandes estarán categorizados ‘con relevante efecto’ y deberán ajustarse a las regulaciones que esto requiere.