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“Fuiste mía un verano” logró la síntesis de las historias personales de mucha gente


 

 

ParqueChasWeb conversó con Vico Berti, vecino de Parque Chas y compositor, junto a Leonardo Favio, de aquel gran suceso musical de 1968; convertido en récord mundial por ser el disco de vinilo más vendido en un corto tiempo: Un millón de placas en 6 meses.

 

Por Fernando Belvedere

 

El año pasado se cumplieron 45 años del estreno de “Fuiste mía un verano”, el emblema discográfico de Leonardo Favio. El simple fue un éxito instantáneo; ostenta hasta hoy el récord en Argentina de venta de unidades de un mismo disco, con un millón y medio de placas; y para aquella época contaba con el récord mundial del disco más vendido en tan corto lapso. Junto a su amigo Vico Berti, compusieron ese gran éxito además de “Anny”, “Me siento libre”, “Quiero la libertad”, entre otras.

 

Los dos se habían conocido de forma casual a través de un amigo en común. Gracias a ese encuentro Favio encuentra en Berti al compositor que necesitaba para musicalizar “El Dependiente”, considerado el mejor film argentino de todos los tiempos.

 

Dotado de una gran oratoria, la charla con Vico Berti –de elegante sombrero Panamá – se desarrolló en el bar de Avenida Triunvirato y De los Incas. Es vecino de Parque Chas desde 1952. Por un momento el calor deja de ser el tema obligado. Comenzamos hablando del barrio, “fue la usina donde compuse mis primeras canciones y el lugar donde nacieron mis primeros sueños”, dice Berti.  Luego vinieron las preguntas sobre su amistad y sus trabajos con Leonardo Favio, principalmente en la etapa de cantante.

 

Retrato de Vico Berti por Daniel Santoro

 

Su biografía señala que es compositor, cineasta, dramaturgo, escritor y artista plástico. Por el disco “Canciones para hacer pensar a los chicos”, Vico Berti tuvo que exiliarse en Italia. Su álbum dedicado a los poetas latinoamericanos; César Vallejo, José Martí, Manuel Picón, Rubén Darío, Nicolás Guillén y Raúl González Tuñón; “Nuevo canzoniere latinoamericano” integra el Museo dellÁudiovisivo (Italia). En el 2009 publicó “La Universal Melancolía de los Domingos por las tardes“, es la historia de un hombre apasionado transitando hacia la utopía. Actualmente está preparando una obra musical llamada “Sincofonía-Jazz del tiempo nuevo” que se estrenará este año.

 

 

A continuación, reproducimos la conversación que este explorador multifacético y filósofo intuicionista -como a Berti le gusta definirse – mantuvo con ParqueChasWeb.

 

 

 

Vico, ¿qué brújula te trajo hasta Parque Chas?

 

– Bueno, yo nací en Italia y a los 7 años vine a la Argentina y desde 1952 vivo en Parque Chas. Mi identidad está aquí, en este barrio. Yo creo que hay un destino, que de chico no podía descifrar y de grande me di cuenta que había nacido en un lugar distinto. Leyendo a Borges, un apasionado de los lugares herméticos, me hizo reconocer en este barrio circular un lugar magnético y mágico. Yo vivo sobre Avenida de los Incas pero siempre necesito meterme en las entrañas de Parque Chas, es algo que no puedo evitar. Primero viví en el pasaje Las Indias y esas caminatas de chico para llegar hasta Triunvirato era una hermosa travesía.
Mis primeros temas -cuando tenía 14 años- los compuse caminando este barrio. Aquí están también mis primeros sueños. La síntesis de mi trabajo está acá, la usina es Parque Chas.
En mi trabajo literario llamado “El discípulo y el maestro”, cada uno de los tomos comienzan en el barrio. Allí digo que Borges se perdió doblando una esquina.

 

–  ¿Cómo fue tu encuentro con Leonardo Favio?

– Yo conocía a Francesco Negrini que dirigía una revista de arte llamada Lyra que publicaba noticias sobre el Teatro Colón. Una noche calurosa de enero del ’67 me invita a cenar a su casa, dónde también estaba invitado un coreógrafo ruso que iba estrenar un ballet en nuestro mayor teatro lírico. Allí nació la noche del destino. Fue en la esquina de Viamonte y Montevideo.  Cuando finalizó la cena, nos quedamos charlando un rato en la vereda y de pronto viene caminando alguien a quien yo no conocía. Francesco, lo saluda y me presenta como un joven compositor. El destino, la casualidad quiso que esta persona en ese momento estuviera necesitando alguien para musicalizar su próxima película. Me dejó su teléfono, y así comenzó nuestra amistad. El personaje en cuestión era nada más ni nada menos que Leonardo Favio, y la película que necesitaba la banda de sonido era “El dependiente”. Yo tenía 20 años y el me llevaba 9.

 

–  Sabemos que fuiste co-autor de ese gran fenómeno musical que fue “Fuiste mía un verano” ¿Cómo fue el recorrido de esa canción que batió records de ventas?

–   Mirá, uno compone varios temas y mientras lo estás creando no tenés conciencia de lo que va a pasar. Nos encontró esa rueda de la fortuna extraordinaria que a veces no tiene explicación. En mi opinión, creo que apareció alguien distinto, que decía distinto, que contaba cosas distintas y se dio en el momento justo que mucha gente esperaba algo diferente. Se convirtió en un fenómeno, porque la forma de decir de Leonardo Favio no tenía nada que ver con ninguno en ese momento. Creo que eso fue lo que descolló. Hasta ese momento varios artistas vendían entre 200 mil y 300 mil discos simples, y unos 50 mil long play. Roberto Carlos, era uno de lo que más vendía hasta ese momento. Cuando sale “Fuiste mía un verano”, al principio se vendían 5 mil discos por semana, después 5 mil por día, era impresionante. Para redondear, se vendieron 750 mil discos simples, 250 mil dobles y un millón de long play en seis meses. Rompió todos los records del país y del mundo hasta ese momento. Era tal la demanda, que todos los sellos discográficos de esa época editaban ese gran éxito.

 

– ¿Recordás cuándo se estrenó y dónde?

– El estreno fue en agosto de 1968 aproximadamente. El primero que lo empezó a difundir por radio fue Hugo Guerrero Marthineitz  en su “Show del minuto”. Lo pasaba cada media hora. En las primeras actuaciones en vivo, yo lo acompañaba en guitarra. Al principio las movidas fueron muy modestas. Recuerdo una en el club “Unidos de Pompeya”. Con el éxito ya instalado, lo contrató Pipo Mancera y ya lo acompañaba una orquesta. Había aparecido un gran artista en su mejor momento.

 

¿“Fuiste mía un verano” contaba alguna experiencia personal de Favio o tuya?

– No, no se basó en ninguna historia nuestra. Leonardo era un poeta, una persona con mucha sensibilidad. Se encontraron las palabras populares justas y por algún motivo muchos se sintieron identificados con esa letra, eso creo que fue lo que sucedió. Logró la síntesis de las historias personales de mucha gente. Cuando uno representa lo que le pasa al otro, le está contando tu historia, la incorpora como su propia historia.

 

–  ¿La canción la compusiste en Parque Chas?

–  No, yo trabajaba con Leonardo Favio en su casa, intercambiábamos ideas del tema allí. La canción que sí nació en Parque Chas es “Anny”. Surgió caminando por Avenida de los Constituyentes. Para mí, es el mejor vals de nuestro país de los últimos 50 años y está registrado en el long play de “Fuiste mía un verano”.

 

– Vico, ¿qué legado te dejó Leonardo Favio?

– En mi caso particular tiene una connotación artística y otra espiritual. La primera, es haber trabajado con la persona más talentosa de la Argentina, y en lo espiritual porque nací con la intuición pura. Yo sentía que me iban a suceder cosas extraordinarias y Favio fue una de mis grandes intuiciones. Leonardo sigue vigente, los artistas grandes como él nunca mueren.
Te imaginás que un pibe que sale de Parque Chas y se encuentra con semejante artista, de una gran humildad y sensibilidad… Éramos corazón a corazón, y entonces el legado que me dejó es el de haber estado con un grande que nunca se la creyó y que tenía una capacidad poética enorme. Entonces, lo que yo fui, soy y seré se lo debo a ese gran legado.

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