El Hospital Tornú, reflejo del abandono de la salud pública porteña
En cuatro años de gestión, el PRO no solucionó la falta de insumos, de camas y la compra de un tomógrafo, que tiene autorizado el presupuesto por la Legislatura desde 2008
Hace cien años, la tuberculosis era un tema tabú. Por tal motivo, en 1904 se elige esta zona de la Ciudad para ejecutar las obras del Hospital Tornú, ya que por aquella época era un gran descampado.
Por aquellos años, fue bastante resistida por los escasos pobladores la instalación de un hospital de tuberculosos en la zona, por miedo al contagio.
Pero con el tiempo se fue evolucionando y se demostró que las personas que están enfermas hay que ayudarlas, y ese fue el espíritu del Hospital Tornú, y la comunidad de a poco lo comprendió.
El hospital de tuberculosos cambió la historia de la Ciudad de Buenos Aires, ya que eran derivados los enfermos de todo el país, es así que existía el Pabellón que se llamaba de las Provincias, dónde se internaban los peones de campo que llegaban muy enfermos y mucho de ellos dejaron aquí su vida.
Por todo ello, la tarea del Tornú, fue muy destacada en su lucha por combatir esta terrible enfermedad en nuestro país. Más de cien años después, la sala de neumotisiología se cerró.
En 2007, una de las promesas de campaña del PRO fue la reapertura de este servicio, pero todo quedó en la nada.
La consecuencia de esta grave situación, es que los pacientes con tuberculosis deben ser derivados al Hospital Muñiz, pero si allí no hay camas disponibles, quedan bajo atención ambulatoria, poniendo en riesgo su salud y también la de toda la población.
“Este hospital es de referencia en tuberculosis y sistemáticamente tenemos pacientes tuberculosos que hay que aislar. Al no tener una sala de neumotisiología, los aislamos en otras salas y así nos disminuye la disponibilidad de camas. Además, es riesgoso tener a tuberculosos en zonas que no corresponden, ya que contagian”, aseguró al periódico Noticias Urbanas un médico, que pidió preservar su identidad.
El 7 de junio de 2010, la comunidad vecinal del Hospital Tornú denunció el estado del hospital ante la Defensoría del Pueblo porteña.
En la misma, reclamaron insumos básicos, un tomógrafo, la finalización de la sala de neumotisiología y la efectivización del personal. También denunciaron la falta de un conmutador que permita la comunicación de los pacientes con el centro de salud, y de los servicios entre sí.
Un informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (Agcba) alertaba en 2008 sobre la situación del Hospital Tornú, haciendo referencia a la situación de la sala de neumotisiología: “Hay dos baños para 12 personas, los techos están en mal estado, las estufas a gas tienen un funcionamiento deficiente y hay estufas eléctricas donadas por el personal”.
En la nota publicada por Noticias Urbanas el 30 de julio último, se detalla la falta de personal que padece el hospital: “la situación reviste gravedad ya que, al igual que en la mayoría de los hospitales porteños, faltan enfermeros. El déficit, en tanto, se cubre parcialmente con la contratación precaria de personal, que no goza prácticamente de derechos laborales. La dotación de enfermería no sólo es crítica en esa área sino también en otras, como terapia intensiva.”
“El Tornú fue un referente en tuberculosis. Sin embargo, la sala de internación para quienes padecen esa enfermedad está cerrada, en un momento en que esa enfermedad creció en la Ciudad de Buenos Aires así como la desnutrición”, aclaró un referente del personal del hospital a Noticias Urbanas. Cabe recordar que de los casi 12 mil casos de tuberculosis que hay en el país, el 50 por ciento se concentra en la Ciudad.
El 6 de abril de 2010 el Ministro de Salud de La Ciudad Jorge Lemus fue interpelado en la Legislatura Porteña. Ese día, los médicos y vecinos de Tornú reclamaron el tomógrafo, y el Ministro les aseguró que el hospital contaría con el equipo a finales de ese mes, pero nunca llegó.
Los miembros de La Comunidad del Tornú, aseguraron en ese momento que la dirección del hospital argumentó que no había un espacio adecuado para el funcionamiento del tomógrafo, pero que el tema sería resuelto a la brevedad.
El informe de la AGCBA expresa que la Defensoría del Pueblo porteña obtuvo una respuesta desde la Dirección de Recursos Físicos del Ministerio de Salud porteño, refiriéndose al área de tomografía computada. En ese descargo, el director del área Moisés Luis Aruj, dijo que “no se ha previsto en el presupuesto plurianual del trienio 2010/2012 la realización de las tareas mencionadas”.
Asimismo, se denunció también que la División Patología del Tornú no cuenta con insumos importantes como el Xilol y alcohol al 100 por ciento; necesarios para poder realizar procesos de hidratación y deshidratación, posterior coloración y técnicas complementarias tanto en tejidos como en extendidos citológicos.
Gabriela Alegre, diputada por el Frente para la Victoria, señaló que desde 2008 hasta la fecha, la Legislatura aprobó todos los presupuestos necesarios para la compra del tomógrafo que todavía no se ha efectuado y la instalación de una central telefónica, que haría posible que en el hospital se pusiera en marcha el sistema de turnos telefónicos.
“La falta de prioridad para realizar las inversiones que necesita el sistema de salud, la subejecución del presupuesto que la Legislatura aprueba, la compra centralizada beneficiando a grandes empresas y dejando fuera de las licitaciones a las pequeñas y medianas, los proyectos de negocios inmobiliarios que implican el cierre de varias instituciones como el Udaondo, el Ferrer, el Borda o el Lagleyze, demuestran que la gestión de Mauricio Macri privilegia los negocios por sobre el derecho a la salud de quienes se atienden en el sistema público de salud de la Ciudad de Buenos Aires”, indicó la legisladora, a Noticias Urbanas.
Los resultados del balotaje realizado el 31 de julio, determinaron por amplia mayoría que el ingeniero Mauricio Macri, estará al frente del ejecutivo porteño por cuatro años más.
En 2015 sabremos si su gestión solucionará las asignaturas pendientes en materia de salud pública; o si profundizará su actual deterioro.
Informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires
Playón Urquiza: Precariedad en la estructura física y en las condiciones medioambientales, que incrementa el riesgo para los pacientes y los agentes de salud.
Fisiopatología Respiratoria: El pletismógrafo no funciona desde hace dos años pese a los reiterados pedidos de reparación. No se realizan prueba de ejercicio y el test de provocación bronquial se realiza de manera irregular por falta de insumos (metacolina).
Terapia Intensiva: El número de camas disponibles es escaso para la cantidad de pacientes del hospital, teniendo en cuenta que no existe Unidad Coronaria.
La disparidad de modelos de monitores no permiten la compatibilidad con la central de monitores y hacen mas difícil el control cardiológico de los pacientes.
Cardiología: Carencia en el hospital de UCO y de servicio de hemodinamia. No cuentan con cardiólogo de guardia en la sala. Insuficiente equipamiento y obsolescencia del existente.
Laboratorio: Faltan extraccionistas en turno vespertino.
Diagnóstico por Imágenes: Obsolescencia de los equipos. Las procesadoras no tienen repuestos. Necesidad de Tomógrafo Computado
Anatomía Patológica: No se realizan autopsias desde el año 1996 por falta de técnicos en evisceración pese a que el Servicio cuenta con una mesa para autopsias de excelencia.
Esterilización: No hay central de lavado. No hay renovación de aire. Tampoco cuentan con acondicionadores de aire
Morgue: La morgue no tiene personal permanente, el trabajo es realizado por camilleros en colaboración. Estado de abandono. Deterioro de las cámaras de frío.
HISTORIA DEL HOSPITAL
El Hospital Dr. Enrique Tornú se inauguró el 8 de octubre de 1904. Debe su nombre al Doctor Enrique Tornú (1865-1901) como reconocimiento a su fecunda labor en el tratamiento de enfermos de tuberculosis, especialidad a la que fuera inicialmente destinado.
El Dr. Enrique Tornú nació en Buenos Aires, el 1° de septiembre de 1865. Se recibió de médico en Francia y a su regreso al país, en 1894, revalidó su título. Fue el gran especialista en enfermedades pulmonares de su época. Como parte de su búsqueda permanente de un recurso profiláctico y terapéutico para una enfermedad de alta prevalencia, recorrió las sierras cordobesas buscando una zona apta para el desarrollo de su proyecto. Posteriormente escribe el “Plan general de profilaxis tuberculosa“. Este estudio climatológico fue expuesto en tres obras: “Climatología de las Sierras de Córdoba“, “La cura de altitud” y “Apuntes sobre tuberculosis y sanatorios“, publicados en 1901, valiéndole el reconocimiento mundial como climatólogo. El 23 de agosto de 1901, poco antes de cumplir 36 años, minado por su enfermedad tuberculosa, puso fin a su vida por propia determinación.
El hospital Tornú fue el primero en la ciudad para la internación de pacientes con tuberculosis, siendo su director el Dr. Emilio Coni. El Hospital debe la disposición de su estructura física a que el tratamientos de la tuberculosis se basaba en la “heleoterapia”: los pacientes tomaban sol en las amplias “galerías de cura”. Tenía dos pabellones con 100 camas para hombres, unidos por su parte central y comunicados por pasadizos cubiertos, y un edificio para la administración y otros servicios. Rodeado por jardines diseñados por el ingeniero Carlos Thays, enmarcado por un muro de 2,5 metros de altura. En 1912 se construyeron dos pabellones para mujeres, elevando el número de camas a un total de 224.
En 1925 se inauguró el Pabellón de Maternidad y Lactantes para enfermas tuberculosas, el primero y único en el país. En 1926 se remodelaron los pabellones, elevándose la construcción una planta más. En 1934, se construye el Centro de Investigaciones Tisiológicas (CITI), donde hoy funciona el Instituto de Investigaciones Médicas “Alfredo Lanari”.
En 1987, por ordenanza 41.797, decreto 293 se transforma en “Hospital General de Agudos Dr. Enrique Tornú