Derecho a la educación: Desde el colectivo Familias por la Escuela Pública exigen un debate serio y responsable

Señalan que han sostenido insistentemente la necesidad de un diálogo que permita garantizar el acceso al derecho a la educación de la mejor manera posible. Desde agosto de 2020 están pidiendo al Ministerio de Educación de la Ciudad mesas de trabajo interactorales y espacios de planificación conjunta del 2021 sin obtener respuesta. “El 2020 nos desafió y debemos reflexionar sobre los aprendizajes, los obstáculos y las estrategias”, sostienen desde el colectivo escolar.

“Está claro que las políticas educativas no estuvieron a la altura: la continuidad educativa no fue una realidad para el cien por cien de les niñxs y jóvenes y los logros fueron debidos al esfuerzo de trabajadores, familias y niñxs. Años de desinversión y desidia se traducen en edificios con problemas de variada gravedad, servicios alimentarios deficientes e insuficientes, conectividad y dispositivos que alcanzan a porcentajes menos que óptimos de estudiantes y docentes, capacitaciones en virtualidad educativa que sólo quedaron en marketing obsceno, planificación y coordinación limitadas, engorrosas y muchas veces ausentes. El resultado de aumento escandaloso de la desigualdad educativa que proyectan especialistas y centros de investigación a partir de la forma en que se concretó el acceso a la educación en la pandemia, obliga a plantear que no sería responsable que se siga haciendo lo mismo que se hizo el año pasado”.

Así comienza el texto titulado “Reclamamos un debate serio y responsable. Una vez más” que a través de sus redes sociales publicó el colectivo Familias por la Escuela Pública.

Sostienen, además,  que se perdió un tiempo valiosísimo en debates estériles y se preguntan “cómo se va a garantizar que niñxs y jóvenes accedan verdaderamente al derecho a la educación. No podemos reducir la escuela a los contenidos, es / debe ser mucho más que eso. No podemos invisibilizar que el año pasado, las condiciones de enseñanza aprendizaje tuvieron lugar en los hogares y con un necesario acompañamiento de padres, docentes particulares, organizaciones, y este desplazamiento representa un problema que no se puede negar. Por un lado, porque en lugar de suspender y neutralizar las desigualdades sociales de origen, las multiplica: fueron innumerables las familias en las que les niñxs no comprendían una tarea y les padrxs no podían ayudarlos. Por otro, porque al ser la escuela uno de los últimos escenarios en retornar a una “normalidad anterior”, el problema no menor de las familias que ya no trabajan remotamente no puede ser obviado en la discusión. Pero además, porque hemos visto crecer en muchos chicxs la pregunta por el lugar de la escuela. ¿Para qué ir a la escuela? ¿Para qué conectarme al zoom? En ese “para qué” no sólo hay agotamiento y angustia, hay también una amenaza a la legitimidad de la institución educativa como lugar a través del cual abrirse al mundo, al deseo de aprender y a la transmisión de la cultura. El derecho a la educación se concreta con y en el derecho a la escuela. Por ello, el debate debe recoger la demanda de Meirieu: educar es organizar creativamente las instituciones para aprender”.

El colectivo de Familias en Defensa de la Educación Pública se creó ante la preocupación por lo que consideran un creciente abandono que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires hace de las Escuelas Públicas y que, por lo tanto, se reunieron para revertir esta situación.

El colectivo acordó trabajar sobre estos tres puntos básicos:

– Presupuesto educativo acorde a las necesidades para garantizar el derecho a la educación de todos los chicos y chicas de las Ciudad, según lo dispone la Constitución;

– Igualdad en la calidad educativa y en las condiciones materiales de educación en todas las escuelas de la Ciudad, más allá del barrio en que se encuentren.

– Condiciones dignas de trabajo para todos los maestros.

Desde Familias en Defensa de la Educación Pública convocan a la comunidad, a defender la educación pública ya sea debatiendo ideas en reuniones abiertas como así también realizando actividades concretas en cada escuela y también en otros espacios públicos.