Cubrieron con asfalto el adoquinado histórico de Triunvirato
Desde el Gobierno porteño argumentaron que estaba cada vez más dañado por el tránsito creciente y la falta de mantenimiento. Durante los trabajos, un vecino del barrio descubrió que los responsables de la obra no advirtieron que habían tapado una boca de tormenta en plena zona inundable.
En la última semana comenzaron los trabajos del pavimento con asfalto de la Avenida Triunvirato. Día y noche se ve la maquinaria enterrar para siempre el bello adoquinado de la principal arteria de Villa Urquiza, Parque Chas y Villa Ortúzar. La obra se está realizando desde Monroe hasta Avenida ElCano.
El paisaje estaba caracterizado por un empedrado cuyo dibujo de colocación era en forma de arco o abanico utilizando pequeños adoquines. Disponerlos de esa manera tenía un sentido no solo estético, sino que para que el piso distribuya mejor los esfuerzos. Es común tanto en avenidas como calles más angostas. Lo cierto, es que a simple vista, el empedrado casi centenario de esta avenida, en general estaba en buen estado.
En cuanto a la antigüedad del particular adoquinado en Triunvirato, “no hay una cronología definida de una disposición específica para cada época, sino que coexisten los distintos tipos a lo largo de los años. Desde fines de siglo XIX se hacían de la misma forma. Es posible que la avenida se haya empedrado a principios del siglo XX. Lo mismo pasa con las canteras, se siguió trayendo de la Isla Martín García en el mismo período pero también se explotaba la zona de Olavarría. Es muy difícil determinar de dónde provienen específicamente, para eso hay que hacer estudios de laboratorio”, explica a ParqueChasweb Francisco Girelli, especialista en materiales y sistemas constructivos antiguos.
El asfaltado se relaciona con la política que forma de un plan del Gobierno porteño para intervenir aquellas arterias de la Ciudad donde el adoquinado está en mal estado. La sanción de la Ley N° 5.904 en 2017 se lo permite, pese al rechazo de algunos vecinos y entidades patrimonialistas. Además, argumentan que según el informe del Mapa del Ruido de la Ciudad de Buenos Aires, se supo que Triunvirato es una de las más ruidosas. No lo es por el tránsito, sino por el sonido de los adoquines cuando pasan los autos.
Algunos tramos de Triunvirato ya están asfaltados: el que va desde Monroe hasta Parque Sarmiento, y el que se abrió este año entre Elcano y Lacroze. El resto, es puro adoquín con intermitencias de asfalto, algunas en forma de parches. Esta avenida quedó fuera de la lista de calles adoquinadas protegidas por ley desde 2013.
Se calcula que en nuestra Ciudad, hay cerca de 3.680 cuadras con adoquines. Se informó que cerca de 1.710 pueden ser cubiertas por asfalto por estar en mal estado. El resto deben ser conservadas por su relevancia patrimonial. Ya hay más de 21 mil cuadras asfaltadas en toda la Capital Federal.
El adoquinado de la Ciudad está protegido por la Ley 4806 del año 2013, por ser Patrimonio Cultural porteño. Por otra parte, el artículo 27 de la Constitución de la Ciudad establece “la preservación y restauración del patrimonio natural, urbanístico y arquitectónico”; la Ley N° 1227 de protección del Patrimonio Cultural de la Ciudad; y específicamente, la Ley N° 65 que ofrece protección a “las vías circulatorias secundarias, adyacentes y/o circundantes a monumentos o lugares históricos de la Ciudad de Buenos Aires cuyo solado se encuentre actualmente ejecutado con empedrado o adoquinado”. En noviembre del 2017, la Legislatura porteña sancionó una modificación de la ley de protección para permitir la remoción de aquellos que estén desgastados o destruidos.
La ley de protección de adoquines decía que había que consultar a las Comunas respectivas qué calles querían que se protegieran patrimonialmente. Nada de eso pasó, la mayoría oficialista decidió por los vecinos. Además de enterrar para siempre la historia Triunvirato, el suelo perderá capacidad para absorber el agua de lluvia y hasta para controlar la velocidad del tránsito. La zona de Triunvirato y La Pampa es inundable.
“Nunca se entendió el valor paisajístico del adoquinado en la conformación de la imagen de las calles porteñas, en especial las de sus barrios. Se están asfaltando calles con escaso tránsito y está claro que tapar o reemplazar los adoquines con asfalto no es hacer mantenimiento. Eso está indicado en las recomendaciones internacionales de conservación de los paisajes urbanos históricos”, sostuvo al diario La Nación el arquitecto Marcelo Magadán, especialista en conservación del patrimonio.
En el mismo sitio web del Gobierno porteño, en el apartado del Ministerio de Desarrollo Urbano, se mencionan los beneficios del adoquinado
- Reducen la velocidad del tránsito vehicular.
- Mejoran el paisaje urbano y la calidad ambiental.
- Absorben menos calor que el asfalto y se refrigeran con más velocidad: menos calor en verano.
- Mitigan el impacto de las lluvias, gracias a que ralentizan el escurrimiento y retienen agua que se infiltra por las juntas.
- Durabilidad: elevada resistencia a la compresión, flexión y abrasión de la piedra, especialmente el granito.
- Bajo costo de mantenimiento y larga vida útil compensan los costos de inversión.
- Sostenibilidad ambiental: dado que se colocan tal como salen de la naturaleza, sin cambios químicos de estructura o composición, implican menor consumo energético en su elaboración, posibilidad de reutilización y fácil eliminación por ser un residuo inerte.
Aplicación
- Zonas de riesgo hídrico.
NEGLIGENCIA: HABÍAN ASFALTADO UNA BOCA DE TORMENTA
Por Luis Rubén Poli
Así se gestiona el espacio público y la obra pública en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.
Viernes 18 de enero de 2019. Victorica y La Pampa (La Pampa y Triunvirato), allí donde confluyen Villa Urquiza, Villa Ortúzar y Parque Chas, Comunas 12 y 15.
Asfaltan elevando el nivel de la calle 10 centímetros ¡en una zona inundable!. Tapan, de manera negligente, ¡una boca de tormenta del Arroyo Vega!
Es entonces que un ciudadano, mientras ve cómo velozmente desaparece el histórico empedrado de la avenida Triunvirato, le advierte a un inspector del área de Espacio Público del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (presente allí para controlar la obra) que han tapado delante de sus ojos una boca de tormenta debajo de la cual pasa el Arroyo Vega.
Alguien indica la posible ubicación de lo que asfaltaron encima y a lo bestia proceden a remover el asfalto caliente y blando con palas y manos. Hasta que reaparece lo anulado. De este modo, como antes del asfalto brutal, el agua de lluvia podrá escurrir dentro del arroyo entubado y los operarios bajar o salir del mismo por la escalera que estuvo a punto de quedar inutilizable.
Un problema solucionado a tiempo. Pero, de ahora en más, en una zona que padeció la última inundación hace menos de un mes, las calles asfaltadas, en lugar de contener, expulsarán el agua de las lluvias, dañando, aún más, viviendas y vehículos. Es demasiado evidente que no les importa en absoluto el daño que, de antemano, saben que pueden provocar. Impunidad gracias a la inmunidad mediática de un periodismo cómplice, cuando no extorsionado. Cortar cintas en campaña electoral es una actividad que suele estar asociada, y con justa razón en la mayoría de los casos, a la hipocresía, la perversa hipocresía.
Respecto a la boca de tormenta tapada (y destapada a tiempo) bien cabe la duda: ¿habrá sido la única?
Foto y video Luis Rubén Poli